LIBERALES Y CONSERVADORES Por Rogelio Erasmo Pérez Díaz ...

Por Rogelio Erasmo Pérez Díaz. Usado con permiso. Si usted conoce la historia de nuestro país, se debe sentir atraído entonces por el título, pues fue notoria ...
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LIBERALES Y CONSERVADORES Por Rogelio Erasmo Pérez Díaz Usado con permiso Si usted conoce la historia de nuestro país, se debe sentir atraído entonces por el título, pues fue notoria en Cuba la pugna política entre estas dos facciones hace ya casi un siglo. Se le llamaba liberal a aquella parte que “buscaba” el cambio, era abierta a romper con todo tipo de tradición o costumbre y pasaba por alto ciertas “cosillas” que pudiesen socavar las “buenas costumbres” (prostitución, juego, vicio, etc.) Por su parte los conservadores defendían a “capa y espada”, como en los buenos tiempos de las novelas de caballería, la tradición, la moral y los hábitos de conducta social “decentes”. En definitiva, los liberales tildaban a los conservadores de reaccionarios y los conservadores “ofendían” a los liberales llamándolos revolucionarios. Por supuesto que también, como siempre ocurre, había individuos que “nadaban entre dos aguas”. Esos eran los “triunfadores”; pues al final de la carrera llegaban a la meta “vistiendo la franela del equipo ganador.” El cubano, al igual que todos los latinos, por esa mezcla impulsiva y explosiva de sangre africana y española, siempre ha sido una persona de extremos. Hubo un presidente, no importa su nombre ni lo mal parado que haya quedado en los anales de la historia, que nos definió así: “si ves un cubano en pie, al lado de un poste de la luz y tocándolo con la mano, no pienses que está recostado a él: o bien lo sujeta o está tratando de tumbarlo.” ¡Así de sencillo! Sin términos medios. Hoy, precisamente, queremos hacer énfasis en las posiciones extremas en la comunidad cristiana, en como a veces, centrados en defender puntos de vista “diametralmente opuestos”, ponemos a un lado el sacrificio de Cristo y la gran comisión y nos desgastamos en discusiones tontas, mientras allá afuera hay personas desesperadas, esperando que le hablemos de las “buenas nuevas”. Veo, con frecuencia, como algunos hermanos, lejos de amarse los unos a los otros como Dios nos ha mandado, se ofenden (por supuesto, tienen el “tacto” de no hacerlo frente al aludido) llamándose “calvinistas o arminianos”, “conservadores o liberales”. Sólo esperamos que los ofensores se alejen de su falsa posición y se amen un poco más, en la certeza de que Cristo, que por ser Dios no está atado al tiempo, es el mismo ayer, hoy, siempre; de la misma forma que lo es el evangelio. Las posiciones extremistas, de fuerza, sólo causan división, cuando nuestro propósito debe ser siempre la unidad. Reflexione en ello, hermano. Este escrito es una contribución de la agrupación para eclesiástica cubana: Ministerio CRISTIANOS UNIDOS. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.