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Sociedad
La nueva bibLioteca privada de Los sub 20
| Domingo 20 De julio De 2014 Bajo la misma estrella John Green, Sudamericana
Eleanor and Park Rowell Rainbow, por Aguilar
Una novela que habla de nuestra capacidad para soñar, incluso en las circunstancias más difíciles.
Las ventajas de ser invisible Stephen Chbosky, Aguilar
El primer amor nunca es para siempre, pero ellos son lo suficientemente valientes y desesperados como para intentarlo.
Charlie es un chico especial: su ingenuidad, su incapacidad para relacionarse y su extrema sinceridad le crean más de un problema.
Relatos atravesados por el sufrimiento y las pérdidas combinadas con mensajes de esperanza y mucho humor enmarcan la escena de este género que aún no tiene nombre
Buscando a Alaska John Green. Castillo Miles, de 16 años, ingresa en un colegio de internado. Ahí conoce a una enigmática chica, Alaska, que lo lanza de lleno a la vida.
Alguien allá arriba te odia Hollis Seamon, Planeta Dos chicos internados en un hospital viven una historia de amor donde se cruzan el deseo de vivir sin reglas y el humor absurdo.
sociedad Edición de hoy a cargo de Franco Varise | www.lanacion.com/sociedad
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Bajo la misma estrella: la historia triste que fascina y conmueve a los adolescentes El libro y la película sobre dos chicos que viven una relación amorosa en un contexto trágico se transformaron en el fenómeno cultural más importante de esta mitad del año para los jóvenes; el escritor John Green, de 36 años, fundó un género hiperrealista apartado de la fantasía
Un relato que atrapa por las emociones LucíA LEAL 12 años
“Lo que más me atrapó es cómo ellos [los protagonistas], a pesar de ser personas comunes, como nosotros, hicieron cosas tan grandes” Luz AsPLindth 16 años
“Durante la película tuve muchas emociones. Nunca viví algo así. Al principio me reí mucho. Y, después, el final es esperado, pero trágico” LuBA MArtiniuk 13 años
“El libro me lo prestó una amiga hace una semana. Voy por la página 193. Es una historia muy dulce, triste, pero muy real” Luz Asplindth, con el libro de la novela que en su versión película ya vieron 530.000 espectadores en la Argentina
Evangelina Himitian LA NACIoN
“Todo el mundo debería tener un amor verdadero y ese amor debería durar por lo menos tanto como su vida”, vociferaba a espaldas de Berenice Gauna un coro polifónico de adolescentes. Ella tiene 14 años y al día siguiente del estreno en Buenos Aires de la película Bajo la misma estrella, concurrió al cine para ver en pantalla esa historia que unos meses atrás la había atrapado en papel. En sólo dos días se había devorado la novela del norteamericano John Green, que se mantiene desde hace meses en la cumbre de los libros más vendidos del país. Adentro de la sala oscura del complejo Hoyts de Unicenter, Berenice y sus compañeras se encontraron con un ejército de fanáticas que, como ellas, sabían de memoria las frases más características de cada personaje. A medida que avanzaba la historia, el coro se enardecía más y más recitando las líneas de los protagonistas. La escena se repite en cada una de las funciones de esta película que, a tres semanas y media de su estreno, ya convocó a más de 530.000 espectadores, según el sitio Ultracine. com. Una demanda sostenida que se retroalimenta con la venta de libros. Desde hace meses, esta novela, publicada en la Argentina por editorial Sudamericana, se mantiene en
un inamovible primer puesto en el ranking de ventas de la mayoría de las librerías del país. ¿De qué se trata esta historia triste que hace furor entre las más jóvenes? Bajo la misma estrella es una historia de amor entre dos adolescentes con cáncer que se conocen en un grupo de autoayuda. Ella lucha contra un cáncer de tiroides y él perdió una pierna a causa de esa enfermedad. Las perspectivas de vida para ambos son limitadas y, sin embargo, ellos deciden desafiar sus días y transcurrir intensamente la vida y el amor que les queda. Es una historia edulcorada y desahuciadamente triste, contada desde una visión positivista norteamericana que difícilmente funcionaría para un público adulto. Sin embargo, algo ocurrió entre los adolescentes y preadolescentes, que en los últimos tiempos parecen haber comenzado a migrar del fantasy, con sus sagas de vampiros, juegos del hambre y magos, para entregarse a historias del realismo. Y, aquí, Bajo la misma estrella no está solo. Hay otros exponentes del mismo género, tales como Las ventajas de ser invisible, de Stephen Chbosky, publicado por Aguilar, hoy 16° en el ranking de ventas de librerías Cúspide; también Alguien allá arriba te odia, de Hollis Seamon, publicado recientemente por Planeta, o Buscando Alaska, del propio Green,
que sin duda es el referente de este género para adolescentes. ¿Quién es Green, este autor que recientemente fue considerado una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time? En los últimos nueve años escribió otras cinco novelas apuntadas al público juvenil. Pero, además, conoce muy bien el segmento, ya que con sólo 36 años, es uno de los youtubers con más adeptos. Junto con su hermano, en 2007 creó el canal VlogBrothers, desde donde lanzó más de 11 series online y un canal educativo de YouTube sobre literatura, historia y ciencia. Por eso Green es considerado uno de los autores transmedia más relevantes del momento, ya que utilizó todos los soportes (Internet, papel y película) para crear contenidos o magnificar sus historias. Luisa Jodos Comte, de 12 años, es fiel seguidora de las creaciones de Green en YouTube desde hace tres años. Ya leyó Buscando Alaska y le pareció increíble también esa historia. Para Luisa, es el humor tan particular de los personajes de Green lo que logra una identificación con los lectores, “aunque sus historias no sean igual de extremas o trágicas”, dice. Luba Martiniuk, de 13 años, que vive en Adrogué, coincide. “El libro me lo prestó una amiga hace una semana. Voy por la página 193. Es una historia muy dulce, muy triste, pero muy real. Es algo que pasa ahora”, apunta.
