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Naciones Unidas
ASAMBLEA GENERAL
SE81DN PLENARIA Miércoles 3 de octubre de 1984, a las 15.20 horas
TRIGESIMO NOVENO PERIODO DE SESIONES
Documentos Oficiales
NUEVA YORK
Presidente: Sr. Paul J. E LUSAKA (Zambia).
5. Son muchos los que reconocen esos requisitos, pero resulta irónico que hasta ahora no hayamos podido llevar ese reconocimiento a la práctica. La eficacia de las Naciones Unidas en el cumplimiento de su papel está determinada en gran medida por las realidades políticas del mundo en que vivimos. Desafortunadamente, los factores propios del ámbito internacional no han resultado propicios para que la Organización esté a la altura de la magnitud y nobleza de sus tareas.
TEMA 9 DEL PROGRAMA
Debate general (continuación) 1. Sr. HLAING (Birmania) (interpretación del inglés): Señor Presidente, permítame que al comienzo de mi declaración le comunique las cálidas felicitaciones de la delegación de Birmania con motivo de su unánime elección para el alto cargo que desempeña. Su vasta experiencia en las actividades de las Naciones Unidas y sus aptitudes y percepción diplomáticas son, por cierto, bien conocidas por todos nosotros, por lo que es muy apropiado que usted presida el trigésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General. Abrigamos la esperanza de que bajo su competente dirección las deliberaciones de este periodo de sesiones contribuyan a promover y consolidar la transición hacia un mundo más pacífico.
6. Por eso, la delegación de Birmania se atreve a sugerir que cada vez que la Asamblea General examine muchos de los temas que figuran en su programa seria de vital importancia adoptar una perspectiva mundial y tratar de encontrar las causas profundas de los problemas, en lugar de conformarse con los meros síntomas superficiales. No basta con reiterar los nobles principios e ideales de la Carta, que encarna las esperanzas y los sueños de la humanidad, especialmente los de las pequeñas naciones, para las que representa un puerto seguro en los mares tormentosos-de los cambios rápidos y profundos. A menudo se hace caso omiso de la Carta, a la que se cita con frecuencia, o se la malinterpreta e incluso se la deja de lado cuando parece ponerse en el camino de algunas naciones demasiado obsesionadas por intereses mezquinos o demasiado confiadas en su fuerza y poderío.
2. La delegación de Birmania desea asimismo aprovechar esta oportunidad para rendir homenaje al Presidente saliente, el Sr. Jorge Illueca, cuyos servicios distinguidos contribuyeron en no poca medida al éxito del período de sesiones de la Asamblea General que acaba de transcurrir.
7. Si queremos que las Naciones Unidas se transformen en un instrumento realmente efiCllZ para el desempeñe de las funciones mencionadas en la Carta, en nuestra ca~ dad de Estados Miembros tenemos el deber de esforzarnos por ser más dignos de los principios y más leales con los propósitos de la Carta. Ninguna organización con objetivos tan sublimes puede cumplir sus promesas sin el apoyo decidido y la dedicación sincera de sus miembros.
3. También deseamos expresar cuánto nos complace dar la bienvenida a Brunei Darussalam con motivo de su ingreso en la familia de las Naciones Unidas. Brindamos nuestras entusiastas felicitaciones y nuestro amistoso saludo a su delegación, cuya presencia en nuestro medio seguramente dará mayor fuerza a la Organización y será una contribución positiva para ella.
8. La Asamblea General inicia su trigésimo noveno período de sesiones aquejada por toda una serie de problemas y cuestiones que trasciende las fronteras geográficas e ideológicas y exige una nueva dimensión en la cooperación internacional.
4. Nos reunimos en la Asamblea una vez más para examinar colectivamente los problemas de nuestra era y, cabe esperar, para ejercer nuestra influencia con el objeto de mejorar la situación mundial. Estamos aquí reunidos, con la convicción de que todos los Estados Miembros, grandes o pequeños, poderosos o débiles, ricos o pobres, comparten la reponsabilidad de aportar su contribución para. el logro de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas. El hecho de que 159 Estados Miembros, independientemente de las diferencias de sus sistemas políticos, económicos y sociales, se reúnan todos los años aquí constituye una prueba suficiente del interés de los gobiernos en la permanencia del sistema de las Naciones Unidas, con su influencia poderosa para el mantenimiento de la paz mundial. Por lo tanto, renace la esperanza de que con el fomento de la comprensión y la cooperación mutuas y la promoción del espíritu de transacción, que son elementos esenciales para el éxito de la Carta, los intereses en conflicto de muchas naciones y pueblos han de poder encontrar algún grado de orden y armonía.
9. La agudización de la crisis en las relaciones políticas y económicas internacionales es reflejo del lento y penoso progreso logrado por las naciones y la humanidad. Son motivo de especial preocupación las tensiones políticas y la ir.cidencia creciente de la agresión en muchas regiones del mundo. Idéntico trastorno provocan las manifiestas disparidades económicas entre naciones ricas y pobres, así como la desigualdad creciente en las relaciones económicas internacionales. 10. Al igual que en anteriores periodos de sesiones, la Asamblea General se encuentra una vez más ante las mismas cuestiones pendientes que figuran en el programa desde hace varios años. La naturaleza de las dificultades a que deben hacer frente las Naciones Unidas par resoiver esos problemas está determinada en gran medida por el 413
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grave deterioro de las relaciohes entre las superpotencias, puesto que son ellas los Miembros más prominentes de la Organización. La cooperación esencial entre ellas ha cedido el paso al enfrentamiento, lo cual ha demorado la labor de la Asamblea General. La política de bloques que también personifican ha trabado el funcionamiento normal de las relaciones internacionales. Las perspectivas de resolver prontamente las diversas cuestiones que figuran en el programa de la Asamblea no serán brillantes en tanto predomine esa atmósfera. Por cierto, redundará en genuino beneficio no sólo de las superpotencias sino también de toda la comunidad mundial que éstas restablezcan relaciones. 11. Imbuida de ese espíritu, la delegación de Birmania acoge con beneplácito la reciente reanudación de las conversaciones de alto nivel entre la Unión Soviética y los Estados Unidos celebradas en Washington. Esas conversaciones pueden tener o no una repercusión inmediata palpable o trascendente con respecto al alcance y la orientación de las deliberaciones que la Asamblea está a punto de iniciar. También es preciso reconocer que las evaluaciones de esa repercusión posiblemente difieren bastante entre sí y que distarán de ser idénticas. No obstante, el hecho de que esas conversaciones sean factibles nuevamente, tras un lapso de varios años, constituye en sí mismo un motivo de satisfacción para todos y esperamos que sea el presagio de una nueva era caracterizada por una cooperación más intensa, una mayor comprensión y un espíritu de mutua adaptación no sólo entre las dos superpotencias sino entre todas las naciones del mundo. Por esas razones, la delegación de Birmania considera que la celebración de conversaciones de alto nivel constituye un paso en la dirección correcta que seguramente ha de contribuir a aumentar el equilibrio de la situación actual en el mundo. 12. No debemos contentarnos con aprobar resoluciones. Creemos que ha llegado el momento de encontrar una respuesta com:eptualmente más clara y operativamente más eficaz a los numerosos desafíos y dilemas que plantean los problemas mundiales contemporáneos. También ha llegado la hora de que las superpotencias reflexionen acerca de la posibilidad de fundar sus relaciones sobre una base nueva para tornarlas más estables y constructivas. 13. En esta perspectiva, el pedido del Secretario General de celebrar una reunión del Consejo de Seguridad al más alto nivel es oportuna e importante para la elaboración de un enfoque común eficaz para resolver los problemas mundiales contemporáneos. Si los miembros permanentes del Consejo de Seguridad apoyaran al Secretario General darían un tremendo impulso al proceso de las Naciones Unidas. 14. ¿Acaso es necesario recordar que la Organización se fundó en el supuesto de que los miembros permanentes seguirían unidos más allá de su coalición del tiempo de la guerra y que las Naciones Unidas debían funcionar como instrumento de sus esfuerzos conjuntos por garantizar la paz mundial y contribuir a un sistema de seguridad colectiva universal? Hasta el momento ese supuesto ha demostrado ser ilusorio. 15. Vivimos en una época peligrosa. El problema más importante y apremiante de nuestros tiempos -el logro del desarme nuclear- parece no recibir la atención que
merece. La comunidad mundial está disconforme con esa situación. El proceso de negociación entre las dos superpotencias se ha estancado desde la interrupción de las conversaciones sobre el desarme nuclear en noviembre del año pasado. El elemento esencial de la conf1anza mutua no sólo ha estado totalmente ausente en la negociación sino que ha sido sustituido por la desconfianza más completa. Es lamentablemente paradójico que el mundo de hoy, en todos estos años, a pesar de la interminable retahíla de conversaciones, conferencias y buenas intenciones en procura del desarme nuclear, no haya eliminado la amenaza de la guerra nuclear ni esté más cerca de una promesa de solución. Estamos bastante adentrados en el cuarto decenio nuclear y la comunidad mundial aún debe resolver sus asuntos de manera tal que le permita liberarse de la amenaza nuclear para siempre. 16. Día tras día observamos la creciente intensidad de la carrera de armamentos, que reduce cada vez más la estabilidad mundial y pone en peligro la supervivencia de la humanidad. El mundo se ha encrespado con toda clase de armamentos a medida que cada lado trata de alcanzar al otro 9ara mantener el equilibrio militar de fuerzas. El terrible peligro del actual enfoque del equilibrio militar es que sigue acicateando a cada parte a armarse. Cada parte trata de superar a la otra en la invención de nuevos tipos de armas y sistemas más mortíferos. A nuestro juicio, esta actitud sólo puede llevarnos a un laberinto de arm&mento y contraarmamento del cual será muy difícil salir. Puede muy bien condenar a ambos lados a una carrera de armamentos a perpetuidad. 17. La lección del equilibrio, según se entiende comúnmente, conlleva una exigencia de coordinación, pues para alcanzar un equilibcio y una estabilización significativos es necesaria la interrelación y la intercomunicación entre diversas esferas. La única posibilidad es la negociación entre las superpotencias y sus alianzas, a fin de llegar a un acuerdo mutuo para lograr la paz y la seguridad mundiales. 18. Un problema cada vez más agudo es el de la prevención de la carrera de armamentos en el espacio uItraterrestreo La delegación de Birro.ania se suma a otras al expresar su profunda preocupad':'n sobre los peligros :elacionados con la militarización del espacio ultraterrestre. Los sistemas espaciales tienen una función doble, ya sea para operaciones pacíficas u ofl~nsivas. Es sumamente difícil establecer una distinción clara entre su utilización con fines militares o civiles. Que la comunidad mundial pueda beneficiarse o ponerse en peligro al desarrollar rápidamente la tecnología espacial depende en gran medida de si las principales Potencias espaciales colaboran entre sí o se enfrentan en la utilización del espacio. El bienestar de la humanidad exige la colaboración. 19. Pasemos ahora muy brevemente a algunos de los problemas que han preocupado a la Asamblea en sucesivos períodos de sesiones: el Oriente Medio y el problema palestino, el conflicto entre el Iraq y la República Islámiva del Irán, el Afganistán, Kampuchea y la cuestión pendiente de la independencia de Namibia. 20. Es difícil prever cómo esos problemas tan concretos puedan resolverse efectivamente sin la coordinación de medidas políticas conjuntas adoptadas por los principales adversarios. Las situaciones tienden a osificarse con el
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paso del tiempo, y se les agregan nuevos elementos que aumentan su complejidad. Cuanto más se aplaza la situación de una cuestión, tanto más vulnerable se torna a las tácticas y estratagemas diplomáticas en el juego de la política mundial. Mientras los adversarios contienden y nosotros, aquí, en la Asamblea, debatimos y preparamos textos cuidadosos, las víctimas de la situación siguen sufriendo. Ellas tienen la necesidad urgente de sobrevivir y vivir en paz. 21. Las actuales dificultades entre los diversos Estados se deben en gran medida a que no se han defendido los principios del respeto mutuo por la independencia, la soberanía, la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados. Ambas son normas cardinales de la conducta internacional. Debemos reconocer que si los Estados no toleran ni respet.an el derecho de los demás Estados a elegir formas de vida que no pueden compartir ni comparten, no nos acercaremos a la realización de las grandes esperanzas ni a los ideales de cooperación mutua y esfuerzos conjuntos previstos en la Carta de las Naciones Unidas. 22. La búsqueda de un arreglo de paz en el Oriente Medio sigue siendo una preocupación fundamental de la comunidad mundial. Sin embargo, la Asamblea debe admitir que todavía no hay una solución a la vista. Las perspectivas de una solución siguen siendo precarias, por las complejidades del conflicto árabe-israelí y por el camino incierto de los acontecimientos en el Líbano. 23. Los más importantes aspectos de cualquier solución al confli~o árabe-israelí son el derecho de cada Estado del Oriente Medio, inclusive Israel, a existir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, y el derecho de los palestinos a la libre determinación. No se podrán realizar progresos si no se llega a un acuerdo que garantice tanto a los israelíes como a los palestinos el derecho a la seguridad y el derecho a existir en su propio Estado. 24. Una cuestión conexa es el control de los territorios. Mientrac; que para Israel la cuestión más importante es la de lograr la seguridad, lo que más preocupa a los árabes es la devolución de los territorios perdidos. Tal como están las cosas, para lograr progresos en cuanto a la solución del problema es necesario que Israel retire sus fuerzas de los territorios ocupados en 1967, que modifique su política de incorporar las tierras palestinas a su Estado y que ponga fin a la creación de nuevos asentamientos en esos territorios. Igualmente, correspondería que los palestinos manifestaran de manera explícita y clara su disposición a reconocer el derecho de Israel a una existencia segura. La realidad de la situación exige la posibilidad de una avenencia de ese tipo. Desgraciadamente, la actitud actual de ambas partes no promete nada en ese sentido. 25. En cuanto a la situación del Líbano, la cuestión primordial es devolver al país n plena soberanía, su integridad territorial y su independencia política. Se debe superar de alguna manera la lucha sectaria interna mediante un proceso de reconciliación nacional que contribuya a ampliar la autoridad del Gobierno legítimo y a lograr el retiro de las fuerzas extranjeras del país. 26. Actualmente nos encontramos frente a un estancamiento de toda la situación del Oriente Medio. La reciente visita del Secretario General a la región en procura de
