Barcelona y Messi están de vuelta

13 mar. 2013 - Dani Alves. Gerard Piqué. Javier Mascherano. Jordi Alba. Xavi Hernández. Sergi Busquets. Andrés Iniesta. Pedro. A. Lionel Messi. David Villa.
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la liga de campeones

Con dos golazos de Leo en el rotundo 4-0 a Milan, el equipo catalán despejó fantasmas y pasó a los cuartos de final en un gran nivel Claudio Mauri lA NACIoN

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omo Barcelona es noticia cuando erra un pase, que jugara mal y perdiera tres partidos importantes en diez días (dos con Real Madrid y la ida en San Siro ante Milan) causó conmoción. El equipo y Messi pasaron a ser vistos con la desconfianza que nunca los había rozado desde que a mediados de 2008, con la asunción de Guardiola, empezó la edad de oro de ambos. Barcelona y Messi entregaron ayer una respuesta que les faltaba porque hasta el momento no había sido necesaria: la de saber superar una situación límite. Ese emplazamiento era en más de un sentido. Por el 0-2 en Milan, lo cual obligaba a la “remontada histórica”, que Xavi dijo que se debían. Porque el equipo estaba futbolísticamente irreconocible, sin presión para recuperar la pelota ni fluidez para jugarla. Porque la ausencia del técnico Vilanova, que se trata de un cáncer en Nueva York, aumentaba la sensación de desamparo. El desquite ante Milan encerraba más de un desafío. Así lo entendió también el público, con una asistencia récord de 94.944 en el Camp Nou. Enfrente, un equipo italiano con su asumida caracterización de ogro y aguafiestas a partir de un esquema ultraconservador que niega los espacios y cierra los caminos. Como lo fueron antes el Inter de Mourinho, el Chelsea de Di Matteo. Ambos se fueron del Camp Nou festejando una clasificación conseguida con casi todo el equipo empotrado en el área propia. Como un viaje en el tiempo, Barcelona se salteó los últimos 20 días repletos de señales preocupantes y pronósticos agoreros para volver a los días felices, de los muchos que disfrutó en casi cinco años. El equipo recuperó la memoria, Messi demostró que su gatillo también da en el blanco de esos adversarios italianos que le venían siendo esquivos y, por sobre todas las cosas, Barcelona dejó

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goles lleva Messi en esta Liga de Campeones; Cristiano Ronaldo y Yilmaz (Galatasaray) están por encima, con 8. Leo fue el máximo anotador en los últimos cuatro torneos.

| Miércoles 13 de Marzo de 2013

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| Miércoles 13 de Marzo de 2013

Barcelona y Messi están de vuelta

Así lo vieron en Italia y España

“Estos jugadores demostraron una vez más que son especiales. La crítica que habíamos recibido era desmesurada y fuera de lugar. Por si alguien tenía dudas, Messi nos dio otra clase magistral de fútbol” “Esto no fue un desastre porque Barcelona jugó de manera extraordinaria” massimiliano allegri Todos los abrazos para Messi; Dani Alves, Alba, Iniesta, Busquets, Villa y Piqué, en el emocionado festejo reuters y ap

dos los goles se los hizo a Milan. Messi empezaba a hacer trizas el esquema 4-5-1 visitante, con Niang como único delantero neto, acompañado ocasionalmente por El Shaarawy. Un instante definió la suerte de la eliminatoria. A los 37 minutos, tras un defectuoso rechazo de cabeza de Mascherano, Niang se fue solo al mano a mano con Valdés; el remate dio en un poste y el posterior centro de El Shaarawy pareció que fue desviado con un brazo por Piqué. En la acción siguiente, el majestuoso Iniesta –qui-

golpe de galatasaray El equipo turco venció de visitante 3 a 2 a Schalke y se clasificó a los cuartos de final. En Estambul habían terminado 1 a 1. Hoy se jugarán otros dos desquites de octavos: Málaga (0) vs. Porto (1) y Bayern Munich (3) vs. Arsenal (1).

zás el jugador que menos bajó el nivel en el bache general que traía su equipo– interceptó una salida de Milan y cedió enseguida la pelota a Messi, que sentenció otra vez a Abbiati con un remate seco y bajo. Barcelona se desplegaba como de costumbre y Messi volvía a ser su hombre determinante. Exigió siete foules, estuvo muy activo, en uno de esos partidos en los que se siente predestinado a ser la gran figura. Si el 2-0 era un muy buen resultado para los primeros 45 minutos, el 3-0 a los 9 de la segunda etapa (gran pase de Xavi y notable definición de Villa) era inmejorable. obligado, Milan insinuó cierto peligro con los ingresos de Robinho y Muntari, pero quedaba claro que sólo el flojo Barcelona de la ida podía agrandar la consideración de un equipo que es un chiste comparado con los de la época de Sacchi, Capello y hasta Ancelotti. El equipo serio sigue siendo Barcelona. Serio, alegre y goleador. Nunca se había ido muy lejos, pero Barcelona está de vuelta.ß

