Moneta, otro nombre para el caso Ciccone

años 90 busca resolver un desafío mayúsculo en el escándalo: quién está detrás de The Old Fund. Quien se presenta como “accionista contro- lante”, Guillermo ...
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POLITICA

Lunes 16 de julio de 2012

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SOSPECHAS DE CORRUPCION s EN BUSCA DE UN NUEVO ACCIONISTA PARA THE OLD FUND

Moneta, otro nombre para el caso Ciccone Continuación de la Pág. 1, Col. 5 se habría presentado para informar que había aportado esos fondos reportados. Moneta se convertiría así en el último eslabón detrás de la empresa que imprimirá $ 41.000 millones en billetes de 100 pesos y que ya acumula múltiples zonas grises. Desde un supuesto testaferro del vicepresidente Amado Boudou y un fondo holandés disuelto desde febrero hasta una sociedad uruguaya con acciones al portador y un prófugo de la justicia de Estados Unidos (ver información aparte). LA NACION intentó ayer comunicarse con Moneta, pero no logró dar con el empresario. La irrupción de uno de los banqueros más controversiales de los años 90 busca resolver un desafío mayúsculo en el escándalo: quién está detrás de The Old Fund. Quien se presenta como “accionista controlante”, Guillermo Reinwick, yerno de Nicolás Ciccone, sostuvo que en plena debacle de la empresa de su suegro se abocó a “conseguir, con la ayuda invalorable de [sus] amigos, socios y allegados comerciales, los recursos económicos, financieros y profesionales para recuperar la empresa”. Pero jamás informó los nombres de los financistas, a pesar de los repetidos pedidos del juez y del síndico de la quiebra, al igual que del juez y del fiscal penal que investigan a Boudou. La larga búsqueda de empresarios para que aceptaran figurar como financistas incluyó una larga lista de nombres. Además del propio Brito, abarcó a, entre otros, Eduardo Eurnekian (Corporación América), Ernesto Gutiérrez (Aeropuertos Argentina 2000), Daniel Vila (grupo Vila-Manzano) y Claudio Belocopitt (Swiss Medical Group). Pero todos, según dejaron trascender, rechazaron el convite. Brito también procuró distanciarse del escándalo del “caso Ciccone”. El Macro no sólo envió un reporte a la unidad antilavado y se desligó del rol de Moneta, sino que se despegó de Máximo Lanusse, que pasó de ser uno de los máximos ejecutivos del banco a asumir como número dos de Alejandro Vandenbroele en la ex Ciccone, ahora Compañía de Valores Sudamericana. “Lanusse ya no trabajaba en el Macro cuando se fue a Ciccone”, indicaron muy cerca de Brito ante la consulta de LA NACION. “Es más: no se fue del banco en buenos términos.” Y para disipar las dudas, insistieron: “Ni siquiera se fue voluntariamente”. Esa versión contradice, no obstante, lo que “Macho” Lanusse, tal su apodo, cuenta a sus amigos. “Yo laburo para Jorge [por Brito] y estoy jugado como para irme.” Del mismo modo que corrió la voz de que Brito habría convocado a Moneta para que pusiera la cara. Acaso con los 100 millones que habría cobrado con la venta de un área petrolera. La sociedad utilizada por Moneta para irrumpir en el “caso Ciccone”, Maxifarm, acumula más de una década bajo el foco público, en situaciones controversiales. En diciembre de 2006, junto a otra firma del ex banquero, Federalia, y una de Brito, Sud Inversiones, integró el Fideicomiso República, con el que recuperó el emblemático Edificio República en un remate, por US$ 56,2 millones. Un año y medio después, Maxifarm volvió a rondar entre Moneta y Brito. Fue a través del Fideicomiso Financiero Tucumán, que vino a cobrar la deuda del anterior Fideicomiso República. En julio de 2010 Maxifarm concentró la ofensiva de Matías Garfunkel, el heredero del ex dueño del Banco del Buen Ayre. Tras un cortocircuito con su socio Moneta –ya con intereses en varios medios, incluyendo Radio 10, Mega y las revistas El Guardián y El Federal, entre otros–, Garfunkel le escribió a Brito que tenía “indicios de un manejo irregular de los fondos” en la cuenta de Maxifarm en el Macro, en la que el heredero dijo haber aportado casi US$ 26 millones.

El empresario que siempre estuvo cerca del poder

Los nexos de la operación

Con los medios, Moneta se alió al kirchnerismo JORGE BRITO

ALEJANDRO VANDENBROELE

RAUL MONETA

Es amigo de Moneta y habría sido quien acercó al ex banquero al negocio. Sin embargo después se despegó de la operación.

Es quien controla hoy la ex Ciccone. Nunca pudo explicar el origen de los fondos con los que se mantiene activa la imprenta.

El ex banquero, que creció durante el menemismo, sería quien aparecería como aportante de parte de los $ 50 millones que permitieron mantener operativa a la ex Ciccone durante el último año y medio.