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un marco para una nueva conferencia de paz sobre el Oriente Medio es una feliz iniciativa en la dirección correcta. Los problemas del Oriente Medio han figurado en el programa de la Asamblea durante los últimos 36 años. A nuestro juicio, la cuestión de convocar a una conferencia internacional de paz en el Oriente Medio no puede excluirse indefinidamente si queremos trabajar en pro del objetivo de una solución amplia y duradera. 27. La delegadón de Birmania comparte la preocupación de la comunidad mundial por la agudización del conflicto entre el Irán y el Iraq, que ya ha durado cuatro años. Los recientes ataques por ambas partes contra buques neutrales, en una vía marítima internacional, demuestran cuán potencialmente peligrosa se ha tornado la situación. Es posible que el conflicto adquiera una dimensión internacional, por lo que es claramente urgente poner fin a las hostilidades por medios pacíficos, antes de que la presión de los hechos determine un enfrentamiento más amplio. 28. Durante seis años la Asamblea General se ha ocupado de las cuestiones del Afganistán y de Kampuchea. Ambas situaciones continúan causando tensiones y amenazan la paz y la estabilidad regionales. Junto con los demás miembros de la Asamblea, estamos ansiosos por que mejoren las perspectivas de paz y de una solución política negociada para ambos problemas. A pesar de las inicíativas diplomáticas, que se han presentado de tanto en tanto para conseguir que se movilizaran todas las partes interesadas, no ha surgido ninguna fórmula para lograr un proceso de negociación. 29. La posición de la delegación de Birmania es simple. Deseamos una solución política para los conflictos del Afganistán y Kampuchea, sobre la base del retiro de todas las fuerzas extranjeras y el pleno respeto de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de ambos Estados. Queremos que se inicie un proceso de reconciliación y de restauración de la unidad de los pueblos del Afganistán y Kampuchea y el restablecimiento de las condiciones en que puedan forjar su propio destino sin injerencia ni presión externa. Es lamentable que los puebh:>s de ambos Estados se vean desarraigados y continúen sufriendo privaciones e injusticias. Por consiguiente, mucho nos preocupa la prolongación de los conflictos y que aún no se haya logrado una solución a los problemas del Afganistán y Kampuchea. 30. Una vez más este año no hay perspectivas inmediatas de que Namibia llegue a ser un Estado independiente. En los últimos años k. Asamblea General ha reafirmado el derecho inalienable dp-! pueblo namibiano a la libertad, la independenda y la integridad territorial, incluida Walvis Bay, bajo el liderazgo de la South West Africa People's Organization (SWAPO). La resolución 43:5 (1978) del Consejo de Seguridad, en la que se establece un plan de las Nadones Unidas para la independencia de Namibia, ha sido aceptada en principio por todas las partes pertinentes como base para un arreglo. Sin embargo, Sudáfrica no ha dado muestras de la menor intención de cambiar de curso, e insiste en ampliar la cuestión mediante la introducción de cuestiones improcedentes como requisito para la independencia de Namibia. Este vínculo es incompatible con la letra y el espíritu de la resolución 435 (1978) Yconstituye un impedimento para la aplicación del plan de las Naciones Unidas para lp. independencia de
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Namibia. Además, no se logró solución alguna en las conversaciones directas, que se celebraron este año entre Sudáfrica y las partes que promueven la independencia de Namibia. No creemos que se puedan lograr progresos mientras Sudáfrica no cambie de actitud y abandone su repetida aseveración de que las tropas cubanas deben retirarse de Angola antes de que Sudáfrica híciera lo propio en Namibia. 3 I. En la actualidad, la política de apartheid del Gobierno de Sudáfrica continúa excluyendo a la población mayoritaria negra de la reforma constitucional, con miras a crear los llamados territorios patrios independientes. No hay indicios de que Sudáfrica se apartará de su polítíca básica de apartheid, que es la discriminación racial institucionalizada y que ha sido universalmente condenada. El desafío desdeiioso de Sudáfrica de la indignación moral del mundo es motivo de creciente preocupación para todas las naciones de buena voluntad, que creen en el valor y la dignidad esenciales de la persona humana. El mundo celebraría que Sudáfrica se ajustara a la realidad, abandonara su política de apartheid y estableciera una relación más constructiva con sus países vecinos. 32. Permítaseme ahora formular algunas breves observaciones sobre la situación económica mundial. No cabe duda de que para la gran mayoría de los pueblos del mundo la cuestión más importante es la situación económica y no tanto la política. Los objetivos por los que bregan los pueblos son la alimentación, el trabajo, la seguridad y la vivienda, que tomados conjuntamente significan la satisfacción d~ las necesidades y el derecho a sobrevivir. En cierta medida, los actuales procesos en la esfera económica son una especie de paradoja. Después de 30 años de conferencias internacionales relacionadas con el desarrollo, de reuniones en la cumbre,.de estrategias y de expansión económica, hasta ahora los resultados logrados han sido mínimos para la mayoría de los pueblos del mundo, principalmente para los que viven en los países en desarrollo. Hoy no hay unidad sino desorden en ia situación económica mundial. Las naciones compiten unas contra otras y el hombre compíte contra los demás hombres en un desesperado esfuerzo por establecer ia estabilidad y la seguridad económicas. 33. Desde el comienzo del decenio de 1970, la economía mundial ha pasado de una crisis a otra, y ninguna nación o región se ha salvado de las consecuencias de la turbulencia económica. La crisis de la energía, el colapso del sistema monetario y financiero mundial y las graves perturbaciones estructurales derivadas de esos dos factores han determinado las recesiones que culminaron en la actual crisis económica mundial. 34. Después de dos importantes recesiones en los últimos 10 años, se .:onsidera en la actualidad que la economía mundial ha registrado cierta recuperacioIÍ. Eso puede ser cierto con respecto a las economías de los principales países desarrollados, pero no es tan cierto pa.ra el resto del mundo, es decir, para los países en desarrollo. Comprendemos que incluso en los países económicamente más adelantados t":Jsten grandes dudas acerca de la estabilidad de la tendencia actual. Las perspectivas de una recupf'ración sostenida siguen siendo precarias debido a las altas tasas de interé3 fijadas en función de la política in· tema de la Potencia económica más fuerte del mundo. Esa medida ha reducido el alcance de las inversiones y
aumentado su costo en las economías de los países desarrollados y en desarrollo. Si no se registra un íncremento de las inversiones productivas, será difícil superar la actual crisís económica. 35. Las recesiones mundiales han tenido repercusiones nocivas en casi todos los países en desarrollo. La cuestión que debe examinar la Asamblea General es cómo mejorar la difícil situación del mundo en desarrollo. A nuestro parecer, el panorama actual de la economía mundial no es alentador en absoluto para esos países. Sus economías se ven afectadas todavía por un crecimiento lento, factores extenos adversos y problemas para lograr una situación satisfactoria en materia de balanza de pagos. La disminución de los precios de los productos básicos, conjuntamente con la reducción de los volúmenes de exportación y una relación de intercambio adversa, han complicado su desequilibrio externo. Al verse obligados a reducir su~ importaciones esenciales por la conocida razón de la balanza de pagos, sus actividades de desarrollo sufrieron graves reveses. Tienen dificultades para obtener inversiones para el desarrollo y para proporcionar empleo a una fuerza laboral que aumenta. 36. El problema central de la economía mundial en la actualidad es la situación de endeudamiento internacional de los países en desarrollo. Muchos países no pueden pagar sus deudas debido a las altas tasas de interés y a la reducción de sus ingresos por exportación, única fuente con la que pueden sufragarse las deudas internacionalmente. Las refmanciaciones masivas de las deudas también determinan el aumento de las deudas acumuladas. Los préstamos internacionales, considerados en otros tiempos instrumentos importantes para estimular el crecimiento económico, se han convertido hoy en el factor causante de una corriente inversa de capitales y del emplazamiento de las perspectivas de crecimiento de los países en desMrollo. 37. A nuestro entender, no puede haber una recuperación perdurable de la economía mundial sin una solución del problema de las deudas internacionales. Y el problema de las deudas no se podrá resolver sin introducir ajustes estructurales para lograr un sistema financiero y monetario más equilibrado y la revitalización del comercio mundial. 38. Creemos que la economía mundial se encuentra en una fase aguda dentro de un proceso de cambio en las relaciones económicas internacionales. Los trastornos económicos que afectaron a la comunidad mundial en los últimos años han permitido comprender la interdependencia que inextricablemente vincula a todas las naciones, desarrolladas y en desarrollo. Se ha descubierto la dimensión de la dependencia mutua y se la ha aceptado como un hecho. Vivimos en un mundo de problemas interdependientes, que exigen una avenencia mutua. Esperamos que esta interdepenriencia mutua se pueda transformar en solidaridad activa y en una respuesta colectiva a un mundo que mucho necesita de la reestructuración del esquema de la cooperación económica internacional. 39. Para concluir, la delegación de Birmania desea dejar constancia de su agradecimiento -que seguramente comparten otros- por los incansables esfuerzos realizados por el Secretario General con el objeto de imprimir una orientación constructiva a los asuntos mundiales. Su
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reciente visita al Oriente Medio en misión personal, sus conversaciones con los dirigentes de la Unión Soviética y de los Estados Unidos, su satisfactoria iniciativa para que se pusiera'fin a los ataques contra objetivos civiles en la guerra entre el Irán y el Iraq y sus actuales esfuerzos para resolver el problema de Chipre son actos dignos de elogio, y no han pasado desapercibidos. Ha dado nuevo lustre al cargo que ocupa. Nos aventuramos a expresar la esperanza de que los sinceros empeños del Secretario General sean recompensados por resultados concretos. 40. Sr. NIASSE (Senegal) (interpretación del francés): Señor Presidente, la Asamblea General, en su trigésimo noveno período de sesiones, acaba de elegirlo, por la unanimidad de sus miembros, para ocupar la Presidencia del trigésimo noveno período de sesiones. Esta brillante elección se esperaba desde que la organización continental africana, la Organización de la Unidad Africana (OUA), adoptó en Nairobi, en junio de 1981, y después en Addis Abeba en junio de 1983, dos resoluciones en las que se recomendaba su candidatura para ocupar la Presidencia de la Asamblea. En todo el mundo los numerosos amigos que tiene su pafs apoyaron esa recomendación, renovando así la confi:JItza que depositan en Africa, Zambia y en usted personf¡2mente y dando prueba de una amistad de la cual legítimamente podemos enorgullecernos. Acepte pues, Señor Presidente, nuestras felicitaciones fraternas y calurosas; acéptelas usted, que a la cabeza del Consejo de las Naciones Unidas para Namibia ya puso de relieve, con discreción y eficacia, eminentes calidades de diplomático, estadista y defensor del derecho de los pueblos a la independencia. Por haber tenido el honor de presidir junto a usted, en París, en abril de 1983, la Conferencia rnternacional en Apoyo a la Lucha del Pueblo Namibiano por la Independencia, estoy en condiciones de señalar cuál fue, entre otras, su contribución r-ositiva al éxito de esa reunión. Con tales referencias, no cabe duda alguna de que sabrá usted dirigir los trabajos del trigésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General para lograr resultados notables. 41. Asimismo, quiero agradecer a su predecesor, el Sr. Jorgt' IUueca, de Panamá, quien en una coyuntura internacional especialmente difícil se dedicó con valor y lucidez a afirmar aún más, en la Presidencia del trigésimo octavo período de sesion~, la vocación de las Naciones Unidas de promover la paz y la concordia entre las naciones. A este respecto, no se puede dejar de rendir homenaje al Secretario General, cuyo espíritu amplio, capacidad de análisis, independencia de criterio y fidelidad a los ideales de las Naciones Unidas tuvimos oportunidad de apreciar una vez más en el año en curso durante su visita al Senegal en enero de 1984. Al visitar las zonas más diversas de nuestro continente, este viaje fue un acto de fe que de hecho dio nuevas pruebas de que, con buena voluntad y aplicando un método adecuado, pueden identificarse con serenidad los dramas y esperanzas de una gran parte de la humanidad y se les pueden buscar y encontrar soluciones convenientes si damos pruebas de un espíritu de solidaridad internacional en un impulso encomiable de generosidad y fraterni~ad.
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de su reciente ingreso a las Naciones Unidas. Su apego a los ideales de paz, justicia y concordia que figuran en la Carta de las Naciones Unidas, constituye la mejor prenda de que ese país sabrá contribuir con decisión y eficacia a la promoción de las Naciones Unidas y al logro de sus objetivos. 44. Henos aquí reunidos una vez más los representantes de los pueblos, de los Estados y gobiernos del mundo, para reflexionar juntos sobre la situación y el porvenir de la humanidad, por encima de las diferencias de opción ideológica, de sistemas politicos, de regiones culturales, de tradiciones y costumbres, conscientes de que las civilizaciones de las que somos producto y artesanos se complementan entre sí; y conscientes también de que 159 naciones no pueden reunirse durante numerosas semanas y trazar en común una dimensión correcta de las medidas que se han de emprender para mejorar el destino de la humanidad sin convencerse previamente de que las convergencias deben prevalecer por sobre los obstáculos que se oponen al diálogo y a la solidaridad. 45. Países ricos y países pobres, pueblos opulentos y regiones azotadas por la desesperación y el pesimismo engendrados por la crisis mundial, ¿acaso no estamos todos aquí sacudidos hoy por las mísmas angustias y obligados, para no desaparecer, a tomarnos de la mano frente a los peligros que amenazan al hombre y a su entorno vital? 46. Imbuido del espíritu de la necesidad de una reflexión conjunte de la comunidad internacional orientaC:a en esa dirección, el Jefe del Estado senegalés, el Presidente Atdou Díouf, me asignó la tarea de venil" y hacer uso de la palabra en la Asamblea General. 47. Cumpliré la tarea mencionando, en pdmer lugar, los problemas políticos a los que una vez más deben hacer frente las Naciones Unidas, además 'de las cuestiones económicas en que se debaten sin tregua el tercer mundo en general y Africa en particular, con la esperanza cada vez más reducida de que los pueblos y los hombres se den la mano para evitar un apocalipsis del que no se salvaría, si se produjera, ningún pueblo ni país. 48. ¿Seremos caprces, teniendo en cuenta ese riesgo, de dar el salto que las nac:ones del mundo esperan de nosotros si sabemos y qUt;remos aprovechar a fondo las inmensas posibilidades que contiene el espíritu humano y el tesoro de imaginación de que nos ha dotado la naturaleza?