“Encuentro varios elementos para entender por qué una historia tan triste pegó tanto”, apunta Roxana Morduchowics, especialista en cultura juvenil y consumos culturales adolescentes, que acaba de publicar el libro Los chicos y las pantallas. “La historia está contada desde una perspectiva adolescente y con un estilo con mucho sarcasmo y cargado de expresiones políticamente incorrectas. Esto, bien enfocado, genera mucha empatía. También aparece el obstáculo, la muerte, que debe ser superado por amor. Esto es típicamente adolescente. Pero hay otro elemento importante: para estos chicos, a causa de la enfermedad, sólo existe el hoy. No pueden darse el lujo de pensar en el mañana. Ante la incertidumbre que les genera a los chicos de esta edad pensar en su futuro, una historia que se ancle en el ahora funciona muy bien”, apunta Morduchowics. La especialista también señala lo que ocurre en esta historia con el tema del cuerpo. “A causa de la enfermedad terminal, la preocupación por la estética y la satisfacción personal con el propio cuerpo pierden importancia. Y esto pega mucho, sobre todo entre las mujeres”, dice. “Lo que me llevo del libro es la moraleja”, dice María José, que tiene 16 años, vive en Ingeniero Maschwitz y asiste al colegio Goethe. Ella leyó el libro hace un año, en inglés. “Hay que valorar la vida que uno tiene, no
Marcelo GóMez
lo material. Uno a veces se deja llevar por esa ola de capitalismo y querer tener, pero esta historia te hace valorar lo importante”, apunta. Está convencida de que este libro vive su furor, porque, a diferencia de muchas novelas de adolescentes, trata sobre una historia real. “Lo fantástico y los vampiros ya fueron. Ahora queremos historias más verosímiles, más cercanas a nuestra realidad”, asegura. Luz Asplindth, también de 16 años y compañera de María José, está fascinada con la historia. Ella también la leyó en inglés, a instancias de sus compañeras. “Todas lo habían leído y no hablaban de otra cosa”, cuenta. Fue a verla al cine hace pocos días, y aunque conocía la historia de pe a pa, se vio inundada por risas y lágrimas por igual. “Me regustó. Durante la película tuve muchas emociones. Nunca viví algo así. Al principio, me reí mucho y fue muy graciosa. Y, después, el final es esperado, pero trágico. Y estas historias de amor a las chicas nos encantan”, agrega. Carolina Duek, socióloga e investigadora del Conicet, está convencida de que el furor por la historia triste adolescente se debe a un fenómeno más de la cultura de masas. “Hay un efecto contagio de lo que se pone de moda en un grupo. Son productos que buscan una conmoción de manera deliberada, un efecto específico. Harry Potter, los vampiros, los
juegos del hambre y ahora la historia triste de dos adolescentes enfermos de cáncer no evidencian que hayan cambiado los intereses de los más jóvenes. Son distintos productos formateados por la misma industria cultural. Y, definitivamente, en el imaginario adolescente estas historias no tienen el mismo valor que le asigna el mundo adulto”, dice. Lucía Leal, de sólo 12 años, es una de las fanáticas más jóvenes de la historia. “Mis compañeras lo habían leído, y yo decía que también, para no quedarme afuera, pero era mentira. Al final, me lo descargué en el celular y lo leí en una par de semanas”, dice Lucía, que vive en Ramos Mejía. Claro que para eso tuvo que cargar varias decenas de veces la batería del equipo, que agonizaba ante su fanatismo por la historia. “Lo que más me atrapó es cómo ellos dos, a pesar de ser personas ordinarias, como cualquiera de nosotros, hicieron cosas tan absolutamente grandes y especiales”, cuenta emocionada.ß
del editor: por qué es importante. Este tipo de fenómenos confirman que los chicos son ávidos lectores a pesar de su origen digital, pero claro: leen lo que ellos eligen.