PRESIDENTE DEL BANCO MACRO

DIRECTIVO DE THE OLD FUND

NUEVO ACCIONISTA DE THE OLD FUND

Los turbios controlantes de la imprenta TIERRAS INTERNATIONAL INVESTMENTS

Es un fondo holandés que ya no opera más y que fue disuelto y dado de baja en el Registro de Comercio.

DUSBEL SA

Es una firma uruguaya que se encuentra investigada por el Banco Central oriental. No está registrada en la Argentina.

SERGIO GUSTAVO MARTINEZ

Es un prófugo de la justicia de Estados Unidos. Estuvo detenido en ese país por estafas con tarjetas de crédito.

Algunas cifras del negocio

$

50

millones

$ 41.000

70

Es la cantidad de dinero, en billetes de $ 100, que se debe imprimir.

Es la parte de la ex Ciccone que controla la misteriosa The Old Fund.

millones

Son los que intentan justificar para explicar la operatoria de la imprenta.

por ciento

Tras la feria judicial, se reactivarán todas las causas contra Boudou El juez y el fiscal ya tienen listas medidas en las causas por la ex Ciccone y por enriquecimiento HERNAN CAPPIELLO LA NACION La feria judicial de invierno tendrá durante dos semanas congelada la causa en la que se investiga al vicepresidente Amado Boudou por supuestas negociaciones incompatibles con su función. No obstante ello, cuando se reanude la actividad en tribunales cobrará un nuevo impulso con nuevas denuncias y con declaraciones de supuestos testaferros que aparecieron relacionados con sociedades ligadas a los dueños de la ex Ciccone Calcográfica. De hecho, el juez federal Ariel Lijo citó al jubilado que aparece como apoderado del fondo de inversión holandés Tierras International Investments, dueño de The Old Fund, la empresa que sacó a Ciccone de la quiebra. Es Carlos “Piluso” Schneider , que vive en Longchamps y dijo a LA NACION que “prestó” su nombre por 200 pesos. Otro de los testigos es Alejandro Antonio Martí. Su dirección es la de una empresa creada por Alejandro Vandenbroele, director de la nueva Ciccone, y por Fabián Carosso Donatiello, que figura como inquilino del departamento de Amado Boudou en Puerto Madero, a pesar de que vive y trabaja en Madrid. Martí dijo que no sabe nada de este enredo. En ese departamento de Boudou allanado se encontraron evidencias de que Vandenbroele pagaba las expensas y los gastos. El otro testigo citado por Lijo es

TELAM

Boudou en una recorrida por territorio bonaerense, la semana pasada

Dos Lanusse y una insólita coincidencia A los 67 años, Carlos Eduardo Lanusse dice no recordar con precisión si Maxifarm SA, la sociedad que constituyó en 1998, se la vendió a Raúl Moneta. Lo que sí tiene claro es que hace 10 años que no tiene “nada que ver” con esa firma. Y aclara que aunque comparte el apellido y el “Eduardo” como segundo nombre, no es pariente directo del número dos de la nueva Ciccone, Máximo Eduardo Lanusse, 29 años menor que él. “No tengo claro si es pariente, pero supongo que debe serlo porque todos venimos de la misma familia. ¿Es vicepresidente de Ciccone? Pues me interesa que se conozca bien qué pasó con eso”, remarcó a LA NACION.

Indagan a un secretario del vicepresidente Es su amigo Eduardo Romano; compareció en Mar del Plata por supuesto cobro ilícito de subsidios Más problemas para el vicepresidente Amado Boudou. O, en rigor, para su entorno directo. Su secretario privado y fiel amigo desde la adolescencia, Eduardo Romano, fue indagado a fines de junio en Mar del Plata como apoderado de una firma pesquera “de escritorio”, acusada de cobrar subsidios fiscales de manera ilícita. Romano fue indagado por el juez federal Alejandro Castellanos dentro del expediente “Cooperativa La Sirenita”, nombre de otra de las firmas investigadas, aunque el ex compañero de colegio del vicepresidente quedó bajo la lupa judicial por su rol en la firma Latinfish SA, junto al presidente de la pesquera, Carlos Yakin; la vicepresidenta, Angelines López, y el otro apoderado, Jorge Raúl Escudero.

La Sirenita –que indicó un domicilio falso–, Latinfish y una tercera firma bajo sospecha, Cavimar, comenzaron a informar ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) supuestas operaciones comerciales celebradas entre estas firmas, para luego solicitar reintegros de créditos fiscales por el impuesto al valor agregado (IVA). Así habrían generaron un presunto perjuicio fiscal de casi medio millón de pesos en uno sólo de los años bajo sospecha, según reveló el semanario marplatense Noticias & Protagonistas.