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43. Finalmente, deseo dar la bienvenida al país hermano de Brunei Darussalam, miembro, como el Senegal, de la Organización de la Conferencia Islámica, con motivo
49. Desde hace casi 40 años parece haberse establecido un modus vivendi, un equilibrio de paz entre las naciones industrializadas, especialmente las del hemisferio norte. En esas condiciones dichos pafses se aseguran de un progreso técnico y una estabilidad económica que garantiza y protege el establecimiento de un sistema y de un tipo de relaciones que preservan lo esencial, o sea, la búsqueda de ese progreso técnico y la instauración de esa estabilidad económica que, pese a los avatares de la coyuntura, observamos en la actualidad. 50. Al mismo tiempo se observan aquí y allá, en Asia, Africa, América Latina y el Oriente Medio, numerosos focos de tirantez y conflictos que desgarran a los pueblos, que enfrentan a países vecinos a los que todo debería empujar a cooperar con confianza y amistad. A veces estalla la guerra civil en el seno de una fi ¡isma población y enton-
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ces peiecen niños, ancianos y hombres en la flor de la edad, que se matan y desgarran en nombre de ideologías opuestas, agudizadas y recalentadas en un conflicto de intereses muy a menudo ajeno a sus paises. 51. Frente a esa situación dramática, ¿no ha llegado acaso el momento de que las naciones del mundo, las ricas como las que no lo son, las industrializadas o en desarrollo, se pongan finalmente de acuerdo para luchar contra las rivalidades y las tiranteces, mediante un esfuerzo concertado y un diálogo constructivo con miras a asegurar a todos y cada uno la libre elección de nuestro destino común? 52. En la actualidad Sudáfrica sigue ocupando ilegalmente Namibia, a pesar de las resoluciones pertinentes aprobadas por las Naciones Unidas a los fines de permitir que el pueblo hermano de ese territorio recupere sin obstáculos su pleno derecho a la libertad, la independencia y la dignidad. A ese respecto mi país, el Senegal, desea reafirmar solemnemente su total solidaridad con la SWAPO, único y legítimo representante del glorioso pueblo namibiano, y expresar su apoyo a la resolución 435 (1978) del Consejo de Seguridad. La cuestión namibiana es un problema d: descolonización, en el espiritu de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, en la que figm-a la Declaraci', n sobre la concesión de la independencia a los paises y pueblos coloniales, que reconc¡Jce a éstos el derecho innegable a la libre determinación y la soberanía nacional. 53. Los paises miembros del grupo de contacto deberian en tal sentido ejercer presiones directas sobre el Gobierno de Pretoria, tras los esfuerzos que han realizado y que la honestidad y el deseo de objetividad nos impulsan a destacar al pasar. Dado que ya se ha establecido el contacto, consideramos que es conveniente mantenerlo y fortalecerlo para que Sudáfrica acepte el plan de las Naciones Unidas para Narnibia. 54. No puedo concluir este capítulo sin celebrar, en nombre de mi Gobierno, las respetables iniciativas y empeños loables del Secretario General, merced a quien los aspectos técnicos del caso vinculados a la composición, estatuto y despliegue de los elementos militares del GANUPT, así como la selección del sistema electoral previsto en el plan, han sido ya objeto de acuerdo. 55. A pesar de la lentitud de las conversaciones y de los reconocidos limites de los progresos alcanzados recientemente en Lusaka, Zambia y Sal, en Cabo Verde, con respecto a la negociación entre las partes correspondientes, el Senegal alienta los esfuerzos realizados y preconiza un alto el fuego, de conformidad con las disposiciones de la resolución 435 (1978). 56. Sudáfrica, a raíz del imperio aborrecible del apartheid que el régimen de Pretoria se empeña en refmar mediante reformas sucesivas -como la reciente supuesta reforma constitucional- merece una vez más la condena de la comunidad internacional. Mi país, el Senegal, quiere por su parte denunciar esta inhumana política de segregación racial y expresar una vez más su solidaridad con el pueblo oprimido de Sudáfrica y con sus auténticos representantes, el African National Congress de Sudáfrica y el Pan Africanist Congress de Azania. Igualmente, el Senegal se pronuncia enérgicamente contra los atentados co-
metidos reiteradamente en perjuicio de la integridad territorial, la soberanía y la seguridad de los Estados de primera línea y especialmente contra las amenazas permanentes de Sudáfrica en perjuicio de Angola y Mozambique, cuyos Gobiernos y pueblos hermanos sólo aspiran a la paz y al desarrollo. 57. En el Africa occidental, la situación del Sáhara Occidental sigue reclamando la atención de la comunidad internacional. Mi país desea a ese respecto un arreglo pacifico de la controversia de conformidad con las disposiciones de la resolución AHG/Res. 104 (XIX) aprobada por la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana en su 19° período ordinario de sesiones en Addis Abeba en junio de 1983 1, y que hizo suya en la resolución 38/40. 58. En lo que respecta a la cuestión del Chad, cabe esperar que los recientes acontecimientos derivados del acuerdo de separación franco-libio de septiembre de 1984 puedan llevar a la reconciliación nacional en el Chad y al respeto escrupuloso por la integridad y la soberanía de ese país, bajo la dirección de su Gobierno legítimo, reconocido por la OUA y la comunidad internacional, libre de toda injerencia extranjera. Ha llegado el momento, en efecto, de que ese país mártir, desgarrado por conflictos internos y por diversas intervenciones desde hace ya 20 años, goce por fin de la paz, la unidad nacional y la estabilidad indispensables para el desarrollo de su pueblo y de su economia. 59. Así como en Africa el Gobiernno racista de Pretoria sigue transgrediendo la Carta de las Naciones Unidas y oprimiendo a los pueblos que aspiran a la paz, de igual manera en el Oriente Medio, Israel mantiene una atmósfera de tirantez, mediante una política de agresión y anexión contra los pueblos árabes de la zona en general y en contra del pueblo palestino en particular. A su vez, el recurso sistemático de Israel a la fuerza ha terminado por obstaculizar todas las iniciativas de paz que se han emprendido en los últimos años. La larga lista de resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General es el} tal sentido indicativa de la indiferencia y el desenfado que demuestra el Gobierno de Tel Aviv ante las decisiones de la comunidad internacional. 60. Hoy más que nunca debemos reafll111ar el derecho inalienable del pueblo hermano de Palestina, reagrupado en el seno de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), su única y legítima representante, a la dignidad, a la libre determinación y a la independencia, mediante la creación de un Estado palestino soberano, en suelo palestino, de conformidad con las r~oluciones de las Naciones Unidas. Es preciso que la comunidad internacional obligue a Israel, por todos los medios legales, a poner fm a los asentamientos; apoyar activamente al pueblo libanés, hoy tan desgarrado, para que alcance su unidad y su integridad territorial y recupere la estabilidad, poniendo término a los actos de agresión que se perpetran cotidianamente contra su soberanía, no escatimar esfuerzo alguno por lograr la evacuación total de los territorios árabes ocupados por la fuerza israelí en 1%7, y fomentar las condiciones necesarias para lograr una paz justa y duradera en el Oriente Medio, respetando el derecho de todos los pueblos de la región a vivir dentro de fronteras seguras y reconocidas. 61. Mi país, el Senegal, ha tenido el insigne honor, merced a la confianza de la comunidad internacional, de pre-
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sidir la Conferencia Internacional sobre la Cuestión de Palestina, celebrada en Ginebra del 29 de agosto al 7 de septiembre de 1983. Sabemos que desde entonces el Secretario General, el Movimiento de los Países no Alineados y la Organización de la Conferencia Islámica, así como el Comité de Al-Quds, que preside el Rey Hassán II de Marruecos, han realizado esfuerzos por lograr progresos con respecto a esa cuestión. Es preciso alentar e intensificar esos esfuerzos, pues a juicio de mi país, que preside en las Naciones Unidas el Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, en una Conferencia Internacional de paz sobre el Oriente Medio, que contara con la participación plena y total de la OLP, se podría encontrar una solución definitiva a la cuestión del Oriente Medio.
senso internacional en tomo a la cuestión de Kampuchea, dado que en ese consenso se tienen en cuenta las preocupaciones de todas las partes interesadas en la cuestión. La experiencia ha demostrado que el recurso a la fuerza no es el mejor medio para resolver esa controversia. S610 por medio del diálogo constructivo y responsable podrán todas las partes interesadas poner fin a ese conflicto que ha durado demasiado tiempo.
62. Como se sabe, han transcurrido ya cuatro años desde el comienzo del conflicto fratricida que er.frenta al Irán y al Iraq y en el que ya han perdido la vida miles de inocentes. Enormes pérdidas materiales y recursos vastísimas sustraídos al desarrollo de estos dos países, han sido consumidos sin ningún resultado positivo. Y ante ese triste saldo, todas las iniciativas emprendidas se han visto condenadas al fracaso. El Senegal, en su carácter de miembro del Comité Islámico de Paz que está tratando de lograr la paz entre ambos países, aprovecha esta ocasión para reiterar su apoyo al Consejo de Seguridad, al Movimiento de los Países no Alineados y a la Organización de la Conferencia Islámica para lograr una intervención rápida que imponga un alto el fuego definitivo a Teherán y a Bagdad y abra el camino a las negociaciones de paz sobre la base de los principios fundamentales del derecho internacional y de la estabilidad de los países de la zona del Golfo.
66. Por último, en América Central, si todos observaran el principio del respeto del derecho de los pueblos a elegir su propio destino, tanto en el subcontinente como en otras partes, podríamos abrigar la esperanza de ver que los pueblos de la zona cooperan eficazmente y de consuno ponen fin a las múltiples tiranteces y focos de conflicto que imperan en esa región. Con este ánimo, el Senegal se propone seguir apoyando activamente los esfuerzos del Grupo de Contadora.
63. En el continente asiático, el Afganistán y Kampuchea continúan, como es sabido, sufriendo bajo el yugo de una ley y un poder impuestos por Potencias extranjeras. Es razonable considerar que los pueblos afgano y kampucheano tienen derecho al justo reconocimiento de su aspiración legítima a elegir libremente su régimen político y sus dirigentes. Con ese fin, el Senegal seguirá esforzándose activamente por lograr la evacuación de todas las tropas extranjeras de esos dos países y por el justo respeto de la Carta de las Naciones Unidas en lo referido a ese caso, mediante la aplicación pacífica del mecanismo de los buenos oficios del Secretario General y la búsqueda de una solución negociada entre las partes en conflicto. Para el Senegal, tanto en un caso como en otro, el objetivo más importante reside en crear para los pueblos afgano y kampucheano las condiciones que les pennitan ejercer el derecho a asumir soberanamente su propio destino. 64. Particularmente en el caso de Kampuchea, después de tres años de esfuerzos diplomáticos loables y constantes, la aplicación de las resoluciones pertinentes debe superar obstáculos que no debieran desviarnos qe nuestro objetivo, a saber, el restablecimiento de la paz en Kampuchea y en la región. A este respecto, cabe destacar que las actividades de las Naciones Unidas, por conducto del Comité Especial de la Conferencia Internacional sobre Kampuchea, que preside el Senegal, lejos de estar dirigidas contra tal o cual Estado, están más bien destinadas a crear las condiciones para un diálogo constructivo entre todas las partes interesadas. En ese aspecto, algunos Estados deberían reconsiderar su actitud y sumarse al con-
65. En la peninsula de Corea volvemos siempre a la idea de una reunificación pacifica de ambas partes, en el marco de una concertación sincera y fraterna. Nuestro pafs, el Senegal, por consiguiente, seguirá apoyando toda idea orientada en ese sentido y que se base en la libre voluntad de todo el pueblo coreano.
67. El panorama de la situación mundial no es brillante pero, al igual que el tiempo, la actualidad política internacional se caracteriza siempre por una alternancia predecible de momentos oscuros y períodos en los que los elementos de la naturaleza se unen para dar lugar al buen tiempo. Por ello, no cabe desesperar. Debemos tender más bien a la esperanza y al esfuerzo organizado. Ese esfuerzo, hoy más que nunca, debe encaminarse a la búsqueda constante de las soluciones más convenientes para los distintos problemas económicos y fmancieros que sacuden al mundo, sobre todo a los países en desarrollo. 68. El mundo se ve afectado en la actualidad por una crisis económica sin precedentes, que hay que percibir no como un fenómeno a corto plazo ni mucho menos como un fenómeno cíclico, porque se arraíga profundamente en los desequilibrios superpuestos y las desigualdades acumuladas que han caracterizado desde el decenio de 1980 al sistema económico internacional. 69. No quiero volver a examinar aquí los elementos de esa crisis ni las manifestaciones múltiples que tiene, porque otros colegas lo han hecho antes que yo, y las Naciones Unidas también, en diferentes niveles, han estudiado todos los aspectos de la crisis con una convicción y decisión dignas de encomio. 70. A instancias de los países del tercer mundo, la Asamblea General aprobó en mayo de 1974 la Declaración y el Programa de acción sobre el establecimiento de un nuevo orden económico internacional [resoluciones 3201 (S- VI) y 3202 (S-VI)] Y luego, en diciembre de ese mismo año la Asamblea aprobó la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados [resolución 3281 (XXIX)]. Ese nuevo orden econóxrJÍco internacional tenía y aún tiene por objeto corregir las desigualdades, rectificar las injusticias y eliminar la brecha inmensa que existe en todos los niveles entre los países ricos y los pobres. Precisamente en función de esos objetivos, deseo, en nombre del Senegal, hacer hincapié en esta última parte de mi exposición, en dos aspectos fundamentales de particular interés para la
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casi totalidad de los países africanos: el endeudamiento del tercer mundo, por un lado, y el fenómeno de la sequía y de la desertificación, por el otro. 71. Nuestros países en particular sufrieron las peores consecuencias de la crisis mundial. Registraron en distintos niveles durante estos últimos años un importante déficit en sus balanzas de pago, agravado por la aguda disminución de su producción agrícola e industrial, todo lo cual determinó una disminución constante de los ingresos per cápita. El fenómeno de la escasez de lluvias también produjo un agudo déficit alimentario. Además, los precios de sus materias primas y productos básicos siguieron bajando constantemente, mientras que los costos de importación de los bienes de capital y de los productos manufacturados y terminados registraron un aumento sin precedentes. Todo eso engendró una disminución considerable de los beneficios derivados de las exportaciones de nuestros países. 72. La notoria insuficiencia de las corrientes de recursos financieros y las c'eficiencias estructurales que padecemos nos llevaron, a fin de asegurar un mínimo de desarrollo, a contraer deudas importantes destinadas a permitirnos salir del estacionamiento. Así pues, de 244.000 millones de dólares en 1977, la deuda externa de los países en desarrollo se elevó en 1982 a 625.000 millones y a 785.000 millones a fines de 1983. 73. El resultado de esa situación será inevitablemente una reducción grave del producto nacional bruto de nuestros países y la restricción drástica de su capacidad de absorción de las consecuencias de la crisis mundial. 74. Paralelamente, ya nivel internacional, hemos sufrido las consecuencias de los siguientes factores: la persistente inestabilidad monetaria; las fluctuaciones de los tipos de cambio, que son ajenas a nuestro control; el nivel especialmente alto de las tasas de interés; las nuevas barreras proteccionistas impuestas por los países industrializados; el aumento de los fletes marítimos; el pago de los intereses de los créditos comerciales; el alza constante del precio de la energía y de los productos petroleros y sus derivados. 75. Asestaron el golpe de gracia a nuestras actividades de desarrollo, en la esfera monetaria la insuficiencia de recursos fmancieros, sobre todo en condiciones favorables, el estancamiento e incluso la disminución del valor real de la ayuda oficial al desarrollo, considerada a la luz de los efectos acumulados de la inflación y la reducción de los precios de las materias primas, y para coronar todo eso, las condiciones impuestas por la política en materia de préstamos de las instituciones financieras públicas y privadas.
rios para apoyar las ya frágiles economías en los países africanos. Si bien lo felicitamos por esa gestión, debemos al propio tiempo renovar nuestro llamamiento a la comunidad internacional y a las instituciones financieras especializadas para que organicen una conferencia mundial sobre endeudamiento a fin de estudiar la mejor forma de encarar este fenómeno contemporáneo, analizar su evolución y definir las medidas más adecuadas para reactivar las economías de nuestros países y liberarlos de los estancamientos y distintos obstáculos en que se encuentran atrapados por la maraña de mecanismos que los han llevado a la situació:¡ actual. 78. Durante el período que se examina la sequía y la desertificación han dominado e invadido inexorablemente a nuestro continente. En 1983 no menos de 35 países africanos se vieron afectados por el fenómeno de la sequía, que ya no se limita a algunas zonas del Africa ~ccidental, sino que también se ha propagado en el Africa oriental, central e incluso austral donde, a ambos lados de la línea ecuatorial, la amplia región boscosa que se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Océano Indico aseguraba una cantidad de lluvia normal. Esa densa vegetación se encuentra hoy am;:;¡¡azada. 79. Otros países de Asia y de América están gravemente preocupados ante la perspectiva de que los afecten las mismas calamidades que amenazan a los Estados africanos. 80. La sequía es un fenómeno que se caracteriza anualmente por la ausencia casi total de precipitaciones pluviales en las zonas donde el riego artificial no existe, o es poco conocido, con lo que se anula toda posibilidad de explotación agrícola normal y, por consiguiente, de cosechas. La desertificación se presenta como una enfermedad que destruye a su paso la vegetación, los cursos del agua, seca los ríos, los lagos, los pozos, y hace desaparecer a la vez las plantas y los animales acuáticol; y terrestres, de los que se nutre el hombre habitualmente. 81. Anualmente el desierto crece, de esa manera, decenas de kilómetros en el norte de Africa, a partir de la franja del Sáhara, Mauritania y el Sudán, entre el Océano Atlántico y el Mar Rojo, y hacia el sur ya no se pueden cultivar cientos de miles de hectáreas, lo que provoca el desplazamiento de miles de personas y su ganado, los aparta de sus tradiciones y de su modus vivendi y complica la vida de las poblaciones de la zona a la que se trasladan. 82. Los países africanos interesados, merced al apoyo y a la comprensión de la comunidad internacional, se organizaron en zonas subregionales y regionales para luchar contra las consecuencias del doble fenómeno de la sequía y de la desertificación. Como lo indica la Oficina de las Naciones Unidas para la Región Sudanosabeliana (ONURS>:
76. Los países en desarrollo no viven por cierto en la desesperanza. ¿Pero cómo pueden esperar ver mañana la luz al final del túnel, si no se adoptan prontamente medidas concretas para poner fin paulatinamente a una situación crítica cuyas consecuencias, como las ondas expansivas, pueden afectar pronto a aquellos que hoy creen estar a salvo?
