el Mundo

a cambio de aliviar las sanciones económicas; fuerte rechazo de Israel y de Arabia ... Israel colabore con Estados Unidos ... Fronteras afuera, las reacciones se.
2MB Größe 11 Downloads 124 vistas
2

|

el mundo

Ganadores y perdedores del paCto Con Irán El acuerdo nuclear, que llegó tras años de estancamiento en las negociaciones, es una victoria histórica para algunos, pero un trago amargo para los tradicionales rivales de Teherán en la región

| Lunes 25 de noviembre de 2013

GANADORES

PERDEDORES

Hassan roHanI Su llegada a la presidencia iraní marcó un histórico acercamiento con Estados Unidos y Occidente. El acuerdo no sólo garantiza a Teherán un alivio frente a las sanciones que asfixian su economía, sino que le permite mantener su programa de enriquecimiento de uranio (hasta el 5%), condición irrenunciable para el régimen La dIpLomacIa La conversación telefónica entre Obama y Rohani en septiembre pasado marcó una nueva era en las relaciones de Occidente con Irán y se convirtió en un llamado a retomar con urgencia el camino del diálogo que ahora parece dar sus frutos Los socIos comercIaLes de Irán (Dubai, China, la India y Japón) Si bien se mantiene el embargo petrolero, las potencias se comprometieron a no imponer nuevas sanciones contra Teherán y hay esperanzas de que, de avanzar las negociaciones, se levanten las trabas a la exportación de crudo. Además, se suspendieron medidas que afectaban el comercio de oro, metales preciosos, autos y la industria petroquímica

IsraeL Para Israel, el acuerdo es un “error histórico”, ya que mientras Teherán pueda seguir enriqueciendo uranio, seguirá siendo una amenaza. El gobierno israelí queda ahora en una incómoda posición con su histórico aliado, Estados Unidos arabIa saudIta El acuerdo favorece a su rival tradicional y disminuye su influencia en la región. Riad también ve potencialmente perjudicadas sus exportaciones petroleras. Otros países del Golfo, aliados de Washington, también se sienten dejados de lado egIpto El acuerdo amenaza el tradicional rol de Egipto para moldear la política de la región. Además, el ejército teme un nuevo impulso iraní a los Hermanos Musulmanes

el Mundo Edición de hoy a cargo de Juan Landaburu | www.lanacion.com/mundo

@MundoLN

Facebook.com/lanacion

[email protected]

giro diploMático | un paso decisivo entre teherán y occidente

Volvió el Obama de las jugadas audaces el análisis Silvia Pisani

CORRESPONSAL EN EE.UU.

C

El canciller iraní, Mohammed Javad Zarif, saluda al secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, tras la firma del acuerdo, en Ginebra

afp

Histórico acuerdo: Irán aceptó limitar su programa nuclear El régimen selló un pacto con las potencias para detener durante seis meses sus actividades atómicas a cambio de aliviar las sanciones económicas; fuerte rechazo de Israel y de Arabia Saudita Viene de tapa

“Esto es un error histórico”, descalificó el premier israelí, Benjamin Netanyahu, cuyo gobierno considera que se está siendo “demasiado blando” con el régimen de Teherán. El recelo israelí era compartido ayer por Arabia Saudita, Qatar y Kuwait. Para ellos, lo acordado no anula los recientes avances de Irán, que lo ponen cerca de fabricar una bomba atómica si así lo ordenara el líder supremo, el ayatollah Ali Khamenei. El silencio que mantenían esos países árabes contrastaba, hasta anoche, con la satisfacción que, con distintos grados de moderación, se recogía en otras capitales, incluidas, por supuesto, Washington y Londres. Convencido de haberse anotado uno de los tantos más importantes en materia diplomática, el presidente Barack Obama quebró la paz del domingo para capitalizar el logro. “Desde que asumí el cargo, dejé clara mi determinación para impedir que Irán obtenga un arma nuclear. Como he dicho muchas veces, mi gran preferencia es resolver este asunto pacíficamente, y hemos extendido la mano de la diplomacia”, apuntó, desde la Casa Blanca. Con inocultable satisfacción, fue mucho más categórico al dar su interpretación de lo ocurrido. “Para decirlo con palabras simples, el acuerdo corta los caminos más probables que Irán podría haber segui-

do para desarrollar una bomba’’, sostuvo el demócrata, en diálogo con periodistas. La cuesta, para él, comienza ahora, ante el riesgo cierto de que el entendimiento sea petardeado desde sectores políticos internos, así como por quienes ayer ya señalaban que esto abrirá “una riesgosa brecha de desconfianza” con Israel, hasta ahora, el aliado más importante de Washington en la región. Para evitar que se produzca esa brecha, Obama llamó ayer a Netanyahu y le trasladó su deseo de que Israel colabore con Estados Unidos en la negociación del programa nuclear iraní. “Los dos líderes reafirmaron su objetivo compartido de impedir que Irán obtenga el arma nuclear”, dijo el vocero presidencial Josh Earnes. Todo parecía exudar ayer un aire de cambio de juego y de nueva etapa. “Estamos frente a un avance muy significativo para el desarrollo de nuestras relaciones de una forma más constructiva”, dice el comunicado conjunto que firmaron los garantes del acuerdo y que leyó la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. Ella fue quien coordinó las negociaciones con Teherán en nombre de las seis grandes potencias. A su lado, los ministros de Relaciones Exteriores de Irán, Estados Unidos, China, Rusia, el Reino Unido, Francia y Alemania avalaban sus expre-

Diez años de crisis nuclear 2003

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) halla restos de uranio enriquecido en Natanz, donde EE.UU. reveló la existencia de una planta nuclear

