La frontera de Salta, un corredor por el que entra cada vez más ...

al norte de Rosario. En medio del parque nacional Is-. Atraviesa cinco países y la ausencia de controles facilita, en la Argentina, el tráfico de drogas.
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SEGURIDAD | 25

| Domingo 17 De noviembre De 2013

EL FLAGELO DEL NARCOTRáFICO | consideran grave la situación en orán

La frontera de Salta, un corredor por el que entra cada vez más cocaína desde Bolivia Arrojado desde avionetas, dentro de mercaderías y con caballos sin jinete que cruzan el río, todo vale para el tráfico de la droga; del Norte a Buenos Aires se cuadruplica su valor Viene de tapa

Los contrabandistas intentaron escapar, pero fueron apresados poco después por dos hombres de la Gendarmería cuando intentan cruzar la frontera y regresar a Bolivia. Los dos episodios ocurrieron en las últimas horas en la frontera caliente del narcotráfico. El lugar elegido por las organizaciones narcos para ingresar la cocaína en la Argentina y después distribuirla por el mundo. “Las modalidades que utilizan en la actualidad para pasar la cocaína desde Bolivia a nuestro país son inimaginables. Las bandas planean hasta la metodología más inverosímil”, advirtió a la nacion el presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, Jorge Villada. El camarista fue uno de los firmantes del duro informe sobre la realidad del narcotráfico que se vive hoy en la frontera con Bolivia, que fue utilizado por la Corte Suprema de Justicia para solicitar medidas urgentes al Consejo de la Magistratura y a los ministerios de Justicia y Derechos Humanos y Seguridad de la Nación. Desde cargas que son arrojadas desde avionetas hasta ladrillos de cocaína que son ingresados a caballos, bien ocultos, y que nadie ad-

vierte. También hubo varios casos de jóvenes andinistas contratados por organizaciones narcos para que entren la droga a través de los cerros. Esta metodología fue descubierta cuando se rescató a un par de escaladores que se habían caído y en sus mochilas se descubrió que llevaban droga. “También hubo casos donde los ladrillos de cocaína fueron cargados en caballos que cruzaron el río, desde Bolivia, sin que nadie los montara. Una vez que la droga estaba del lado argentino, los animales se volvieron solos al lado boliviano”, afirmó el juez Villada. Mayor decisión criminal A las autoridades judiciales salteñas no sólo les preocupa las metodologías utilizadas por las bandas narcos, sino el peligro y su creciente poder de fuego. “Tienen una mayor decisión criminal a la hora de operar. Están cada vez más audaces. Antes, cuando eran descubiertos, arrojaban la droga y corrían, ahora aparece gente bien armada”, explicó Villada en su despacho, en la ciudad de Salta. La preocupación sobre el poder de fuego con que operan ahora las bandas narcocriminales en Salta, Tucumán y Jujuy, aumentó cuan-

do en diferentes allanamientos judiciales se secuestraron gran cantidad de armas de guerra y miles de municiones. “En una oportunidad se secuestraron 150.000 proyectiles. No sabemos si el destino era para bandas de narcotraficantes o para organizaciones que lideran el contrabando de otro tipo de mercadería. Pero se trata de una situación que encen-

“Hoy los traficantes están mas audaces y violentos, pues te enfrentan armados” “Se trata de una zona caliente, pero de ninguna manera es una zona liberada” dió la alarma de todos”, dijo Villada. En un procedimiento, recordó el camarista, además de decenas de municiones, se decomisaron ametralladoras. “El narcotráfico está hoy en la frontera. La situación de Orán es grave y, además, Reynoso está so-

lo”, agregó el camarista Villada. El presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta se refería al juez federal Raúl Reynoso, que tiene a su cargo el único juzgado en funciones en la larga frontera caliente de la droga. Por su despacho pasan 22.500 causas, de las cuales 11.200 son penales, la mayoría están ligadas con el tráfico de estupefacientes. En el juzgado federal de San Ramón de la Nueva Orán, el secretario Alejandro Daher afirmó a este enviado: “Se trata de una zona caliente, pero de ninguna manera es una zona liberada”. Son unos 200 kilómetros lineales de frontera con Bolivia, donde el kilogramo de clorhidrato de cocaína cuesta alrededor de 3000 dólares. Una vez que cruza la frontera y la carga ya está en territorio argentino el precio por kilogramo es de 10.000 dólares, y cuando llega a la ciudad de Buenos Aires ese valor se multiplica por cuatro. Otra señal que encendió la alarma de los funcionarios judiciales salteños es la cantidad de ciudadanos colombianos que, en los últimos tres años, se han instalado en la frontera caliente del narcotráfico. “Según datos del Ministerio de Seguridad de la Nación, hay alrededor de 4000 colombianos en las provincias del Noroeste Argentino (NOA) y una situación similar pasa en el Noreste Argentino (NEA)”, sostuvo Villada. Si bien hay investigaciones abiertas en las miles de causas judiciales por tráfico, en los juzgados federales no hay ciudadanos colombianos detenidos como organizadores o jefes de bandas, sí fueron apresados como “mulas”, como sucedió con personas que llegaron de Europa del Este como ciudadanos polacos, búlgaros y rusos. Un experimentado investigador judicial explicó a este enviado: “En la ciudad de Orán, los ciudadanos colombianos tienen un bajo perfil y explican que se dedican a trabajar el mimbre y la madera. Se radican en la frontera caliente del narcotráfico, pero todavía no sabemos bien qué hacen”.ß