"La lucha contra las consecuencias de la sequía y la desertificación tiene por objetivo esencial rehabilitar y proteger el potencial productivo de las tierras, el agua y los demás recursos naturales. Simultáneamente, esas actividades tienden a desarrollar y fortalecer las capacidades humanas necesarias para explotar estos recursos ..."
77. El Secretario General, hace algunos meses, tomó la iniciativa encomiable de visitar países del continente negro con el objeto de movilizar los recursos adicionales necesa-
Con este espíritu se creó el Comité Interestatal Permanente de lucha contra la Sequía en el Sabel, que agrupa a ocho países del Africa occidental.
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83. En 1973 el Secretario General creó la ONURS, que entre 1973 y 1978 fue evolucionando hasta convertirse en el organismo principal del sistema de las Naciones Unidas con mandato directo de la Asamblea General a fin de coordinar las actividades de los organismos de las Naciones Unidas destinadas a ayudar a los países de la región sudanosaheliana en sus esfuerzos por contrarrestar las consecuencias de la sequía. Esa misión de la ONURS se amplió después hasta abarcar, en definitiva, además de la zona sudanosaheliana, la situada al norte de la línea ecuatorial, para la aplicación del Plan de Acción para combatir la desertificación que se aprobó ellla Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación, celebrada en Nairobi en 19772 • 84. Hace unas pocas semanas, en el mes de julio, a iniciativa del Presidente Abdou Diouf, del Senegal, se celebró en Dakar una conferencia ministerial sobre los dos fenómenos, la sequía y la desertificación, con la participación de la Comunidad Económica Europea, las Naciones Unidas, la FAO, el PNUD, el PNUMA y la ONURS, que desempeñó un papel especialmente activo en la preparación, desarrollo y resultados de esa conferencia. 85. Entre las conclusiones aprobadas en esta conferencia, que hemos comunicado a los órganos competentes de las instituciones que enumeré anteriormente, se aceptó el concepto de países asolados por la desertificación, con las consecuencias que prolongan, en el plano de la acción concreta, la aprobación de dicho concepto por las Naciones Unidas. El deseo de mi Gobierno es que la Asamblea General, durante el actual período de sesiones, elabore y apruebe una resolución que defina medidas concretas y haga un llamamiento a la comunidad internacional a que consiga y asigne más recursos para aplicar [as conclusiones a que llegó la conferencia de Dakar. Es positivo que en el programa del actual período de sesiones ya figure la cuestión de los países asolados por la desertificación y la sequía. 86. Cabe tener en cuenta tres ideas fundamentales de la ONURS (cuyos grandes méritos desearía destacar y rendir a la vez un cálido homenaje a quienes las propiciaron) para la búsqueda de una solución al espinoso problema de los países asolados por la desertificación: primero, la ayuda a los diversos países y a sus instituciones regionales, en el ámbito de la planificación y la formulación de proyectos y programas tendientes a luchar contra los efectos de la sequía y contra la desertificación; segundo, la ayuda para la movilización de los recursos necesalios a fin de aplicar los distintos proyectos y programas, ya sea a nivel bilateral o multilateral, ya sea por intermedio del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para las actividades en la región sudanosaheliana administrado por la ONURS, con un aumento notable de los medios puestos a disposición de dicha oficina, cuyos recursos resultaa insignificantes frente a las dimensiones de los problemas identificados; y tercero, la gestión del Fondo Fiduciario mencionado y la aplicación, con cargo a los recursos de ese Fondo, de los proyectos y programas a los que la ONURS contribuye. 87. Es evidente que la labor de· la ONURS deberá comprender una serie de actividades decisivas en relación directa con los países interesados, para ayudarlos a elaborar y poner en práctica una política coherente de lucha contra el fenómeno.
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88. Para concluir, sabemos que el mundo está hoy sacudido por dificultades de todo tipo. A nuestros problemas de carácter político se suman diariamente múltiples interrogantes sobre el porvenir económico de los pueblos que nosotros representamos. ¿Acaso no es hora entonces de hacer hincapié en lo que nos une y correr un velo de razón sobre lo que nos divide, para consagramos a lo esencial: cultivar nuestra solidaridad y apoyamos mutuamen· te? Apoyamos mutuamente es actuar de consuno para apagar los focos de guerra, reducir la tirantez que opone a los pueblos, hacer oídos sordos a los cantos de sirenas del desacuerdo y el armamentismo. Apoyamos mutuamente es poner los inmensos progresos tecnológicos logrados por el espíritu humano al servicio de la humanidad, contra la política de destrucción masiva de los recursos de nuestro planeta. Apoyamos mutuamente es mirar con responsabilidad y solidaridad a los pueblos desprovistos, empobrecidos por naturaleza o amenazados por calamidades, que habitan las zonas áridas de la Tierra o en islas rodeadas por océanos pero que jamás reciben lluvias, ayudarlos y hacerles menos dura la realidad cotidiana de su existencia en el mundo. 89. A ese precio, y solamente a ese precio, podemos no perder las esperanzas en nosotros mismos, porque al hacerlo seremos hombres, seremos hombres de paz, seremos hombres de diálogo, seremos hombres de generosidad, los hombres de una generación que no habrá vivido en vano y que, después de haber explorado la Luna, de haber costeado los planetas Marte y Saturno, de haber bordeado a Vel1us y admirado a Orión, volverá a la Tierra para asumir, con la cabeza en alto, su propio destino, el destino de la humanidad. 90. Sr. JACKSON (Guyana) (interpretación del inglés): Señor Presidente, al elegirlo Presidente de la Asamblea General durante el trigésimo noveno período de sesiones, la comunidad internacional ha honrado a un hombre de talento y experiencia notables. Su contribución a las Naciones Unidas ha sido sobresaliente y usted ha servido con distinción a Zambia y al Africa. Para nosotros, en Guyana, es motivo de satisfacción especial verlo a usted dirigiendo nuestras deliberaciones, porque existen vínculos de larga data e inconmovibles que unen a su país, Zambia, y al mío. En un plano más personal, apreciamos en gran medida el papel que usted desempeñó para fortalecer esos vínculos durante el período en que actuó como representante acreditado de su país en Guyana. 91. No menos placer es para mí rendir homenaje a su predecesor inmediato, el Sr. Jorge Illueca, de Panamá, por la eficiencia y dignidad con que cumplió sus deberes de Presidente de la Asamblea en su trigésimo octavo período de sesiones. 92. Con el ingreso de Brunei Darussalam como 159 0 Miembro, las Naciones Unidas han avanzado un paso más hacia la meta de la universalidad. Al dar la bienvenida a ese nuevo Estado Miembro, Guyana le extiende una mano de amistad y cooperación. 93. El debate general de cada año en la Asamblea General brinda la oportunidad para pasar revista a la situación de las relaciones internacionales. Durante los últimos años ese examen ha revelado tendencias negativas persistentes. Este año la situación merece muy poco optimismo. 94. El flagelo de la guerra, respecto del cual hay en la Carta de las Naciones Unidas un compromiso de "preser-
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var a las generaciones venideras", es un peligro más acuciante en la actualidad que en el pasado. Se trata de una perspectiva ensombrecida no solamente por la horrible especulación acerca del uso de las armas nucleares en una guerra limitada, sino también, lo que es más espeluznante, por la formidable capacidad que poseen algunos Estados para aniquilarnos a todos. 95. La Carta también expresa la decisión de "emplear un mecanismo internacional para promover el progreso económico y social de todos los pueblos". La consecución de ese objetivo se encuentra en grave peligro porque se exige obcecadamente que todos nosotros sigamos el. mismo modelo de desarrollo. 96. El renacimiento militante de las políticas de poder otrora conocidas ha violentado otro de los principios de la Carta -el que se refiere a la igualdad de derechos de las naciones grandes y pequeñas- relegándolo virtualmente al terreno de las disquisiciones mitológicas. Se invoca el recurso a la fuerza bruta para hacer caso omiso de "las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional" y, en algunos casos, para tr~sformar ese derecho en letra muerta. 97. Cunde un estado de crisis generalizada en las relaciones internacionales. Aumenta la tendencia al uso de la fuerza o a la amenaza del uso de la fuerza para resolver los conflictos. Hoy se echa mano con mayor frecuencia de los medios militares como forma de alcanzar fines políticos establecidos a nivel nacional. De hecho, algunos de los Estados Miembros parecen haber llegado a un plano en el que la diplomacia y las negociaciones -especialmente en lo ql\e respecta a las naciones más pequeñasse supeditan al empleo de la fuerza militar. Asistimos al renacimiento de la militarización de la política exterior y al empleo de la violencia organizada como instrumento de la política de los Estados. 98. Los profundos problemas económicos agravan -y resultan, a su vez, agravados por- las tensiones políticas. Se cierne una grave amenaza sobre la cooperación internacionallibremente convenida. Parece haberse detenido la evolución del concepto de comunidad mundial y existe una inquietante tendencia a recurrir casi en forma exclusiva a las actividades comprendidas dentro de la jurisdicción de los Estados nacionales individualmente considerados, así como el bilateralismo selectivo en las cuestiones que atañen a la seguridad y al desarrollo. 99. En muchas partes se ha postergado el desarrollo, mientras que algunos gobiernos se enfrentan a la posibilidad o a la realidad de disturbios sociales acompañados por la consiguiente inestabilidad política que provoca la actual situación. A pe.sar de que es imperioso adoptar medidas colectivas, se puede observar una resistencia multifacética a adoptar soluciones mundiales. El diálogo Norte-Sur, por ejemplo, sigue sumergido en la ambigüedad y el oscurantismo. 100. De igual manera, en las negociaciones con el FMI a los países en vías de desarrollo se les imponen recetas de recuperación económica inflexibles. En la Conferencia Económica Latinoamericana, celebrada en Quito los días 12 y 13 de enero de 1984, se puso de relieve la preocupación general por la inflexibilidad y falta de adecuación de esas medidas, cuando los dirigentes de los países
latinoamericanos y del Caribe, en su Declaración y Plan de Acción de Quito, consideraron necesaria una urgente revisión de los criterios de condicionalidad del FMI que, en la situación actual, pueden perjudicar la estabilidad y el desarrollo. Los dirigentes pidieron que se diera mayor importancia a "las prioridades de desarrollo de los países y sus limitaciones de orden político y social, a fin de enfrentar en forma realista las necesidades de ajuste interno que impone la actual recesión económica mundial" [véase A/39/118, anexo].
101. Poco tiempo atrás, en la Cuarta Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, celebrada en Viena del 2 al 19 de agosto, no se logró ningún resultado práctico más allá de la formulación general de un compromiso de mayor cooperación y una mayor adhesión a los principios convenidos. Lo que en realidad se ha registrado en los últimos años es el aplazamiento continuo de la democratización de las relaciones internacionales, incluida la postergación de las reformas de las instituciones pertinentes y la modificación de sus formas de operación. 102. En el terreno de las relaciones económicas internacionales abundan las interpretaciones de los sucesos recientes, los análisis del desempeño de la economía mundial y los pronósticos sobre lo que ocurrirá en el futuro. Se advierten signos de recuperación en las economías de mercada desarrolladas, pero hay dudas sobre cuánto tiempo pueda durar esa recuperación. Por lo demás, la repercusión que pueda tener esa incipiente recuperación es hipotética, ya que no ha determinado efectos positivos en la generalidad de los países en desarrollo. 103. También es innegable que la comunidad internacional continúa viéndose afectada por un cúmulo de graves problemas económicos. Por cierto, algunos de esos problemas se han agudizado precisamente en razón de las políticas adoptadas en nombre de la recuperación nacional. Me referiré sólo a algunos de esos problemas, que son· los siguientes: el endeudamiento, las cuestiones relativas al comercio y las tasas de interés. 104. La comunidad internacional sigue dividida en cuanto a la forma de abordar debidamente el problema del endeudami~nto. El núcleo de esa dificultad radica en el hecho de que algunos países no quieren reconocer que el problema del endeudamiento es un problema mundial, por lo que exige medidas conjuntas. Ya no basta co", que un país deudor y uno acreedor se reúnan y convengan en un marco político general para resolver el problema de la deuda. Más bien es necesario llegar a un consenso en el marco de un diálogo político multilateral, con la participación de los bancos internacionales y las instituciones Imancieras multilaterales correspondientes. 105. Los países de la Comunidad del Caribe, que se reunieron en Nassau, Bahamas, del 4 al 7 de julio pasados, reconocieron esta necesidad al indicar que "el problema del endeudamiento debe tratarse a nivel internacional y con carácter urgente, para que los países en desarrollo puedan participar en la recuperación económica mundial". 106. En lo que respecta al comercio, es preciso prestar atención al problema del proteccionismo. Curiosamente, todos critican la práctica del proteccionismo. Cuando algunos representantes de los países industrializados parti-
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ciparon en la Reunión Cumbre de Londres en junio, instaron a que todos los países por igual -desarrollados y en desarrollo- se opusieran a la aplicación de medidas proteccionistas, redujeran las trabas que afectan al intercambio comercial y renovaran esfuerzos para liberalizar y ampliar el comercio internacional de productos manufacturados, productos básicos y sef\l:ios. Sin embargo, se recurre cada vez en mayor medida al proteccionismo, que a veces asume formas muy novedosas cuyo efecto principal es obstaculizar el acceso de las exportaciones del mundo en desarrollo en los mercados de los países desarrollados. 107. Aquellos de entre nosotros que creemos en las virtudes del libre comercio tenemos la responsabilidad especial de promover y llevar a cabo la demolición de todas las trabas que lo afecten. 108. El problema del comercio, sin embargo, es más amplio que el del acceso a los mercados. Ese problema comprende tanto la demanda de productos básicos como sus precios, que en la actualidad son bajos y además inestables. En nuestros esfuerzos por resolver ese problema es necesario lograr acuerdos en virtud de los cuales se garanticen precios justos y remunerativos a los países en desarrollo. 109. El factor común a todos estos problemas es el de las tasas de interés, cuyo alto nivel agrava el problema de la deuda y limita la capacidad de los países en desarrollo de hacer frente al problema del servicio de la deuda. El aumento de las tasas implica una transferencia de recursos de los países en desarrollo hacia los países desarrollados. Un incremento de esa índole también reduce los recursos que los países en desarrollo pueden volcar a actividades productivas que son necesarias para que estos países puedan cumplir con el servicio de la deuda. Cuando se aplica al servicio de la deuda el aumento de los ingresos. derivados de las exportaciones se produce el conocido efecto de la noria: se aumenta la actividad para evitar el retroceso, pero de hecho se permanece siempre en el mismo lugar. 110. Tan trágicas son las consecuencias de las elevadas tasas de interés, que el Presidente del Banco Mundial observó que se podía advertir claramente el efecto punitivo de las elevadas tasas de interés en los países en desarrollo y pidió a los países industrializados que asignaran gran prioridad a las medidas destinadas a reducirlas. 111. Una esfera en la que sin duda han progresado las relaciones económicas internacionales es la del desarrollo progresivo de formas de cooperación económica y de otro tipo entre los países en desarrollo. Se ha procurado intensificar la cooperación Sur-Sur en un esfuerzo por recoger los beneficios de la autosuficiencia individual y colectiva. Los organismos del sistema de las Naciones Unidas han proporcionado valiosa asistencia en esa esfera. Es de lamentar la posición adoptada por ciertos países industrializados, que ha sido en el mejor de los casos ambivalente y hasta abiertamente hostil con respecto a la participación del sistema de las Naciones Unidas en los planes y programas que propician la colaboración Sur-Sur. Es incongruente afirmar que los países en desarrollo deben realizar mayores esfuerzos por ayudarse a sí mismos, y al mismo tiempo negarles todo apoyo u obstruir en forma deliberada la actividad de las organizaciones internacionales que respaldan sus esfuerzos por alcanzar la autosuficiencia.