Seis años de prisión Romano estuvo cerca, sin embargo, de ser beneficiado con la prescripción de la acción penal, luego de que el Congreso actuali-

Las empresas informaron a la AFIP sobre operaciones comerciales para solicitar reintegros zara y elevara los mínimos por los que la evasión tributaria pasa a ser investigada por la Justicia como delito. Pero una de las últimas órdenes impartidas por el procurador general Esteban Righi a través de la resolución 5/2012 forzó a todos los fiscales a apelar los eventuales sobreseimientos e impulsar las investigaciones. Así, a pedido del fiscal federal

Claudio Kishimoto, “Cachi” Romano fue indagado por la presunta comisión de un delito que conlleva, de probarse, un máximo de seis años de prisión. Sin embargo, el colaborador de Boudou confía en que el juez Castellanos y la Cámara Federal con sede en Mar del Plata mantengan su posición y terminen por dictar su sobreseimiento. Mientras tanto, el vínculo de Romano con el entorno del vicepresidente va más allá de lo afectivo. Su hija está de novia con Mariano Martínez, uno de los firmantes de la sociedad Beaver Cheek junto a su tío Sergio Martínez, el prófugo de la justicia de Estados Unidos que figuró como accionista minoritario de The Old Fund, la controlante de la ex Ciccone.

Eduardo Alberto Razzetti, primer presidente y director titular de The Old Fund entre 2008 y 2009, cuando cedió su lugar a Vandenbroele. Razzetti también figura en la causa contra Boudou por enriquecimiento ilícito. El último testigo citado por el juez es el contador Martín Stolkiner, síndico del concurso de acreedores de Ciccone. La sindicatura había pedido acceder a los libros de los nuevos dueños, y así se supo que había recibido un aporte de capital de 50 millones de pesos, aunque se desconoce quiénes son sus dueños. Las declaraciones se tomarán en la semana del 30 del actual, cuando se reanudará la actividad en tribunales. Además, el fiscal Jorge Di Lello deberá resolver sobre dos nuevas denuncias relacionadas con el caso y si corresponde agregarlas a la causa en marcha. En una de estas denuncias está acusado Ricardo Echegaray, director de la AFIP, y Rafael Resnick Brenner, ex jefe de asesores del organismo. Se investiga la manera en que se le otorgó a la empresa un plan de facilidades para saldar sus deudas, luego de que en un principio se había pedido su quiebra. Mientras tanto, siguen llegando al juzgado informes de bancos y del registro de las propiedades inmueble, automotor, de barcos y aviones para rastrear los bienes de Boudou y sus familiares investigados por enriquecimiento ilícito.

Fue el 20 de octubre de 2003. Néstor Kirchner llevaba menos de seis meses en el poder y, en la basílica de Luján, Raúl Moneta lo perseguía sin el menor disimulo para conseguir una foto con él. Mientras tanto, los secretarios del nuevo presidente hacían malabares para evitar la imagen de su jefe pegado al banquero más emblemático del menemismo, el hombre que había sido investigado por lavado de dinero por el Senado estadounidense y había estado prófugo de la justicia argentina. Moneta nunca consiguió aquella foto, pero los años pasaron y el kirchnerismo ya no le huye. Hace tres semanas, el ex banquero y empresario de medios recibió en su estancia de Luján al primer ministro de China, Wen Jiabao, con un programa gauchesco del que participaron buena parte de la cúpula del empresariado argentino; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar. Hubo un gigantesco asado de Francis Mallmann, buen vino y el espectáculo de caballos de la Escuela de Arte Ecuestre del dueño de casa. Es una escena que Moneta tiene bien ensayada. En los noventa, en esa estancia Carlos Menem agasajó a varios líderes internacionales. En aquellos tiempos, fotos sobraban: Moneta, que hasta participó de reuniones de gabinete, estuvo al lado de su amigo el presidente cuando Bill Clinton, Jaques Chirac y Felipe González visitaron la Argentina. Era antes de que la Justicia ordenara su captura por el vaciamiento del Banco de Mendoza y de que lo investigaran por lavado de dinero. Moneta era socio del Citibank y de Telefónica. El banquero, que había empezado con una modesta financiera, apuntó después a los medios de comunicación. Asociado con Matías Garfunkel, en enero de 2010 compró FM Rock & Pop, Metro y Blue, y la AM Splendid. Antes, había sido dueño de Radio Belgrano y de varias revistas. Este año, dos de sus publicaciones recibieron un notorio incremento de publicidad oficial: en el primer cuatrimestre de 2012, el semanario Infocampo y la revista El Federal facturaron por avisos oficiales 2,2 millones de pesos, más del doble que el año pasado, según un informe de la única consultora privada que monitorea sistemáticamente la evolución del mercado publicitario.

Relación conflictiva La sociedad con Garfunkel fue conflictiva. Este lo acusó a Moneta de haberlo estafado con la compra de las radios y le reclama 40 millones de dólares. Como consecuencia de esa denuncia, el fiscal Diego Pérez pidió la indagatoria del ex banquero. Pero sus actuales problemas con la Justicia no se limitan a ese caso. El año pasado, la Cámara Federal confirmó el procesamiento de Moneta por haber intentado extorsionar a los antiguos accionistas de Cablevisión, los grupos HMTF y VLG, para que le pagaran 40 millones de dólares y le cedieran parte de las acciones de la compañía. De acuerdo con la causa, Moneta amenazaba, si no conseguía lo que buscaba, con una batalla judicial y una férrea campaña de difamación mediática.