LA PÉRDIDA Por Arlina Cantú Lectura: Salmo 121 Cita bíblica:"Mas tu, Jehová, eres escudo alrededor de mí". Salmo 3:3 Febrero del año 2000 será inolvidable para el mayor de mis hijos y para su familia. Apenas unos meses tenía mi hijo de haber sido designado Director General de una compañía dedicada al ramo automotriz en la Ciudad de México, misma empresa que brinda a sus empleados la facilidad de obtener un auto último modelo, privilegio que gozaba tanto mi hijo como su esposa. La bonanza de que gozaban, económicamente, era visible y yo siempre testifiqué que el Señor ha hecho a mi hijo un triunfador desde su juventud. Ahora, con esposa y un hijo pequeño, parecía que la vida no podía ser mejor. Sin embargo, Satanás no se agrada de vernos bendecidos y se esfuerza por utilizar sus huestes de maldad para arrebatarnos lo que el Señor ha querido darnos. Y dentro de la cantidad de bendiciones que Dios le ha dado a mi hijo está que, al casarse, pasó a formar parte de una gran familia, su familia política que es numerosa, muy alegre y donde todos sus integrantes se muestran bellamente unidos entre sí. Estando de visita un domingo al mediodía, salió mi hijo de casa de sus suegros a comprar comida para compartir con su familia política. Ya de regreso, como el departamento se encuentra en el quinto piso, llamó por el intercomunicador para que le dejaran caer las llaves y poder entrar. Al asomarse, su esposa sintió curiosidad al ver que un hombre joven, que ella no conocía, abrazaba a su esposo como si le diera mucho gusto encontrarlo. Se retiró ella del balcón para esperarlo en la puerta y, grande fue su sorpresa al verlo llegar con el rostro demudado por el susto. Aquel hombre era un ladrón que lo estaba inmovilizando para robarle su camioneta y sus pertenencias, hecho que había efectuado, después de amenazar a mi hijo, con una rapidez increíble. Lamentable fue la pérdida para mi nuera, porque era precisamente su vehículo el que usaban ese día, pero todos le dimos gracias a Dios por conservarle la vida a mi hijo. -
Oremos por los que sufren un asalto en este momento.
Padre nuestro, que estás en los cielos y en todo lugar, te rogamos en esta hora, en el nombre poderoso de Jesús, que tú cuides de todas aquellas personas que están sufriendo un asalto para que no les hagan ningún daño. Amén. Usado con permiso
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