ESPECTACULOS

I

Viernes 1º de julio de 2011

MUSICA s DOS SOLISTAS QUE SE JUNTAN

PUBLICACIONES

LEONARDO FAVIO

El ensamble cordobés La Barroca del Suquía

La memoria de los ojos L

COMPILACION. VARIOS AUTORES.

CONCIERTO

LA NAVE DE LOS SUEÑOS/LA OTRA BOCA, 178 PAGINAS.

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El periodista Martín Wain compila en este espectacular libro-objeto (de los escasos de cine que se editan en la Argentina) una serie de artículos acerca de la filmografía de Leonardo Favio, acompañados de fotografías, la mayoría inéditas, piezas de un libro que a su vez se identifica por su diseño fuera de lo común y su cuidadísima edición. Al prólogo de Horacio González y una apasionante entrevista de Juan Carlos Villarreal siguen en orden cronológico los artículos de Paulo Pécora (sobre Crónica un niño solo), Pablo Perantuono (acerca de El romance del Aniceto y la Francisca), del mismo Wain, a propósito de El dependiente, Hernán Gerchuny (Juan Moreira), Javier Firpo (Nazareno Cruz y el lobo), Mariano Kairuz (Soñar, soñar), José María Brindisi (Gatica, el mono), Sebastián Ramos (Perón, sinfonía del sentimiento) y Constanza Bertolini (Aniceto), todos de indudable originalidad y de imprescindible lectura para intentar resolver (si eso es posible) el misterio de un creador que no se cansa de sorprender

Claudio D. Minghetti

BIOGRAFIA

Blackie, la dama que hacía hablar al país L

DE HINDE POMERANIEC

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CAPITAL INTELECTUAL, 180 PAGINAS

Animadora de radio y de televisión, periodista, actriz y cantante, Blackie fue una pionera obsesionada en la búsqueda de los cruces entre la cultura popular y la alta cultura. Nacida en una de las colonias judías de Entre Ríos como Paloma Efron, llegó a Buenos Aires y se apasionó por los “negro spirituals”, género musical que la tuvo como a una de sus más importantes intérpretes. Hinde Pomeraniec lleva de la mano al lector para conocer tanto la trayectoria artística de Blackie como algunos de los aspectos algo escondidos de su vida privada (su intensa relación con el comediógrafo Carlos Olivari, por ejemplo), sus primeros éxitos en TV (como el ciclo Cita con las estrellas, de 1953), y se detiene en rememorar su firme carácter y su notable talento para desarrollar una trayectoria que es analizada en profundidad en estas páginas, con indudable paciencia investigativa.

Adolfo C. Martínez

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Barroca del Suquía Raúl Carnota y Jorge Fandermole, en la senda de la raíz folklórica MIGUEL ACEVEDO RIU

Raúl Carnota y Jorge Fandermole comparten sus repertorios MAURO APICELLA LA NACION “Una propuesta de este tipo no es para una sola vez”, dice Raúl Carnota, para dejar abierta la posibilidad de que el concierto en Buenos Aires que dará mañana, en sociedad con Jorge Fandermole, tenga varios bises en otras ciudades argentinas. Carnota lanza la piedra –para que su manager se encargue de cerrar otras funciones– y sale disparado hacia la cocina de su departamento en busca de la sopa que dejó en el microondas. Hay que distraer al estómago. Pasa que Fandermole llegó a Buenos Aires desde su Rosario sólo por un par de días. Y lo cierto es que antes de la función quedan varias cosas por resolver (entrevistas, ajustes de repertorio, ensayos); el tiempo debe ser aprovechado al máximo. Carnota tiene un oído atento a la charla y el otro al ¡clink! del reloj del microondas. Va y viene. Se lo ve inquieto. En cambio, su socio parece mucho más tranquilo y reflexivo. Pero esa distancia aparente en la manera de ser y de hablar de cada uno se acorta abruptamente cuando la música se pone en juego. Claramente (si el término vale al momento de hablar de música) lo que cada uno hace tiene su sello pero corresponde a una misma estética en torno a la música de raíz folklórica y a una misma forma de trabajo. Jorge (autor de temas como “Oración del remanso”, “Sueñero”, “Canto versos” y “Río marrón”, entre tantos más) y Carnota (tiene en su haber “Grito santiagueño”, “Pecado de juventud”, “Solo Luz” y “Gatito e’ las penas”, entre una larga lista) compartirán sus repertorios, abordarán canciones de otros autores que admiran y se animarán con composiciones que hicieron juntos. “Hay partes muy breves en las que cada uno toca solo. La mayoría es compartido –apunta Fandermole–. Creo que, en definitiva, uno es un puntito dentro del cancionero. Uno

