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el mundo
| Jueves 9 de mayo de 2013
Una misma aspiraCión para trEs rEgionEs Hace décadas, España afronta el reto nacionalista de varias regiones, que reclaman desde una mayor autonomía hasta la plena independencia
país Vasco
Galicia El nacionalismo gallego reclama la independencia, pero no es mayoritario en la región
Las fuerzas nacionalistas, con mayoría en el Parlamento local, podrían forzar una consulta
Cataluña
Grupos políticos Partido Nacionalista Vasco (PNV) y EH-Bildu
Los grupos nacionalistas pretenden convocar una consulta soberanista
Grupos políticos Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Anova
España Madrid
Desde cuándo lo reclaman Los primeros manifiestos nacionalistas datan de 1918 Situación actual No cuentan con mayoría en el Parlamento local
Grupos políticos Convergencia i Unió (CiU) y Esquerra Republicana
Desde cuándo lo reclaman A fines del siglo XIX; cobró fuerza en los 70 y 80
Desde cuándo lo reclaman Desde la primera década del siglo XX
Situación actual A la espera de la disolución total de la banda ETA
Situación actual El Constitucional anuló la declaración de soberanía
el Mundo Edición de hoy a cargo de Inés Capdevila | www.lanacion.com/mundo
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el desafío independentista | un respiro para rajoy
Fuerte revés judicial para el sueño separatista de Cataluña Ante un pedido del gobierno, el Tribunal Constitucional suspendió la declaración de soberanía del Parlamento catalán MADRID (De nuestro corresponsal).– Si Cataluña de verdad quiere independizarse de España, ayer constató que sólo puede esperar un camino traumático. En una decisión sin precedente, el Tribunal Constitucional aceptó un recurso del gobierno de Mariano Rajoy y suspendió la declaración separatista aprobada en enero por el Parlamento catalán, en la que se calificaba al pueblo de esa región autónoma como “un sujeto político y jurídico soberano” y se promovía la celebración de una consulta para decidir sobre la creación de un Estado. El fallo recalentó la rivalidad cada vez más visceral entre Barcelona y Madrid. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, calificó de “insólita y altamente preocupante” la decisión del Tribunal y acusó al gobierno central de estar “obsesionado con abortar la voluntad popular del pueblo catalán”. De todos modos, ante el Parlamento local, advirtió que “no se congelará en nada” el proceso independentista. Poco después ese desafío se concretó en un fuerte gesto político de rechazo a la sentencia: el Parlamento votó la creación de la llamada Comisión de Seguimiento del Derecho a Decidir, para estudiar “todas las alternativas” posibles para cumplir el deseo de consultar a la ciudadanía. A 600 kilómetros de distancia, Rajoy se mostró tajante en su decisión de no aceptar el secesionismo. “Defiendo a los catalanes, porque son iguales al resto de los españoles”, enfatizó. Su fuerza política, el Partido
Popular (PP), calificó de “insumisión” la actitud del Parlamento regional. Mas, líder de Convergència y Unió (CiU), se embarcó el año pasado en un proyecto separatista, con o sin acuerdo previo con España. Impulsa la consulta popular sobre el estatus político en principio para 2014, aunque no le puso fecha todavía. Mientras, ya avanza con la construcción de estructuras de Estado para una futura Cataluña escindida de España y busca aliados en el mundo a través de una extensa red de “embajadas”. Todo ocurre en un momento en que la recesión golpea con severidad a Cataluña, que acumula una deuda mayor a 50.000 millones de euros, está ahogada por el déficit y tiene 900.000 desempleados en una población de 7,5 millones de personas. En ese contexto, y mientras aplica un abrupto plan de recortes, el gobierno regional se sumó a los sectores que acusan a Madrid de “expoliar” a Cataluña, una comunidad industrial y tradicionalmente “rica” cuyo aporte fiscal es superior a lo que recibe. Hasta el año pasado, Mas impulsaba la idea de un pacto tributario con Madrid para achicar esa brecha y aumentar sus facultades en el control de la recaudación. Pero con la presión de la crisis y de un creciente sentimiento catalanista, el presidente se embanderó en la idea de la consulta soberanista y llamó a elecciones anticipadas para encarar fortalecido ese proceso. El resultado lo dejó herido: mantuvo el gobierno, pero perdió bancas a manos de Es-
A pesar del fallo, Mas convocará a un referéndum sobre la soberanía
Rajoy, ayer en el Congreso, busca detener la ofensiva catalana
efe
querra Republicana de Catalunya (ERC), el partido abiertamente independentista. La declaración ahora suspendida surgió de esa nueva realidad política, en la que la izquierda republicana adquirió una enorme relevancia en el balance de poder catalán. Se votó en enero con amplia mayoría, pero sin los votos del socialismo y del PP. La resolución de ayer plantea un fuerte obstáculo a Mas, que ya constató la resistencia que su proyecto genera en la Unión Europea y que esta semana perdió la esperanza de tener el apoyo de los socialistas catalanes. Nunca antes la máxima instancia de control constitucional había suspendido un acuerdo parlamentario autonómico. Lo hizo en una medida cautelar y se dio cinco meses de plazo para decidir sobre el fondo de la cuestión. La Abogacía del Estado –parte querellante en el caso– había apuntado que “sólo una decisión de la soberanía del pueblo español podría reconocer de manera constitucionalmente válida la soberanía del pueblo de Cataluña”. El Tribunal había establecido en 2010 que “la Constitución no conoce otra nación que la española”, al sentar