461.
Naciones Unidas
ASAMBLEA GENERAL
SESION PLENARIA Jueves 28 de octubre de 1976, a las 15.35 horas
TRlGESIMO PRIMER PERIODO DE SESIONES
Documentol Oficialel
NUEVA
Sudáfrica y del Congreso Panafricano de Azania, para participar en este debate. Por ser los representantes auténticos de la mayoría del pueblo de Sudáfrica, tienen derecho a que esta Asamblea los escuche, al deliberar sobre los .problemas del apartheid. Pero resulta igualmente importante el hecho de que su presencia y participación Itan de comunicar directamente a esta Asamblea los sentimientos de millones de personas oprimidas en Sudáfrica.
SUMARIO PdglfIQ
Tema S2 del programa: Política de apartheid del Gobierno de Sudáfrica (conti-
nuación): a) Informe del Comité Especial contra el Apartheid; b) Informe del Secretario General
YORK
815
Presidente: Sr. Hamilton Shirley AMERASINGHE (Sri Lanka).
5. La situación imperante en Sudáfrica indica que la paciencia del pueblo oprimido de Sudáfrica ya ha llegado a sus límites y que está a punto de explotar. No es difícil de . entender. Indudablemente, la razón por la cual ha llevado tanto tiempo el que ese país se precipite a las llamas de la conflagración racial es parte del objeto de nuestro examen en el curso de este debate.
TEMA 52 DEL PROGRAMA Política de aportheid del Gobierno de Sudáfrica (continuación) a) Informe del Comité Especial contra el Apartheid; b) Informe del Secretario General
6. Esta Organización nació como result~do de una terrible guerra mundial desencadenada por el nazismo y el prejuicio racial. Entre otras cosas, esta Organización se creó para restaurar el respeto y la dignidad del hombre y eliminar de la sociedad, en esta forma, una de las causas fundamentales de la guerra.
1. Sr. NYAKYI (República Unida de Tanzanía) (inter-
pretación del inglés): La decisión de examinar en sesiones plenarias el tema referente a la política de apfJ'rtheid del Gobierno de Sudáfrica es, a juicio de la delegación tanzaniana, indicativa de la preocupación que adjudican las Naciones Unidas a los recientes acontecimientos en el Africa meridional y especialmente de que la situación se deteriora cada vez más en Sudáfrica. Consideramos también esta decisión como un símbolo de la solidaridad de esta Organización para con el pueblo oprimido de Sudáfrica. Saludamos ia decisi~n como una contribución positiva a la búsqueda de la paz y la tranquilidad en el Afríca meridional.
7. Los Miembros de las Naciones Unidas eran conscientes de las dificultades prácticas que existían para alcanzar esta meta, pero se inició la tarea en forma decidida y se echaron los fundamentos. En el caso de los derechos humanos fundamentales, no solamente se consagraron en los términos obligatorios de la Carta de las Naciones Unidas, sino que al poco tiempo de fundada la Organización se aprobó y se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos y se creó una comisión para vigilar 10 relativo a las violaciones que pudieran pr'lducirse.
2. Sudáfrica es un país en una situación explosiva. Estas dificultades surgen como consecuencia de la práctica de un sistema que la Asamblea Ge:leral de las Naciones Unidas ha condenado, con toda justeza, como crimen en contra de 13 humanidad. En la Sudáfrica del apartheid el mundo contempla las peores formus de la opresión humana y de la explot'Jción. Es en Sudáfrica donde miles de personas que perten'_ cen a todas las capas sociales languidecen en la cárceí, simplemente por exigir que se ponga fin al apartheid.
8. Sobre la cuestión de la discriminación racial, varias dp. las resoluciones e instrumentos se dedican a los esfuerzos ' destinados a su abolición. Mientras que las prácticas de la discriminación racial han sido declaradas fuera de la ley, el apartheid ha sido declarado crimen de lesa humanidad y punible en la misma forma que las prácticas de la esclavitud y el comercio d ~ esclavos, los crímenes de guerra y otros crímenes en contra de la humanidad.
3. Este debate se celebra bajo el augurio de acontecimientos de repercusiones impredicibles para el Afríca meridional. Se produce en momentos en que el régimen racista de Vorster ha dado muestras de su carácter inhumano y bárbaro mediante las masacres indiscriminadas y a sangre fría de escolares, estudiantes, mujeres y muchac; personas inocentes en Soweto, Langa y otras ciudades de Sudáfrica.
9. Evidentemente, la discriminación racial se practica todavía en muchas partes del mundo. Ningún país está exento de esta indignidad. Es mucho más notoria en unos países que en ú~ros, pero por doquier se reconoce como una iniquidad que debe combatirse vigorosamente. Sin embargo, en Sudáfrica la situación se pone de relieve en abierto desafío de los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y de la moralidad de la comunidad mundial. Desde 1948, es decir desde los primeros días de las Naciones Unidas, todo el concepto de los derechos humanos fue rechazado y considerado con desprecio por Sud-
4. En consecuencia, saludamos la invitación \~xtendida a los representantes de los movimientos de liheración de Sudáfrica, es decir, del Congreso Nacional Africano de 815
A/31/pV.46
816
461.
~ARIA ~
1976, 5 horas '01 K
para auténerecho )fe los imparl1an de lientos
1,
que la gado a ~ícil de levado s de la xamen errible 3juicio ) para nar de mt&les :ientes ir esta y se rechos 'on en rnidas, ión se rechos o a las 'ias dp. Jerzos de la ley, el dad y ivitud otros actica s está lunas louna )argo, bierto ie las nidad de las lumaSud)V.46
Asamblea Geiltik'lll - Trigésimo primer período de sesiones - Sesiones Plenarias
áfrica. Un país que fue Miembro fundador de las Naciones Unidas ignoró las terribles lecciones de las guerra mundial que acababa de concluir y declaró abiertamente_ como su r ,sofía nacional y política el tratamiento de sus nacionales sobre la base del color de la piel. En consecuencia~ Sudáfrica procedió a decretar una ley tras otra para atrincherarse y poner en práctica esta terrible política. 10. Sudáfrica tiene una población de 20 mi1lC'nes de habitantes. De ellos sólo 3.800.000 habitantes, que representan el 19%, son blancos, y el resto, 16.200.00 habitantes, que representan el 81%, son no blancos. Todo el mecanismo legislativo y todos los otros instrumentos del podér del Estado están en poder de. esos 3.800.000 blancos. Habiendo usurpado de esta forma el poder, el régimen minoritario racista rige la vida de su pueblo sobre la base del color de su piel. 11. En Sudáfrica se clasifica a cada persona como "blanco" o "no blanco". Si uno es blanco, gobierna y posee toda la posibilidad de vivir de la explotación de los no blancos; si uno no es blanco, es gobernado y condenado desde el nacimiento hasta la muerte a saciar los deseos de los blancos. 12. En cada campo de la vida nacional los no blancos son discriminados y sujetos a la condición de esclavos. La ed ucación es un derecho de los blancos. Los no blancos reciben un tipo de educación diferente, que está destinada a crear y mantener perpetuamente en ellos un sentido de inferioridad y de resignación a la condición que se les ha impuesto. Está prohibjdo el meL.clarse inclusive ea lugares públicos. Los serviciú:: publicos son segregados. Hay separación respecto de hospitales, ambulancias, trenes, taxímetros y lugares de esparcimiento, y hasta hay entradas separadas a las oficinas públicas. Pero los servicios para los no blancos son siempre muy inferiores en cantidad y en calidad a los de los blancos. Los salarios no se pagan de acuerdo con la competencia, sino de acuerdo con la pigmentación de la piel: los blancos reciben mejores salarios que los no blancos, aunque sean éstos más calificados o cumplan mejor la tarea. 13. Sudáfrica tiene un total de 475.000 millas cuadradas de territorio; de este' ~allos blancos, que sólo constituyen el 19% de la población, se han apropiado de 414.000 millas cuadradas y dejado a los no blarlcos, que constituyen el 81 % de la población, unas meras 59.000 millas cuadradas, la mayor parte de cuyo territorio está constituida por tierras baldías. 14. Con todas estas furmas de tortura y humillación, entre los no blancos sólo podía surgir un odio en contra del sistema. Pero no hay una plataforma que permita expresar pacíficamente estas ideas, porque todas las organizaciones {Jolíticas y sindicales están prohibidas a los no blancos. Y para acrecentar aún más la imposibilidad de toda expresión política entre los no blancos, existen medidas tales como las denominadas "Ley de supresión del comunismo" y "Ley del terrorismo", así como otras similares concebidas paia aplastar toda oposición pública al sistema. De acuerdo con tales leyes, el régimen racista se ha conferido a sí mismo poderes para actuar brutalmente en contra de cualquier persona o grupo de personas a quienes se sospeche o se compruebe que son culpables de expresar alguna oposición al régimen.
