PROPUESTA PARA LOS PRINCIPIOS POLÍTICOS

identidad y sentimiento de lo local como aquello que es nuestro; aumentando la capacidad que como ciudadanas y ciudadanos tenemos de transformar la ...
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BORRADOR- PROPUESTA PARA LOS PRINCIPIOS POLÍTICOS ELECCIONES MUNICIPALES: UNA ALTERNATIVA MUNICIPALISTA PRESENTACIÓN Este borrador no pretende presentar una nueva propuesta de principios políticos en su totalidad para PODEMOS, sino añadir a los principios políticos un nuevo eje transversal de participación ciudadana en las políticas públicas municipales, que nos parece fundamental para la ruta estratégica que nos lleve a conseguir un cambio real y palpable a medio-corto plazo. Hay muchos borradores encima de la mesa con multitud de ideas necesarias y muy interesantes para un debate intenso, pero que en muchos casos esas ideas y exposiciones se entrelazan y cruzan. Evidentemente es un hecho que era de esperar y normal debido a la gran participación. Por ese motivo, nuestra intención es hacer una propuesta de añadidura y no de contraposición a los principios políticos que se vayan desarrollando. Por supuesto, dentro de nuestra propuesta y en consecuencia a ella y su argumentación, nos vamos a situar dentro de alguna de las posturas que ya hay establecidas en relación al ciclo electoral y la “ventana abierta de oportunidad”. Aunque estamos de acuerdo con alguna de las hojas de ruta estratégica propuestas y los criterios políticos-democráticos en cuanto a las elecciones municipales (que más adelante discutiremos), echamos en falta un eje de actuación práctica en las políticas públicas que realmente nos lleve a la transparencia, a la regeneración y a las posibilidades de victoria y cambio reales en la realidad concreta y compleja que es el nivel municipal. Por supuesto, en este eje de actuación que proponemos debe de haber una apertura a la ciudadanía y a la participación de ésta en la políticas públicas. Las propuestas que se van a exponer a continuación son ideas flotantes en el ideario práctico del cambio social y político, y algunas ya han sido recogidas y expuestas tanto en la Plaza Podemos como en otros borradores, pero que, a nuestro juicio, no se les ha dado un sentido de actuación táctica dentro de la estrategia global de PODEMOS, que es fortalecer el movimiento ciudadano popular para ganar las elecciones generales y poder llevar a cabo un proceso constituyente frente al “viejo régimen”. No obstante, desde nuestro punto de vista, hay diferentes borradores que están en consonancia con nuestra propuesta, y por eso creemos que es nuestra obligación hacérselo llegar e intentar que los puntos que desarrollamos más adelante puedan llegar a una transacción con otros documentos, en pro de unos principios políticos lo más acertados posibles para la estrategia a seguir a medio-corto plazo. La propuesta se centra en el reto y la oportunidad que se nos presenta con las elecciones municipales y autonómicas. Entendemos que nuestra acción como PODEMOS debe de ir encaminada a tomar las decisiones adecuadas para preparar un escenario en el que el movimiento ciudadano popular salga fortalecido y se creen canales de participación real en el proceso, ya no solo en relación al movimiento político y democrático que se ha ido gestando, sino a la gestión de la cosa pública o gestión del pro-común. Sabemos que la entidad local (los ayuntamientos), son la institución más cercana a los ciudadanas y ciudadanos y en la cual es más viable nuestra participación. Sabemos también que son realidades muy complejas y heterogéneas. Las tácticas y

estrategias en el nivel de la administración local tienen que tener su propia particularidad, que no siempre coincide con la estrategia general, pero que la puede acompañar y apoyar. Cada municipio debe de tener sus propias tácticas y estrategias en relación al mapa político y social, contexto y el proceso en el que se desarrolla. Pero, creemos, que podemos hablar de una táctica común a todos los municipios y que los círculos de PODEMOS pueden empezar, impulsar y exigir que se desarrolle. La táctica debe de centrarse en lo cotidiano, en el día a día y sobre todo en un trabajo cercano con la ciudadanía y las demás entidades sociales que miran hacia un nuevo proceso constituyente. Debemos de ser conscientes del reto ingente que supone la buena gestión de la cosa pública, más aún cuando lo que se pretende es que la ciudadanía participemos en ese