"Por poco"… no es suficiente Por Yoandys López Pérez Usado con permiso La historia habla de hombres y mujeres que casi llegaron a ser las personalidades más destacadas e influyentes de su tiempo. Por poco Napoleón e Hitler dominaron el mundo; por poco los Beatles se establecen como moda eterna. Al igual, por poco muchos dejaron de alcanzar el reino de Dios. En la actualidad hemos descubierto que lo más importante no es ser los mejores, sino sentirnos realizados con hacer lo mejor que pudimos nosotros mismos. Esto es real y, a la vez, muy saludable. Pero aunque frases como "no es un récord, pero es una buena puntuación", valen en la vida práctica, sin embargo, no tienen cabida en cuanto a nuestro destino eterno. Dos trabajadores de un puerto conversaban sobre su interés de habitar en el cielo. Uno (quizá el más conformista) decía así: –Si yo pudiera entrar al cielo, no me importaría que fuera en un bote de vela e impulsado por la brisa. A lo que el otro afirmó: –Pues yo, espero entrar al cielo en un gran buque e impulsado por varios motores. Quizá tú pienses como el primer hombre de esta historia y, aunque es un privilegio entrar al cielo, de cualquier forma, hacerlo por los pelos no es un riesgo que quisiéramos correr. Puede que tu vida, en opinión propia, no esté tan lejos de Dios. Tal vez algún miembro de tu familia o vecino, sea cristiano. Puede que te agrade leer literatura cristiana y asistas de cuando en vez a alguna reunión eclesiástica o, hasta admires y veas con agrado el cristianismo. Pero Dios no tiene sobrinos o nietos, sino hijos. Lo importante en esta empresa no es estar cerca, sino dentro. No importa si casi pudiste tocar el cielo con los dedos. Para Dios no es suficiente. Me impresiona la vida y palabras de ciertos personajes bíblicos. Ellos dijeron cosas de Jesús y el cristianismo que casi nos deslumbran. Recuerdo la historia de un hombre de letras de los tiempos de Jesús, el cual definió el amor y las buenas obras en éste. Al escucharlo, el mismo Cristo afirmó: –No estas lejos del reino de Dios.
También el apóstol Pablo, en conversación con el rey Agripa, reconociendo su conocimiento de Dios le manifestó que sabía que el rey creía. El rey, sonrojándose le dijo: -Pablo, por poco me persuades a convertirme en cristiano. Mis palabras hoy son las mismas que las del Apóstol en aquella ocasión. -Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tu, sino todos los que me oyen, fueran tales como yo soy… Estos casos, igual que muchos otros, quedaron en la Biblia como ejemplo de sabiduría y a la vez de necedad. En sentido figurado, conversaron con los porteros de los cielos, pero como escribió Bunyan, en su clásico El Peregrino: –Esto me sorprendió, pero me fue de importante enseñanza, pues aprendí que hay un camino al infierno desde la misma puerta del cielo, lo mismo que desde la ciudad de destrucción. Por tanto, no seas de los que según su hablar y deseo pudieron ser buenos cristianos, sino de los que lo demuestran comprometiéndose y viviendo para él (Jesús). ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.