Cada vez se hacen más angioplastias por el brazo

23 dic. 2008 - el doctor Francisco De Badiola, subjefe del Servicio de Cirugía Pe- diátrica y jefe de la Sección Urología. Pediátrica del hospital. El paciente ...
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CIENCIA/SALUD

I

Martes 23 de diciembre de 2008

CATETERISMO Y ALGUNOS PACIENTES NO NECESITAN QUEDAR INTERNADOS

Y EN EL HOSPITAL ITALIANO

Y VISION SUBCONSCIENTE

Cada vez se hacen más angioplastias por el brazo Son poco invasivas y presentan menos riesgo de sangrado GENTILEZA HOSPITAL ITALIANO

La intervención se realizó el martes pasado y duró dos horas

Realizan la primera cirugía robótica pediátrica en el país El paciente es un adolescente de 14 años que tenía una malformación urinaria congénita FABIOLA CZUBAJ LA NACION Un adolescente con una obstrucción urinaria de nacimiento se convirtió en el primer paciente pediátrico de nuestro país operado con un robot. La cirugía, realizada hace exactamente una semana en el Hospital Italiano de Buenos Aires, duró dos horas y el paciente retomó sus actividades sin demasiadas limitaciones al día siguiente con sólo cuatro diminutos puntos de sutura. “La cirugía robótica mejora muchísimo la calidad de la operación, con cualquiera de las técnicas usadas en este tipo de patologías. Usar un robot permite mejorar un poquito más la precisión de los movimientos y de la sutura”, explicó el doctor Francisco De Badiola, subjefe del Servicio de Cirugía Pediátrica y jefe de la Sección Urología Pediátrica del hospital. El paciente, de 14 años, tenía una malformación congénita en el aparato urinario que si no se corregía podía dañar gravemente sus riñones. Se trataba de una obstrucción en la porción final de la “tubería” que transporta la orina hasta la vejiga. “La orina se forma en los riñones y es transportada por un sistema de cañerías con forma de embudo, que, al final, tiene un diámetro menor.

En el paciente, ese diámetro era más chico que la medida normal por causas congénitas, lo que hacía que la orina se acumulara excesivamente y podía comprometer el funcionamiento de los riñones”, precisó el especialista. Además de De Badiola, en esta primera intervención robótica pediátrica participaron también los doctores Juan Moldes, del Centro de Incontinencia Urinaria y Fecal Infantil, y el cirujano César Benmaor, becario del Servicio de Urología Pediátrica, que luego de finalizar su entrenamiento en el hospital regresará a trabajar a Misiones. A diferencia de las cirugías “a cielo abierto” o laparoscópicas, que son las utilizadas generalmente para corregir esta malformación urinaria, el robot posee un sistema que permite optimizar y multiplicar los movimientos de los instrumentos quirúrgicos que en la cirugía convencional hace el cirujano. La visión tridimensional del sitio por operar y la anulación programada del temblor normal de las manos potenció la precisión del trabajo. “Fue como operar con una lupa y con movimientos muy precisos y delicados”, indicó De Badiola. que ayer controló al paciente. “Su estado es muy bueno”, dijo. En 2009, el equipo operará a otros seis chicos con distintos trastornos urológicos.

El paciente toma un desayuno liviano y se dirige al centro médico. Allí, tras recibir una ligera sedación y analgesia, el cardiólogo intervencionista lo somete a una angioplastia, una intervención mínimamente invasiva que consiste en la introducción –mediante una punción– de uno o más catéteres para remover la obstrucción de sus arterias coronarias. Al atardecer, si todo va bien, puede volver a su casa. Hoy, esta imagen ideal de una intervención cardíaca sin internación es cada vez más frecuente en las instituciones de salud locales. Ocurre porque –en lugar de emplear la arteria femoral, que pasa por la ingle, como se hacía usualmente– los cardiólogos intervencionistas practican cada vez más la angioplastia radial; es decir, introducen los catéteres por la arteria que pasa por la muñeca (aproximadamente donde se toma el pulso), para continuar por la arteria humeral, la axilar y luego desembocar en las coronarias. “La vía radial no es un método nuevo, pero hasta ahora había una cierta resistencia de los operadores a aplicarlo, porque es un poquito más trabajoso –cuenta el doctor Oscar Mendiz, jefe de Cardiología Intervencionista de la Fundación Favaloro–. Sin embargo, la necesidad de disponer de camas, de que los pacientes sean rápidamente dados de alta, de reducir costos (los dispositivos de sutura para la ingle son a veces tan caros como hacer un cateterismo entero), hizo que creciera el uso de esta vía de acceso. Yo diría que la mitad de las angioplastias y más de la mitad de los estudios diagnósticos hoy se hacen por vía radial.” “Es más compleja desde el punto de vista técnico, pero mucho más simple como intervención –coincide el doctor Luis M. de la Fuente, director de los servicios de Cardiología Intervencionista del Instituto del Diagnóstico y de la Clínica Suizo Argentina–. Se está utilizando mucho más porque no hay corte y no hay puntos, de modo que el paciente puede movilizarse en un par de horas.” Los beneficios que ofrece esta nueva vía para la introducción de catéteres que lleguen a los segmentos dañados de las arterias son múltiples. Por un lado, basta una pulsera compresiva hecha con un vendaje sencillo