15. Esto explica en una palabra, qué es el apartheid, qué significa en la teor ía y en la práctica y cómo se lo preserva. Las masacres en Soweto de julio de 1976 y muchas otras ocurridas desde entonces demuestran que, sin duda, el régimen racista de Sudáfrica está dispuesto a perpetuar el apartheid por todos los medios a su alcance: se dedicará a matanzas en gran escala para alcanzar sus objetivos, intimidará y reprimirá despiadadamente a quienes se le opongan. Sin embargo, pese a estas matanzas, a las intimidaciones y a las represiones, las manifestaciones iniciadas en Soweto han proseguido hasta esta fecha, lo que constituye prueba suficiente de la determinación del pueblo africano de liquidar el apartheid. Aun ateniéndose a las cifras del régimen racista, cerca de 400 personas han sido ya muertas. El Comité Especial contra el Apartheid, en su informe presentado a esta Asamblea /A/31/22 y Add.l a 3], reveló que el número real de los muertos es, por supuesto, mucho mayor. 16. El pueblo africano de Sudáfrica está cansado de las condenas verbales del apartheid. Necesita un apoyo práctico para su causa. No podemos rehusarles este apoyo si es que estamos comprometidos con la búsqueda de la paz en Sudáfrica. 17. La lucha por la libertad, la igualdad racial y la dignidad humana en Sudáfrica ha llegado a una encrucijada: uno de los caminos lleva a la liquidación total del apartheid con un mínimo de sufrimientos humanos; el otro camino lleva a a un sangriento holocausto racial. No hay posibilidades intermedias. Y, sin duda, no se podrá volver al período de capitulación y de dominación perpetua del pueblo africano por regímenes minoritarios blancos. Ese período es historia en Mozambique y en Angola, gracias a la valentía de los movimientos de liberación nacional, del Frente de liberación de Mozambique (FRELIMO) y del Movimiento POP:Jlar de Liberación de Angola (MPLA), y ha de ser pronto también historia en Zimbabwe, en Namibia y en la propia Sudáfrica. Sin embargo, en lo que respecta a Sudáfrica, no se trata de saber cU~f1do, sino cómo ha de convertirse ese período en una parl la historia. ¿Será mediante una destrucción descontroiaua de la vida y la propiedad o mediante una transición ordenada '? 18. ¿Tienen las Naciones Unidas la intención de esperar hasta el momento en que ha: " estallado una guerra racial en Sudáfrica antes de tomar mt lidas apropiadas y necesarias con arreglo al Capítulo VII de la Carta? ¿Cree algún Miembro de las Naciones Unidas que ateniéndose a las actuales circunstancias en Sudáfrica una guerra racial no podría ir más all~ de las fronteras de Sudáfrica? Creemos que esta guerra podría evitarse. Pero sólo podrá evitarse si la comunidad internacional, especialmente los Illiados occidentales del régimen racista de Sudáfrica, actúan ahora a fin de impedirla con medidas prácticas y efectivas para la liquidación total del apartheid. 19. El que se liquide al apartheid con los mmIlll os sufrimientos humanos o nL dependerá en gran medida de las políticas y acciones de las principales Potencias occident~les, como ser los Estados Unidos de América, el Reino Ua;do de Gran Bretafia e Irlanda del Norte, Flancia y la República Federal de fJemania. La colaboración de estos países con el régimen racista en los sectores polític(J, económico, militar, como también nuclear, es un hecho
46a. sesión - 28 de octubre de 1976
bien conocido y documentado. Por intermedio de esa colaboración el régimen sudafricano ha podido adquirir algunas de las armas más avanzadas en uso en la actualidad, las que en realidad ya ha utilizado para la reprerión, tanto interna como externa, del pueblo africano y la agresión ehterna en contra de los Estados africanos independientes, es decir, Angola y Zambia. Las armas y la tecnología para hacerlas, las ha recibido Sudáfrica de los países occidentales, que han proporcionado al régimen racista la fortaleza y la valentía para declarar públicamente que han de intervenir en todo país africano situado al sur del Ecuador y aprobar la Defence Amendment Act de 1976, mediante la cual las fuerzas de defensa de Sudáfrica tienen autoridad para atravesar las fronteras de Estados africanos independientes con la finalidad de realizar operaciones ~ilitares. ¿Pretenden las Potencias occidentales ser cómplices de estos actos agresivos y criminales del apartheid? ¿Han declarado ellas la guerra a los Estados africanos independientes? Porque, ¿cómo podemos interpretar sus acciones de otra forma'! 20. De por sí, esa Leyes una seria amenaza para la paz y la seguridad de la región y justifica la aplicación del Capítulo VII de la Carta. No obstante, resulta paradójico que tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad, principalmente los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, rehúsan no solamente aplicar ese Capítulo a Sudáfrica, sino que continúan colaborando con el régimen racista en el sector milit~r, no obstante la intención bien establecida y declarada de ese régimen respecto de sus vednos. Permítaseme aclarar aquí que por colaboración militar entendemos tanto la venta de armas y equipo como la tranaferencia de tecnología militar mediante mapas o el intercambio de científicos y de información. 21. Al respecto, la colaboración de Francia con Sudáfrica es sin duda sorprendente. Francia es ahora el proveedor principal de armas de Sudáfric2. Además, Francia suministra ahora reactores nucleares a ese régimen, independientemente de la colaboración que existe entre los dos países en la producción de misiles del sistema "Crotale". Francia siempre se ha distinguido como el mayor defensor del apartheid y del régimen racista. Francia debe compreílder que no puede proseguir gozando de la amistad de Africa mientras que apoye a los archienemigos de la libertad y la dignidad africanas.
22. A esta sazón, la delegación tanzaniana desearía agradecer al Gobierno noruego que haya rehusado comprar el sistema "Crotale". También expresamos nuestro agradecimiento a todos los países que han seguido el ejemplo de Noruega. Sin embargo, estamos profundamente inquietos debido al hecho de que dicho sistema de misiles continlla encontrando mercados aún en aquellos países que siempre hemos considerado como nuestros propios aliados. Desearíamos decir a estos países que los conocemos y estamos muy preocupados por sus acciones. Consideramos incomprensibles sus acciones. 23. También nos llama la atención la actitud del pueblo de Francia respeeto a la cuestión de la libertad, la igualdad y la dignidad humanas en Sudáfrica. El pueblo francés en general parece estar absolutamente despreocupado por el apoyo que su Gobierno proporciona al régimen racista de Sudáfrica. El movimiento anti-apartheid en Francia es aún
817
muy débil. Los sindicatos de Francia están aún por salir y oponerse a la venta de armas a Sudáfrica por parte de 'Francia. Las universidades, como así también los intelectuales en Francia, tienen todavía que ser escuchados oponiéndose a las políticas de su Gobierno en el Africa meridional. Estamos obligados a preguntarles qué posición ocupan exactamente en esta lucha. 24. Esta actitud del pueblo francés difiere agudamente de las actitudes de los pueblos del Reino Unido, los Estados Unidos de América y la República Federal de Alemania. En esos países el pueblo, los sindicatos y los intelectuales se han manifestado, por lo menos, en contra de las políticas de sus Gobiernos. En varios casos, los sindicatos se han negado a cargar barcos que se dirigían a Sudáfrica. Aprovechamos esta oportunidad para agradecer a todos ellos el papel que han desempeñado. Lamentamos mucho de que no podamos extender el mismo agradecimiento a Jos sindicatos franceses. 25. Me he extendido largamente sobre la cuestión de la colaboración militar que existe entre las Potencias úccidentales y el régimen racista de Sudáfrica. Estamos también plenamente conscientes de los vínculos económicos y la colaboración que existe entre el régimen racista de Sudáfrica y las Potencias occidentales, como así también con países como el Japón e Israel. Cono~emos las relaciones políticas y diplomáticas que existen entre ellos y que afectan adversamente la lucha para la liquidación del
apartheid. 2L Igualmente, no se nos escapan las numerosas actividades privadas, sociales, culturales y económicas que se llevan a cabo, igualmente, entre persona:; y grupos de SudUrica y muchos países. 27. Tanto a las autoridades del Gobierno como a las personas que todavía mantienen alguna forma de relación con el régimen racista de Sudáfrica o cualquier institución de ese país, desearíamos señalarles y ponerles de relieve que ello constituye un apoyo directo o indirecto al régimen racista en su opresión de los no blancos en Sudáfrica. Mantener esas relaciones significa proseguir siendo cómplices del crimen de apartheid y, en consecuencia, participar en las injusticias, inhuffi?J1idades y tortura de los no blancos en ese país. Es, sin duda, contribuir a un mal cuya continua existencia seguramente ha de llevar a una más grave violación de la paz y la seguridad internacionales. Todo acto que ayude a Sudáfrica es una puñalada en la espalda de los 18 millones de los no blancos, y todos los beneficios que se obtengan y gocen de Sudáfrica es participar en la fiesta de la explotación humana. Tales actos no pueden dejar de ser condenados por los sufrientes sudafricanos no blancos. Quienes cometen tales actos deben ser condenados por la comunidad mundial no menos que los principales perpetradores del crimen mismo.