2005

Tras la llegada de Ahmadinejad al poder, Irán reanuda sus actividades de enriquecimiento de uranio, que había suspendido un año antes

2006

Las grandes potencias, con EE.UU. a la cabeza, logran que la ONU imponga sanciones económicas a Irán por su programa nuclear

2010

Irán comienza a enriquecer uranio al 20%; el OIEA teme que pueda fabricar una bomba atómica

2013

Con Rohani en el poder, Irán retoma las negociaciones con las grandes potencias y alcanza un acuerdo

siones. Era el cierre de cuatro días de intensos intercambios, por tercera vez en dos meses. En el caso de Irán, fue imprescindible la bendición explícita del ayatollah Khamenei, cuya jerarquía supera la del presidente Hassan Rohani, a quien se atribuye la nueva etapa de apertura que se viene expresando en Teherán. “Esto puede ser el principio para nuevos pasos inteligentes”, sostuvo un texto público del ayatollah, en el que agradeció el trabajo del equipo negociador. “Esto es sólo un primer paso”, admitió el jefe negociador iraní y ministro de Relaciones Exteriores, Mohammed Javad Zarif. “Necesitamos trabajar para restablecer la confianza y no en contra como hacíamos hasta ahora”, añadió el diplomático. Para el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, lo de ayer significa el primer logro en una gestión que hasta ahora había estado desprovista de avances de peso. “Ahora empieza la parte más difícil. Tenemos que lograr un acuerdo completo en términos de verificación, de transparencia y de responsabilidad. Lo sabemos bien”, atajó, consciente de las críticas que llegaban desde el Capitolio, donde deberá informar sobre lo ocurrido. Los republicanos ya mostraban su disconformidad. “Lejos de traer tranquilidad, lo que hace este acuerdo es facilitar que un Irán nuclear sea más probable”, dijo el presidente

del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el republicano Howard McKeon. Fronteras afuera, las reacciones se sucedían. El británico David Cameron coincidió con Obama en que el acuerdo “hace que Irán esté más lejos de tener una bomba atómica”, y ponderó el papel de los negociadores. Desde Irak, el gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki respaldó lo ocurrido y lo calificó como “gran paso hacia la seguridad y la estabilidad” de la región. Además de reducir su enriquecimiento de uranio, el acuerdo contempla también que Irán “neutralizará” sus reservas de uranio enriquecido al 20% y que no avanzará en purificarlo por encima del 5%. También, que no hará más avances en sus instalaciones atómicas de Natanz, Fordo y Arak. Junto con eso, otro de los puntos salientes es la apertura a “inspecciones más exhaustivas” por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).ß

del editor: cómo sigue. Ahora vienen seis meses en los que se buscará una solución definitiva al conflicto nuclear. Nadie espera que la negociación sea sencilla.

WASHINGTON

omo pocas veces, el anuncio del acuerdo histórico con Teherán encuentra al gobierno de Barack Obama necesitado con urgencia de un logro de peso. Uno que le permita confrontar el mal humor social que, según comprobaron las encuestas esta semana, lo castigó con el mínimo de imagen positiva. Apenas el 30% de los norteamericanos considera que, en general, las cosas van en la dirección correcta. Si los sondeos venían midiendo un creciente cortocircuito entre Obama y los norteamericanos, lo de ayer tiene el potencial de sacudir esas lecturas. Pero, al mismo tiempo, enfrentarán al presidente con un rumbo que es absolutamente suyo y que tiene la posibilidad de granjearle poderosos enemigos. Dentro y fuera del país. El paso ratificado ayer ata a Obama a la suerte de ese nuevo curso que abrió con Teherán, el gobierno al que Israel califica como “el más sospechoso del mundo”. Un telefonazo en la última hora de anoche de Obama a Benjamin Netanyahu pretendía no perder del todo al que, hasta ahora –si bien cada vez con más reticencias–, podía definir como su principal aliado estratégico en la región. Según se recogía anoche, la relación había llegado a su punto más bajo. No sólo por el acuerdo al que Israel considera un “error histórico”, sino por cómo se gestó. La noción, confirmada ayer, de que hubo conversaciones reservadas en los últimos meses entre Teherán y Washington alimentaba conjeturas de nuevos matices en lo que, hasta ahora, fue el juego de alianzas en Medio Oriente. Anoche crecía la conjetura de si un eventual acercamiento de Washington a Teherán no podría facilitar entendimientos en áreas más allá de lo específicamente nuclear. La hipótesis encontraba cultores con el correr de las horas. Lo que queda claro es que el pacto de Ginebra marca un nuevo hito en lo que fue el mapa de confianzas y desconfianzas en la región más convulsionada del planeta. El esfuerzo lleva la firma de Obama y de su apuesta decidida por la diplomacia. Vuelve el hombre que, apenas asumió, pronunció, convencido, aquello de tenderle la mano al mundo islámico. En lo personal, vuelve el presidente de las jugadas audaces. El mismo que envió un comando en plena noche contra Osama ben Laden. Le responde un Teherán acuciado por el ahogo económico y convertido en el paria diplomático global. Hoy comienzan los riesgos para que ese entendimiento prospere. Los primeros, en su propio partido, donde ayer ya había voces que lo calificaban de equivocado. Las principales líneas duras demócratas y republicanas afilaban sus dudas. Lo mismo ocurría fronteras afuera. La Casa Blanca, sin embargo, celebraba como quien se ha ganado la lotería. Algo que sólo ocurre cuando, entre tantas opciones, uno acierta en llevarse el billete debido.ß