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112. Pasando a lo acontecido en materia de relaciones políticas internacionales en los últimos doce meses, advertimos que la tensión ha alcanzado niveles de mayor peligro, que se han intensificado los sentimientos de inseguridad y que un temor cada día más difundido sobre el presente y el futuro se cierne sobre numerosos países y afecta a mucha gente. 113. El factor más perturbador ha sido el agudo deterioro de las relaciones entre las superpotencias. La retórica ha sido brusca y erizada de hostilidad. Muchos de nosotros en la comunidad internacional hemos pedido desde hace tiempo que se suavice la retórica y se entable un diálogo constructivo. Por cierto, recientemente se han registrado indicios de la posibilidad de avanzar en esta dirección. La esperanza de Guyana es que esos indicios no sean una mera táctica momentánea. 114. La filosofía de las armas, especialmente en la esfera nuclear, se ha desarrollado siguiendo los dictados de una lógica propia. Ha llegado el momento de la intervención benévola de la razón humana en aras de la supervivencia de la humanidad. 115. Es preciso que todos formulemos en este período de sesiones de la As:lmblea General un llamamiento conmovedor para que se inicie un diálogo serio destinado a poner fin a la enloquecida espiral de la carrera de armamentos. Creo que sería ventajoso que se permitiese al Secretario General desempeñar un papel más amplio en ese diálogo. Toda la humanidad tiene interés en el resultado satisfactorio de tal diálogo. 116. La búsqueda del diálogo reconocería la preocupación manifestada no solamente en los corredores de la política internacional, puesto que en las oficinas, en los campos y en las fábricas, y en cada aspecto de la actividad humana, la gente común expresa su más profunda preocupación por la amenaza que existe respecto de la supervivencia humana. La gente trata de poner coto a las políticas que sólo pueden conducir inexorablemente al holocausto. Y la gente joven, que en 1985 celebrará el Año Internacional de la Juventud, representa un desafío poderoso a las políticas que les prometen poca esperanza y seguridad y que no están basadas en una ética de la supervivencia. La gente de todo el mundo, incluso ia juventud, exige un mundo seguro que ofrezca más esperanzas para el futuro. Guyana está a su lado. 117. En el campo general del desarme hay situaciones curiosas. Ningún Miembro de las Naciones Unidas se pronuncia en contra del desarme. Sin embargo, en nombre de la causa sagrada de la seguridad, se fabrican armamentos cada vez más perfeccionados y numerosos. En tales niveles de refinamiento el margen de error y anulación se reduce considerablemente. Por consiguiente, se registra un aumento de la probabilidad de que, por un giro caprichoso y voluble de la fortuna, la guerra se convierta en la consecuencia inevitable de un error de cálculo. A falta de una moderación convenida, tales armamentos son en sí mismos motivo de inseguridad y vectores del miedo. 118. Por lo tanto, una de las tareas primordiales es desacelerar los preparativos febriles para la guerra. Deben intensificarse urgentemente las activídades internacionales encaminadas a poner fin a la carrera de armamentos y acelerar el proceso de un desarme genuino.
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119. Es quizás en el Oriente Medio, fuente continua de tensión e inestabilidad, en donde se manifiesta más vivamente la futilidad de las políticas que procuran la seguridad en la fuerza de las armas. La paz duradera en la región continuará siendo una meta esquiva mientras Israel siga aplicando y reciba aliento para aplicar sus políticas de ocupación y anexión, y continúe haciendo caso omiso de las aspiraciones políticas genuinas del pueblo palestino, incluso de su derecho a una patria.
das unilaterales adoptadas por la comunidad turcochipriota, medidas desprovistas totalmente de valor legal. El Secretario General ha participado directamente en la búsqueda de una solución, a pesar de las vicisitudes. Lo apoyamos firmement~ en sus actuales iniciativas.
120. Reitero el apoyo de Guyana a la celebración de una conferencia internacional sobre el Oriente Medio, con la participación de todas las partes interesadas, incluida naturalmente la OLP.
128. En América Central, las fuerzas radicales en pugna profundizan cada vez más la crisis. Refiriéndose a esa cuestión,los Jefes de Gobierno de l~ Comunidad del Caribe, cuando se reunieron en Nassau, en julio del año en curso, declararon que "Independientemente de los factores ideológicos, la crisis fundamental que aflige al pueblo de esa región está profundamente arraigada en males de carácter económico y social". Reviste máxima importancia evitar la intervención militar externa para encontrar solución a esa crisis. Deseo reiterar el apoyo de Guyana a los esfuerzos del Grupo de Contadora, en su paciente búsqueda de una solución política pacífica a los problemas de la subregión. Todos los Estados deberían respetar y apoyar plenamente esos esfuerzos. Se debería deponer, en toda la región, la intervención como mecanismo político.
121. La trágica guerra entre el Iraq y la República Islámica del Irán continúa siendo motivo de profunda preocupación. Se han registrado inmensas pérdidas y muchos de nosotros hemos sentido angustia y dolor. La prolongación del conflicto aumenta el nivel de tens\ón en la región, con consecuencias que ya la trascienden. 122. Se han producido cambios significativos en la configuración económica y política del Africa meridional. Ciertos factores coyunturales han forjado y determinado esos acontecimientos, pero los problemas genéricos básicos del colonialismo y el apartheid persisten y se agravan. 123. Las recientes convulsiones que se han producido dentro de la sociedad sudafricana se han originado en las protestas de los oprimidos y constituyen pruebas incontrovertibles de la disposición de la mayoría del pueblo de ese país. La reacción tibia de las personas mestizas y de origen indio a los ostentosos cambios constitucionales también apuntan sin duda al tnal profundo que aflige a esa sociedad. El vasto ejército de desheredados y despreciados en Sudáfrica tiene derecho a preguntar si la comunidad internacional no puede hacer algo más para apoyar sus propios esfuerzos y apresurar el fm del aborrecible sistema de apartheid. Condenar al apartheid no es suficiente, se necesitan medidas prácticas para abolirlo.
124. No puede haber más contemporización en cuanto a la situación de Narnibia. No se puede vincular la independencia de ese país a ninguna cuestión ajena. Se debe aplicar plenamente la resolución 435 (1978) del Consejo de Seguridad. Ya no se debe frustrar la marcha del pueblo de Namibia, bajo la dirección de la SWAPO, hacia la libertad y la independencia. Se debe extirpar ese vestigio de colonialismo de una vez por todas. 125. ¿Por cuánto tiempc; más debe sufrir el pueblo de Corea la división de su país? La situación de la península sigue siendo tensa. Sin embargo, puede mejorar si se realizan esfuerzos sinceros en pro de la reunificación independiente y pacífica de Corea, sin injerencias externas. Las propuestas formuladas a principios del año en curso por la República Democrática Popular de Corea para la celebración de conversaciones tripartitas son constructivas y merecen nuestro apoyo. 126. La resolución 3212 (XXIX) de la Asamblea General continúa siendo la piedra angular para la solución del problema de Chipre. Desafortunadamente, los esfuerzos por aplicar esa y otras resoluciones pertinentes no han producido todavía los resultados deseados. Durante el año transcurrido, la situación se ha complicado por las medi-
127. Mi propia región, la América Latina y el Caribe, no es inmune a las tensiones y a las amenazas contra la paz y la seguridad.
129. La independencia e integridad territorial de Belice sigue viéndose amenazada por su país vecino, Guatemala. Guyana afirma una vez más su apoyo irrevocable al Gobierno y al pueblo de Belice en sus esfuerzos por consolidar su independencia y garantizar su integridad territorial.
130. Los acontecimientos explosivos acaecidos en Granada hace casi un año causaron un profundo trauma. La Asamblea General expresó su propia determinación respecto de esos hechos. Las actas, que comprenden una declaración sobre la posición de Guyana, hablan por sí mismas. Los Jefes de Gobierno de los países del Cornmonwealth, reunidos en Nueva Delhi en noviembre de 1983 convinieron en su Comunicado Final en que "había que hacer hincapié en la reconstrucción y no en los reproches"3. Guyana ha actuado dentro de ese marco. 131. El transcurso del tiempo en relación con Granada puede opacar la memoria y cicatrizar las heridas pero no debe anestesiamos hasta el punto de hacernos olvidar las lecciones o abandonar los principios. Debemos reconocer que la resolución aprobada por la Asamblea General (rerolución 38/7] no se ha aplicado aún en absoluto. Thmbién debemos, ante estas circunstancias, fortalecer la capacidad de las Naciones Unidas para aumentar la seguridad de los pequeños Estados. 132. En todu el periodo de existencia independiente de Guyana, las relaciones con nuestro vecino, Venezuela, se han visto dominadas por la controversia que dimana de la aseveración venezolana de que el Loudo Arbitral de 1899, en virtud del que se estableció la frontera entre ambos países, es nulo y carente de validez. lanto los hechos del caso como sus consecuencias en cuanto a nuestras relaciones con Venezuela han sido presentados por Guyana a la Asamblea General en los últimos tres años. Todavía estamos bastante lejos de lograr un acuerdo sobre una base tal que nos permita apartar de una vez por todas ese espectro del pasado.
198. sesión - 3 de octubre de 1984
133. De conformidad con las disposiciones del Acuerdo de Ginebra de 19664 , se ha confiado al Secretario General la tarea de elegir un medio adecuado para la solución. Para emprender de buena fe la búsqueda de una solución pacífica, un requisito previo es un clima que determine el éxito de esa búsqueda. La sospecha y la desconfianza, que demasiado a menudo han infectado en el pasado las relaciones, deben ceder el paso al entendimiento. La confianza deriva del respeto. 134. El Secretario General fue clarividente cuando pidió a ambos países -obteniéndolo de los dos- promesas con arreglo a las cuales convinieron en hacer todo lo necesario "para fomentar y mantener el ambiente más propicio para la aplicación eficaz del Acuerdo de Ginebra". Guyana dio esas seguridades de buena voluntad porque siempre ha sido nuestro deseo mantener relaciones de amistad con Venezuela. Desde principios del año en curso hemos observado señales procedentes de Caracas de un deseo de corresponder a nuestro gesto de amístad. Como lo ha hecho constantemente en el pasado, Guyana se compromete a cooperar plenamente en pro del logro de una solución pacífica en un ambiente de amistad. 135. El futuro de las organizaciones internacionales es en la actualidad motivo de grave inquietud, pues prosperan ideas extrañas en virtud de las que se propone que esas organizaciones ostenten un carácter distintivo único y que se impongan las prioridades nacionales a la cooperación mutua en el contexto más amplio de la paz, la seguridad y el desarrollo internacionales. Los poderosos también han recurrido a la práctica de soslayar a las organizaciones internacionales, tales como las Naciones Unidas, para resolver problemas que incumben apropiadamente a esas organizaciones. 136. Recordemos que la Carta de las Naciones Unidas promueve la universalidad y que ésta, a su vez, se basa en el pluralismo. Por consiguiente, de ello se deriva la diversidad de percepción, de posición e incluso de postura como consecuencia lógica. Así pues, para que las organizaciones internacionales funcionen como es debido, deben reflejar en el debate y también en las decisiones la variedad de valores que sus miembros sustentan. Por lo tanto, tratar de imponer un sistema de valores uniforme en esta o cualquier otra organización internacional equivale a procurar que la organización sea un mero clono del sistema. Ese propósito sería contradictorio con respecto a los propósitos de las orgariizaciones internacionales y, por consiguiente, contraproducente.
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pasado equivaldría a apartarse de la realidad, ceder ante la fantasía y perseguir una quimera. Pero al tratar de corregir deficiencias y procurar que las organizaciones sean más eficaces debemos cuidar de que en el fervor de sus esfuerzos algunos de hecho no naden en contra de la corriente del desarrollo humano y, tal vez sin querer, originen un retroceso de la democracia. 139. El fenómeno del que nos estamos ocupando es un asalto a las instituciones y los principios que constituyen el cimiento mismo de la cooperación internacional. 140. Nos encontramos, además, frente a una paradoja. Las instituciones a las que se ataca son universalistas por naturaleza y generalmente utilizan de modo amplio el principio de la mayoría al adoptar decisiones. Por otra parte, se alaban como ejemplares a las instituciones basadas en un modelo distinto y dominadas por quienes detentan el poder económico. 141. La paradoja de la amenaza a la cooperación internacional se turna más grave si se tiene en cuenta que se ha registrado una tendencia reconocida hacia una mayor cooperación regional y subregional, sobre todo en el ámbito económico y otros de carácter funcional. Sin embargo, es precisamente en esta época de empresas realzadas de cooperación regional cuando se aboga y persigue vigorosamente un retraimiento de las actividades multilaterales que simultáneamente trascienden y abarcan la cooperacióp regional. 142. Al fomentar una organización internacional democrática eficaz nadie exige el abandono de la consecución de los intereses nacionales. Por otra parte, mediante el compromiso y los fines comunes es posible utilizar a las organizaciones internacionales de maneras que puedan suavizar las aristas de los conflictos y enfrentamientos y promover las perspectivas de la cooperación. 143. Deseo destacar que se necesita elevar a un plano universalista la concertación de nuestros distintos intereses y convenir en limitaciones adecuadas respecto del ejercicio del poder en sus diversas formas y manifestaciones, todo ello en beneficio del bien común de la humanidad. 144. El año entrante se celebrará el cuadragésimo aniversario de la firma de la Carta de las Naciones Unidas. Los preparativos para ese aniversario ya han comeD7~do. Esas celebraciones no deben constituir un mero rito. Deben estar investidas de significado y propósito.
137. Ningún Miembro de la Organización puede aseverar con convicción que el sistema de las Naciones Unidas basta para garantizar su seguridad y proteger plenamente sus intereses. Pero sí nos proporciona a todos un foro donde se puede tratar de lograr la reconciliación de intereses divergentes y, a veces, conflictivos. Para pequeños Estados como Guyana la Organización es también parte importante de su ámbito de seguridad.
145. Guyana considera que en las deliberaciones del año en curso se debe lograr un acuerdo sobre la forma de fortalecer a las Naciones Unidas y de realizar más plenamente los principios y propósitos de su Carta. En ese contexto también debemos considerar la posibilidad de adoptar medidas que tengan por objeto el fortalecimiento de organizaciones regionales y subregionales, y que asignen un papel realzado al sistema de las Naciones Unidas. •
138. Las relaciones internacionales son cambiantes y complejas. Nuestra habilidad para acomodarnos a esa situación dínámica dependerá de la capacidad y del ingenio que se apliquen para adaptar las instituciones a fin de que respondan mejor a las necesidades actuales. Desear que las instituciones funcionen como si las condiciones objetivas en las que funcionan fueran las mismas hoy que en el
·146. Desde que ocupó su cargo, el Secretario General ha expresado un interés profundo por la vitalidad y la eficacia de las Naciones Unidas y ha presentado una serie de iniciativas valiosas para que los Estados Miembros adopten medidas encaminadas a lograr ese fin. Una vez más, en su memoria sobre la labor de la Organización [A/39/1], nos proporcionó un análisis claro y franco de las defi-
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ciencias actuales de las Naciones Unidas y de las propias deficiencias, y un marco perspicaz para las actividades futuras. Dijo: "Volvamos nuestra mirada hacia el camino que hemos recorrido, extraigamos los frutos de nuestra experiencia y reanudemos nuestra marcha con nuevo vigor y con una nueva decisión. Los propósitos para los que se establecieron las Naciones Unidas son esenciales para el futuro de nuestro planeta. La visión expresada en la Carta sigue en pie y debemos unánimemente respaldarla.". 147. Debemos ¡¡acer frente a un desafío enorme. El imperativo es político y también moral. El objetivo es movilizar a los pueblos del mundo en apoyo de la causa de las Naciones Unidas: la supervivencia, el desarrollo y la paz. 148. La verdadera disyuntiva es o bien mantener o procurar la supremacía, o bien edificar una asociación mundial de cooperación. Creo que los arreglos convenidos son posibles si cuentan con el apoyo de la determinación resuelta de todos nosotros en pro de una política de coexistencia pacífica y activa. Me aventuro además a indicar que ésa es también una condición necesaria para la paz y la estabilidad y para la verdadera seguridad de todos los Estados. Pero esa condición no basta. Esa politica debe apoyarse en políticas complementarias que no frustren los procesos actuales e incipientes para garantizar la paz. 149. El Movimiento de los Países no Alineados se encuentra a la vanguardia de las fuerzas que laboran por un ambiente mundial armonioso. Ese Movimiento, al cual Guyana se enorgullece de pertenecer, reúne la experiencia colectiva y los deseos de los pueblos de más de 100 países y movimientos. Procedemos de distintos antecedentes ideológicos, pero compartimos una plataforma común de paz y aspiraciones comunes para el d(;5arrollo. 150. A pesar de las diferencias, nuestro Movimiento, que constituye una alternativa viable a la política de bloques, a pesar de todos los obstáculos, ha alertado infatigablemente a la comunidad internacional ante la perspectiva de un desastre nuclear y se ha batido denodadamente en pro del desarme auténtico y completo, tarea que reviste la mayor urgencia. A pesar de las dificultades externas e internas, colectivamente siempre hemos abogado por el respeto a los principios fundamentales de la independencia, la soberanía y la integridad territorial, la no intervención y el no uso de la fuerza. 151. Los países no alineados nunca han vacilado en prestar su apoyo al fortalecimiento de las Naciones Unidas para el logro de esos objetivos. El multilateralisrno y el internacionalismo nos impulsan a seguir adelante. 152. Sr. AL-NUAMI (Emiratos Arabes Unidos) (interpretación del árabe): Señor Presidente, es para mí un gran placer comenzar mi declaración expresándole, en nombre de la delegación de los Emiratos Arabes Unidos, nuestras calurosas felicitaciones con motivo de su elección como Presidente del trigésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General. Su elección es expresión del reconocimiento de la comunidad internacional de su experiencia y habilidad, así como una aftrmación del importante papel desempeñado por el país amigo de Zambia. Conftamos en que su capacidad ha de contribuir positiva y eftcazmente a la realización de las esperanzas depositadas en este período de sesiones.
