CRUZ EN CARTAS VIVAS Por Yoandys López Pérez ... - ObreroFiel

Porque el mensaje de la cruz es locura a los que se pierden pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios. Estas fueron las palabras del ...
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CRUZ EN CARTAS VIVAS Por Yoandys López Pérez Usado con permiso Porque el mensaje de la cruz es locura a los que se pierden pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios. Estas fueron las palabras del apóstol Pablo a la naciente iglesia de Corintio pero indiscutiblemente son dirigidas también a nosotros los que al igual que nuestros antepasados en alguna ocasión olvidamos o subvaloramos el ministerio y mensaje de la cruz. Y es que esa cruz que nos guarda del poder de las potestades de los aires, que nos arrebata del tenebroso infierno, que nos libera del pecado, no es para nada agradable ni de buena estima. Esta era sinónimo de muerte, maldición y maldad; y, por si fuera poca, la mala reputación de la cruz no sólo podemos escucharla en el aval de la crueldad romana sino aún en las palabras de Moisés: Maldito todo aquel es colgado en un madero. Mas, con toda la mala reputación de esta ¿qué cambio trae mirarla sangrar del buen salvador? Sí, sí que hace bien vivir el mensaje: Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. Sin embargo, ya que hoy no nos ha tocado el tiempo cruel del circo romano, al menos deberíamos consagrarnos en rescatar de la boca del león las almas que se pierden. Cuan necesario es recordar que Pablo se esforzaba en predicar solo a Cristo y a este crucificado. Y esta sin duda ha sido la herencia que nos ha dado el apóstol y sobre todos, nuestro Señor. ¿Nos hacen familiar la idea de que somos embajadores que representamos y anunciamos nuestra patria y Rey en este mundo? ¿ Acaso no es nuestro lema: Reconciliaos con Dios; o es simplemente que no recordamos las fuertes y claras palabras de Dios a Ezequiel “atalaya es tu nombre”; o la recomendación de Judas el apóstol: A otros arrebatándoles del fuego? Es posible que no nos sintamos comprometidos con la gran comisión o pensamos que es trabajo de otros. ¿Cuánto ha cambiado nuestra responsabilidad o nuestras ideas? ¿Tanto queremos a nuestros familiares o amigos? Con nuestra ineptitud le impulsamos al infierno. Generalmente no soy de los que anuncian mensajes para persuadir a otros a servir, pero es que estoy cansado de mi propia indiferencia. He conocido lo que es la culpa por la indolencia de no socorrer a tiempo a los que he querido. Mi exhortación es este escrito, la conclusión: No lo hagas tú. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda. .