28. Séame permitido ahora referirme, muy brevemente, a la cuestión de lo que se da en denominar "independencia" del supuesto bantustán de Transkei. Nos oponemos a la supuesta independencia del Transkei, como así también a la independencia de todo balltustán en Sudáfrica por dos razones principales. La primera obedece a que el pueblo de Sudáfrica, en general, se opone por saber que se trata de una maniobra de los capitanes del apartheid para perpetuar
_ , lIU.L.'• •1&".11•• '''.'•• ' .,-1.:'111II••••,....1.'011·.bP!.at1'G•••• =7~.·=:2'~'''''".:::'~~'. . :.:..,. "
r
e e
818
Asamblea General - Trigésimo primer período de sesiones - Sesiones Plenarias
su dominio del pUé 10 africano, mediante la política barata de la balcanización. Estos desean crear y perpetuar a los bantustanes como fuentes de mano de obra bar~ta negra pala la economía blanca de Sudáfrica. Además, el régimen racista confía en impedir que la población negra participe de la riqueza general del país y goce de ella. Es un fraude. La argumentación de Vorster y del pueblo africano ha exigido la independencia de sus bantustanes, y esto es absurdo, por decir lo menos. ¿Desde cuándo Vorster y sus verdugos comenzarOd a escuchar lo'~ deseos del pueblo africano? ¿No es cierto, por el contrario, que cada vez que los africanos han hecho una petición al régimen de Vorster han sido, o bien brutalmente asesinados como sucedió en Sharpevílle y Soweto, o enviados a I~ Isla Robben para estar encarcelados de por vida? De cualquier manera, el problema en- Sudáfrica no es la independencia de una parte de ese país; es el apartheid 10 que debe liquidarse a fin de que todo el pueblo de Sudáfrica pueda gozar de sus derechos en pie de igualdad. En consecuencia, todos deben oponerse a lo que se da en denominar "independencia" del Transkei. 29. Hay una segunda razón para habernos opuesto a la independencia del Transkei. Sudáfrica no es una Potencia colonial de los bantustanes. Sudáfrica ha usurpado los poderes del pueblo africano en todo el país. En canse· cuencia, la independencia puede producirse únicamente mediante la transferencia del poder de una minoría a una mayoría, y esto sólo puede hacerse para todo el país. A la República Unida de Tanzania le complace que las Naciones Unidas hayan aprobado una resolución por la que se rehúsa a reconocer la independencia del Transkei, o de cualquier otro bantustán I resolución 31 16A}. La independencia del Transkei es una farsa y debemos condenarla y oponernos a ella como totalmente inaceptable. 30. Las Naciones Unidas tienen un gran papel que desem· peñar en la lucha en contra del apartheid. La abrumpdora mayoría de los Miembros de las Naciones Unidas han demostrado persistentemente su repulsión respecto del apartheid, no sólo mediante las muchas resoluciones de las Naciones Unidas, sino también mediante su campaña sistemática colectiva para aislar a Sudáfrica, tanto de las actividades de las Naciones Unidas como de otras esferas. De no ser por los miembros permanentes occidentales del Consejo de Seguridad, Sudáfrica hubiera sido totalmente expulsada de la Organización. Evidentemente, de no ser por estos miembros, las Naciones Unidas hubieran tomado medidas más efectivas con arreglo a la Carta en contra del régimen racista de Sudáfrica. No obstante, esto no debiera impedir al resto de los Miembros de h Organización el tomar otras medidas en contra de SudM.ici:.:, 31. Al respecto, mi delegación cree que el Programa de acción formulado por el Seminario Internacional sobre la erradicación del apartheid y el apoyo a la lucha por la liberación en Sudáfrica, celebrado en La Habana, República de Cuba, en mayo de este año f Al31/104, anexo [I}, no sólo destaca y analiza los factores que ayudan a sostener al sistema de apartheid en Sudáfrica, sino que también traza una estrategia efectiva para liquidarlo. Entre las medidas que recomienda figuran el llamamiento a esos tres miem· bros permanentes del Consejo de Seguridad para que reconozcan que la situación del apartheid en Sudáfrica constituye una amenaZa para la paz y la seguridad interna· cionales y, en consecuencia, permitan que el Consejo de
Seguridad imponga sanciones obligatorias en contra de Sudáfrica y se apliquen las resoluciones pertinentes del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas; una campaña destinada a poner fin a toda colaboración con Sudáfrica; asistencia a los movimientos de liberación de Sudáfrica en su lucha y reconocimiento del derecho del pueblo oprimido a recurrir a la lucha armada; la interrupción de las vinculaciones deportivas; la acción sindical en contra del up'Jrtheid; la difusión de información sobre la iniquidad del apartheid y sobre la necesidad de que todos ayuden a luchar en contra de él y, además, la convocatoria de una Conferencia Mundial para Adoptar Medidas contr:a el Apartheid 32. Este programa de acción ha sido ya plenamente respaldado por el Consejo de Ministros de la Organización de la Unidad Africana (OUA)l y la Quinta Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno de 1-')s Países no Alineados 2 • En consecuencia, creemos que este período de sesiones de la Asamblea General habrá dado un paso importante adelante, en la lucha en contra del apartheid, si adopta este programa de acción y da su aprobación a las correspon· dientes resoluciones del Consejcl de Ministros de la OUA y de la Quinta Conferencia en la cumbre de los países no alineados. 33. Como paso inmediato en la aplicación del programa, desearíamos recomendar que la Asamblea General, en este período de sesiones, por lo menos pida al Consejo de Seguridad que imponga un embargo total y obligatorio de armas en contra de Sudáfrica. El Consejo no ha podido hacerlo debido al veto ejercido por los tres miembros permanentes occidentales. El embargo de armas debie'i'a ser global en cuanto a su alcance, a fin de incluir el suministro de licencias y patentes para la producción de armas, la transferencia de información tecnológica o militar a Sud· áfrica y la utilización de terceros Estados para que suministren equipo indirectamente a Sudáfrica.
• 1)
,
34. La Asamblea General debiera también hacer un llamamien to a todos sus Estados Miembros para que le nieguen al régimen racista todas las facilidades que utiliza para fines de propaganda. Las organizaciones privadas de carácter "frontal" que han surgido en todos los países occidentales y trabajan a favor de Sudáfrica en los Estados Miembros debieran ser declaradas fuera de la ley. Por encima de todo, corresponde a los Estados Miembros de las Naciones Unidas aceptar su responsabilidad y tomar todas las medidas necesarias para aislar efectivamente al régimen racista de la comunidad internacional. 35. Dentro de este contexto, la delegación tanzaniana desea expresar su agradecimiento a todos aquellos países que han cortado sus vinculaciones deportivas con el régimen racista. La República Unida de Tanzanía, al igual que la OUA, no acepta la idea de que puede separarse a los deportes y diferenciarlos de las políticas y prácticas de apartheid; por el contrario, los deportes sirven para dar una imagen de respetabilidad al régimen racista. En toda la historia los fascistas y los racistas han utilizado los deportes
•
1 Véase el documento A/31/196, anexo, resolución CM/Res. 490 (XXVII). 2 Véase e~ documento A/31/197, anexo IV, resolución NAC/ CONF.5/S/RES.1.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1. . . . . .&._1121_"7_ _'~~11,j...t.1. . . . . . . . .L k __d __
,,
46a. sesión - 28 de octubre de 1976
para rea!zar sus filosofías. La República Unida de Tanzanía ha de proseguir trabajando con todos los otros países comprometidos a liquidar el apartheid, a fin de boicotear no solamente a los deportistas - hombres y mujeres - de Sudáfrica, sino también a aquellos países que han decidido tener vínculos deportivos con ese país, contrariamente a las resoluciones de las Naciones Unida~ y de la OUA. Africa ha iniciado recientemente el boicoteo de esos pa ¡ses. E!;te boicoteo ha de continuar hasta que esos gobiernos cambien su política de tener vínculos deportivos con Sudáfrica, porque estamos comprometidos a lograr el total aislamiento de dicho país.