153. Nos complace transmitir nuestro agradecimiento y reconocimiento a su predecesor, el Sr. Jorge Illueca, que presidió tan hábilmente el período de sesiones anterior. Mucho apreciamos sus esfuerzos en pro de la solución de las controversias internacionales. 154. Queremos aprovechar también esta oportunidad para renovar nuestra confianza eil lOS empeños emprendidos por el Secretario General y reafirmar nuestro apoyo a sus esfuerzos incansables encaminados a asegurar el cumplimiento de los propósitos y principios de las Naciones Unidas y a realzar su papel en el arreglo de controversias intemacionales que amenazan la seguridad y la existencia de la humanidad. 155. La delegación de mi país se complace en dar una cálida bienvenida a las Naciones Unidas al Estado de Brunei Darussalam. Aguardamos con interés el establecimiento de una cooperación mutua con ese país amigo basada en nuestros vínculos comunes. 156. Como estamos acercándonos al cuadragésimo aniversario de las Naciones Unidas, esperamos que llegue el día en que los países que se encuentran todavía bajo el colonialismo o la ocupación extranjera se liberen y se unan a las Naciones Unidas. 157. El Secretario General indicó en su memoria anual sobre la labor de la Organización [A/39/1] que el año transcurrido se clU'acterizó por la tirantez entre las grandes Potencias y por la violencia o amenazas de violencia en varias partes del mundo. El ciclo de violencia al que hace referencia el Secretario General y que indudablemente afecta a casi todas las partes del mundo se debe a la ausencia de razón, a la adhesión firme de algunos Estados a intereses egoístas y a la presión que se ejerce sobre los países del tercer mundo para evitar que logren la estabilidad y dediquen sus recursos nacionales al desarrollo de sus posibilidades económicas. Por ende, la seguridad se ha transformado en la preocupación de naciones e individuos en nuestro mundo contemporáneo. 158. Nuestra región del Golfo es una de las partes del mundo que ha experimentado un aumento del nivel de tensión como consecuencia de la destructiva gUt;rra que azota a dos países vecinos: el Iraq y la República Islámica del Irán. Las consecuencias de esa guerra han afectado las líneas marítimas internacionales, por lo que constituyen una grave amenaza para la navegación internacional en la región del Golfo e infligen grandes daños no sólo a las economías de los países de la región, sino también a los del mundo entero. 159. Los acontecimientos han puesto de relieve que el curso de esa guerra y sus consecuencias sólo han de llevar la destrucción a los dos pueblos musulmanes, en particular, y a la seguridad de la región del Golfo y a la paz mundial, en general. Los verdaderos beneficiarios de la continuación de esa guerra son quienes explotan las controversias regionales para lograr sus propios objetivos, a saber, la ampliación de su influencia en el mundo por medio de la creación de un (lima regional propicio para ese fro. 160. En vista de nuestra responsabilidad con respecto a la estabilidad y la seguridad de la región, y también con respecto al mantenimiento de la paz internacional, hemos respaldado y apoyado todos los esfuerzos emprendidos
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por el Secretario General, la Organización de la Conferencia Islámica y el Movimiento de los Países no Alineados con el fin de restañar esa hemorragia, llevar a los combatientes a la mesa de negociaciones, procurando el arreglo de sus diferencias por medios pacíficos, infundiendo un espíritu de paz y tratando de lograr un acuerdo entre ambos Estados. 161. En nuestros empeños por alcanzar esas elevadas metas no solamente hemos apoyado esas iniciativas sino que también hemO!, contribuido a tales esfuerzos en coordinación con los miembros del Consejo de Cooperación de los Estados Arabes del Golfo al poner en contacto a ambas partes en un intento por poner término a esa guerra y garantizar los derechos legítimos de ambos países. 162. En ese contexto, dejamos constancia con reconocimiento de la positiva respuesta de nuestro hermano el Iraq a las iniciativas adoptadas, así como de su disposición declarada de poner fin de inmediato a la guerra. Aguardamos ~l día en que el Gobierno de la República Islámica del Irán haga lo propio y responda positivamente a los esfuerzos e iniciativas emprendidos con tal propósito.
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167. Las condiciones imperantes en la zona del Oriente Medio derivan, en su origen '!l desarrollo, de la insistencia de Israel en perpetrar actos de agresión así como de su negativa a cumplir las resoluciones de la comunidad internacional. Por esa razón sigue sin resolverse la cuestión palestina, que constituye un motivo de constante preocupación por los sufrimientos del pueblo palestino y otros pueblos árabes, y el riesgo de un enfrentamiento general que podría provocar una guerra destructiva cuyos efectos trascenderían a los Estados de la región y se propagarían al mundo entero. 168. Las verdaderas razones de la persistencia del problema son bien conocidas para la comunidad internacional, es decir, el deseo de Israel de concretar el ideal sionista por medio de la expansión y la hegemonía sobre los Estados de la región, la convergencia de ese deseo con los objetivos de ciertos Estados de destruir el destino de los pueblos de la región y la aplicación por los Estados mencionados de políticas que impiden que el Consejo de Seguridad apruebe resoluciones tendientes a poner fin a la agresión y a que el agresor sea responsable de sus actos.
163. Nosotros, los Estados del Golfo, asignamos importancia a la libertad de navegación dada su estrecha vinculación con el desarrollo de nuestros recursos y economías, aparte de su importancia para la economía mundial. Nos oponemos a toda acción que limite u obstaculice la libertad de navegación en alta mar. Por consiguiente, nos preocupan seriamente los recientes acontecimientos ocurridos en el Mar Rojo en razón de su peligro intrínseco y de su amenaza para la navegación en esa víu marítima vital.
169. Sostenemos y recalcamos el convencimiento de que el problema del Oriente Medio es la clara expresión y el resultado inevitable del hecho de que aún no se ha resuelto la cuestión fundamental, es decir, la cuestión de Palestina. Un arreglo justo y amplio debe basarse fundamentalmente en lo siguiente: primero, el reconocimiento de los derechos inalienables del pueblo de Palestina a regresar a su patria y a establecer un Estado independiente en suelo nacional bajo ia dirección de su única y legítima representante, la OLP, Ysegundo, el retiro de Israel de todos los territorios árabes ocupados, incluida Jerusalén.
164. Sobre la base de lo anterior y en vista de la vinculación directa de nuestra región con el Océano Indico, mi país sigue apoyando firmemente los esfuerzos desplegados para la adopción de las medidas necesarias tendientes a la apücación de la Declaración del Océano Indico como zona de paz [resolución 2832 (XXVI)] así como para su efectivo cumplimiento por toda la comunidad internacional.
170. La carencia de un arreglo de esa índole sólo puede determinar un nuevo empeoramiento de la situación y una mayor tirantez, y, por consiguiente, la creación de nuevos problemas, como ocurre con la ocupación israelí en el Líbano meridional. El mundo se encontrará, entonces, en el deber de resolver cuestiones derivadas que exigen nuevos esfuerzos que puooen prolongarse indefinidamente.
165. Los Emiratos Arabes Unidos han afirmado en más de una oportunidad que la seguridad de la región del Golfo reside exclusivamente en la seguridad de sus Estados y que éstos son directamente responsables de ella. Ese principio es un coro!ario del principio general que mi país continÚE apoyando, es decir, la no injerencia en los asuntos internos de otros países.
171. El Líbano, que es un vívido ejemplo de ello, ha sido víctima de la agresión y ocupación israelíes durante más de dos años. Pese a todos los esfuerza;; realizados y a las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas, en particular las resoluciones 508 (1982) Y509 (1982) del Consejo de Seguridad, en que se exige el retiro inmediato e incondicional de las fuerzas israelíes hasta las fronteras internacionalmente reconocidas del Líbano, estas fuerzas siguen ocupando el Líbano meridional y someten a su población a toda forma de presión económica y militar a fin de obligarla a abandonar sus tierras. En ese sentido, lamentamos que los Estados Unidos hayan ejercido S\.l derecho de veto el mes pasado, con lo que impidieron a todos los demás miembros del Consejo de Seguridad que aprobaran Ui! proyecto de resolución s humanitario, en el que se pedía a Israel que desistiera de sus prácticas inhumanas contra la población del sur y que cumpliera las disposiciones del cuarto Convenio de Ginebra de 1949.
166. El Oriente Medio es una de las regiones que siguen viéndose afectadas por la tirantez. Esa región es testigo cotidiano de desplazamientos forzosos, asesinatos, destrucción, guerras, ocupación y violencia sin precedentes. Esa región se ha convertido en la víctima de los actos más violentos de agresión llevados a cabo en el mundo contemporáneo. Todo un pueblo se ha visto privado de estabilidad y paz en una patria estable y otros pueblos de la región se ven ahora amenazados con el mismo destino. Los pedidos de ayuda y las denuncias de éste y otros numerosos foros se han convertido en algo casi cotidiano, y a pesar de todos los progresos alcanzados en diversas esferas y en todos los niveles, el mundo se encuentra ante la impotencia de poner fin a la violencia destructiva que ha durado ya demasiado tiempo y que casi se ha tornado en el destino inevitable del hombre de esa región.
172. Los intentos individuales y las soluciones parciales destinados a resolver el problema del Oriente Medio seguirán siendo insuficientes, en cuanto a su esencia y alcance, para establecer bases sólidas con el objeto de lograr la solución justa y amplia que se desea. Por lo tanto,
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afirmamos que la resolución 38/58 C de la Asamblea General, en la que se pide la convocación de una Conferencia Internacional de Paz sobre el Oriente Medio, en la que participen todas las partes, incluida la OLP, constituye el marco apropiado para establecer las condiciones de una paz justa y duradera en la región. Esperamos que algunas Potencias principales consideren su posición en cuanto a la convocación de esta conferencia, de conformidad con su responsabilidad internacional en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. 173. El Africa meridional, como ocurre con el Oriente Medio, sigue sufriendo bajo el yugo aberrante del colonialismo y las prácticas de la discriminación racial que constituyen una afrenta para la humanidad. Tales prácticas arrojan dudr..:; SObl e la capacidad de la comunidad internacional de estar a la altura de sus responsabilidades con respecto a un amplio sector de la humanidad en la realización de la justicia, la igualdad, la libertad y la dignidad humana. Al saludar la heroica lucha de los nacionalistas por la libertad, la igualdad y la independencia, reafirmamos nuestra creencia en su justa causa y nuestra firme determinación de seguir apoyando su legítima lucha. 174. Condenamos la política de apartheid aplicada por el Gobierno de Sudáfrica. Consideramos que esa política es un crimen de lesa humanidad, cuya eliminación exige esfuerzos internacionale.', concertados. Eso se aplica a la llamada "nueva constitución" impuesta recientemente por el régimen de Pretoria y destinada a consolidar la política de apartheid. Por eso, apoyamos la resolución 554 (1984) del Consejo de Seguridad y la reciente resolución aprobada por la Asamblea General [resolución 39/2] en la que se condena este acto y todas sus consecuencias. 175. Por las mismas razones, saludamos la justa lucha del pueblo de Namibia bajo la dirección de la SWAPO y afirmamos nuestro constante apoyo a la libre determinación, la independencia y la integridad territorial de Namibia. Estamos muy seguros y firmes en nuestra creencia de que, no importa cuán opresiva y maligna sea la agresión, el triunfo de la justicia y de la dignidad humana es inevitable. 176. De acuerdo con los principios fundamentales en que se basa nuestra política exterior y nuestra adhesión a la Carta de las Naciones Unidas y a las normas internacionales, así como nuestra convicción de que la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados determinará, en gran medida, un alivio de la tirantez internacional, pedimos la retirada de todas las fuerzas extrar..jeras del Afganistán y la libertad de su pueblo para establecer el régimen que elija. Eso se aplica también a Kampuchea, cuyo pueblo ha sufrido durante mucho tiempo la injerencia extranjera. Se aplica asimismo a los problemas que aquejan a los Estados de América Central. Al respecto, respaldamos los principios y conceptos aprobados por el Grupo de Contadora para la solución de esos problemas. Del mismo modo, instamos a que la controversia entre Corea del Norte y Corea del Sur se resuelva mediante el libre diálogo entre las partes a fin de lograr las aspiraciones de su pueblo a la unidad. 177. Con respecto a la cuestión de Chipre, encomiamos los recientes esfuerzos del Secretario General para ayudar a las comunidades turcochipriota y grecochipriota a llegar a una solución para ese problema en virtud de la ~ual se garanticen los derechos de ambas comunidades, se 10-