Juan Pablo Varsky PARA LA NACION

jordi roura

en claro que conserva el orgullo del supercampeón. Puede sufrir un mal momento, pero no hay aburguesamiento. la gloria conseguida no da privilegios, sino responsabilidades que atendió con un 4-0 construido de principio a fin, desde el golazo de Messi, a los 4 minutos del primer tiempo, hasta el golazo de contraataque de Alba en el tiempo de descuento. Barcelona se encontró con el partido que soñó para poder llegar por sexto año consecutivo a los cuartos de final de la liga de Campeones: antes de los cinco minutos ya estaba en ventaja con el formidable zurdazo de Messi desde el balcón del área, con cinco rivales desesperados y sin impedir que el remate entrara en el ángulo superior derecho, en una definición similar a la de Maradona contra Grecia en el Mundial 1994. leo se sacaba de encima un estigma: por primera vez le convertía un gol de jugada a un rival italiano; los tres anteriores, en nueve partidos (jugó frente a Udinese, Inter y Milan), habían sido de penal, y to-

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barcelona milan Victor Valdes Dani Alves Gerard Piqué Javier Mascherano Jordi Alba Xavi Hernández Sergi Busquets Andrés Iniesta Pedro Lionel Messi David Villa DT: Jordi Roura

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Cambios: ST: 30m, Alexis Sánchez por David Villa; 32m, Carles Puyol por Mascherano, y 38m,

Christian Abbiati Ignazio Abate Philippe Mexes A Cristian Zapata Kevin Constant Riccardo Montolivo Massimo Ambrosini Mathieu Flamini A M`Baye Niang Kevin Boateng A Stephan El Shaarawy DT: Massimiliano Allegri Cambios: ST: 15m, Muntari por Ambrosini, y Robinho por M’Baye Niang, y 30m, Bojan por Flamini.

Adriano por Pedro.

GOLES PT: 5m y 40m, Messi (B). ST: 9m, Villa (B) y 45m, Alba (B). CANCHA: Camp Nou, de Barcelona. ÁRBITRO: Viktor Kassai, de Hungría PÚBLICO: 95.000 personas

punto de vista

No se miente al solitario Cristian Grosso LA NACION

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onvendría no subestimar a un equipo que deja huella… Conoce el camino para volver. Envuelto en un apresurado halo de escepticismo, Barcelona aparecía sospechado. De repente, el desafío que le proponía Milan suponía para muchos la antesala de la capitulación. Más o menos lo mismo se insinuó hace dos años, cuando el Inter de Mourinho ganó 3 a 1 en la ida y resistió en la vuelta para eliminar a Barça en las semifinales de aquella Liga de Campeones. Y también la temporada pasada, cuando Chelsea se impuso 1 a 0 en Stamford Bridge y empató en el

Camp Nou para impedirles a los catalanes aterrizar en la final. Después, se sabe, la sinfónica siguió sonando. Un equipo que no se desfonda por reescribir la enciclopedia del fútbol casi semanalmente aconseja ser más cauteloso. La respuesta puede volver como una bofetada. Pero no enfundada en venganza o rencor, sino en un voraz carácter competitivo y una insobornable lealtad por las convicciones. A mayores riesgos y un entorno descreído, dosis de determinación y confianza. La autocrítica es el paso basal para la recuperación. El propio Xavi lo pedía hace algunas horas: “A esta generación le falta una remontada”. Ya se la regaló. Messi criticaba: “El equipo está un poco apagado; hay situaciones del partido donde tenemos que estar más metidos. Sabemos que no estamos bien”. Del diagnóstico a la solución, con madurez como hilo conductor. Mascherano sintetizó el espíritu. Él se equivocó en la maniobra que dejó a Niang mano a mano con Valdés

