ASAMBLEA GENERAL

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Naciones Unidas

ASAMBLEA GENERAL

SE810N PLENARIA Viernes 2 de noviembre de 1984, a las 15.20 horas

TRIGESIMO NOVE/I. ) PERIODO DE SESIONES

Documentos Oficiales

NUEVA YORK

Presidente: Sr. Paul J. E LUSAKA (zambia).

ble. Pero inclusive el ganado ha muerto por falta de alimentación o víctima de plagas. Las exportaciones de los recursos naturales de esos países en minerales, especialmente el cobre, cayeron a precios increíblemente bajos en el mercado internacional y los ingresos de las e..xportaciones agricolas, tales como el café, permitieron un volumen de adquisiciones mucho menor que el de mediados de los años 70.

TEMA 139 DEL PROGRAMA Situación económica crítica de Afríca (continuación)

1. Sr. ABDUL IC.ADIR (Malasia) (interpretación del inglés): En las últimas semanas fue la imagen de niños que morían -reducidos a piel y huesos- lo que nos mostraba la historia del i.ambre y la desnutrición en Africa. Pero por más poderosos que sean los medios de comunicación, no es posible transmitir la magnitud y profundidad de la crisis actual que sufre desde hace tiempo el continente africano.

6. Esta caída en el ingreso de exportaciones y el poder de compra se produjo en momentos en que la necesidad de importar más alimentos para atender la escasez provocada por la sequía y otras catástrofes se tomaba cada vez más urgente. De esta manera, debieron desviarse los ingresos ya reducidos para realizar importaciones urgentes de alimentos, lo que trajo como consecuencia que se dejaran de lado otras áreas de desarrollo igualmente urgentes, tales como el agua, el transporte, la salud y la nutrición, la energía, el medio ambiente y otros aspectos sociales del desarrollo. Todos estos factores, junto con la recesión económica internacional de los últimos años, fueron algunas de las razones que determinaron el crecimiento nulo e inclusive negativo que registraron muchos de los países de Mrica.

2. Para aquellos de nosotros que hemos examinado el problema aquí, en las Naciones Unidas, no es una crisis que haya surgido de la noche a la mañana. El espectro del hambre y la malnutrición ha surgido repetidamente, en distintos grados de agudeza, en épocas diferentes. Inclusive en el caso de la crisis actual, se nos había advertido sobre la posibilidad del hambre que podría resultar de la grave escasez de alimentos provocada por la sequía persistente y otras catástrofes naturales. Eramos conscientes de que la desertificación estaba dejando la tierra desnuda y reduciendo las ya escasas zonas disponibles para el cultivo de alimentos.

7. Malasia ve con profunda preocupación esta situación trágica y crítica de Africa y se presenta ante esta tribuna para formular un llamamiento urgente en pro de una acción concertada de parte de la comunidad internacional. Nuestra respuesta no debe ser motivada sólo por ~a emoción que provocan los medios de comunicación ni debe prevalecer sólo durante los escasos días o semanas en que se hace sentir esta emoción. Es preciso estudiar, planificar y ejecutar medidas en forma coherente y coordinada para hacer frente al problema tanto a corto como a largo plazo.

3. Quizá la reiteración de relatos sobre el hambre y la desnutrición en este vasto continente ha hecho que el problema suene engañosamente común hasta que ahora, una vez más, las palabras son reemplazadas por imágenes de seres humanos que sufren la peor de las privaciones. 4. Los medios de comunicación han destacado la situación en ciertos países, pero en realidad la crisis se extiende a grandes regiones de Africa. El Secretario General, en el informe que figura en el documento A/39/S94, ~timó en la increíble cifra de 150 millones de personas la pohlación amenazada por el hambre, la enfermedad y la desnutrición en los 24 países más afectados. Estos son Angola, Benin, Botswana, Burkina Faso, Cabo Verde, el Chad, Etiopía, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Leso· tho, Malí, Mauritania, Mozambique, la República Centroafricana, la República Unida de Tanzanía, Santo Tomé y Príncipe, el Senegal, Somalia, Swazilandia, el Togo, zambia y Zimbabwe.

8. Africa y su pueblo no tienen la culpa de que su continente tenga desiertos, ro se les puede responsabilizar por los efectos de la sequía y la desertificación; tampoco porque su infraestructura y su base agricola e industrial no estén totalmente desarrolladas como consecuencia de la . explotación del pasado. Estos pueblos son fundamentalmente víctimas de un medio inhóspito y difícil y de las manipulaciones del pasado.