gre la seguridad y la coexistencia para el pueblo de la isla y se garanticen la integridad, la independencia y la no alineación de la República de Chipre. 178. Creemos que la limitación de armamentos y el desarme son de importancia fundamental para la paz y la seguridad internacionales y que sólo pueden concretarse en un ambiente de estabilidad política y confiaza mutua, en especial entre los Estados que poseen armas nucleares. 179. El Secretario General sefialó en su memoria scbre la labor de la Organización que la falta de progreso en materia de desarme y control de armamentos ha aumentado el temor de una confrontación nuclear. Estarnos profundamente preocupados por la intensificación de la producción y el almacenamiento de armas nucleares y su acumulación en diversas partes del mundo. Además, nuestra inquietud se ha tornado más profunda debido al estancamiento de las negociaciones entre las dos superpotencias y el hecho de que no se hayan reanudado con respecto al control del desarrollo y la producción de algunos tipos de armas nucleares. A consecuencia de esa grave situación, es cada vez más difícil vivir en una atmósfera de temor y pánico creciente ante el estallido de una guerra nuclear. Además, ya no es posible pasar por alto que se derrochan enQrmes recursos en armamentos en momentos en que la humanidad los necesita terriblemente para el desarrollo económico y social. 180. Los Emiratos Arabes Unidos apoyan el establecimientos de zonas libres de armas nucleares, inclusive en la región del Oriente Medio. Esperamos que la comunidad internacional, en especial las grandes Potencias, asignen a esa cuestión la importancia necesaria, puesto que es un factor fundamental en el mantenimiento de la seguridad y la estabilidad en nuestra región. 181. El análisis de la situación política no puede aislarse de los problemas económicos predominantes. Los problemas económicos que aquejan al mundo contemporáneo indican que las consecuencias de la crisis enconómica mundial siguen haciéndose sentir en todos los países. La situación actual en esa esfera no solamente es df\:epcionante, sino que es también motivo de profunda preocupación con respecto a sus posibles consecuencias. 182. A pesar del hecho de que el estancamiento económico, las reducidas tasas de crecimiento, los altos niveles de desempleo y la inflación se han convertido en rasgos constantes de la economía mundial, sus efectos afectan con mayor contundencia a los países en desarrollo. Estos países ya no pueden mantener sus programas de desarrollo económico y social, ni poner coto al deterioro continuo de sus bajos niveles de vida. En general todos coinciden en sefialar que, de persistir, tal situación podria producir en definitiva consecuencias catastróficas. 183. Aunqv.e algunas economías de los países desarrollados han e,;perimentado una recuperación relativamente ligera, eso no debe ser motivo de gran optímismo, pues se trata de una recuperación limitada y no ha determinado cambios reales en las políticas económicas relativas a los actuales problemas. En materia de política económica los países desarrollados no siempre han dado muestras de que están dispuestos a hacer frente a los problemas básicos de la economía mundial. 184. Por consiguiente, las economías de los países en desarrollo han seguido sufriendo agudamente las con-
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secuencias de esas prácticas, que comprenden la constante aplicación de politicas proteccionistas, la congestión de los mercados 'de exportación, el deterioro de la relación de inter~mbio, la disminución de los ingresos por concepto de e]' )ortaciones, el aumento de la deuda externa, el alto nivel de las tasas de interés y la presión externa creciente para instituir ajustes estructurales. Todo ello ha creado enormes dificultades a los países en desarrollo, que se han visto imposibilitados de aplicar sus programas de desarrollo económico y detener la erosión de sus niveles de vida, creando así una situación que podría amenazar su estabilidad social. 185. Esta crítica situación de la economía mundial merece un examei. serio y responsable de parte de todos, con el objeto de paliar sus efectos negativos dentro de un amplio marco, con la participación de todos los países en desarrollo y desarrollados. Por lo tanto, es imperioso fortalecer el papel de las Naciones Unidas y de su marco colectivo en un proceso de reforma económica internacional. 186. También es imperioso establecer cimientos sólidos y objetivos que todas las demás instituciones internacionales observen cuando examinen los problemas económicos de nuestro mundo, con un enfoque interdependiente, equilibrado y de alcarice mundial que se traduzca, en definitiva, en un orden económico internacional justo y eficaz. 187. Este llamamiento se arraiga en las numerosas resoluciones aprobadas por la Asamblea General, sobre todo las relativas al establecimiento de un nuevo orden económico internacional. También deriva de los continuados esfuerzos de los países en desarrollo, representados por el Grupo de los 77, que se han reflejado en las posiciones positivas adoptadas por ese Grupo en diversos foros económicos. Este llamamiento se ha cristalizado claramente en nuestros esfuerzos persistentes por iniciar negociaciones globales, que se basa en nuestra creencia en la importancia del papel que esas negociaciones podrían desempeñar en la reforma de la economía mundial. 188. Aspiramos a un mundo asentado sobre bases sólidas de justicia, amistad y paz, un mundo en el que todos y cada uno de los Estados, grandes o pequeños, disfruten de estabilidad y de un futuro seguro. 189. Sr. OUMAROU (Ni.!;er) (interpretación del francés): Señor Presidente, el trigésimo octavo período de sesiones de la Asamblea General finalizó hace sólo unos días, bajo la distinguida presidencia del Sr. Jorge lllueca, de Panamá, a quien en nombre de la delegación de Níger rindo un muy sincero homenaje por la dedicación y tino que caracterizaron su mandato, a pesar de las limitaciones y de los numerosos avatares que le impuso el elevado y responsable cargo que desempeña en su país. 190. Por voluntad unánime de esta prestigiosa Asamblea, le incumbe a usted, estimado hermano Lusaka, la pesada responsabilidad de dirigir los trabajos de nuestro trigésimo noveno período de sesiones. Es una elección esperada, que lo honra, que honra a su país, Zambia, y que honra a nuestro continente, Africa. Nos regocijamos por ello y lo felicitamos muy cálidamc;nte. 191. Señor Presidente, tuve personalmente el insigne privilegio de estar cerca de usted durante mucho tiempo aquí, en las Naciones Unidas, de conocerlo como se co-
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nace a un hermano en el combate y de apreciar vuestra enorme capacidad de trabajo y profundo conocimiento del funcionamiento de la Organización. El humanismo caracteriza cada una de las gestiones y la sabiduría cada uno de sus actos. No es casualidad que desde 1979 presida usted el Consejo de las Naciones Unidas para Namibia que, por cierto, habría cumplido desde hace mucho tiempo su tarea histórica si las intervenciones y los titubeos de quienes deciden en este mun:lv no hubieran obstaculizado muchas veces sus iniciativas y sus impulsos. Deseamos que las calidades de su corazón y de su espíritu le permitan cumplir con éxito esta nueva misión que se le ha asignado. Tenga la seguridad de que contará en todos los casos con el apoyo constante de la delegación de mi país. 192. Además, en nombre del Presidente Seyni Kountché y del Gobierno del Níger deseamos expresar al Secretario General nuestro agradecimiento por sus incansables y múltiples esfuerzos al servicio del mundo desde que fue elegido para encabezar la Organización. La pujante reflexión que ha efectuado desde que asumió su cargo, sobre las condiciones de una acción fortalecida y renovada de las Naciones Unidas, y las numerosas iniciativas que ha presentado desde entonces, merecen nuestra consideración y apoyo. 193. Por último, damos al Estado de Brunei Darussalam, al que ya tuvimos el gran placer de recibir en el seno de la Organización de la Conferencia Isiámica, en enero pasado,· en Casablanca, las calurosas felicitaciones del Gobierno y de~ pueblo del Níger por su ingreso en las Naciones Unidas. 194. La evaluación de la situación internacional que se formuló desde esta tribuna en el trigésimo octavo período de sesiones en nombre de mi Gobierno [300. sesión] no fue optimista. Los acontecimientos ya lamentados o que sucedieron desde entonces desgraciadamente no han disipado todavía nuestros temores. 195. Durante años se ha concentrado la atención colectiva de las naciones y gobiernos representados en esta sala en el deterioro continuo de la situación internacional y en los peligros potenciales que conllevan para toda la humanidad. Pero tal como una fatalidad que nos impulsa a desesperar de la naturaleza humana, la situación parece deteriorarse cada día más, pese a los formidables medios de que se dispone para crear las condiciones de una vida mejor en la tierra y para resolver todos los problemas que se presentan en el mundo contemporáneo. 196. En Sudáfrica continúa la violencia. Y cuando hablo de violencia no me refiero a la rebelión gloriosa que despierta y galvaniza cada vez más a los negros. Me refiero a la represión salvaje, ciega y continua que los blancos de ese país imponen cotidianamente a los n~gros, mártires de un sistema abyecto que están decididos a abatir y destruir. El Níger no ha cambiado su posición, y tampoco lo hará en el futuro. Mientras el apartheid siga humillando y degradando a nuestros hermanos; mientras por tozudez estúpida y egoísmo perverso la minoría blanca siga aferrándose a esta hidra racista que la ridiculiza y la pone al margen de la humanidad, no cesaremos de combatirla y de negarle un lugar entre los seres humanos. 197. Análogamente, la cuestión de Namibia es una cuestión de gran prioridad para las Naciones Unidas.
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Hemos esperado durante mucho tiempo, y hemos abrigado esperanzas de que, gracias a los esfuerzos realizados en todo el mundo y especialmente en el Consejo de Seguridad, ese territorio ocupado ilegalmente por Sudáfrica obtuviera la independencia antes de 1984. Lanlentablemente, la debilidad de nuestras advertencias y la complacencia que manifiestan muchos de entre nosotros con respecto al régimen minoritario racista de Pretoria no han permitido aún logr9 r ':Se resultado. En la actualidad parecen haberse reducido seriamente las posibilidades de éxito para llegar a una solución negociada. Por lo tanto, es imperioso que la comunidad internacional reaccione con más firmeza frente a la negativa constante de Sudáfrica a cooperar con las Naciones Unidas para aplicar la resolución 435 (1978) del Consejo de Seguridad. 198. En nombre del Níger reafirmo nuestro apoyo activo a la SWAPO, única representante auténtica del pueblo lIamibiano, ya los movimientos de liberación nacional de Sudáfrica. Igualmente, aseguramos nuestro respaldo a los Estados de primera línea. Expresamos la esperanza de que no se dé respiro al régimen minoritario racista de Pretoria y de que Africa y la comunidad internacional entera sepan mantenerse unidas resueltamente ante el desafío racista y ~donial de Sudáfrica. 199. Pero no sólo el Africa meridional es motivo de preocupación para el mundo. En el Cuerno de Africa la mestabilidad se ha tornado endémica y ha provocado el desplazamiento de un número de refugiados sin precedentes en nuestro continente. La paz allí es cada vez más precaria y la guerra y el hambre hacen estragos, que sólo la indiferencia de los medios de comunicación permite que las masas desconozcan. Por supuesto, se buscan soluciones, pero aparentemente no están a la altura de la gravedad de los hechos ni de la amplitud episódica de los acontecimientos. Las Naciones Unidas podrían hacer mucho más, por lo que exhortamos firmemente a que lo haga. 200. Con respecto al Chad, al que una guerra excesivamente larga y mortífera ha enlutado y casi destruido, en honor a la verdad debemos decir que empezamC'3 a percibir algunas luces de esperanza con la normalización relativa ocurrida desde hace poco más de dos años en la vida económica y social de ese país. El red.ente anuncio de la retirada de las fuerzas extranjeras del territorio es nuevo motivo de optimismo, pero sólo en la medida en que se respeten escrupulosamente los compromisos contraídos por las partes de contener y evitar todo sueño de retomo, en cualquier forma que pueda asumir, y de no poner en peligro ni burlar en esa operación ni la integridad territoria! ni la soberania de ese país hermano. Siempre hemos dicho y reiterado, por nuestra parte, que la solución del problema del Chad es asunto de los propios hermanos chadianos, al amparo de toda intención expansionista, anexionista, ideológica y colonialista. Hoy más que nunca debemos afirmar esta posición. 201. Con respecto al Sáhara Occidental, no podemos dejar de deplorar el gran perjuicio que esa cuestión ha causado a la OUA, cuestión sobre la cual se ha deliberado tanto en ACrica en consejos de ministros y en reuniones en la cumbre, pero cuya evocación fuera de las reuniones sólo provoca dilaciones y conforton En el Níger damos por sentado que debe respetarse el principio del derecho del pueblo saharaui a la libre determinación y
que, en consecuencia, la aplicación integral de la resolución AHG/Res.104 (XIX), aprobada por la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana en su 19° período ordinario de sesiones, celebrado en Addis Abeba en junio de 1983 1, que mi país ha apoyado sin cálculo ni reserva, es un paso decisivo en la buena dirección. 202. Tal vez quepa lamentar, Señor Presidente, puesto que es usted también un hermano africano, que en un continente como el nuestro, en el que las deficiencias estructurales de nuestros Estados nr'rmalmente deberían reforzar nuestro apego colectivo a los ideales del diálogo, la tolerancia y la paz, una mera divergencia coyuntural . sobre una cuestión u otra lleve a paralizar y oscurecer nuestras más bellas realizaciones, incluidos los esfuerzos comunes que deberíamos realizar para ayudarnos recíprocamente y con entusiasmo a recuperarnos, entre otras cosas, de numerosos siglos de dominación extranjera. Qué catástrofe para la humanidad y para el mundo si, por falta de consenso sobre la cuestión del desarme, por ejemplo, el próximo período de sesiones de la Asamblea General debiera aplazarse o se viera amenazado. 203. Por lo tanto, desde esta tribuna el Níger lanza un llamamiento al Africa para que haga todo lo posible por salvar su prestigio y su lugar en el mundo, salvando a la OUA, o sea, honrando su deber de cohesión, de solidaridad y de unidad. 204. A pesar de la constante preocupación de las Naciones Unidas por establecer un orden estable en el Oriente Medio, y de todos los esfuerzos realizados con ese fin por cada uno de nuestros Estados, la situación en esa región del mundo sigue siendo explosiva. Israel continúa ocupando tierras árabes y llevando a cabo agresiones y actos de sabotaje contra sus vecinos. El pueblo palestino sigue esperando que la comunidad internacional repare la injusticia que soporta desde hace largos años y propicie la inmediata recuperación de sus derechos nacionales inalienables. 205. El establecimiento de una paz justa y duradera en el Oriente Medio es una obligación de las Naciones Unidas y corresponde a un interés vital por la paz mundial. Por consiguiente, es indispensable seguir buscando, bajo los auspicios de la Organización, la iniciación de un proceso activo de negociaciones con miras a llegar a una solución amplia, justa y duradera de la crisis elel Oriente Medio. Es oportuno destacar que para que sea justa y duradera, la paz que buscamos debe necesariamente fundarse en los siguientes principios, ya reiterados numerosas veces: la inadrnisibilidad de la ocupación de los territorios por la fuerza y, por consiguiente, el retiro incondicionpJ de Israel de todos los territorios árabes ocupados, incluida Jerusalén, el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a recuperar la libre determinación y a establecer un Estado independiente y soberano sobre su suelo patrio, Palestina, bajo la dirección de la OLP, y la participación plena de la OLP en todo proceso de paz. 206. Permítaseme a esta altura que reafirme al pueblo palestino mártir, al Líbano desgarrado y a todos los países árabes hermanos del campo de batalla, el apoyo inde·· clinable y constante del Gobierno y el pueblo del Níger. Nuestro país, como es sabido, no escatimará esfuerzo alguno para impulsar el triunfo de la justicia y el derecho en esa región.