proceso de forma vinculante y transparente. En este sentido, queremos llamar la atención sobre el corto recorrido que los círculos de PODEMOS tenemos, y que a pesar de la ilusión, energía y ganas de trabajar, el municipalismo tiene que plantearse a corto-medio plazo, con objetivos concretos y viables, que sean palpables e impulsen la participación, mediante actuaciones que involucren las necesidades cotidianas de la gente. Entendemos que, al igual que las condiciones político-democráticas que se proponen en PODEMOS (primarias abiertas, transparencia o rendición de cuentas entre otras) como principios básicos de una nueva democracia, las herramientas que presentamos, en este eje de participación en políticas públicas, deben de asumirse como condición necesaria en el desarrollo de un nuevo modelo municipal, orientado a la construcción de un proceso constituyente desde la base, donde lo local sea no solo soporte, sino el motor desde donde trascender. APROXIMACIÓN GENERAL AL MUNICIPALISMO La cultura política impuesta por el “Régimen de 1978” relegó tanto a la ciudadana y al ciudadano, como a la sociedad civil organizada, a un estado pasivo y expectante en relación a las políticas públicas llevadas a cabo en su municipio. Se desarrollaron grandes movilizaciones y luchas en los barrios y en los pueblos por conseguir equipamientos, tener acceso a servicios básicos como educación, sanidad, vivienda y trabajo (entre otros). Hubo una fuerte unión por parte de asociaciones de vecinos, organizaciones políticas y sindicales. Las expectativas de democracia real y participativa a través de la institución municipal eran grandes después de la dictadura. Este movimiento ciudadano popular nacido en la ilusión de cambio que despertaba la Transición, se vio truncado por la élites políticas y económicas de un casta que nacía y que se iba haciendo más fuerte liderada por el PSOE. Poco a poco, éstas lograron el control y el acomodo de los movimientos vecinales y sindicales, y que finalmente acogieron el establecimiento de un papel muy moderado en los municipios, dentro de la composición económica y política del Estado. La opacidad de las administraciones municipales, la concesiones y el clientelismo político y sindical (entre otros factores), provocaron el desencanto y desmovilización ciudadana. Los ayuntamientos en manos de los dos principales partidos del régimen, los utilizaron como el centro para sus negocios, el cambio de sillones e intereses políticos y económicos, alejándose de las necesidades, retos, oportunidades y aspiraciones que las personas habían depositado en la entidad municipal. Todo ello a pesar de que en el artículo 140 de la Constitución se establecía la autonomía de los municipios e incluso se propugnaba la regulación legal del “régimen de concejo abierto” (entidad tradicional histórica de toma de decisiones local que tiene grandes similitudes con la actual asamblea que practicamos actualmente).

La regulación de las competencias y financiación de los municipios se desarrolló curiosamente de forma muy tardía, casi coincidiendo con el crecimiento económico basado en la construcción. En 1985 se aprueban las Bases reguladoras del Régimen Local. En ellas aparecían la competencias sobre la recaudación de impuestos de los municipios estrechamente relacionados con el sector de la construcción: el IBI, las plusvalías, las licencias de construcción o la enajenación de terrenos. No es sorprendente que el modelo inmobiliario se impusiera e incluso fuera atraído por los ayuntamientos en la necesidad de ingresos. Si sumamos esto al hecho de que otra parte muy importante de los ingresos depende de las ayudas y fondos externos (no siempre seguros por estar supeditados a la confrontación de la alternancia política o políticas de ajustes), nos encontramos que los ayuntamientos son muy dependientes y con poca autonomía para realizar políticas públicas ya sean sociales o de creación de empleo, en definitiva, orientadas al pro-común. En esta dependencia financiera con los proyectos inmobiliarios, no es de extrañar encontrarnos a día de hoy tantos casos de corrupción debido a una casta que, a través de su legislación, hacía del ente local una lugar idóneo para hacer sus negocios. En el contexto de la última crisis económica las políticas de la casta no han variado de sesgo y quieren seguir ahogando las entidades locales, oprimiendo más su autonomía, sabiendo que son las instituciones más cercanas a la ciudadanía y en