Preocupación por los ajustes y asesinatos con el sello narco El año pasado hubo cinco crímenes en tres meses; los jueces refuerzan sus custodias SALTA (De un enviado especial).–El temor de los funcionarios judiciales es que, si no se toman medidas urgentes en la lucha contra el narcotráfico, en la frontera con Bolivia ocurra lo que pasó alguna vez en Colombia y lo que sucede ahora en México: homicidios ejecutados por sicariosyordenadosporjefesnarcos. “Esperemos que nunca lleguemos a ser Colombia o México en cuanto a los homicidios ejecutados por sicarios. Tenemos las herramientas para combatir el narcotráfico”, afirmó a la nacion un funcionario judicial que tiene numerosas investigaciones de narcotráfico a su cargo. La preocupación en Salta llegó a su punto máximo el año pasado, con cinco asesinatos con el sello de la mafia narco. Fueron cinco homicidios en tres meses. Primero, en julio del año pasado, fueron acribillados en una finca de Salvador Mazza, a la vera de la ruta provincial 34, Gonzalo Guzmán y Oscar “Koki” Aráoz. Al doble crimen se lo vinculó con una organización narcocriminal integrada por ciudadanos argentinos y bolivianos. Las víctimas fueron obligadas a arrodillarse antes de ser ejecutadas de un disparo en la nuca. Tres meses después, en la paradisíaca reserva de fauna y flora de Acambuco, a metros de Bolivia, fueron acribillados José Plata, Tomás Horacio López y Juan José Callejas. El triple crimen de Acambuco se trató de un ajuste de cuentas planeado en Bolivia y ejecutado en la Argentina. Hay un solo detenido en la causa. Se trata de César Ortiz,

El juego del gato y el ratón; un camión de la Gendarmería supera a un auto cargado de mercadería en las inmediaciones de Aguas Blancas, Salta

un ciudadano argentino conocido como “El Chaqueño”, que llegará a juicio acusado de ser partícipe necesario de la masacre. Hay otro sospechoso que tiene pedido de captura nacional e internacional. Ortiz, según la investigación del juez de Tartagal Fernando Mariscal Astigueta, sería la persona que entregó a las víctimas. “El triple crimen respondería a un ajuste de cuentas del narcotráfico. Las víctimas se habría dedicado a llevar droga”, según afirmó el juez en la elevación a juicio de la causa. Pero no son sólo los ajustes de cuentas. Según supo este enviado después de una serie de amenazas y advertencias de presuntos grupos narcos, los funcionarios judiciales tomaron medidas de seguridad. Un juez federal que hace viajes constantes entre Tucumán y Jujuy lo hace con una fuerte custodia, como medida preventiva. Además de los miedos y de las advertencias, también hay un debate aquí de si existe un mayor número de causas porque aumentó el narcotráfico o si mejoraron los controles. “Sin duda que hay que mejorar las investigaciones para llegar al fondo de las organizaciones narcocriminales. Muchas veces se secuestra una importante cantidad de cocaína o marihuana, pero no se llega hasta los responsables”, advirtió el titular de la Procuración de Narcocriminalidad, Félix Crous. El funcionario explicó que, después de una auditoría, la Procuración General de la Nación decidió reforzar en dotación la Fiscalía Federal de Orán debido a la cantidad de causas por narcotráfico. “El trabajo creció, no hay dudas. Después deberíamos discutir si la cantidad de expedientes se debió al aumento del narcotráfico o a una mayor eficacia en los controles”.ß

fernando font

El río Paraná, otra de las fronteras permeables Atraviesa cinco países y la ausencia de controles facilita, en la Argentina, el tráfico de drogas Germán De los Santos PARA LA NACION