5. Los tremendos efectos de la sequía, la desertificación y otras catástrofes naturales que reiteradamente han atacado a Africa son, en parte, resultado del hecho de que las sociedades de muchos países son básicamente rurales, basadas en buena medida en la agricultura. Los ingresos dependen de la producción del suelo, complementada por el ganado que se pueda criar en la escasa ticrra disponi-

10. Estamos de acuerdo en que los medios de comunicación han despertado la conciencia pública en esta emergencia. A corto plazo, podría desarrollarse una campaña mundial de publicidad para fomentar esta nueva toma de conciencia. Es preciso movilizar en todas partes una ayuda alimentaria de emergencia así como suministros para la atención médica. Pero con esto sólo hacemos frente a

9. La gravedad de la situación nos exige que tomemos medidas en forma inmediata. Las semanas venid~ras deben dí:dicarse a procurar una solución más que a buscar defectos.

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A.samblea General- Trigésimo noveno periodo de sesiones - Sesiones Plenarias

la situación alimentaria de emergencia. A largo plazo, es preciso analizar las causas de la debilidad estructural de las economías afectadas. El Plan de Acción de Lagos l define claramente las áreas en que es preciso adoptar medic!:lS. Lo que se necesita es movilizar eficazmente la asistencia bilateral y multilateral en esferas críticas como el desarrollo de recursos naturales, técnicos y humanos.

11. Por nues".•a parte, Malasia promete seguir compartiendo su ~xperiencia y participar en los esfuerzos de desarrollo orientados a sectores específicos de las economías de los países del continente. Mi país tiene programas de cooperación en curso, especialmente en el desarrollo de recursos humanos, con varios países de la región sudanosaheliana. 12. Para concluir, exhorto firmemente a los países ricos y d(~arro))ados a que acepten este desaf!o de encabezar y orientar este esfuerzo internacional para superar esta enorme tragedia humana. Les expresamos nuestro encomio por la ayuda alimentaria de emergencia y el suministro de implementos médicos, con los que sus pueblos y gobierno:; han contribuido tan generosamente una y otra vez. Pero es i~''l1mente importante tener en cuenta la asistencia a largo plazo, absolutamente nece&aria para ayudar a los países del continente a superar y ~vitar nuevas tragedias.

13. Sir John THOMSON (Reino Unido) (interpretación del inglés): Deseo subrayar la importante declaración formulada en nombre de la Comunidad Europea por el representante de Irlanda [47a. sesión] y añadir algunos comentarios de nuestra ddegación.

14. No es éste el momento de decir palabras a medias. No hay tema alguno en el programa del trigésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General más importante que la situación económica crítica de Africa. No estamos hablando de ningún problema abstracto. No estamos celebrando un debate rutinario. Africa se encuentra atenazada por una crisis enonnemente destructiva; una crisis que se ha venido produciendo desde hace años; una crisis que ha cobrado ya miles de vidas y que amenaza en el futuro la vida de millones de seres. 15. No pido disculpas por hablar cm1 brusquedad. Por supuesto, espero que otros hablen de la misma forma. Si nos escudamos en trivialidades y en evasiones burocráticas, si dej&1l1os que la fantasía vuele ideológicamente, prestaremos un terrible servicio a los pueblos de Africa. Si hay algún momento en que la Asamblea General debe hacer frente con claridad y honradez al problema, es éste. 16. Las corteses expresiones de compasión y autojustificación no han de alimentar a niños hambrientos. Tampoco han de hacerlo las inculpaciones del Norte contra el Sur, del Sur contra el Norte o del Este contra el Oeste. No vamos a encontrar soluciones si nos libramos a la desacreditada maniobra de acusar por estos problemas al imperialismo, el neocolonialismo, las empresas transnacionales, etc. Yo pediría más bien que en este debate todos los países -no sólo los donantes tradicionales- busquen medios de cooperar en un programa internacional de ayuda práctica, efectiva e inmediata a Afri::e.

17. Al pronunciar este discurso, no trato de dejar de lado la relación especial de mi propio país con Africa. Es

precisamente esa relación la que movió al Reino Unido a prestar especial atención a lo largo de los años a los problemas económicos y sociales de Africa y que ha llevado a mi delegación a hacer uso de la palabra en el día de hoy. Quince de nuestros asociados del Commonwealth se encuentran en Africa. El Reino Unido está vinculado a Africa por lazos de historia y de cultura, de comercio y, por encima de todo, por vínculos humanos. Muchos de mis conciudadanos han optado por vivir y trabajar en Africa. Muchos hijos e hijas de Africa residen en el Reino Unido. Cuando Africa sufre, también nosouos sufrimos, y la respuesta del pueblo de Gran Bretaña él la última crisis ha sido inmediata y sin precedentes. No digo esto para vanagloriarme, sino porque creo que, debEdo a nuestros vínculos GEln Africa, tenemos una contribución que hacer en el presente debate.