las que se pueden desarrollar más fácilmente prácticas de participación en las políticas públicas y crear una nueva conciencia políticodemocrática. Se promulgó la Ley Orgánica 2/2012 de estabilidad presupuestaria, también el Real Decreto Ley 4/212 de Pago a Proveedores y sucesivas añadiduras a éste, permitiendo un mecanismo de financiación pernicioso que otorgaba a las entidades bancarias rescatadas por el Estado, a prestar ese mismo dinero público a un interés muchísimo mayor. Esto ha provocado, por una parte, la conversión de una deuda privada (creada en no pocos casos por la opaca, dudosa y sospechosa gestión de las élites políticas gobernantes), en deuda pública que asumimos toda la ciudadanía. Por otra parte, la absoluta bancarrota de entidades locales en beneficio de las entidades bancarias en obligaciones de pago de la deuda. Se podrían buscar multitud de ejemplos. Pondremos el del Ayuntamientos de Villanueva de Perales en Madrid que está aportando al pago de la deuda casi un 47% de sus ingresos recaudados. Creemos que esta perspectiva, digresión hecha en términos muy generales, nos puede ayudar a entender la propuesta que tenemos en mente. Entendemos que para tomar decisiones hay que tener en cuenta la realidades en las que nos movemos para aproximarnos a cuáles pueden ser la líneas más acertadas a seguir. EJE DE PARTICIPACIÓN EN POLÍTICAS PÚBLICA MUNICIPALES. Nos encontramos que las entidades locales, elementos centrales para la creación de movimiento popular y participación ciudadana por su cercanía, están ahogadas por los poderes financieros y la casta política. Su recuperación es clave para un futuro proceso constituyente, pero no solo a nivel político-democrático, como decíamos al principio, sino que también debe haber una estrecha relación con un nivel de actuación participativa en las políticas públicas. Una actuación municipalista táctica, un trabajo que se pueda poner en marcha ya (sin tener que esperar a ganar concejalías o alcaldías) y que impulse una acumulación de fuerzas y saberes para una futura gestión pública, trasparente y participativa hacia el pro-común. Una actuación de los círculos junto a la ciudadanía, la sociedad organizada y los movimientos sociales, motivada por lo intereses comunes

de cambio de modelo. Por lo tanto, esta propuesta está orientada como una táctica para la acumulación de fuerzas y saberes en los municipios, orientada a una perspectiva más general de victoria y proceso constituyente. Pero también a generar espacios de aprendizaje municipal y confluencia con la ciudadanía y sociedad organizada que comparte nuestros principios. Es a través de problemas comunes y trabajos concretos, desde donde podemos crear movimiento ciudadano popular, capaz de legitimar las actuaciones que nos lleven a un proceso constituyente. Las herramientas que hemos recogido para iniciar ese proceso, como hemos mencionado, están flotantes, por eso pensamos que hay que encajarlas en una táctica concreta, en pro de nuestra estrategia general constituyente que venimos argumentando. Desde nuestro punto de vista los procesos que se inicien a través de estas herramientas tienen que estar entrelazados, relacionados entre sí, pero también con la propuesta política-democrática que defendamos desde PODEMOS. Por supuesto, estas herramientas no son exclusivas de PODEMOS ni de ninguna organización o colectivo social o político. Son iniciativas que se han generado a través de la sociedad civil organizada para responder ante las ofensivas que estamos viviendo. Pensamos que PODEMOS debe promover un trabajo municipal dentro de los círculos que es vital para la gobernanza de los municipios. Este marco de actuación también debe de exigirse dentro de los criterios que se proponen para confluir o cooperar con otras alternativas. Debemos visibilizar y seguir creando espacios de ruptura con el “viejo régimen”, que tengan su aplicación clara, palpable y real en la políticas públicas municipales a través de la participación ciudadana. Así, todos los círculos a nivel municipal, independientemente de su presentación o no a las candidaturas, deberán poner en marcha, así como proponer como condición necesaria a otras alternativas con las que se coopere, confluya o apoye, desarrollar estas herramientas y hacer a la ciudadanía partícipe de las mismas: 1_ Auditoría ciudadana de la deuda municipal. La socialización de la deuda privada se hizo primero en el Estado pero poco a poco se ha pasado a la administración