El Gobierno busca debilitar a Moyano

entre dos lealtades”. Un peculiar contrapunto prota- gonizaron ayer Alfonso Prat-Gay y. Roberto Feletti, ambos diputados nacionales, pero, ante todo, econo-.
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POLITICA

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Sábado 23 de junio de 2012

Tensión sindical | Las protestas contra la Presidenta

El Gobierno busca debilitar a Moyano Continuación de la Pág. 1, Col. 5 se haría efectiva sólo dentro de unos meses. La medida se anunciaría después de las negociaciones paritarias de todos los gremios. Eso coincidiría con la renovación o la división de la conducción de la CGT: en cualquier escenario Moyano quedaría sin la suma del poder sindical. De todos modos, a cambio de su apoyo al Gobierno, los gremios antimoyanistas le exigen a la Casa Rosada que el Ministerio de Trabajo no convalide la convocatoria al congreso de la CGT del 12 de julio. La mayoría de esos sindicatos impugnaron el llamado de Moyano. “Todos le pedimos al Gobierno la

suba del mínimo de ganancias, de las asignaciones familiares y que destrabe los fondos de las obras sociales. Moyano es nuestro enemigo, pero aquellas banderas son nuestras”, dijo a LA NACION un dirigente que visitó la Casa Rosada. De todos modos, el Gobierno evalúa que el paro se debilitará por la cantidad de gremios que no adherirán: sanidad, metalúrgicos, Luz y Fuerza, alimentación, comercio, construcción, personal estatal, taxistas, colectiveros (UTA), porteros, mecánicos (Smata), docentes privados (Sadop), entre otros. Muchos popes sindicales les recriminan a los ministros: “Ustedes nos piden que vayamos contra Moyano.

Pero a este monstruo lo crearon ustedes”. Se refieren así a la histórica alianza del fallecido Néstor Kirchner con el titular de la CGT, al que le concedió fondos, subsidios y lo ayudó a reclutar afiliados de otros gremios. “El Gobierno quiere bancarse la marcha porque cree que no va a ser muy fuerte. Nosotros pensamos que será fuerte. Camioneros llena la Plaza. Y la clase media y la izquierda se suman a los reclamos por el impuesto a las ganancias y a las asignaciones familiares”, señaló una fuente gremial, que dialoga con el Gobierno. La propuesta gremial consiste en que Cristina Kirchner anuncie antes del miércoles que se estudiará

la suba del mínimo no imponible de ganancias, pero que necesita tiempo por lo delicado del asunto: por un lado, las sucesivas subas salariales dejaron retrasado ese piso desde el cual los asalariados de la cuarta categoría pagan el impuesto ($ 5782 para solteros y $ 7998 para casados con dos hijos). Por otro lado, explicaría que esa suba afectaría a los $ 6000 millones mensuales que se recaudan por esa vía (la cuarta categoría), que son coparticipables, y que por lo tanto se afectaría a las provincias hoy necesitadas de recursos. Eso sería “comprendido” por los antimoyanistas. La Presidenta llegó ayer a la Casa

Los tres desafíos del líder camionero

Los gobernadores peronistas evitaron enfrentar a Scioli

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No acompañaron las sospechas de un pacto con el jefe de la CGT, lanzadas desde el kirchnerismo MARCELO VENERANDA LA NACION Con la misma convicción que apoyaron la condena de la Casa Rosada a las protestas del camionero Hugo Moyano, los gobernadores kirchneristas evitaron sumarse a las acusaciones que el gobierno nacional lanzó contra el mandatario bonaerense, Daniel Scioli, para vincularlo con el paro lanzado por el líder de la CGT. Prevaleció el temor a que una batalla en el distrito más populoso complique al resto del país, así como cierta “solidaridad” por padecer las mismas necesidades financieras que el mandatario bonaerense. Las sospechas por el partido de fútbol que Scioli compartió con Moyano y su viaje posterior a Italia, mientras se desarrollaba el conflicto de camioneros, fueron alimentadas por los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido, y del Interior, Florencio Randazzo, así como por el vicegobernador Gabriel Mariotto. “¿Scioli ya sabía que iba a pasar [el paro]?”, se sumó, ayer, el diputado provincial del Movimiento Evita, Fernando Navarro. Desde Santa Cruz a Jujuy, no hubo un sólo gobernador kirchnerista o aliado que ayer replicara esas sospechas, como sí lo habían hecho, un día antes, con el paro de Moyano. No sólo no encontraron eco entre los gobernadores: ayer, durante una entrevista radial, el sanjuanino José Luis Gioja advirtió que “no es el momento para salir a cazar brujas”, en alusión a las acusaciones sobre la supuesta pasividad de Scioli frente a las medidas adoptadas por Moyano. “Si a Scioli le va mal, nos va mal a todos”, explicó luego Gioja a LA NACIon, para evitar cualquier sospecha de un acuerdo con el bonaerense. “Si hay una campaña Scioli 2015, que no creo que la haya, está más que claro yo no estoy ahí”, agregó, para dejar en claro su alineamiento con la Presidenta y el repudio absoluto a la protesta de Moyano.