".
1)
•
,
36. Mientras n"s reunimos aquí, en las Naciones Unidas, 17 millones de perwnas son víctim~s de las políticas malvada~ de apartheid en Sudáfrica, en abierta violación de los principios más básicos de la Carta. Mediante su oposición determinada a ese sistema inhumano, han logrado socavar al régimen racista parcializado y atraer la atención de la comunidad mundial. Están dispuestos a proseguir la lucha a cualquier precio. Invocando la Carta, exhortan a esta Organización y a la comunidad mundial en general a que cumplan con sus obli,gaciones en la búsqueda de los ideales, fines y principios de la Carta. No podemos permitirnos el lujo de abandonarles, debemos asistirles. Después de todo, esa es ciertam~nte nuestra responsabilidad con arreglo a la Carta y, lo que es más, debemos actuar seriamente al respecto. Hacer lo contrario equivaldría a traicionar lo¡) principios de la Carta y condenar a millones de personas sufrientes en Sudáfrica al dolor y la humillación, cosas que nos hemos comprometido a suprimir de la Tierra. Si la situación actual de Sudáfrica continúa, esto podría muy bien llevar al mundo a una guerra, cuyas proporciones todavía no hemos contemplado. Creemos que podemos reducir al mínimo el derramamiento de sangre que se ha iniciado en Sudáfrica, restaurar la vida y valores del hombre en ese país y evitar otras catástrofes. Podemos hacerlo tomando inmediatnmente las medidas necesarias. 37. Sr. RAZA (Pakistán) (interpretación del inglés): Hay algo podrido en el Estado de Sudáfrica.. La política racial que lleva el odioso nombre de apartheid ha sido condenada afto tras afto en los términos más categóricos posibles en órganos de las Naciones Unidas: en el Consejo Económico y Social, en el Consejo de Seguridad yen la propia Asamblea General, así como en distintas Comisiones.
•
38. Mi país fue admitido en las Naciones Unidas en septiembre de 1947. Cuando participó por primera vez en los debates del segundo período de sesiones de la Asamblea General, el Pakistán se unió a la mayoría de los Miembros de las Naciones Unidas para denunciar el apartheid como un crim~n de lesa humanidad. El Pakistán h?bló como una parte directamente interesada, ya que un gran número de personas de origen pakistaní e indio que se habían establecido en Sudáfrica eran víctimas de la degradación del apartheid. Desde 1947 hemos participado siempre en el debate sobre esta cuestión ofreciendo constante apoyo a todos los esfuerzos G~stinados a apresurar la erradicación de este mal. Hemos hecho nuestra humilde contribución al Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para Sudáfrica desde su creación en 1970 y nos complac.e ser miembros del Comité de Síndicos creado para administrar este Fondo. El Pakistán jamás estableció relaciones diplomáticas con Sud· áfrica: ha impuesto un boicoteo comercial completo a
819
Sudáfrica; no da permisos de paso o aterrizaje a los aviones de Sudáfrica; ha cerrado sus puertas a las naves que llevan el pabellón sudafricano; no tiene intercambios culturales, educacionales o deportivos con Sudáfrica. 39. ¿Cómo podría el Pakist'án reaccionar de otra manera, dadas sus raíces islámicas, ante una política que discrimina entre una persona y otra únicamente pórque su aspecto es distinto? Hace 14 siglos el Profeta del Cslam - que la paz sea con él - dijo que no debía haber discriminación alguna entre hombre y hombre por razones de color, casta o lugar de nacimiento. "El árabe" - declaró - "no es superior al no árabe"'. ¿Cómo podría cualquier seguidor del Profeta tolerar el apartheid? 40. Hemos estudiado con gran atención el informe del Comité Especial contra el Apartheid f A131122 Y Add.l a 3/ y hacemos nuestro el llamamiento de su muy capaz Presidente en el sentido de que la Asamblea General tome medidas rápidas y concretas. También hemos seguido con interés las declaraciones del Sr. Olíver Tambo, que habló en nombre del Congreso Nacional Africano de Sudáfrica, y del ~:\r. David M. Sibeko, que el portavoz del Congreso hnafricano de Azania f41a. sesión/o Describieron ellos las atrocidades cometidas con grupos inermes y con jóvenes ~studiantes que fueron dispersados por soldados y policias, no mediante gas lacrimógeno, sino con ametralladoras. Asimismo, dijeron que el número de muertos era muy superior a las cifras dadas por el Gobierno sudafricano. 41. En cuanto al proyecto de rp¡solución A/31/L.5, que presentó el representante de Nigeria, pur inadvertencia el nombre del Pakistán no figuró en el proyecto de resolución revisado, aun cuando nuestra delegación había pedido que quedara incluido. 42. Este proyecto de resolución ha recibido un apoyo masivo en la Asamblea. Constituye ello muy adecuada respuesta a la farsa por la cual el Transkei fue declarado un Estado independiente el 26 de octubre de 1976 por el régimen racista de Sudáfrica, que está creando otros bantustanes con el objeto de destruir la integridad terri· torial del país. La política de bantustanización dará por resultado privar a la mayoría de la población en ese país de sus derechos civiles, económicos y políticos. Aun cuando tales personas constituyen el 81 % de la población, la mayoría quedará confinada en sólo el 13% de las tierras. Naturalmente, ni un solo Estado de los 145 Miembros de las Naciones Unidas ha reconocido al supuesto Transkei inde· pendiente. Esto debiera abrir los ojos del Sr. Vorster, Primer Ministro de Sudáfrica, quien, en respuesta a una pregunta de un corresponsal de 'Iñe New York Times acerca de si podía él prever la posibilidad de que a la larga el gobierno blanco fU~ra reemplazado por un gobierno negro en su pa ís, contestó: UNo puedo yo prever tal día en absoluto y repito que es nuestro derecho estar aquí en la tierra que ocupamos. No le quitamos absolutamente nada al pueblo negro." Cabría preguntar al Sr. Vorster qué ha dejado su régimen a la gente negra de Sudáfrica, una vez que la privó de sus tierras, su libertad, su honor y su dignidad. Si el Sr. Vorster no puede leer la escritura en el muro, todo cuanto podemos decir es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
, Asamblea General - Trigésimo primer período de seaiones - Sesiones Plenarias
820
43. La pOSlClon del Pakistán ante el problema de la política de apartheid del Gobierno de Sudáfrica es bien conocida. A comienzos de este afio, en su mensaje del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminal;ión Racial, observado en el Pakistán el 21 de marzo de 1976, nuestro Primer Ministro, Sr. Zulfikar AH Bhutto, declaró lo si· guiente: ~'El Paksitán fue uno de los primeros en alzar su voz contra el racismo y el apartheid en las Nacionefl Unidas. En afios recientes nos hemos esforzado por hacer contribuciones concretas y tangibles para adelantar las aspira· ciones legítimas de los pueblos africanos. Este conse· cuénte apoyo es una expresión .espontánea de nuestra creencia en la igualdad y la dignidad del hombre y de nuestra- solidaridad con todos los pueblos que tratan de ejercer su derecho a la libre determinadón, en confor· -midad con la Carta de las Naciones Unidas. En este día, el Pakistán nuevamente promete su apoyo a todos los que libran la lucha contra el racismo y la opresi6n en Africa y en otras regiones.