local. La deuda no solo impide y constriñe, sino que también es un instrumento de control social y político. Por ello es nuestra responsabilidad esgrimir las herramientas y mecanismos para desarticularla y liberarnos antes de que produzca el hábito de su existencia. La Auditoría Ciudadana de la Deuda Municipal no es una herramienta nueva. De hecho esta iniciativa recorre ya un camino de experiencias en otros países, pero también en diferentes municipios de nuestro Estado. Será responsabilidad y compromiso de los círculos municipales, cooperar y confluir con esas iniciativas, compartiendo saberes y fuerzas; o bien poner en marcha estas iniciativas a través de las redes de cooperación que ya existen o que se deberán poner en funcionamiento. La Auditoría de la Deuda Ciudadana no debemos tomarla como un mero punto programático, sino como un trabajo cotidiano y cooperante con la ciudadanía y otras organizaciones. La deuda afecta a todas y a todo. Motivos tácticos:

a) Nos dará la posibilidad de indagar en los casos de corrupción desvelando a la casta y pudiendo tomar medidas judiciales contra ella; además de un análisis, y en su caso, denuncia en relación a la transparencia y opacidad de la información. Esto despertaría nuestro empoderamiento como ciudadanía para hacer justicia frente al viejo poder político. b) Permitirá que tengamos una experiencia dada para establecer una definición de deuda legítima e ilegítima, llegado el caso, cuando la estrategia de gobierno por el movimiento ciudadano popular se haya consolidado. Debemos de ser conscientes de la legitimidad social que necesitamos para dar este paso. El trabajo compartido de indagación de la deuda en lo más cercano, en lo municipal y desde el trabajo cotidiano, permitirá dotarnos de experiencia y recorrido, así como de una conciencia colectiva que legitime y plasme jurídica y legalmente la ilegalidad de la deuda. c) Podrá consolidar un acercamiento de la ciudadanía al plano político público, pero también la confluencia en proyectos de trabajo común con otras organizaciones y movimientos sociales. No se trata de que PODEMOS sea el protagonista, sino de que trabajemos junto al movimiento ciudadano popular, lo impulsemos y nos dejemos impulsar. No por ello tenemos que perder nuestra identidad ni arrebatar la identidad a otras personas o colectivos. d) La experiencia de investigación colectiva dará lugar a que tengamos un mayor conocimiento sobre la gestión pública, desde donde podremos definir de forma más viable y acertada las líneas programáticas que podamos llevar a cabo en cada municipio. Por lo tanto, es un trabajo que cualquier círculo que quiera embarcarse en la aventura municipal debería llevar a cabo. e) Seremos personas activas del proceso, sintiendo propio lo que debemos sentir y hacer nuestro, manteniendo las ilusiones que llevan moviéndose durante los últimos tiempos. La cuestión clave no es tanto la presentación o no en los municipios (algo que habrá que valorar), sino la implicación y participación en un proceso que no empieza ni termina con unas elecciones, sino que revierte el viejo funcionamiento que nos ha llevado a no ser partícipes de los procesos o a sentir lejana la política. Esta actuación de participación ciudadana en torno a la políticas públicas llevaría a un nivel de acumulación de saberes y organización con otros colectivos, que permitirá, en un futuro, organizarnos para llevar adelante presupuestos participativos vinculantes. 2_ Presupuestos participativos vinculantes. Esta herramienta sería un eje indispensable e irrenunciable de los principios de PODEMOS en relación a las políticas públicas municipales, pues plantean impactos sumamente positivos en relación a la gestión pública. Esbozamos aquí unas líneas básicas que deberían tenerse en cuenta para elaborar unos presupuestos participativos:  Establecer unas reglas básicas, construidas y aceptadas públicamente entre todas y todos, que garanticen el buen funcionamiento del proceso.  Facilitar un mecanismo mediante el cuál podamos participar, votar, y controlar los presupuestos, garantizando la inclusión de todas las personas, prestando especial atención a los grupos minoritarios o desfavorecidos. Siguiendo el principio de “representar obedeciendo”, los gobernantes deberán responder ante la ciudadanía sobre el empleo y destino de los presupuestos, siendo así una medida de transparencia que actué y frene los posibles casos de corrupción, favoritismo y clientelismo.

