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| Martes 3 de dicieMbre de 2013
el personaje
Claudio y su mamá, Viviana
Soledad Maradona
S LA NACION
AN CARLOS DE BARILOCHE.– El futuro crack del fútbol podría estar aquí. En un potrero de tierra, con la cancha marcada con picota, donde el viento patagónico no da tregua y levanta el polvo a cada paso, un chico se destaca con la pelota y hace ilusionar a todos con un futuro entre los grandes. Alguien lo bautizó “el Messi de la nieve” y su imagen ya recorre el mundo entero con programas especiales en la televisión brasileña y la propuesta de incluirlo en un documental inglés sobre fútbol junto a Diego Maradona y Lionel Messi. Pero Claudio Ñancufil, zurdo como ellos, tiene 8 años y sólo piensa en jugar a la pelota a pesar de que ya tiene un contrato para probarse este verano en el Barcelona y Real Madrid, a donde viajará con su familia. Hincha de Racing, pero con el Kun Agüero como ídolo futbolístico, Claudio pertenece a una familia humilde del barrio Nueva Esperanza, en el Alto de Bariloche. Acá donde los chicos juegan en canchas de tierra y los clubes infantiles realizan más un trabajo social que de competencia deportiva. “Nuestro trabajo es contención ciento por ciento, si sale un pibe bueno es casualidad, porque tenemos el problema que a veces vienen chicos que no han tomado ni la leche. Y lo de Claudito nos genera orgullo, pero te aseguro que tenemos muchos más que son tan fantásticos como él”, dice a la nacion Marcelo Ernalz, presidente y técnico del club Martín Güemes, que alberga al pequeño desde los 5 años. Claudio juega en la categoría 2005 en un club que no tiene sede, que juega en una cancha de tierra cedida por el Círculo de Suboficiales de Gendarmería Nacional, donde sólo hay un baño químico y un puesto de venta a modo de cantina donde los padres ahora
Claudio Ñancufil y su pegada de zurda; su imagen ya recorre el mundo en documentales
Tiene sólo 8 años y ya lo llaman el “Messi de la nieve” Claudio Ñancufil se destaca por su habilidad con la pelota en Bariloche; mientras juega en condiciones humildes y canchas sin césped, se probará en Barcelona y Real Madrid
En las canchas polvorientas de la Patagonia, Claudio domina la pelota recaudan fondos para viajar en diciembre al torneo Córdoba Cup. Con esos chicos irá el (posible) futuro crack del fútbol que en un mes más estará en las grandes ligas españolas demostrando su talento y, si se dan las condiciones, se quedará allí con su mamá, Viviana, y su hermano Brian, de 12, que tam-
bién dicen es bueno para el fútbol. La vida de este chico y de su familia cambió en cuestión de semanas. Dos meses atrás, el representante español Manuel Otero, en un viaje a México, vio por YouTube un video de Claudio jugando al fútbol en un gimnasio de Bariloche. Las destrezas se
fotos de A. LeivA y reuters
repetían una tras otra y no dudó en buscar –como sea– a este chico. Lo contactó finalmente a través de una comisaría donde le dieron precisiones de la familia, ya que el abuelo, también llamado Claudio Ñancufil, es un conocido camarógrafo de la ciudad. Así, Otero llegó con la propuesta de mostrar al niño en los grandes clubes. Se plasmó un acuerdo y se interesaron de inmediato algunos de España. También River Plate, que ya lo había visto a mediados de año, pero no decidió una propuesta por su corta edad, aunque ahora lo invitó para entrenarse una semana con sus categorías infantiles. La familia intenta resguardar al chico, aunque sus pasos son noticia casi a diario. “Tenemos que esperar y tener los pies en la tierra”, dijo el abuelo a una radio local, y se ilusiona con la idea de que su nieto llegue a ser un grande del fútbol, que consecuentemente cambiará las condiciones de la familia. En el club también acompañan. “Apoyamos y estamos muy contentos de lo que está pasando. No sabés si otra vez va a ver un nene de acá en el fútbol profesional, aunque ellos ahora no entienden nada y lo único que quieren es jugar”, contó Daniel Cárdenas, papá de Enzo, que forma la dupla delantera inseparable de Claudio. Para Daniel Pardo, presidente de la Liga de Fútbol de Bariloche, “no hay que perder el eje de que el protagonista tiene 8 años”. Mientras el ex técnico local Juan Boga, del departamento infantojuvenil de la Liga, se pregunta “por qué llevarlo a otro país lejos de su gente y no le mejoran las condiciones acá para que siga jugando con los de siempre hasta que sea un poco más grande”. Nadie tiene certeza de qué pasará con el pequeño que alterna la camiseta 7 o la 10 de su club. Que festeja los goles como un profesional mirando a la cámara de su abuelo y se enoja cuando algo no sale. Pero es una expresión de deseo que uno de los 2000 chicos que juegan en los 23 clubes de fútbol infantil de Bariloche llegue a otro nivel.ß