CURRENT BIOLOGY

“TN” recorre el corredor

Un hombre ciego sorteó un pasillo de obstáculos EMILIANO LASALVIA

El doctor Oscar Mendiz, en la sala de operaciones

Angioplastia radial para lograr la oclusión total de la arteria radial y en consecuencia disminuir drásticamente la posibilidad de sangrado, algo que no ocurre con la femoral, que debe suturarse. Por otro, el paciente prácticamente entra y sale de la operación caminando. “A las dos horas de la intervención, está en condiciones de ir al baño –asegura Mendiz–. Y lo más llamativo es que algunos de ellos, en los cuales uno hace angioplastias no muy complejas, pueden irse de alta en el día. Vienen, resuelven un problema y se vuelven a su casa esa misma noche, lo cual es fantástico desde el punto de vista del confort.” “Hay estudios que han demostrado

que si los pacientes están estables, si no llegan con un infarto u otro cuadro agudo, podemos darles el alta el mismo día”, agrega De la Fuente. Pero no es sólo cuestión de comodidad. La vía radial disminuye mucho el riesgo de sangrado, frecuentemente asociado con complicaciones más graves. “Si uno mira las estadísticas, a mayor sangrado, mayor mortalidad”, explica Mendiz. Por supuesto, no en todos los casos es posible optar por la modalidad ambulatoria. Hay un porcentaje muy pequeño de pacientes en los que la vía radial hace un espasmo y hay que cambiar a la vía femoral. “Son muy pocos, y cada vez menos en la medida en que uno se vuelve más experto –dice Mendiz–. Por otro lado, las mujeres añosas a veces tienen arterias un poco más tortuosas o hacen espasmos que pueden molestar un poquito. Pero se trata de una intervención que no tiene límites de edad. Y aunque la arteria radial es más pequeña, hemos podido introducir hasta dos stents y hacer casos complejos por esa vía.” Y concluye De la Fuente: “Después de ver a miles de personas sometidas a cirugías cardíacas convencionales, a veces hasta a mí mismo me cuesta creer lo que estamos haciendo”.

Nora Bär

LONDRES (New Scientist).– Cualquiera que hubiese visto al paciente denominado “TN” navegar exitosamente a lo largo de un camino con obstáculos hubiera pensado que un extraño “sexto sentido” lo estaba guiando. Como consecuencia de dos ataques cerebrales que habían destruido su corteza visual, “TN” ha sido incapaz de ver desde hace años, a pesar de tener ojos sanos. Sin embargo, evitó todos los obstáculos sin errar. Estudios cerebrales habían revelado previamente que “TN” podía reconocer expresiones faciales, porque la región de la amígdala mostraba actividad incrementada cuando se lo enfrentaba con rostros enojados o alegres. Esto sugería que su mente podía procesar alguna información visual, aunque lo hacía inconscientemente. Beatrice de Gelder, de la Facultad de Medicina de Harvard, le pidió que caminara a lo largo de un corredor de 15 metros salpicado de trípodes, cestos de basura y pilas de libros. Los resultados fueron sorprendentes. “TN” no tocó ni un solo obstáculo. “Caminó mucho más rápido de lo que esperábamos”, dijo De Gelder, y lo hizo sin tener idea de que había sorteado objetos. “El daño cerebral puede liberar vías neurológicas que previamente habían sido suprimidas”, afirmó.

Video. Un hombre ciego pudo “ver” cómo atravesar un laberinto. videos.lanacion.com