 Exigir el carácter vinculante de los mismos. Los presupuestos participativos solo se pueden ejecutar cuando hay una voluntad de quien gobierna de ponerlos en marcha, bajo la idea de que la ciudadanía tenga la voz, el voto y el control sobre los mismos. Esto no significa que si no se gobierna en lo local no podamos avanzar y trabajar principalmente en un cambio de concepción y modelo, donde la participación se convierta en elemento fundamental e identitario de nuestras prácticas y quehaceres. Para el buen funcionamiento de unos presupuestos participativos vinculantes hay un enorme trabajo previo. Consideramos así que los círculos, con independencia de si se presentan o no a elecciones municipales, deberán, en la medida de sus posibilidades: a) Iniciar un proceso de conocimiento y autodiagnóstico sobre lo económico, jurídico, cultural y particular de cada localidad o municipio. Sin esto, resulta imposible plantear un modelo de funcionamiento que resulte adecuado para elaborar unos presupuestos participativos vinculantes. b) Fomentar y construir espacios de participación dentro del municipio que favorezcan y nos ayuden a tomar conciencia de la importancia de la puesta en marcha de este proceso. Motivos tácticos: Los círculos, junto con el movimiento ciudadano popular, conseguirían poner sobre el universo político, un nuevo modelo de participación en las políticas públicas, separándose y abriendo la brecha sobre la propuesta política de la casta. Consiguiendo así: a) Una redistribución de los poderes y control de las decisiones en las políticas públicas. b) Acercamiento de los gobernantes a la ciudadanía y al principio de “representar obedeciendo” c ) Auto-conocimiento de las prioridades que hay que abordar y la asignación de los recursos, satisfaciendo las necesidades de todas y todos, y optimizando el gasto público, creando una nueva visión de cultura política. d) Mayor conocimiento sobre el manejo de los recursos de los que disponemos, fortaleciendo la identidad y sentimiento de lo local como aquello que es nuestro; aumentando la capacidad que como ciudadanas y ciudadanos tenemos de transformar la realidad existente, de introducir medidas que favorezcan la igualdad de género, el racismo o la xenofobia (entre otros) y aumentar nuestra autoestima y fuerza como personas, pero también como grupo, que los dirigentes actuales y pasados han pretendido mermar. 3_ Nuevo modelo de financiación. Consistiría en promover una iniciativa para el estudio de una propuesta para unas nuevas Bases del Régimen Local, que revierta el viejo modelo municipal basado en el ladrillo, y enlace y legitime con el proceso constituyente de cambio, con propuestas concretas que deriven de lo local. Un nuevo modelo de financiación adaptado a una economía social y sostenible (respetando el medio ambiente), que esté basado en los recursos locales, y que haga dotar de la financiación necesaria para poner en marcha estás iniciativas.

Así, los círculos, con independencia de si se presentan o no a elecciones municipales, deberán, en la medida de sus posibilidades, aunando fuerzas con otras entidades y con la ciudadanía en su conjunto que mire hacia un nuevo modelo de cambio: a) Promover, estudiar y desarrollar esta iniciativa con otros círculos a nivel municipal, haciendo participe a todas aquellas personas que estén por un nuevo modelo encaminado a un proceso constituyente. Motivos tácticos: a) Poner en marcha está herramienta significaría iniciar un movimiento de aunar fuerza en torno propuestas concretas desde el movimiento ciudadano popular, que daría legitimidad a un futuro proceso constituyente. b) El desarrollo de esta herramienta y la búsqueda de acuerdos desde lo local, presenta la oportunidad de generar un efecto de bola de nieve para dar consistencia al proceso constituyente, ya que la propuesta de cambio de las Bases del Régimen Local afectarán de una u otra manera al ámbito autonómico y estatal. Estas tres herramientas presentadas no se pueden tomar como ejes programáticos, sino como mecanismos o herramientas que proponemos trabajar y consideramos imprescindibles para la movilización y la percepción real de participación, cumpliendo objetivos concretos y cercanos para un futuro proceso constituyente. Por supuesto los círculos pueden valerse de otras herramientas. Nosotras proponemos éstas