EL FILÓSOFO Y EL BARQUERO Por Yoandys López ... - ObreroFiel

A media distancia del camino fue roto nuevamente el silencio con la siguiente pregunta: - ¿Entiende usted de letras? - No- Fue la respuesta mientras observaba ...
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EL FILÓSOFO Y EL BARQUERO Por Yoandys López Pérez Usado con permiso Cierta región de Escocia era dividida por un caudaloso río, éste al impedir el paso a la otra orilla había sido ocupado con una barca dirigida por un hábil barquero. En una ocasión el pueblo más cercano fue visitado por cierto señor muy conocido por su sagacidad y gran conocimiento. Éste, al encontrar a su paso la barca y su tripulante, comenzó su larga travesía. El sabio, haciendo alarde de su inteligencia, preguntó al barquero: - ¿Sabe usted de aritmética? - No- fue la respuesta del humilde hombre mientras miraba al visitante elegantemente vestido. - Pues ha perdido usted un tercio de su vida. Después de un corto silencio preguntó nuevamente el letrado: - ¿Conoce usted de física? A lo que el barquero volvió a contestar moviendo su cabeza negativamente. - Hmmm… Pues ha perdido usted la mitad de su vida- afirmó el sabio. A media distancia del camino fue roto nuevamente el silencio con la siguiente pregunta: - ¿Entiende usted de letras? - No- Fue la respuesta mientras observaba como comenzaba a entrar agua en la barca. - Ya veo que ha pedido usted tres cuartas partes de su vida- afirmó el filósofo. La barca continuaba llenándose. Al verlo, el barquero preguntó preocupado al sabio: - ¿Sabe usted nadar? - No- contestó este. Dijo entristecido entonces el capitán de la humilde nave: - Pues ha perdido usted su vida entera. Al igual que en esta historia, hoy en día el hombre se interesa por lograr y adquirir cosas que son buenas y útiles pero a su vez, olvida las más necesarias e imprescindibles. Ahora, más que nunca la humanidad vive a espaldas de Dios pensando que saben lo que es mejor para ellos mismos y buscando aceptación, vida y salvación a través de pertenencias, títulos, equipos, logros, prestigio, poder etc. Pero la Biblia afirma: “Y en ningún otro hay salvación pues no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en el que puedan ser salvos” El ser humano ha cambiado drásticamente en las últimas décadas, degenerándose y enfocando su vida cada vez más en lo material pero las ideas y vida actual no hacen que lo espiritual deje de ser lo más importante. Si de algo puede estar seguro, es que usted puede perder sus posesiones más preciadas, sus conocimientos más deslumbrantes, sus amistades más cercanas y aun parte de su propio cuerpo y seguir viviendo. Pero la vida alejada de Dios se reduce a una momentánea y agonizante existencia. No en vano las palabras de Jesús vuelven a palpitar en nuestra mente “¿de que vale al hombre ganar el mundo si perdiere su alma?”. Ciertamente nada traemos a este mundo y sin duda nada nos podemos llevar, pero sí podemos dejar que nos lleve aquél que nos trajo al mundo. Todo lo que logremos en nuestra vida puede ser una gran herramienta en nuestras manos pero no puede abrir el llavín a la verdadera felicidad. Jesús dijo “yo soy la puerta; el que por mi entrare será salvo; entrara y saldrá y hallara pastos”.

Amigo solo Jesús es la puerta, la puerta al valor, la puerta a la vida, la puerta a la seguridad, la puerta a la felicidad. Solo Jesús es la solución en tu vida. Él te espera con los brazos abiertos. Él te conoce mejor que nadie; ¿Deseas conocer a Jesús? Conocer en el término bíblico quiere decir intimar, relacionarte, tener una amistad profunda. Si quieres tener este romance con Jesús, puedes comenzar ofreciéndole tu corazón e invitándole a vivir en tu vida a través de esta sencilla oración (conversación) y comenzando a aprender más de él por medio de su palabra (la Biblia). Oración: Señor Jesús entiendo que he vivido de espaldas a ti y no te he dado el lugar que te corresponde en mi vida. Reconozco que soy malo (he pecado) y necesito de ti. Entiendo que tú eres el único salvador; eres la puerta a la vida eterna y la solución a todo mi ser. Por fe en tu obra redentora te entrego mi corazón para que seas mi salvador y me rindo a ti para que tú me dirijas. De ahora en adelante soy tuyo. En el nombre de Jesús, amén. Pero si no quieres conocer a Jesús, ni lo conoces, mis palabras para ti son las mismas que las del barquero: Has perdido tu vida entera. El autor es miembro de la agrupación paraeclesiástica cubana: Ministerio CRISTIANOS UNIDOS. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.