Mauricio en el mes de julio pasado, han decidido rechazar esta conspiración atroz y abstenerse de reconocerla. No podemos sino exhortar a todos los otros países y organizaciones del mundo a que se abstengan de reconocer al que se ha de denominar "Estado independiente del Transkei" y abstenerse de establecer relación directa o indirecta alguna con dicho Estado. Al respecto, no podemos hacer otra cosa que apoyar la decisión tomada por algunos paÍ3\?s de no reconocer al Trr.nskei y de instar a los otros países que todavía no lo han hecho a que condenen a este Estado y declaren que lo rechazan. Los que sostienen el apartheid deben saber que el derramamiento de sangre no les favorece y que el tiempo no está de su lado. Egipto renueva nuestros compromisos para con los hermanos que luchan en contra de los regímenes racistas y colonialistas y nos comprometemos a prestarles asistencia material y moral. Desearíamos rendir homenaje a todos los mártires y a los que luchan por la libertad y se oponen al colonialismo y al racismo en todas sus formas."
.\
.
H
44. Sr. ABDEL MEGUID (Egipto) (interpretación del ár~lbe): Séame permitido, antes que nada, reiterar desde esta tribuna el pleno apoyo y la solidaridad del pueblo y el Gobierno de Egipto para con la heroica lucha del pueblo de Sudáfrica, para restablecer sus derechos inalienables a la libre determinación y el gobierno propio, y a fin de poner fin al crimen inhumano y odioso que todavía practica el régimen minoritario blanco en el sur de nuestro continente africano. Desearíamos también dar la bienvenida y d:~~stacar la lucha de los movimientos de liberación nacional que han marchado la lucha de los pueblos de Sudáfrica y que han soportado grandes sufrimientos para liberar a la mayoría de esos pueblos de la barbarie y la arrogancia del régimen racista de Pretoria, por intermedio de los representantes del Congreso Nacional Africano y del Congreso Panafricano de Azania. Desearía transmitir los saludos y la solidaridad del pueblo y del Gobierno de Egipto a todos los pueblos de Sudáfrica que luchan por su libertad. Egipto ya ha expresado claramente su posición en la declaración hecha por el Sr.lsmail Fahmy, Primer Ministro Adjunto y Ministre de Relaciones Exterior~s, en ocasión del Día de Solidaridad con los pueblos de Sudáfrica y Namibia. En su declaración, dijo lo siguiente: "La República Arabe de Egipto condena vigorosamente los crímenes perpetrados por el régimen colcnialista racista de Vorster, en contra de los pueblos africanos en el sur del continente africano, mediante las sangrientas masacres que organiza para mantener su dominación en imponer la odiosa discriminac~ón racial. La farsa de establecer el denominado Estado independiente del Transkei no es otra cosa que la maquiavélica aplicación práctica del odioso sistema de la discriminación racial, sistema que está enmarcado en el sistema de los bantus· tanes y que tiene por objeto asegurar l~ continua explotación de más de 17 millones de afrj~anos. La República Arabe de Egipto no puede aceptar esta farsa y no puede tampoor ~ar
de· lta lila
ry ral tra cia su no los los ttilte ~us
de bo )ta an rava ad tto
en los ue en y
ica en en :as ad an o un lel ca de
¡
Asamblea Gene:al - Trigésimo primer período de sesiones - Sesiones Plenariu
Sudáfrica por su valiente posición frente a estas crueles circunstancias, al propio tiempo queremos denunciar al régimen de Vorster y condenarlo por los crímenes perpetrados por el racismo en Sudáfrica, en contra de nuestros hermanos africanos. Los bárbaros crímenes cometidos por el régimen racista en Sudáfrica son pmeba de que ~se sistema sospecha que está próximo a su fin. Si examinamos la invasión criminal realizada por Pretoria contra Angola en vísperas de su indepeudencia, en un intento desesperado por controlar la ola de liberación y por extender la persecución rachJ fuera de las fronteras de Sudáfrica y Namibia; y, luego, los intentos realizados por este régimen con el fin de mantener su dominación y su creación de la polítiéa de los !1amados bantustanes, de la cual ha sido la declaración (:;; seudoindcpendencia de Transkei - denunciada porOla comunidad internacio~jJ.l como una maniobra destinada a consolidar la usurpación que. realiza el Gobierno racista de los recursos de Sudáfrica, forzando a millones de habitantes autóctomos a ser extraños en su propria tierra -; constatamos de tal examen que la resolución adoptada por la Asamblea General el 26 de octubre {resolución 31/6 A} fue la mejor contestación a todos esos intentos. 53. Al examinar esta situación y al agregar a eUa el efe!:tivo y creciente apoyo dado a los movimientos de liberación nacional en Sudáfrica, nuestra confianza aumenta y nos damos cuenta de que hoy contemplamos en realidad el principio del fin del régimen de Pretoria, como así también de todos los otros regímenes racistas que todavía tratan de imponer su usurpación y dominación a los pueblos de nuestro continente africano.
54. No obstante todo esto, los países amantes de la paz pudieron convertk a las Naciones Unidas en un inetrumento efectivo para exponer las verdaderas dimensiones del Q'imen de apartheid e ilustrar a todos los pueblos libres sobre los aspectos profundos de él y sobre la necesidad de intensificar los esfuerzos con el chjeto de ponerle fin. Consecuentemente, la Organización ha aumentado el apoyo a la lucha del pueblo de Sudáfrica y prestado toda ayuda posible a los movimientos de liberación nacional. No caben dudas de que los esfuerzos realizados por el Comité Especial contra el Apartheid van en su honor y son digno~ de respeto. Deseamos expresar nuestro agradecimiento por los esfuerzos desplegados por dicho Comité y por la integridad y honestidad pue¡sta de manifiellto por sus miembros al llevar a cabo su tarea, que tuvo gran efecto en la intensificaciór. del apoyo internacional de la lucha de los pueblos de Sudáfrica. El Seminario internacional sobre la erradicación del apartheid y la prestación de apoyo a la lucha por la liberación en Sudáfrica, celebrado en La Havana durante el mes de mayo de 1976, fue uno de los resultados bien definidos de las actividades realizadas este año por el Comité Especial cnntra el Apartheid. Además, las otras actividades realizadas por el Comité han rendido sus frutos al fortalecer los vínculos de cooperación entre las Naciones Unidas, la Uga de Estados Arabes y la OUA, como así también entre varios organismos especiales, gubernamentales y no gubernamentales. SS. Los documentos emitidos por el Comité constituyen la mejor prueba del vf!rdadero peligro que plantea la continuación de las prácticas racistas de este sistema, y del hecho de que algunos Estados continúen violando las resoluciones de las Naciones Unidas y desafíen la voluntad de la comunidad internacional manteniendo relaciones con el
___..
~
,
j
régimen racista de Pretoria y acrecentando estas relaciones. Deseo señalar a la atención el documento tan importante emitido por el Comité Especial contra el Apartheid, que se ha presentado a la Asamblea General y al Consejo de Seguridad el 13 de septiembre de 1976 y que se refiere a las relaciones entre Israel y Sudáfrica {A/31/22/Add.2}. 56. Egipto siempre ha señalado a la atención los peligros de fortalecer las relaciones y los intereses mutuos entre el régimen racista de Sudáfrica y su contraparte en Israel. Nuestros temores se basan en consideraciones puramente prácticas que incluyen, primero, el hecho de que ambos regímenes están acumulando armas nucleares y desean de todas formas adquirir la mayor cantidad posible y las más destructivas de estas armas. En nuestra opinión, la acumulación de estas armas destructivas en el Sur y en el Norte del continente indudablemente se podría dirigir un día en contra ·de nuestros pueblos africanos y, en consecuencia, ha de seguir representando una amenaza para la seguridad de nuestro continente y de nuestros pueblos, porque el objetivo fundamental de la cooperación entre estos régimenes militares ciertamente 3erá contrario a los mismos pueblos del continente. Tal vez la agresión lanzada en contra de la soberanía y de la seguridad de los pueblos africanos por ambos regímenes es una clara prueba de las dimensiones y de los objetivos de ~sta cooperación internacional. Esta cooperación ha adquirido nuevas dimensiones mediante el lanzamiento de una agresión externa en contra de Angola y en contra de Uganda y ya no se limita a imponer la dominación y a usurpar los derechos de los pueblos por la fuerza. En todo esto vemos que hay un intento de imponer el papel de policía blanco que han practicado ya los miembros del régimen minoritario blanco en el sur del continente, plan en el que colaboran con Israel. Todo esto ha tenido un gran impacto contra la paz y la seguridad en el mundo.