como indispensables e irrenunciables. LA APUESTA MUNICIPALISTA Desde esta perspectiva queremos hacer hincapié, como anunciábamos al principio del borrador, en la disyuntiva política en torno a las elecciones municipales. Quizás la mejor manera de plantearse la cuestión es partiendo de algunas propuestas ya dadas. José Rosales en Plaza Podemos con el título Municipales: la solución intermedia, Expone: “Creo que el debate no debería ser Sí o No a presentarse con marca "Podemos". Creo que debería ser "¿Dónde?". Más adelante añade: “Si el debate se produce entorno al Sí o No, la respuesta debería de ser: NO”. Argumenta la dificultad organizativa y riesgos que nos supone a la organización en su conjunto presentarnos en más de 8700 ayuntamientos, pero a la vez expresa la realidad concreta de muchos círculos municipales que podrían tener la infraestructura organizativa para hacer una apuesta municipalista. La solución que propone para resolver quién se presenta y quién no vuelve a poner el peso en la capacidad organizativa de PODEMOS, manifestando la necesidad de crear una estructura organizativa. Pero debemos de pensar que ésta tiene que conseguir ser viable, funcional y ejecutiva para todas aquellas candidaturas que creen que deben presentarse (que no sabemos cuántas pueden llegar a ser). En este sentido,tenemos que tener en cuenta el corto recorrido de tiempo que nos queda y que aquellos esfuerzos que dediquemos a organización dejan de lado el trabajo municipalista, que como hemos ido argumentado es de vital importancia. Con esto no queremos frenar el impulso que determinados círculos y grupos tengan para presentarse a las elecciones municipales, sino que para dar soluciones, debemos ser conscientes de la fuerza que necesitamos para abordar, tanto lo organizativo por una parte, como el trabajo municipal bajo las líneas que hemos esbozado por otra.

Tácticamente también deberíamos preguntarnos para qué y cómo. Sí en algunos lugares ya existen movimientos que estén preparando candidaturas de abajo a arriba y que comparten nuestro compromiso político-democrático ¿Qué sentido tiene que un círculo municipal de PODEMOS se presente sin tener en cuenta esta alternativa? Por supuesto tenemos que ser cautelosos porque no se tratar de reflotar a ninguna organización, sino de crear movimiento popular ciudadano. Compartimos la idea de la ilusión y expectativa que se ha generado en muchos círculos como expone en su borrador el equipo 28, pero creemos que de la misma manera esos círculos pueden (y sería interesante y recomendable para el fortalecimiento de los mismos y de la organización) seguir trabajando el municipalismo con otros movimientos sociales o candidaturas, respetando los principios y líneas que decidamos en PODEMOS, y en nuestra opinión, exigiendo la puesta en marcha de las citadas herramientas. También coincidimos con el borrador del equipo número 8, en cuanto a cuestiones que se refieren a principios y objetivos políticos que resalta la participación como elemento fundamental (que también tiene especial relevancia en otros equipos: 1, 2, 4, 34), y que creemos debe complementarse con la regeneración del contrato social de género que plantea el equipo número 13 entre otros. Pensamos que esos objetivos, principios y fomento de la participación pueden alimentarse de las herramientas que proponemos aquí. Por otra parte, coincidimos con el equipo número 12 en cuanto a los criterios establecidos para decidir el apoyo a otras candidaturas “que nos parezcan entroncan con la ola política de ilusión”; aunque como venimos argumentando, deberían incluir el eje de participación en políticas públicas municipales que planteamos dentro los mismos. Debemos seguir creciendo desde PODEMOS, evidentemente con unos criterios democráticos de confluencia y asimilación con otros colectivos y movimientos sociales. No presentarnos a las elecciones no tiene que significar una frustración o simbolizar un paso atrás, sino más bien, una “ventana abierta de oportunidad” para trabajar el municipalismo desde las herramientas que hemos expuesto u otras que se planteen. Creemos que desde PODEMOS debemos crear, a corto-medio plazo, un verdadero movimiento popular que tenga la consistencia, fortaleza, saber y experiencia, para un proceso de cambio frente al “viejo régimen”. Porque PODEMOS, claro que PODEMOS.