ROSARIO.– A través de ese “mar oscuro”, como Juan L. Ortiz llamó al Paraná, se exporta el 90 por ciento de la soja que se produce en la Argentina. Pero también esa hidrovía que tiene una extensión de más de 3400 kilómetros y atraviesa cinco países es una frontera líquida, permeable al ingreso como a la exportación de drogas ante la ausencia de controles tanto en los puertos como en la ruta fluvial, como advirtió un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN). La semana pasada, en Asunción del Paraguay, terminó un juicio oral por tráfico de drogas en barca-

zas que tenían como destino final el puerto bonaerense de San Nicolás. Seis tripulantes de un convoy de 16 barcazas intentaron trasladar en abril de 2010 a esa terminal argentina 4181 kilos de marihuana. La droga iba camuflada en los tanques de lastre de dos de las 16 barcazas que remolcaba el barco de bandera paraguaya Julie. El capitán de la embarcación Rafael Vallejos y el contramaestre Sergio Duarte recibieron penas de 20 años, mientras que los cuatro tripulantes deberán estar en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú durante 18 años. En el juicio se desgranó un aceitado mecanismo de aprovisionamiento y traslado de la marihuana a lo largo del río en aguas paraguayas. Se cargaron –según contó el abogado y periodista paraguayo Raúl Ramírez Bogado, que participó del juicio– un total de 213 bolsas en los tanques de lastre. En el departamento San Pedro –una de las zonas donde se

cultiva la marihuana– subieron a la embarcación 113 bultos y, río abajo, en Chaco’i, en el departamento de Presidente Hayes, se completó la carga con otras 100 bolsas, de unos 20 kilogramos cada una. Toda la droga fue camuflada en los tanques de lastre. Para acceder a esos compartimentos es necesario un equipamiento especial porque a la soja se le aplica fosfuro de aluminio, que cuando entra en contacto con el aire libera gases tóxicos. Con la carga completa, el capitán del Julie, Rafael Vallejos, puso proa hacia Humaitá, frente a la provincia de Formosa, pero antes de entrar en el Paraná fue detenido el 27 de abril por agentes paraguayos de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). Dos días después, las fuerzas de seguridad de ese país allanaron otro convoy de la empresa Transbarge Navegación, que era remolcado por el barco John Connor. En los tanques de lastre había 715 kilogramos de

marihuana, que también tenía como destino el puerto de San Nicolás. En lo que se denomina el polo sojero del Gran Rosario hay 16 terminales portuarias asentadas sobre la ribera del Paraná, desde San Nicolás hasta Timbúes. Esta región es la que absorbe parte de la droga que se filtra a través del Paraná. El gobernador santafecino Antonio Bonfatti insistió en que “la mayor cantidad de droga ingresa por la hidrovía”. “La marihuana se arroja al agua en bolsas que quedan flotando en el río y después los narcos las van recolectando”, contó Bonfatti. Uno de los lugares en los que la marihuana aparece flotando en paquetes de más de 20 kilos es Puerto Gaboto, el primer asentamiento europeo sobre tierras argentinas. Allí fue donde los españoles fundaron, en 1527, el fuerte de Sancti Spíritu. La localidad está situada 60 kilómetros al norte de Rosario. En medio del parque nacional Is-

las de Santa Fe, un humedal de 2900 hectáreas, que comparten las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, hay una Toyota Hilux abandonada en la espesura de la isla. Con esa camioneta, los narcos trasladaban los cargamentos que buscaban en lanchas. “La gente que anda en el río sabe que cuando hay una bolsa negra flotando en el río no debe acercarse”, contó a la nacion un pescador de la zona. “Los que esperan esa carga están en las islas y disparan si alguien pretende juntar las bolsas”, apuntó. “Si no hay controles en la hidrovía, no hay política seria que enfrente el narcotráfico en el país. Debe haber controles serios de Aduana y Prefectura Nacional; de lo contrario, la situación se irá agravando”, afirmó el diputado nacional del GEN Fabián Peralta, integrante de la comisión de Control de Narcotráfico de la Cámara baja. El legislador advirtió que presentó media docena de pedidos de in-

formes en el Congreso de la Nación sobre los controles en la hidrovía. Peralta dijo que obtuvo una sola respuesta de parte de la delegación de la Prefectura Nacional de Rosario. En el documento que envió esa fuerza al Parlamento se detalla que para la lucha contra el narcotráfico esa dependencia cuenta con “dos canes adiestrados para la detección de estupefacientes”, que son utilizados “en las recorridas perimetrales en los sectores de estibaje y almacenamiento de contenedores”. “Extraordinariamente se utilizan escáneres móviles de la Dirección de Inteligencia Criminal”, señala el informe de Prefectura. La última estadística que consta en el documento es de 2009: “Se secuestraron 9,1 gramos de marihuana en la zona portuaria de Costa Alta, y hubo tres detenidos que quedaron a disposición del Juzgado Federal Nº 3”. Ése fue el total de droga incautada en un año.ß