I
1 11,1 11
1;
:¡
,¡;
;
i
,
i
11
•
r
57" Segundo, el verdadero peli6ro de la cooperación entre
Israel y Sudáfrica ha quedado de manifiesto en el hecho de que ambos regímenes siguen usurpando las tierras y los derechos de los pueblos por la fuerza, e imponiendo un hecho consumado a toda la comunidad internacional. El documento a que me he referido ha demostrado la plena cooperación e intercambio de experiencias entre ambos regímenes so pretexto de "combatir la rebelión". A la luz del hecho de que Pretoria e Israel han proseguido insistiendo en negarse a aplicar las resoluciones de las Naciones Unidas y han rehusado participar en el logro de soluciones pacíficas y justas, y por haberse acrecentado el sentimiento del pueblo palestino y del pueblo de Sudáfrica de que se ha agotado su paciencia en cuanto a la concreción de una solución justa, la revolución de estos pueblos se ha hecho inevitable.
•
58. Las medidas a que está sometido el pueblo africano en Soweto, Langa y otras localidades y las medidas que se aplican al pueblo palestino en la Ribera Occidental y dentro de Israel constituyen una buena advertencia en cuanto a cómo los acontecimientos podrían evolucionar en el futuro cercano, si es que la situación continúa siendo lo que es y si la comunidad internacional permite que prosiga este tipv de cooperación entre Israel y Sudáfrica, porque esto signifi· caria el hacer caso omiso a factores que representan una amenaza liara Afríca y para la seguridad internacional en general.
'-.••--••211
._Il..-_tIlZ.a.J_-.4Ia.
t'lt
46-. telión - 21. octubre de 197'
,s. te
se :le
11 11
,il'
as
I
)S
el i1. te
,
'"
i '
r
)S
.
le tS J-
Al
~
~l
n la ,e ~l
iIS
n ~s
IS l~s
a
a S
11
•
n n :>
823
- - - - - - - - - - - - - - _ . ".-. - - - - - - - . .........¡¡:.....~----.-----------....;.
r
l.
a
59. Tercer~, el incremento de la cooperación económica y comercial entre lf)S dos .egímenes representa en realidad un intento de Israel y de Sudáfrica de salir del aislamiento económico en el que se hailan y de busc~r una MUda para aa consolidación de las posibilidfides de ambos regímenes, para proseguir desafiando las resoluciones de las Naciones Unidas y a la voluntad internacional y, aden¡ás, para continuar con sus políticas agresivas. También hay otra dimensión de esta creciente cooperación en materia de comercio entre los dos regímenes, cual es la de que comercian realmente con las necesidades y los recursos de pueblos a los que han usurpado sus derechos y han despojado de sus riquezas. Cabe seftalar que continúan despejándolos de sus riquezas para que el régimen minoritario blanco prosiga la dominación de estos pueblos. Estos son los hechos en lo que se refiere a los peligros de estas relaciones. Israel pretende que no es el único país que traia con Sudáfrica pero esto podría inducir a un error, porque lo importante no es el volumen del comercio en sí, sino que lo realmente importante y peligroso en estas tratativas es que se realizan entre dos regímenes similares y que comercian con los recursos de otros pueblos I;uyas tierras fueron usurpadas y sometidas a una ocupación ilegítima. Nos convenceríamos del peligro que representa el incremento de la cooperación económica entre los dos regímenes si siguiéramos el movimiento de estas relaciones y su desarrollo, y hemos observado que ~iempre renuevan y redoblan sus esfuerzos cada vez que hay una guerra en la zona. El documento citado anterionnente dice que las cifras referentes al intercambio comercial se han reduplicado después de la agresión de junio de 1967, Y también han aumentado considerablemente después de la guerra de octubre de 1973. Esto revela la verdadera dimensión de este aumento, porque representa la estrecha relación ~ntre las intenciones agresiva5 de ambo¡ regímenes contra los pueblos del continente y el incremento de su cooperación cuando consideran amenazada la seguridad de la zona. 60. Cuarto, la creciente cooperación entre el régimen racista de SJ~dáfrica y el Gobierno de Israel entró en una nueva fase en abril de 1976, cuando el Primer Miniltro Vonter visitó a Israel '1 r.;oncertó acuerdos en lo concerniente a la cooperación económica, científica e indu.lirial entr., los dos países. También se celebnron otros acuerdos relativos al fortalecimiento de la cooperación miUtar entre los dos regímenes, y esto representa, en la actualidad, la intención de estos regímenes de r.oordinar sus planel agresivos en contra de los pueblos de~ continente y en contra de su seguridad.
S 1
1 1 S
•
61. Quizá la información global que figura en el documento A/31/22/Add.2, en lo concerniente a la evolución de las relaciones entre Israel y Sudáfrica, así cOlno también en los documentos anteriores qw hay a este re.pecto, demuestra claramente el impacto especial des esta cooperación en lo que IC r~flCre a la amenaza que representa para la seguridad de nuestro continente africano y, en consecuencia, la amenaza que representa para la plz y la segurid2d intenaacionales. La comunidad internacional, sin duda, ha tenido en cuenta estos peUgrOl, porque además de las resoluciones repetidamente adoptadas al respecto, por las Naciones Unidas, hubo ot~1 adoptadas por la OUA en lal cuales se afirmó este peli&fo. Quizú lea suficiente .quí referimos a la resolu,,' ón adoptada por el CORIejo de Ministros de la OUA en IU 270 período de lesiones,
••••• :."._ _• • •1111'.... 1d . ...d.411 • •I. ....ILII.IIIIl.It'III.I.,....a.I_.II·._.~.reM!l1I1J.·~rj¡;:t;,:;;';.J;~~~,
celebrada en Port Louis, Mauricio, del 24 de junio al 3 de julio de 1976, Ytitulada "Resolución sobre las matanzas de Saweto en Sudáfrica", en:a que entre otras cosas se deploró
"••• la intensificación de Ja colusión entre el Israel sionista y la Sudáfrica partidaria del apartheid apoyados por el imp"riaUsmo y el colonialismo internacionales, en el Díarco de IU estrategia global para imponer la ocupación extranjera en Sudáfrica, Palestina y los demás territorios 2ra(,er,"3 . 62. Cuando los Jefes de Estado o de Gobierno de los Países no Alineados celebraron su Quinta Conferencia en Colombo en aplto de 1976, quedó en claro que había cada vez más conciencia del peligro de la cooperación entre los dos relímenes, que habian entrad9 en una nueva etapa'que requería med~das colectivas eficaces. Esto quedó expresado en la primera reso1uéiÓD adoptada por la Conferencia, a la que asistieron 86 países del movimiento no alineado. En esta resolución labre Sudáfrica la Conferencia "DeplOrtl enélrit"llmente la constante colaboración polí-
tica, económica, militar y de otro tipo prestada por una serie de Potencias occidentale~, así como por otros países, en particular Israel, al régimen sudafdcano"4. 63. La Conferencia seftaló nuevamente ~ la atenc¡ióa del mundo el peUlro de esta conspiración en su resoluci6n sobre el Oriente Medio, en la que
"OJndena b complicidad entre Israel y Sudáfrica, confirmada por la lemejanza de sus político de agresión y de racismo y por su cooperación en todos 101 t~rrenos a fin de poner en pelilro la "IUridad y la ind'l'Cndencia de los paflelafricanol y árabel"s. 64. El Seminario internacional sobre la erradicación del IIlJ11rtllt'id, celebrado en La Habana en mayo de este mismo
afto, lleló aja. mimw conclusiones. Después de un detenido estudio, el Seminario deaunci6 la creciente cooperación económica, militar y política entre el régimen racista de SOO'frica e Israel. También denunció las prácticu racista y la discriminaci6n racial aplicado por los Gobierno! de Sudífrica, Rhodesia e llrael y Ieftal6 a la atenci6n de la comunidad internacional que "sta cooperación y colaboraci6n entre los trel reaímenel seria de muy graves consecuencias para la humanidad. 65. En pocal Pllabral, hay daras pruebl" de una creciente cooperación entre ti résimen raci~ta de Sudáfrica y .u contraparte en Im"l. Además, los d.culos internacionales han confirmado la necesidad de estar alerta ante los peligro. de elta cooperación. A la comunidad internacional no le quede otro camino que adoptar medidas efectivas conducentes a l. eliminación de esta amenaza, lo cual no se Joararí a menos que 101 pueblos de Sudáfrica y de Palestina puedan ver restauradOl SUS derechos inalienable. en sus proprial patrias Yponpn fin a la ocupaci6n extranjera en el sur y en el extremo norte del continente africano, aí como en todas lal tierra árabel ocupadas. ;; V. . .1 do:unwato A/31/196, ItltXO, rttoluci6n CM/RIS. 476 (XXVII). 4 V.... tI 4ocumento A/31/197. IMXO IV, relOluc:i6n NAC/ CONI:.5/S/ftf.S.l. 51Wt1.• ....cIón NAC/CONF.5/SlRES.I.
