DE LA MANO CON MI HIJA Por Arlina Cantú

Lectura: Deuteronomio 31:6-8 Cita bíblica: “En ti he confiado, no desampares mi alma”. Salmo 141:8

Cuando el buen Dios le concedió a mi hija el dar a luz a su segundo hijo, le dio también la oportunidad de comprobar su poder y su misericordia. El embarazo había sido emocionalmente difícil y la operación cesárea también, pero el amor y los cuidados que la rodearon la sacaron adelante. Sucedió al tercer día, cuando regresó a casa, que empezó a presentarse una complicación representada por un dolor semejante a una apendicitis y tuvo que volver al hospital. El médico dijo que existía la posibilidad de intervenirla quirúrgicamente. Con la depresión natural después del parto, parecía difícil que mi hija tuviera el espíritu dispuesto para la oración. Empero, lo apremiante de la situación nos movió a rogar a Dios para que aquel cuadro desapareciera y con ello la dolorosa posibilidad de otra cirugía. Dios respondió maravillosamente a aquellos ruegos y todo volvió a la normalidad. Mi hija pudo dedicarse amorosamente al cuidado de su bebé recién nacido y este recuerdo nos confirma ahora el poder de la oración. -Oremos por las mujeres cristianas que están por traer un hijo al mundo. Dios Eterno y Santo, rogamos en el nombre de Jesús, que te acuerdes de las mujeres que están de parto. Usado con permiso

ObreroFiel.com - Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.