El otro yode

22 may. 2010 - Blur ni la música africana que tanto lo iluminó en la última década. Plastic Beach es el tercer álbum de la banda virtual que. Albarn creó hace ...
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Espectáculos

Página 2/LA NACION

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Sábado 22 de mayo de 2010

Caras y caretas Los Beatles, como la banda de los corazones solitarios; el MacPhisto de Bono y Cassandra Lange, álter ego con el que Charly cantaba covers por los bares

otro yo

El de los rockeros Continuación de la Pág. 1, Col. 1 un ente liberador y la cultura pop, desde su nacimiento, ha encontrado allí una fuente de inspiración sin fin. De todo tipo: de aquella noche de 1972 en que David Bowie se presentó como Ziggy Stardust –la estrella de rock extraterrestre que dominaría al mundo pop– al Richie Silver con el que Rubén Rada inició su carrera y más de cuarenta años después resucitó en 2006; del Cassandra Lange que le permitió a Charly García salir de bares a tocar covers de los Beatles al MacPhisto de cuernitos diabólicos y traje dorado de Bono en épocas del ZooTV. “Me convertí en Ziggy Stardust y David Bowie desapareció por completo. Había encontrado a mi personaje, a mi héroe. Dejé que las cosas llegaran a tal nivel en mi vida que me afectaron dramática y traumáticamente durante varios años. La gente terminó de convencerme de que era un mesías: en los reportajes solía usar frases de James Dean o Nietzsche.” Sí, el juego puede llegar lejos cuando el concepto atrapa a la obra completa –allí está el cíclico ascenso y caída del álter ego Say No More para confirmarlo–. Pero también ha servido para reinstalar la atención mediática sobre un artista o enrolarse en una campaña de marketing con garantía de éxito. Los últimos años ofrecieron un extenso listado de dobles de cuerpo: Sasha Fierce –el efímero otro yo que Beyoncé creó para mos-

trarse más sensual y agresiva en su último álbum–, Mimi –segunda, tercera o cuarta personalidad de Mariah Carey, que en 2006 editó el álbum The Emancipation of Mimi–, Mona Lisa –la versión bocasucia y mala onda de Britney Spears– o Maddie, la careta punk, con peluca incluida, que Norah Jones utiliza para divertirse en su grupo El Madmo. “Escribimos lo que queremos, sin importar lo chiquilín o tonto que suene. Allí tengo la libertad de probar algo sin que la gente se vuelva loca alrededor”, dice la multipremiada y exitosa cantante de jazz y pop Norah Jones. Para Boom Boom Kid –el hombre de las mil caras de la escena punkrock local, también conocido como Nekro, Miss Muerte o Il Carlo, según el momento creativo en el que se ubique– los distintos personajes le han servido para no tomarse demasiado en serio: “Trato de reírme de mí mismo, de mis cosas, del ego que uno tiene cuando canta”. El caso de Rubén Albarrán, desbordado cantante del grupo mexicano Café Tacuba, es para Guinness: Pinche Juan, Sizu Yantra, Chespirito, Cosme, Anónimo Intransigente e Intolerante, Massiossare, Nrü, Amparo Tonto Medardo In La’ Kech (AT Medardo ILK), G-3, Gallo Gasss, Elfego Buendía, Rita Cantalagua, Ixaya Mazatzin Tleyotl, Ixxi Xoo y Cone Cahuitl son solo algunos de los nombres que utilizó en veinte años de carrera. “Fue un juego que empezó cuando nosotros aún ni

siquiera teníamos un primer disco, en 1989. Cantábamos, por entonces, una canción que se llama «Pinche Juan» y hubo quienes pensaron que así me llamaba. Allí surgió la idea y fui cambiando de nombre en cada disco. No sé si es un juego medio esquizofrénico, pero está bien. Y me he dado cuenta, con el tiempo, de que esos nombres se relacionan con lo que viví mientras los utilicé.” El rapero Marshall Mathers y sus dos alias: Eminem y Slim Shady; Prince y su impronunciable simbolito; Andy Chango y Capitán Angustia; Bob Dylan y su alter ego productor de sus propios discos, Jack Frost, y hasta los mismísimos Beatles quisieron ser otros cuando

editaron el álbum de la Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. Obra conceptual, diversión, método psicoanalítico o estrategia comercial. Todo vale a la hora de no sentirse tan solo en el abominable mundo pop.

De aquí y allá Rubén Albarrán, el hombre de Tacuba y de los mil nombres; a la izquierda, Bowie como Ziggy

Del pop global al punk rock local Para su último disco, Beyoncé se rebautizó como Sasha Fierce para mostrar su lado más sensual; arriba, el hombre conocido como Boom Boom Kid que también utiliza otros nombres de acuerdo con el momento creativo FOTOS DE ARCHIVO

Unas vacaciones en la playa A diez años de su primer viaje animado, Damon Albarn volvió a armar las valijas de Noodle –su despeinado álter ego que canta en Gorillaz– y voló hacia una isla de plástico de fantasía, sin la necesidad de empacar el retro brit pop de Blur ni la música africana que tanto lo iluminó en la última década. Plastic Beach es el tercer álbum de la banda virtual que Albarn creó hace una década junto a su amigo el dibujante Jamie Hewlett (aunque, en rigor, la discografía de Gorillaz va más allá de sus discos de larga duración e incluya una variada gama de simples, EP, compilaciones y álbumes de remixes). Como en sus obras anteriores, el disco está plagado de participaciones especiales: desde la intro rapeada de Snoop Dog (“no nos conocimos personalmente, solo nos vimos a través de una camarita de Internet”, reveló recientemente el músico británico) hasta la recuperación de Lou Reed como cantante ciento por ciento pop (“Some Kind of Nature”), pasando por los distintos matices sonoros ofrecidos por artistas de la talla de Mos Def, De la Soul, Bobby Womack, los ex The Clash Paul Simonon y Mick Jones y la Orquesta Nacional de música arábiga, entre otros. Así las cosas, Albarn se llevó todas las cintas a su laboratorio secreto y devolvió un álbum impregnado por el pop de los años 80, sin perder frescura ni actualidad y sin dejar de lado el halo experimental que siempre ha rodeado a este proyecto musical.

¿De visita? Por ahora no hay nada confirmado, pero sí fuertes rumores de que Gorillaz participaría de Terra el festival ecológico que se hará en Brasil. De allí entonces, la banda de Albarn y compañía vendría a actuar a la Argentina y a Chile