-3 de
823
~sde
ploró Israel ,ados ,s, en cupalemás ~
los
ia en
cada los a que 'SIdo , a la ). En r~
poliruna dses, del lción
11
frica, ión y lOS
a
:iade 1
del
lÍSmo
un JOpelcista
~
:tiCQ
,bier»0 de laboraves lente y IU
nalel ipos 10 le lndu-
se
10 ~stina
1 SUI
en el :amo l/Rt.. NAC/
824
Asamblea General - Trigésimo primer período de lelionea - Selionea Plenariu
66. Nuestra objeción al crimen del apartheid tal como se le practica en Sudáfrica y nuestra negativa a reconot;er los supuestos bantustanes no sólc se explica por nueetra creencia de que este crimen del apartheid es odioso, sino que también se debe a nuestro convencimiento en que la continuación del régimen racista en Sudáfrica constituye una amenaza continua contra el continente africano y, en consecuencia, contra toda la comunidad internacional. Y esto es así porque la paz es indivisible y porque las fuerzas racistas del mundo de hoy trabajan en común contra los deseos y volmltades de los pueblos y viven de la violación de los derechos y del pillaje de los recursos de esos pueblos. A lUenes que se obligue a estos resímenes a abandonar sus prácticas racistas y devolver sus derer.hos a 5US legítimos titulares, no podremos esperar que la justicia y la paz reinen en nuestra comunidad internacional. No obstante haber sido larga y ardua nuestra senda y de todos lo~ sacrificios hechos por el pueblo de Sudáfrica, de ninguna manera un régimen racista basado en la fuerza ha de sentirse seguro de mantenerse en el poder, a menos que atienda a los deseos del pueblo y abandone sus prácticas r~cistas y restituya los derechos y recursos a sus propietarios legítimos. 67. Egipto denuncia y condena toda fonna de discriminación racial y a la vez se ha comprometido a dar toda la ayuda y asistencia posibles al pueblo de Sudáfrica, y en la mayor medida posible para poder aunar su legítima lucha armada y reafirmar la legitimidad de sus movimientos de liberación nacional. Egipto, pues, apoya :':nteramente a las naciones hermanas que están en la línea de vanguardia para enfrentarse con la política racista en nuestro continente. 68. Una vez más destacamos la necesidad de acelerar la
adopción de medidas eficaces y positivas para ~liminar los regímenes racistas y de dar aplicación práctica a todas las resoluciones de las Naciones Unidas. También exigimos que se dé compensación por las pérdidas en vidas y las pérdidas materiales que han resultado de la guerra de agresión librada por estos regímenes. Instamos asimismo a que se hagan esiuerzos internacionales concertados para gf1rantizar 01 respeto a las resoluciones de nuestros organismos internacionales y para respaldar la lucha del pueblo de Sudáfrica por todos los medios y la lucha de todos los pueblos que todavía sufren el yugo del colonialismo, la ocupación de sus tierras y la usurpación de sus derechos. Estimamos que la ampliación de esta ayuda ha pasado a ser un asunto de urgencia para la comunidad internacional porque la continuación de condiciones internacionales injustas es una amenaza a la paz y la seguriüad internacionales en general. Egipto da su más pleno apoyo a todas las propuestas mencionadas en las recomendaciones del Comité Especial contra el Apartheid [véase A13}122/, especialmente las relativas al Nconocimiento de los derechos del oprimido pueblo sudafricano a recurrir a la lucha amlada y la legitimidad de su lucha por recuperar su inalienable derecho a la libre detenninación. Además, es preciso intensificar los esfuerzos internacionales para que no haya más tratos con Sudáfrica, seao ellos de índole militar, cultu,";ll, política o económica. Atribuimos espe(:ial importancia a la proposición del Comité de que se dé toda la ayuda posible a los movimientos de liberación en Sudáfrica, y a la necesidad de aumentar la capacidad defensiva de las naciones hermana. que están en la primera línea. También esperamos la recomendación del Comité de celebrar una conferencia internacional en 1977 para adoptar medidas internacionales
para poner en práctica el programa de acción adoptado en el Seminario Internacional para la erradicación del apartheid, celebrado en La Habana en mayo de 1976, así como la aplicación de las resoluciones que adopte la Asamblea General durante tU actwll período de sesiones a ese respecto. 69. Egipto, a la luz de su experiencia nacional, piensa que ya ha llegado el momenlo de aooptar todas las medidas internacionales necesarias~ incluyendo la aplicación de las disposiciones del Capítulo VII de la Carta, para que los regímenes racistas puedan volver a su sano juicio, abandonen sus políticas y traten de comprender los acontecimientos antes de que éstos los arrollen. Entonces nuestiO mundo podrá tener la seguridad de conseguir la paz y podrá seguir adelante con el logro de otros beneficios y de mayores v!ctorias para una humanidad libre del odio y la maldad.
70. Sr. RABETAFICA (Madagascar) (interpretación del francés): La !1roclamacióJl del 26 de octubre de 1976 del llamado Estado independiente del Transkei confiere a nuestro debate una urgencia muy especial, pues la consagración de este bantustán, expresión extrema y coronamiento de la política de apartheid, demuestra la insufi'.:ienc!a de las medidas que hemos adoptado y el carácter ambiguo de nuestras reacciones colectivas. No pod,>mos permitir que Sudáfrica vaya de un desafío al otro pues la tarea de las Naciones Unidas, como Organización encargada de proteger los derechos de los pueblos sometidos a la dominación y a la opresión extranjeras, y encargada sobre todo de proteger la unidad de los pueblos y la integridad territorial de sus países, toma desde ahora una nueva dimensión.
1)
71. Tratándose del propio Transkei, la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA ya adoptó, en su 13° período de SClsiones celebrado en Mduricio, la decisión de no reconocerlo y de negarle todo tipo de coope~"ación o de colaboraci6n. Renovamos aquí los compromisos adoptados en esta ma teria. ' 72. La preocupación por darle la mayor repercusión
posible a las protestas que hacemos oír l'O¡r la creación de esta nue1!a entidad es por cierto un elemento de la decisión del grupo africano de traer este debate a la Asamblea General más bien que a la Comisión Política Especial. A esta preocupación debe agregarse la de celebrar un debate responsable sobre cómo ha de resolverse un problema que preocupa a nue"tra Organizaci6n desde su fundación, y al cual los acontecimientos recientes han dado una nueva agudez. Hablo de las manifestaciones que han tenido por escena a Soweto y otros centros urbanos sudafricanos y que han provocado una represión asesina que deja pequeftos los horrores de 101 acontecimientos de Sharpeville. Qui.....o hablar también de las diversas negociaciones sobre Rhodesia y Namibia, que si bien no están directamente incluidas en e.te debate, no son menol pertinentes p"rque el futuro de estos dos Paíteit y la paz, la se¡uridad y la libertad de .u. ciudadanos dependerán de c6mo evolucione la situación en Sudáfrica. 73. La opini6n púbJica internacional toma cada vez más rn
consideración la ursente necesid~d de ponerle fin a la trasedia que eltá viviendo lá población no blanca de
'i
825
461. lesión - 28 de octubre de 1916
Sudáfric8 t y espera de nuestra Organización que hagamos prevalecer en ese país la norma de la moral internacional y los principios enunciados tanto en la Calta de las Naciones Unidas como en la Declaración Universal de Derl::cho', Humanos. Se trata de saber, entonces, si podremos responder a esta esperanza, donde se ve la impaciencia y la inquietud justificadas por nuestra incapacidad de ir más allá de una unanimidad de fachada sobre la condena de la política de apartheid.
tado en 1 apartIÍ como ~amblea
a ese I,
nsa que nedidas , de las que los 1, abanacontenuestiO V podrá s y de lio y la
'€
I
~
li
:1
•
75. La dificultad que hoy en día obstaculiza el camino de nuestro progreso se debe sobre todo al análisis distinto que hacemos los unos y los oteos de la realidad misma. Más bien que de los hechos mismos, de lo que se trata es de opin,ones subjetivas, de hipocresía, de mala fe y de errores de juicio, que afectan tal análisis.