18. No quiero consumir demasiado tiempo en hacer un diagnóstico de la crisis que ha sido descrita con toda competencia en el informe del Secretario General y explicada por oradores que me han precedido en el uso de la palabra. Prefiero concentrarme en las medidas que la Asamblea puede adoptar para hacerle frente. Quisiera, en particular, examinar los medios con que Africa y la comunidad internacional pueden luchar contra las causas de la crisis actual y evitar así que se reproduzca en el futuro. Por aterradora que sea la situación inmediata, durante este debate debemos examinar el problema a largo plazo. No hay soluciones fáciles, pero debemos tratar de encontrar las respuestas. 19. De eso se trata en este debate. Pero éste no debe constituir la última palabra. Después de su conclusión, hemos de reanudar la tarea que no pudimos terminar en Ginebra sobre un texto que pueda surgir de la Asamblea. Esperamos que esto contribuya a que el mundo entero preste atención a los problemas de Africa. Nosotros, . aquí, así como los que están en el lugar, tenemos una función que cumplir. 20. En ciertas regiones de ;\frica las condiciones son tan acuciantes que la gente está muriendo de hambre. Los últimos cálculos hablan entre medio millón y un millón de personas muertas este año en Etiopía. En muchas zonas, la producción de alimentos está declinando, en tanto que crece la población. Y solamente con grandes cantidades de alimentos importados -algunos compradns, otros donados- se puede impedir la desnutrición generalizada. Menos evidente en lo inmediato, pero no menos importante para el futuro, son los otros aspectos del proceso de desarrollo, del que deben extraerse recursos para atender las necesidades básicas. 21. ¿Qué podemos hacer? Evidentemente, lo primero es prestar socorro a los que desesperadamente lo necesitan. Para mi Gobierno, como para muchos otros, las necesidades humanitarias son la prioridad más urgente, y hemos facilitado más de 40 millones de dólares para ayuda alimentaria y de emergencia este año con miras a la solución de problemas relacionados con la sequía en Africa, junto con 6 mmones de dólares para los problemas derivados de los refugiados. Además, la semana pasada anunciamos, como respuesta a la grave situación actual de Etiopía, la asignación de 6.000 toneladas de ayuda alimentaria, junto con dos aviones para operaciones de socorro durante tres meses en Etiopía y otros seis millones para proyectos relacionados con la sequía en ese país y en otras

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naciones de Africa. La Comunidad Europea ha anunciado una nueva asignación de 25 millones de dólares esta semana. Muchos otros donantes han prometido alimentos y ayuda de todo .1:;.-'0. La respuesta de particulares o de organizaciones no gubernamentales en el Reino Unido ha sido abrumadora. Unos lO millones de dólares han sido ofrecidos por particulares en mi país en las últimas dos semanas. 22. Los problemas de coordinación, de organización de canales de suministro, de vigilancia de la eficacia de la ayuda especialmente en Etiopía -aunque no son los únicos-, han sido extraordinarios. El sistema de las Naciones Unidas tiene un papel fundamental que desempeñar. Exhorto al Secretario General a que designe un organismo principal dentro del sistema de las Naciones Unidas al cual puedan recurrir otros organismos donantes bilaterales y las múltiples organizaciones no gubernamentales que trabajan en Etiopía. El organismo de coordinación debe, por supuesto, trabajar en estrecha colaboración con la Comisión de Rehabilitación y de Socorro de Etiopía.