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escribe cien canciones de las cuales deja una o dos en el trazado histórico de un cancionero. Lo que hay en nosotros es una coincidencia estética. Tiene que ver con cosas a las que uno les presta atención, con cuánto hay de tradición y de renovación en el lenguaje musical y cuánto hay de cuidado en el lenguaje poético. Con eso nos vinculamos”, dice el compositor. Estos músicos se conocen desde 1974 y compartieron varios escenarios. Sin embargo, ésta es la primera vez que producen un espectáculo juntos. Lo intentaron hace algo más de un lustro, pero no se concretó. Ahora vuelven a la carga con una propuesta más elaborada que la anterior. “Hasta ahora cada uno estuvo como invitado en las presentaciones del otro. Además, hay una dinámica que es compartida con otra gente que produce de la misma manera que nosotros. Cuando el Negro (Carlos Aguirre) va a Rosario me invita a tocar. Cuando Raúl toca en Paraná lo invita al Negro y, después, pasa por Rosario y me llama a mí”, explica Jorge. Y Raúl completa: “En Chaco está Coqui Ortiz; en Tucumán, Lucho Hoyos. Es una cofradía”. –¿Se nota la diferencia generacional en esa cofradía? Carnota: –En realidad, no nos une la edad sino un principio estético y ético de lo que significa ser artista. Fandermole: –Y la curiosidad que tenemos por la obra del otro. Uno ve cómo trabajaba la chacarera o la zamba Carnota en determinado momento y cómo lo hace hoy Juan

PARA AGENDAR Carnota - Fandermole: Dos solistas en un mismo proyecto. Teatro Sha: Sarmiento 2555. Mañana, a las 21.30.

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Quintero, con unos 25 o 30 años menos, y se da cuenta de que traen una tradición que abreva en lugares más o menos comunes. Eso no te lo podés perder. Son diálogos estéticos que se van dando y uno tiene que prestar atención. Incide fuertemente en lo que uno hace, te abre el camino y la cabeza. –¿Y a ustedes –de esta camada son los que más años tienen– les sirve para actualizar su música? Carnota: –Lo que sirve es la oportunidad de tocar con muchos músicos. Hace poco me escribieron para ir a grabar con Kepa Junkera. Porque fuera de nuestro país también ves que se generan movimientos musicales muy lindos. –¿Estás tocando mucho fuera del país? Carnota: –Si es posible, viajo dos veces al año. Sería maravilloso si a algún diputado se le ocurriera un proyecto de mecenazgo, como se hizo con la cultura brasileña. En los sesenta, Brasil exportó su música. El tango tiene un sello afuera, lo mismo que la salsa, el jazz y la música brasileña. Es un trabajo que por prepotencia hacemos nosotros mismos. Hasta dentro de la Argentina. El encuentro de músicos de Rosario es organizado por músicos. Y participa gente que es puesta sobre el escenario y dentro de un marco, no se los tira al escenario como un dado, cosa que pasa en muchos festivales. Fandermole: –Tiene ocho años este encuentro en Rosario y cuatro en Santa Fe. Los mendocinos tienen un encuentro parecido. Y hay otras cosas a las que no se les pone un título pero existen. Nosotros nos juntamos todo el tiempo como una red que interactúa, pero no tiene nombre ni es algo orgánico. Parece que no se ve, pero está. Para volver a lo que estábamos diciendo, una ley de mecenazgo no debe producir sino proveer herramientas de apoyo para lo que ya está funcionando.

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Estupenda, Soledad de la Rosa en la cantata Armida abbandonata de Händel, también en primera audición. Inició el recitativo con convicción y continuó el aria lenta (la primera y más delicada de las tres arias de la obra), con profundidad y belleza, otorgando contenido a las ornamentaciones e interesantes colores a la voz (es decir: buscando distintos armónicos en la resonancia del sonido). Con una vocalidad extraordinaria –voz lírica con fácil agilidad para las coloraturas y espesor para los pasajes dramáticos–, sumada a la musicalidad y seguridad de sus interpretaciones, Soledad de la Rosa es una cantante excepcional, capaz de sostener más de quince minutos de música, con magnetismo propio. Para el final, quedó el motete Languet anima mea (‘Mi alma languidece’), otra primera audición, también ésta de un compositor poco conocido, Francesco Conti (1682-1732, figura relevante de su época, ilustre antecesor de Salieri en la corte de Viena). El distinguido Palacio Errázuriz fue la caja de resonancia privilegiada para estas preciosas páginas que Johann Sebastian atesoró para su propio regocijo. Repertorio, intérpretes e ilustraciones hicieron de este concierto una propuesta de verdadera jerarquía.

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Gran trabajo de Soledad de la Rosa, en un concierto de alta jerarquía musical L DIRECCION: MANFREDO KRAEMER L INTERPRETES: ORQUESTA BARROCA DEL SUQUIA Y SOLEDAD DE LA ROSA (SOPRANO) L PROGRAMA: LA BIBLIOTECA MUSICAL DE BACH: OBRAS DE BACH, HANDEL, BIBER Y CONTI L SALA : MUSEO DE ARTE DECORATIVO L PARA: ACADEMIA BACH (FESTIVALES MUSICALES).

Canciones y principios éticos y estéticos


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