(ón del
n6 del
fiere a consar coro, insufi:aráctcr )dl'mos pues la cargada os a la a sobre egridad nueva
:i
más~n 11 a la
lca de
.31-
81. El mérito de esta resolución radica en que traduce perfectamente bien la pregunta que siempre nos hemos hecho, t:s dacir, ¿a quién le corresponde el poder político en Sudáfrica? El decadente régimen que ha perdido su legit:midad, como otros antes que él la han perdido, no podría pretender esto. Debe entonces ser reemplazado por un gobierno que represente a la mayoría y que encarrle una conciencia poHtica más adelantada. 82. Mi delegación, por su parte, piensa que las premisas
revolucionarias planteadas por esta resolución deben ser confirmadas durante el período de sesiones en curso y nuestra unidad debP- reforzarse alrededor de esta base, que es la única que puede dar a nuestros actos futuros mayor fuerza t lógica y claridad.
"
76. ¿Qué se podría decir, por ejemplo; cuando ciertas
Potencias insistieron durante el vigésimo noveno período de sesiones en que se aceptaran las credenciales del régimen africano, en tanto ~ue, de acuerdo con los criterios de su propia forma de democracia, este régimen no podía pretender una representatividad, pues sólo debía su exis· tencia al electorado de origen únicamente europeo? l'
le Jefes su 13° sión de in o de .ptados rcusión ~ión de ecisión amblea cia!. A debate na que in, y al nueva do por syque nos los QUi"'''o lodesia idas en ,uro de de sus :ión en
74. Esta incapacidad no se debe únicamerlte a la existenciO'\ de un obstáculo constitucional que resulta de la posibilidad dada al Consejo d~ Seguridad de hacer CítSO omiso de la voluntad claramente expresada por la mayoría. En otros momentos, y en otras circunstan\:ias, este obstáculo ha sido soslayado y nn hay razón para creer que no lo será nuevamente.
casos, sólo podda ser considerada como una autoridad de lacto. He aquí el significado que le damos al párrai'l> 6 de la resolt Jn 3411 G (XXX), en que se reafirma que "el régimed racista de Sudáfrica es ilegítimo y no tiene derecho a representar al pueblo de Sudáfrica". En el mismo párrafo se afirma que ulos movimientos de liberación nacional son l.Js auténticos representantes de la inmensa mayoría del pueblo sudafricano".
•
~17. ¿Qué décir, entonces t cuando las mismas Potencias, en nombre de princi~íos falsamente universalistas, han hecho todo lo posible por mantener en el seno de nuestra Organización un régimen condenado, no solamente por sus prácticas discriminatlJ~'ias y represivas, sino también por la agresión repetida en contra ":e los países africanos v~cinos, un régim~n que ha perdido así todo dere;cho a consideración alguna, pues está actuando al margen de nuestra Carta y aUla de nuestra Organización?
78. Es difícil para nOSOLr~ evitar la conclusión de que las gestiones de que acabo d~ hablar estén destinadas a otra cosa que a manteue.' la ficción de una legitimidad y una honorabilidad del régimen sudafricano. Pero, ¿cómo es posible que se pretenda darle legitimidad alguna a un régimen que basa su existenci& y justifica su finalicáad política con el racismo, que revela su oscurantismo profesando la ideología de la superioridad racial, que desprp.cia la dignidad humana de la mayoría no blanca, que, para mantenerse en el poder, recurre sistemáticamente al terror t a la supresión de las libertades fundamentales, a la tortura t a los arrestos y a las detenciones arbitrarias?
79. Tales son los rasgos que relacionan este régimen con el fascismo y el racismo, cuyas tendencias imperialistas como
.,
parte. La aventura de Angola está demasiado fresca en nuestra memoria para poder olvidar tal cOJa.
1I
1'1
I
SO. El régimen fascista de Pretoria no tiene más derecho a la existencia que sus prfldecesores eUlopeos, contra los que también hemos luchf1do. Esta "contrademocracia" no puede tener existencia legal alguna, y, en el mejor eJe los
83. Durante demasiado tiempo, las actividades de nuestra Organización se han visto enfrentadas con todo tipo de trabas impuestas por los d,~fensores dr cierta civilización incubando los gérmenes del apartheid y que no vaciló en lanzarse a las empresas colonialistas basadas sobre la esclavitud, el racismo y el afán de lucro. No tImemos el derecho de permitir que tales influencias se opongan por mayor tiempo al deseo de la mayoría de llevar a su final lógico la obra emprendida ero materia de descolonízación. Tampoco tenemos el derecho de defraudar la esperanza depositada ~n nuestra Organización p~r la población no bl:dica de Sudáfrica. 84. Nuestra primera obligación es rechazar el criterio que ha prevalecido hasta ahora en nuestros trabajos y que ha demostrado ser totalmente incompleto e inadecuado para terminar con los problemas que se plantean. Este criterio, que pretende limitar el debate a la única necesidad de restablecer los derechos humanitarios de la población del caso, se basa en las siguientes ideas: en primer lugar, la prosperidad de la economía sudafricana debe ser protegid~ en todos los aspectos t puen de ella depende el progreso económico y social de la mayoría no blanca; en segundo lugar, para el mantenimiento y el robustecimiento de esta prosperidad hay que inducir al régimen de Pretoria paulatinamente a suavizar el sistema de apartheid si no lo abandona inmediatamente; en tercer lugar, si ha de haber en Sudáfrica un cambio favorable para la mayoría no bl~ncat la transición sólo debe hacerse en forma gradual y ordenada. 85. Naturalmente, no podríamos darnos por $3tisn~chos con tal análi~is que, en primer lugar, deja de lado el hecho, de que el apartheid fue creado precisamente para impedir que sus víctimas pudiesen florecer económica o social· mente, pues todos tos naipes estaban marcados para que esto jtmás sucediera. Este análiJis deja de lado también el hecho de que las reivindicaciones de la mayoría revisten un carácter de tal urgencia que no se puede pensar en contar con una hipotética evolución favorable que, en el mejor de los casos, se hará según las condiciones aceptables para el
,i
-.r.-......
2. . . . . .
I~
•
I
_1
--
826
Asamblea General - Trigésimo primer período de sesiones -Sesiones Plenarias
régimen racista ilegítimo; este análisis entraña, finalmente, que al darle su derecho a la mayoría africana la minoría racista no tendrá por qué renunciar, ni a su Jnfluencia política, ni a las riquezas, ni a las tierras que ha usurpado. 86. El enfoque que nosotros sugerimos resulta en primer lugar de la comprobación que hemos hecho de la índole ilegítima del régimen de Pretoria. Este enfoque surge de las exigenr,ias de la lucha para restablecer la legitimidad en Sudáfrica y para instalar la autoridad en manos de la mayoría, cuyas justas reivindicaciones hemos apoyado siempre. También atiende a la preocupación de poner fin a la injusticia, la opresión y la esclavitud directa o indirecta del·< hombre africano bajo los intereses imperialistas y capitalistas. También atiende a la necesidad de devolver a la mayoría no blanca la responsabilidad de su propio destino político y económico para restaurar así la dignidad humana de los que sólo han conocido atropellos y humillaciones a manos de los racistas. 87. El enfoque cuyas líneas principales acabo de exponer sigue la siguiente secuencia: la necesidad de proscribir a las autoridades de lacto de Pretoria; la necesidad de debilitar a estas autoridades hasta el rigor extremo permitido por nuestra Carta, si es que no se las puede destruir; la necesidad de ayudar a sus adversarios -los representantes auténticos del pueblo sudafricano agrupados en los movimientos de liberación - y la necesidad de preparar a estos últimos para que asuman el poder. 88. La proscripción de las autoridades de lacto de Pretoria, el retiro del reconocimiento de que disfrutan actualmente y el derivar de ello todas las consecw~ncias que el derecho internacional señala sería muy sencillo si sólo se tratase de tomar en cuenta las bases políticas de esta entidad, la esencia de sus facultades y la utilización que les da. El asunto es menos fácil para las Potencias imperialistas, históricamente incapa