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207. Al hablar del tema de la paz, ¿cómo olvidar la guerra que arrasa desde hace cuatro años a la República Islámica del Irán y al Iraq? Las considerables pérdidas de vidas humanas y bienes materiales provocados por esa guerra a uno y otro Estado, las perturbaciones a la navegación marítin." internacional y, en consecuencia, al comercio internacional, exigen medidas enérgicas de la comunidad de naciones para poner fin de inmediato a las hostilidades. Los esfuerzos desplegados en este sentido son sumamente meritorios, pero deben intensificarse y alentarse. Pienso especialmente en las medidas adoptadas en el marco del Comité Islámico de la Paz, en las iniciadas en el contexto del Movimiento de los Paises no Alineados y en el Consejo de Seguridad, as[ como en los empeños del Secretario General. 208. También observamos con gran angustia y preocupación otros focos de tensión, como los que existen en el Afganistán y Kampuchea, dos países independientes y soberanos, Miembros de las Naciones Unidas y miembros del Movimiento de los Paises no Alineados, que luchan desde hace años contra la ocupación extranjera. El Níger exige la rápida aplicación de las resoluciones pertinentes de la Asamblea General en las que se exige el retiro de las tropas extranjeras de los territorios de esos dos paises y el respeto por su independencia y su condición de países no alineados. 209. Pienso también en la pem'nsula cereana, foco de gran tirantez, qu~ se encuentra hoy dividida por vicisitudes de la historia pero cuyo pueblo aspira a la reunificación nacional. En el espíritu del comunicado conjunto del Norte y el Sur del 4 de julio de 19726 , alentamos y apoyamos los esfuerzos tendientes a una solución pacífica y negociada del problema. 210. Es decir que en todas partes del mundo nuestras acciones deben tender a alentar y sistematizar el recurso a los medios pacíficos para la solución de las controversias entre los Estados; a cultivar en forma paciente y denodada el espíritu de distensión y coexistencia pacífica entre todos los países. Es ése uno de los medios más seguros de contribuir eficazmente a la realización de la paz en el mun~o, aspiración suprema de los pueblos que represen· tarnos. 211. Paralelamente a estas situaciones conflictivas, el mundo se ve afectado también por una grave crisis eco· nómica cuyos efectos nefastos afligen penosamente al conjunto de nuestros países, en especial a los países en desarrollo. La reducción de los precios de los productos básicos, la disminución de la ayuda al desarrollo, las dificultades de acceso al mercado internacional de capitales, el desorden monetario generalizado provocado especialmente por la rapacidad del dólar, la aplicación de tasas de interés elevadas, el incremento vertiginoso de los sr..rvicios de la deuda externa y el aumento del prot~t;:cionismo han creado en numerosos países en desarrollo una situación insostenible. 212. Los indicadores en ese sentido son alarmantes. En 1981, el producto nacional bruto de los países en desarrollo considerados en su conjunto no aumentó más que ell ,5%. En 1982 el porcentaje siguió disminuyendo. El crecimiento por habitante ha sido, pues, negativo. En la actualidad, la deuda externa total de esos países supera los 900.000 millones de dólares. El precio de los productos
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básicos, de cuya exportación muchos de esos países siguen dependiendo, ha sufrido la mayor reducción en valores reales desde 1945. Por eso, de conformidad con las estadísticas de la UNCTAD, en 1981 y 1982 los países en desarrollo no exportadores de petróleo perdieron 34.000 millones de dólares debido al deterioro de la relación de intercambio. La cifra probablemente se aproxime, en la actualidad, a los 70.000 u 80.000 millones de dólares. 213. La situación de los países africanos, sobre la cual me permito insistir, es aún más grave. Los años 1982 y 1983, como lo señalaron los expertos de la Comisión Económica para Africa, han sido para el continente años de crisis. La producción total de bienes y servicios se estancó en 1982 y, contrariamente a las previsiones, la tasa de crecimiento correspondiente a 1983 fue muy reducida, se elevó a un 0,2010 con respecto a 1982. De manera que desde 1980 la pr,oducción por habitante en Africa experimentó una reducción continua, con valores absolutos, de alrededor del 10% anual. 214. El grave deterioro de la relación de intercambio sumado a otros factores vinculados a los mercados internacionales de capital ha detenido o retrasado el proceso de desarrollo en numerosos países de Africa en los que se ha registrado una disminución considerable de su capacidad de responder a las necesidades de inversión. En consecuencia, no es exagerado decir que la mayoria de nuestros países sólo trabaja para pagar sus deudas, para sobrevivir, para tratar de administrar sus escasos recursos en tanto que, al mismo tiempo, la situación alimentaria del continente se ha deteriorado peligrosamente no sólo a consecuencia de las deficiencias de la producción agrícola y la falta de incentivos en el medio rural, sino también debido a una sequía implacable que ha afectado regiones enteras, especialmente el Sahe!. Así pues, la situación alimentaria sigue siendo precaria por lo menos en los 24 países de Africa aiectados por la sequía. 215. El Secretario General, quien visitó en enero pasado los países del Sabel, trajo consigo testimonios instructivos sobre los efectos de la sequía tanto en lo que respecta a la población y al ganado como al sistema ecológico. Pudo así comprobar que, tras la terrible sequía que se produjo entre 1970 y 1973 y que causó daños considerables en toda la región del Sabel, los gobiernos de los paises afectados realizaron esfuerzos loables por recuperar la hacienda diezmada y poner en práctica una verdadera política agrícola, tanto a nivel nacional como regional. También observó que esos países aún no habían logrado nada, pues era patente la fragilidad de sus recursos, no solamente en razón de las calamidades climáticas y los estragos del avance del desierto, sino también debido a los rigores de la coyuntura internacional Que toma imposible toda coherencia en la aplicación de la mayoría de los programas de desarrollo. 216. Le agradecemos por la atención asignada a nuestros problemas y, sobre todo, por las estructuras que decidió establecer de inmediato aquí mismo y en Nairobi, para estudiar la evolución de la situación en Africa, pero también sabemos que el alcance de los hechos trasciende los meros esfuerzos y medios de que actualmente dispone el sistema de las Naciones Unidas cuyos recursos, por lo demás, son exiguos e insuficientes. 217. En este caso se necesitan actividad~ a nivel Fumdial, que exigen la organización de una t:adena dimblica:
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de solidaridad internacional para ayudar a millones de hombres, mujeres y nUlos amenazados por el hambre, la sed, las enfermedades y la muerte, y añadiré que se trata también de dar a esos Estados los medios par~ que asuman su deber de participar en el mantni'1'.iento del equilibrio de las sociedades y de la paz Ir. ul".dial. Si se sigue haciendo caso omiso de sus dificultades actuales se podrfan originar situaciones explosivas que, en esas circunstancias habrfa que resolver forzosamente, convocando a una reunión urgente de la comunidad internacional para evaluar y reparar los daños provocados por su egoísmo y su despreocupación. Africa es, de hecho, parte integrante de este planeta. Sus dificultades e insuficiencias actuales no deben dejamos indiferentes. 218. Después de todo, este continente, grande y bello, no puede ser considerado indefinidamente como el continente del hambre y de los hambrientos, de los desastres y las víctimas de los desastres, de la miseria y los miserables, de los males incurables y los problemas sin remedio. nas haber sido la cuna de la humanidad, Mrica sigue siendo capaz de una fertilidad generosa que algún día beneficiará, sin duda, a todos los pueblos y nadones. 219. Por lo tanto, ha llegado la hora de actuar, y de hacerlo resueltamente para detener el desmoronamiento constante de la economía mundial y remediar los males que sufren los paises menos ricos. Toda medida saludable entraña una mayor justicia en los intercambios comerciales, una estabilización del precio de las materias primas, una reforma monetaria atinada, una solución valerosa para el problema de la deuda del tercer mundo, un aumento de la ayuda al desarrollo; en resumen, la búsqueda de los medios y arbitrios que permitan lograr el establecimiento de un nuevo orden económico internacional. 220. En mayo de 1980 observé aquí mismo, en un seminario organizado conjuntamente por el UNITAR, el Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo y el Club de Roma, que "los ataques a la dignidad del hombre, nacidos de la miseria injusta y la pobreza; sentimientos demasiado profundos de frustración debidos al reparto doloso de los bienes de la tierra, acentúan las disensiones entre los pueblOS y llevan a los enfrentamientos y a la guerra entre las naciones". 221. Tenemos el deber de remediar esos problemas, si queremos contribuir verdaderamente al acercamiento entre los hombres y dar a una reunión como la nuestra un máximo de sentido, el máximo de consecuencia en la marcha del mundo y un máximo "de credibilidad frente a esos hombres, a esas mujeres y a todos esos niños que esperan sin saber muy bien qué, pero que esperan algo de todas maneras.
222. El Presidente Seyni Kountché habrfa venido a decir todo esto ante esta tribuna personalmente, en su calidad de Presidente en ejercicio del Comité Interestatal Permanente de Lucha contra la Sequía en el Sabel (CILSS), si una de ¡as catástrofes agrícolas más grandes que el Níger jamás haya conocido no lo hubieran obligado a permanecer junto a su pueblo para compartír su angustia, apaciguar sus temores y examinar activamente con él las medidas pertinentes que se deben aplicar para salvar a los agricultores afectados y a los valerosos compatriotas a los que una combinación de factores injustos frustró el logro de las cosechas justas que su ahínco en el trabajo les per-
mida esperar. En su nombre, yen el de todos los países del CILSS, tengo el urgente deber de hacer un llamamiento a cada uno de los gobiernos e instituciones aquí representados al deber de solidaridad que debe animarlos en esta situación. 223. Sr. EASTMAN (Liberia) (interpretación del inglés): SePQr Presidente, lo felicito por haber asumido el cargo de Presidente del trigésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General. Usted trae consigo para el desempeño de ese importante cargo un caudal de experiencia y dotes personales que deberán resultarle útiles en el cumplimiento de sus deberes. Africa se enorgullece de que sea usted hijo del continente y le desea éxito en la conducción de los debates de esta augusta Asamblea. Puede usted tener la seguridad de que contará con la plena cooperación y apoyo de mi delegación. 224. Permitame también expresar nuestro reconocimiento a su predecesor, el Sr. Jorge IlIueca, quien condujo tan atinadamente los asuntos de la Asamblea en el año transcurrido. Será recordado como un Presidente decisivo y justo. 225. Taníbién merece encomio el Secretario General, por sus esfuerzo~ en pro de ~,.l paz y el entendimiento internacionales. Sabemos que bajo su autoridad la Organización seguirá luchando por el mantenimiento de la paz y procurará lograr la estabilidad socíal y económica de la humanidad. 226. Celebramos la admisión de Brunei Darussalam como Miembro de las Naciones Unidas. Ese acto fue un paso importante en la af111Ilación del papel de las Naciones Unidas y del principio de la universalidad. Confiamos en que Brunei Darussalam hará todo lo que esté a su alcance para fomentar los objetivos de la Organización y se sumará a la lucha para la eliminación completa de los vestigios del colonialismo. 227. En el trigésimo octavo período de sesiones de la Asamblea [6a. sesión], el Jefe de Estado de mi país, Samuel K. Doe, hizo una exposición general acerca de los progresos logrados para la instalación de un gobierno civil en Liberia. En esa ocasión informó a las delegaciones de que una comisión nacional constituyente había concluido un proyecto de constitución, que se había transmitido a una asamblea asesora constituyente, integrada por representantes de cada una de las subdivisiones políticas del país, para que la examinara y formulara sus recomendaciones al Consejo Popular de Redención. El proyecto enmendado de constitución que se presentó al Consejo Popular de Redención, posteriormente fue aceptado y presentado al pueblo de Liberia en un referéndum. El pueblo de Liberia votó abrumadoramente a favor del mismo. 228. Hoy, con la venia de la Asamblea, voy a poner al día la situación. El Consejo Popular de Redención ha sido disuelto y sustituido por una Asamblea Nacional Provisional, integrada por representantes de todas las subdivisiones políticas del país, para que guíe el proceso de transición. Se ha levantado la prohibición de las actividades políticas, lo que ha permitido la formación de partidos políticos. Hasta la fecha, se ha anunciado la creación de 11 agrupaciones políticas. Con esos progresos alentadores, el Gobierno y el pueblo de Liberia esperan lograr una transición pacífica al gobierno civil.
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229. . A medida que avanzamos por ese camino, nos damos cuenta de que la transición al gobierno civil está llena de dificuJtades, pero también de desafíos. Creemos firmemente que el éxito definitivo del proceso dependerá principalmente de las intenciones y la determinación del pueblo liberiano, así como de la buena voluntad y comprensión de la comunidad internacional. Por lo tanto, aprovechamos esta oportunidad para pedir a los gobiernos amigos y a todos los que hoy están reunidos aquí que se identifiquen ccn nosotros y presten pleno apoyo a esos esfuerzos. 230. Las Naciones Unidas están experimentando dificultades cada vez mayores y un sentimiento generalizado de frustración. Las profundas esperanzas con que la Organización comenzó su existencia en 1945 continúan menguando considerablemente. La búsqueda de la paz se ha visto caracterizada por logros desdibujados. Aparte del establecimiento de instituciones permanentes exclusivamente dedicadas a la paz y una aceptación general, aunque no totalmente aplicada, de principios tales como la igualdad de los Estados y los derechos humanos -incluidos el derecho a la libre determinación, el derecho al trabajo, el derecho a la educación y al logro de las aspiraciones propias y el derecho a una participación equitativa en los limitados recursos del mundo, así como el derecho a la plena participación en el proceso de adopción de decisiones en materia de relaciones internacionales-, la paz no se ha logrado ni se ha mantenido libremente. 231. Si existe un peligro r.onstante de guerra en medio del deseo universal de paz, tal vez ello se deba a que no todos estamos comprometidos igualmente con el logro de la paz. Algunos simplemente hablan de ella de boca para afuera. Para que las Naciones Unidas sean un instrumento eficaz, los Estados Miembros no solamente deben predicar la paz sino también buscarla y mantenerla, así como redoblar sus esfuerzos por lograr los nobles ideales y principios para los que se fundó esta Organizadón. Si queremos que la paz y la seguridad internacionales prevalezcan, debemos comprometemos totalmente con ella y defenderla en todo momento, no solamente en épocas de conveniencia o de peligro máximo.
232. Además, consideramos que la Carta de las Naciones Unidas contiene todos los principios y preceptos que permitirían lograr la paz y la seguridad. Sin embargo, si no hemos logrado la paz, ello no se debe a que la Carta sea deficiente o inadecuada o a que algunas de sus disposiciones sean obsoletas, como algunos pretenden. Ocurre simplemente que no podemos hacernos del valor moral y la voluntad política necesarios para supeditar nuestros propios intereses al interés común de todos, de conformidad con la Carta. 233. Ninguna otra cuestión o política ha causado tanto disgusto, amargura, hostilidad y rivalidad en los últimos tres decenios de la historia mundial como la política de apartheid del Gobierno sudafricano. El mundo entero sigue expresando su condena y desprecio frente a esta política extraña y diabólica, sin hacer mella en la armadura de quienes la practican. 234. Este año la comunidad internacional ha sido testigo de una intensificación de la política de apartheid en una de sus formas más crueles y bajo el pretexto de introducir reformas o cambios superficiales, como las falsas
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elecciones celebradas por Sudáfrica en agosto pasado para votar por una nueva constitución que dividirá aún más a la población y fortalecerá al apartheid, tornando más eficaz su aplicación. Liberia ha visto con agrado el hecho de que estas elecciones hayan sido completamente boicoteadas por la abrumadora mayoría del pueblo de Sudáfrica y que, con anterioridad a la elección, el Consejo de Seguridad, el 17 de agosto, haya declarado que la nueva constitución y las elecciones eran nulas y carentes de validez [resolución 554 (1984)]. 235. ¿Cómo una nación que profesa la fe cristiana puede propiciar, con aparente alegría, la separación sistemática de las razas, mediante sanciones legislativas encaminadas a desplazar y desarraigar físicamente a la mayoría africana? Sudáfrica está infestada de horno. es crueles y perversos que la conducen por mal camino, que pertenecen al pasado y que parecen no preocuparse por sus enemigos potenciales, que parecen no desear tener aliados y que no tienen verdaderos amigos. 236. ¿Cómo podemos nosotros, como entidad colectiva, y en nuestra calidad de miembros de la comunidad mundial, permitir que la mayoría del pueblo de ese país siga siendo víctima de la tiranía y la opresión, de la explotación y la degradación, de la pobreza y el odio? ¿Qué es lo que nuestra conciencia moral dicta a las Naciones Unidas que debemos hacer ahora en su nombre? ¿Cómo debemos interpretar la proliferación de resoluciones sobre la política de apartheid del Gobierno sudafricano y las decisiones de las Naciones Unidas que el régimen racista continúa desafiando y transgrediendo? ¿Cuánto tiempo más podremos darnos el lujo de escuchar solidariamente las quejas formuladas ante la Organización por los Estados africanos vecinos y por la mayoría de ese país contra Sudáfrica, mientras al mismo tierr.po se hace caso omiso de sus ruegos para la adopción de medidas eficaces? 237. Por su parte, Liberia sigue firme en su rechazo total del apartheid y del régimen racista que lo practica. Estimamos que las sanciones amplias y obligatorias prrjstas en el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas son la única arma eficaz contra el apartheid. Se deben alentar y sostener los esfuerzos individuales y colectivos en las Naciones Unidas y en otros foros con miras a la imposición de sanciones contra el régimen de Pretoria hasta que se derrumbe ese bastión del racismo. 238. El sistema de apartheid de Sudáfrica y su política de desestabilización y de extorsión económica son señales peligrosas para los pueblos de esa región. Namibia ha quedado virtualmente transform