posición sobre la última reforma al estatuto autonómico catalán. oriol Junqueras, presidente de ERC, se anotó entre los que se indignaron con la decisión y mantuvo el desafío. “Diga lo que diga el Tribunal, seremos fieles a la hoja de ruta fijada. El Parlament es la expresión democrática del pueblo catalán”. El mes pasado otro fallo, en este caso del Tribunal Superior de Justicia, había alimentado el conflicto cuando ordenó al gobierno catalán que garantizara la educación en castellano en las escuelas públicas. El tribunal no se pronunció, en cambio, sobre una segunda resolución que votó en marzo el Parlamento catalán en la que se promovía el “inicio de un diálogo” con el gobierno central para celebrar la consulta. Esa salida negociada es bautizada como “modelo escocés”, en relación al proceso de referéndum que Escocia alcanzó con Gran Bretaña y culminará con una votación en 2014. Pero Mas sabe que Rajoy –y por caso también el socialismo– rechaza hacer cualquier concesión si lo que está en juego es el desmembramiento de España.ß
dEL Editor: por qué es importante. Para España, la separación catalana sería un golpe político y también cultural y social justo cuando la crisis ensombrece el futuro como nunca. reuters
El camino de la independencia avanza por un campo minado EL EscEnario Martín Rodríguez Yebra CoRRESPoNSAL EN ESPAñA
E
MADRID
l líder catalán Artur Mas avanza hacia la gesta independentista por un campo minado. Su gobierno no consiguió todavía aprobar el presupuesto de 2013, a la espera de que Madrid le dé un auxilio que le permita moderar los recortes. Tiene una tasa de desocupación récord para la región, del 24%, y la deuda pública no para de crecer. En lo político no lo tiene más fácil: desde noviembre pasado gobierna atado a un pacto de estabilidad con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que lo secunda en el plan soberanista pero le retacea apoyos para tomar medidas económicas
amargas. Mas, heredero político del histórico presidente catalán Jordi Pujol, se metió solo en ese lío. En noviembre pasado, después de una monumental manifestación separatista en Barcelona, tomó la bandera del independentismo, disolvió el gobierno y convocó a elecciones anticipadas con el sueño de salir fortalecido. Retuvo el gobierno, pero perdió 12 bancas, 11 de ellas a manos de ERC, ahora convertido en el garante de la gobernabilidad. La nueva realidad política afianzó el discurso del “expolio” a Cataluña por parte de España. Al igual que muchos economistas catalanes, Mas alega que el déficit entre lo que Cataluña aporta en impuestos a España y lo que recibe a cambio en servicios fue el último año de 16.000 millones de euros (lo cual significa un 8,4% del total de su PBI).
“Cada catalán podría tener al año 2251 euros más de lo que tiene ahora”, afirmó el decano del Colegio de Economistas de Cataluña, Joan Casas. En su argumentación, es lógico que exista un concepto de solidaridad, que los estados más ricos aportan más de lo que reciben, pero que un 8% es excesivo y no ocurre en ningún otro lugar de Europa. Esas cifras son cuestionadas por una variada gama de economistas, que sitúan ese déficit en un 6%, alto pero insuficiente para calificarlo de “robo”. Pero Mas se apoya en ese argumento para exigir al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, una reforma fiscal que le otorgue un mayor control de la recaudación y el reparto de impuestos. En ese punto empezó la tensión que desembocó en el plan para im-
pulsar la consulta popular por la secesión. Mientras atiza con la independencia, ahora la urgencia del líder de Convergència y Unió es conseguir que el gobierno central le apruebe una relajación del déficit permitido para su comunidad autónoma (en concierto con la Unión Europea). De eso depende la magnitud del ajuste que va a tener que hacer este año, después de meses de conflicto en las calles por la suspensión de servicios en una sociedad acostumbrada a un considerable nivel de bienestar. Pero mientras el separatismo avanza, crece en España la duda sobre cómo impactaría una escisión. “En lo económico, la independencia tendría efectos graves para España pero demoledores para Cataluña”, dijo a la nacion José Luis Feito, pre-
sidente del Instituto de Estudios Económicos, uno de los principales think tanks empresarios españoles. Según su visión, se producirían una ruptura del mercado con España, la separación inmediata de Cataluña de la Unión Europea (UE) y la salida del euro, con “consecuencias catastróficas para el sistema bancario y para el Estado y con un casi seguro riesgo de hiperinflación”. Mensaje El catalanismo minimiza los efectos de la ruptura y centra su mensaje en lo que ganaría el nuevo país al no tener que financiar a las regiones pobres de España. No explica qué pasaría con el conglomerado industrial catalán (reticente a romper lazos con España) y cómo conseguiría el apoyo para seguir en la UE, en donde pocos paí-
ses quieren alentar sueños secesionistas. Mas ya chocó con esas resistencias en su última visita a Bruselas. Se fue sin conseguir siquiera una foto con sus interlocutores y tuvo que admitir que la posibilidad de una independencia “genera algunas preocupaciones” entre los socios continentales. ERC lo presiona para que le ponga fecha al referéndum soberanista y él pide paciencia, mientras arma “proyectos de estructura de un nuevo Estado”, moviliza una red de diplomáticos en todo el mundo que difunde el mensaje de “la opresión española” sobre Cataluña, difunde encuestas sobre un supuesto apoyo del 65% a la separación de España... y negocia con Rajoy que le dé un poco de oxígeno para salir del pozo económico.ß