“Dije con hipocresía que Messi venía cabizbajo. Lo dije para pincharlo un poco. Leo es muy luchador” dani alves cuando el partido estaba 1-0; la definición rebotó en el poste y en la inmediata continuidad del juego llegó el segundo gol de Messi. “Esperamos no necesitar otro cachetazo para volver a los orígenes. Me voy triste por la jugada que terminó en el palo. Fue un gran fallo, jugando en el Barça no te puedes permitir estos errores”, analizó el Jefe. Una buena instantánea para auscultar el alma de un equipo. “Sé que hay mucha gente que está esperando que perdamos para salir a hablar, para decir que se terminó todo esto del Barcelona”, también había comentado Messi en una de las declaraciones más desafiantes que se le conozcan en su carrera. Las proezas y las decepciones siempre esperan agazapadas, como las descalificaciones, puntuales cuando huelen morbo. Pero el asombro ante lo que varios creen imposible es uno de los secretos del deporte. ¿Barcelona al destierro? ¿Le había llegado su Waterloo? La orgullosa rebeldía de un grupo aguijoneado no se rinde.

Como una fiera que cumplió su misión

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inco minutos. Recibe la pelota en la línea del área. Está dentro de la “gabbia”, la jaula italiana de la que no había podido salir en San Siro. Lo rodean bien de cerca cinco rivales. Los medios Ambrosini, Montolivo y El Sharaawy le miran el número. Los defensores Zapata y Mexes le miran la cara y salen a asfixiarlo. Tiene menos de medio segundo para controlar y patear. Si demora una décima más, la pelota rebotará en uno de los centrales que achican para bloquearle el tiro. Aprovecha esos ínfimos cinco centímetros de distancia entre las líneas. Suave y al segundo caño, la deja colgada del ángulo. Abbiati, el mueble que aprendió a volar de grande, ejerce de estatua. Sus compañeros lo tapan con abrazos. A él sólo le interesa que Milan saque del medio para que el partido siga. Todavía no alcanza. Un ratito más tarde, se disfraza de torre inglesa y le sirve de cabeza un balón a Iniesta, que hace volar a Abbiati. Se le nota la furia en el rostro, como nunca antes. Siente la sed de revancha, ese combustible infalible para motivar a deportistas y a equipos. Muy participativo, se beneficia con esos pases rasantes de 10 metros para adelante que sus compañeros aciertan como en las mejores noches. Diez de los once habían sido titulares en la final de Wembley 2011 contra Manchester United. Jordi Alba por Abidal sería el único cambio. Villa lo acompaña por el centro del ataque. Pedro está en la izquierda. Dani Alves hace la banda ancha por la derecha. Dos extremos y dos centrodelanteros. Detrás de ellos, Xavi, Busquets, Iniesta, el triángulo de gala. Mano a mano en el fondo. Presionar bien arriba para evitar las contras. Moverse todo el tiempo para ofrecer una opción de pase. Atacar con once y defender con once. El equipo está en una misión y plasma la idea casi a la perfección. Mascherano falla en un cálculo. Niang tiene la serie en su pie derecho. No es ni Pazzini, ni Balotelli. Clank. Él toma la señal. Recibe de Iniesta. Está fuera de juego, entre Mexes y Constant. Tiene más tiempo para pensar, decidir y ejecutar. Seco y al primer caño, la clava abajo. Hay festejo con la certeza de que aún no terminó su tarea. Segundo tiempo. Hace amonestar a Ambrosini y a Mexes por sendas patadas. Es un hombre poseído, ensimismado. Esa cara mete miedo. No parece la de un ídolo de los niños. Es la de un homicida serial. Mascherano acierta en un notable anticipo. Balón recuperado. De Xavi a Villa, siempre importante. 3-0, la remontada es un hecho. Hay diez minutos de jolgorio, a puro toque. Pero un gol de Milan cambiaría todo. Por fin, muestra su orgullo de grande. Robinho entra picante. Allegri apuesta a la ley del ex con Bojan, que enseguida muestra su desborde made in La Masía. De golpe, Barcelona se ve acurrucado contra Víctor Valdés. El duelo está hermoso. El fútbol se inventó para estos partidos. Arde el whatsapp de Vilanova. Roura pone ladrillos en la pared. Alexis entra para ayudar a Alves en la derecha. Adriano por Pedro para marcar a Abate, devenido wing. Línea de cinco defensores, si así lo pide la jugada. Cierre milagroso de Alba. Puyol saca a todos para adelante. En el minuto 90, el equipo provoca un fuera de juego achicando en el círculo central. Segundos más tarde, el líder recupera una pelota a 70 metros del arco rival. Conduce el contraataque. Alexis premia el último pique de Jordi Alba. 4-0. Lo pedís, lo tenés. Como en la radio. Ahora sí, misión cumplida. Omnipresente, más Michael Jordan que nunca, Lionel Messi lo hace una vez más. Para salir de una jaula, nada mejor que comportarse como una fiera asesina e indomable.