23. Con respecto a las medidas inmediatas, la Asamblea debe preguntarse nuevamente si el mejoramiento de las instalaciones para conferencias de la CEPA es la manera más adecuada de asignar más de 73 millones de dólares de fondos de las Naciones Unidas en el crítico momento actual. La propuesta fue discutida ~n la l3a. sesión de la Quinta Comisión el 18 de octubre y entonces mi delegación expresó su inquietuJ. A nuestro entender, esto merece ser reconsiderado. ¿No sería mejor gastar esta importante suma en proyectos de beneficio más directo e inmediato para los que sufren dificultades económicas y aplazar la construcción de un nuevo centro de conferencias hasta un momento ulterior? 24. Estas son las trágicas realidades de la crisis inmediata; sin embargo, éste no es el tema central del presente debate. Como señalaran los propios Ministros de la CEPA en su Memorando Especial sobre la crisis económica y social en Africa2, aprobado en mayo en Addis Abeba, el problema tiene dos aspectos: uno, a largo plazo, y otro, a corto plazo. Una preocupación primordial para nosotros en esta 3a!a y en nuestras capitales debe ser la manera de lograr cambios a largo plazo para que esas situaciones no se repitan. El primer elemento esencial e.'i comprender que algo se puede hacer, que la situación no es desesperada. La experiencia en el subcontinente indio nos enseña que comprender eso es fundamental. Esa misma experiencia nos señala el camino. No ha de ser una tarea fácil. Estamos hablando de una modificación de la situación en Africa, en donde el producto interno bruto está disminuyendo al igual que el ingreso per cápita, en tanto que la población aumenta. Muchas inversiones realizadas en industria y en infraestructura son insuficientemente utilizadas y la educación y los servicios de sanidad estan empeorando, a menudo en relación con un nivel ya insuficiente. 25. No basta con alimentar a aquellos que están hoy en situación de necesidad; es menester que nos cercioremos de que puedan enfrentar un futuro en el que tengan la posibilidad de producir suficientes alimentos y desarrollar los recursos necesarios para una mejor calidad de vida. Este es uno de los retos más importantes a que se enfrenta la comunidad internacional, pero se le puede dar una respuesta.

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26. Antes de que consideremos soluciones, deberíamos examinar lo que condujo a esta situación para que podamos evitar en el porvenir los mismos errores. Hay dos factores externos claves que han desempeñado una parte importante en la crisis actual. Uno es la sequía que ha sufrido gran parte de Africa en los últimos años. Lamentablemente, ninguna medida nacional o internacional puede alterar el clima. Pero es esencial asegurar que se haga frente a esos cambios, en especial la expansión de la desertificación. Mi delegación ya habló con cierto detalle acerca de esto en la Segunda Comisión y en el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Permítaseme mencionar una vez más la necesidad de mantener en producción la tierra amenazada, de cercioramos de que se detenga la desertificación y de adoptar medidas para aliviar la presión de la gente sobre la tierra. 27. El otro factor importante es la recesión, que también ha afectado en forma particularmente fuerte a las economías ya debilitadas. Hasta ahora la recuperación no se extiende con la suficiente rapidez a los países más pobres. Pero, no obstante, las mejoras en la inversión yel ambiente comercial beneficiarán a los países africanos. 28. Reconocemos los problemas a que se enfrentan muchos países africanos con respecto al servicio de la deuda. La Reunión Económica en la cumbre celebrada en Londres del 7 al 9 de junio de 1984 se ocupó de estas cuestiones con gran detalle, y ya se están emprendiendo medidas para aliviar el problema de la deuda sobre la base de los preceptos esbozados en esa reunión. Continuaremos laborando con otros en cada uno de los casos para la reprogramación de la deuda. En especial, trataremos de evitar situaciones en las que se adquieran nuevos compromisos sólo para pagar obligaciones contraídas anteriormente. Los Ministros de mi Gobierno también recalcaron la necesidad apremiante de tomar medidas para reducir las tasas de interés a nivel mundial. 29. Reconocemos también el llamamiento hecho por los Ministros de la CEPA para que se adopten medidas en cuanto al proteccionismo, tanto en el sector industrial como en el agrícola. Estamos comprometidos a la eliminación de las barreras comerciales, sean de índole arancelaria o no arancelaria. Hay acuerdo para comenzar consultas preliminares sobre una nueva serie de negociaciones de comercio multilateral. Acogemos esto con satisfacción, pero si la recuperación se sostiene, esperamos que no será necesario aguardar esas negociaciones para eliminar las medidas proteccionistas. 30. Estos últimos años han sido difíciles para todes los países. Ahora que está en marcha la recuperación es importante asegurarnos de que los países más pobres se beneficien de ella. Aquí es donde son esenciales las políticas y la coordinación, tanto para robustecer el desarrollo de esos países como para permitirles participar en la recuperación. 31. Todos sabemos que los gobiernos han realizado importantes esfuerzos de desarrollo con el apoyo de corrientes de inversión de donantes multilaterales y bilaterales, así como de fuentes privadas. No obstante, la situación actual no parece reflejar esta tendencia. Las necesidade