Pero insistió en su postura original: “Como si fuera un partido de rugby, tenemos que hacer un scrum para defender a la Presidenta. Pero tenemos que estar todos juntos”. Lejos de los micrófonos, esa postura prevaleció entre los mandatarios kirchneristas de una decena de provincias consultados ayer por LA NACION. No hubo elogios para Scioli: el silencio de buena parte de los gobernadores se fundamentó más bien en el temor por las consecuencias económicas que podría arrojar en sus distritos una batalla política en la provincia más populosa del país. Los escasos apoyos que recogió el bonaerense, en todo caso, quedaron reservados para los mandatarios que, cada mes, sufren el mismo retaceo de fondos de la Nación, así como las incursiones en sus distritos de grupos ultrakirchneristas, como La Cámpora o Kolina, que reportan directamente a la Casa Rosada. Las críticas, en cambio, volvieron a focalizarse en el “apresuramiento” de Scioli por anunciar sus intenciones de ser presidente en 2015. Ese fue el caso del gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey (ver página 12). Pero no en un supuesto “pacto” del bonaerense con Moyano. “No hay una postura anti-Scioli, así como también es evidente que no tiene muchos amigos”, interpretó un gobernador cordillerano. “No es ninguna novedad, pero el mensaje es claro para todos: no hay que sacar los pies del plato”, agregaron en su entorno, para referirse a las aspiraciones presidenciales que admitió el bonaerense. Un gobernador vecino, que fue visitado recientemente por Scioli, utilizó el mismo libreto para referirse al bonaerense. “Está claro que no es enemigo de nadie, pero tampoco estamos en campaña para promoverlo”, dijo. Se mostró tan molesto con la falta de combustible que generó el paro de camioneros –“nos hizo parir”– como con los reclamos de obediencia de Olivos. “No comparto esto de estar «macarteando» con la lealtad”, sentenció.

“Me siento atrapado entre dos lealtades” El enfrentamiento entre Hugo Moyano y la Casa Rosada ubicó a Facundo Moyano en una posición más que incómoda. “Como diputado nacional y teniendo una responsabilidad institucional en el Frente para la Victoria, estoy preocupado y me siento atrapado entre dos lealtades”, dijo el hijo del camionero y líder de la Juventud Sindical al diario La Capital, de Mar del Plata. En la misma entrevista aclaró que el conflicto de los camioneros “tiene componentes políticos” y sostuvo que el reclamo del gremio “es legítimo”. En su entorno, aclararon ayer a LA NACION que la entrevista con el medio marplatense fue realizada el martes pasado [antes de la convocatoria a la Plaza de Mayo] y que a la expresión le faltó el siguiente fragmento: “Me siento atrapado entre dos lealtades, pero está claro que le soy leal a Moyano”. Cuando ganaron repercusión los dichos del hijo del jefe cegetista, desde el sindicato de peajes que él conduce se apuró un mensaje para intentar dejar en claro de qué lado está. “Los trabajadores de peaje adherimos a la movilización a Plaza de Mayo convocada por la CGT.”

Lo que aún no se decidió en el gremio de los peajes es si cesarán su actividad y levantarán las barreras el día de la protesta. Lo resolverían pasado mañana. No es la primera vez que Facundo Moyano hace equilibrio entre la obediencia kirchnerista y su genética sindical. Sucedió, también, el 15 de diciembre del año pasado, después del acto de Huracán en el que su padre desafió abiertamente al Gobierno. Aquella vez, el joven diputado intervino a través de Twitter: “La antinomia política kirchnerista y antikirchnerista. Nosotros sabemos de qué lado estamos”. El mismo día del acto camionero en Huracán, el Congreso fue el escenario que reflejó de manera más fiel la ambigüedad. Allí, los tres diputados moyanistas (Facundo, Omar Plaini y Héctor Recalde), todos integrantes del bloque del Frente para la Victoria, rechazaron acompañar el proyecto de ley oficialista para modificar el estatuto del peón rural. Ayer, también a través de Twitter, Facundo Moyano reivindicó los pedidos gremiales por el Impuesto a las Ganancias y la universalización de las asignaciones familiares.

Rosada a las 17.40 y mantuvo reuniones con algunos ministros. Mientras tanto, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, recibió al secretario general del sindicato de comercio, Armando Cavalieri, y al intendente de José C. Paz, Mario Ishii. En ambos casos, el tema Moyano y del control de la calle fue el asunto central que se trató, según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales. Estuvieron, además, en Balcarce 50 el secretario de prensa de la Asociación Bancaria, Eduardo Berrozpe, y el líder piquetero que conduce el partido Miles, Luis D’Elía, aliado del Gobierno. Estos negaron que hubieran hablado sobre Moyano. Si bien trascendió que el titular

de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), Gerardo Martínez, había estado en la Casa Rosada, sus voceros negaron la versión. “Están convocando y hablan con todos para sacarle apoyos a Moyano”, confiaron a LA NACION funcionarios cercanos a la Presidenta. “Están pidiendo ideas para salir de la situación”, señalaron. El día previo, Cristina Kirchner se había reunido con el titular de Unión Personal Civil de la Nacion (UPCN), Andrés Rodríguez, que luego criticó el paro de Moyano. Rodríguez y el taxista Omar Viviani podrían entrevistarse con Cristina Kirchner previo al paro de Moyano para evaluar alternativas.

La oposición pide gravar la renta financiera

Una multitud: anhela superar las 150.000 personas en la Plaza. Variedad: espera la asistencia de otros sectores no gremiales.

Lo propone a cambio de subir Ganancias

CGT: piensa que será un impulso al 12 de julio, día de los comicios cegetistas.

LAURA SERRA LA NACION

Hugo Moyano, anteayer, cuando logró el aval formal de la CGT para marchar a la Plaza de Mayo ARCHIVO

La difícil tarea de reunir aliados y agigantar el paro Moyano suma respaldos a la marcha, pero no a la huelga; apoyo del agro NICOLAS BALINOTTI LA NACION Son muchos los adherentes a los reclamos de Hugo Moyano, pero son pocos los que acatarán el llamado a una huelga general. Ni siquiera los gremios aliados al líder de la CGT determinaron aún el cese total de actividades para el miércoles próximo, el día que se activará una marcha sindical en contra del Gobierno en la Plaza de Mayo. Con algunas demoras y paros parciales, el transporte público estará garantizado, así como el tendido ferroviario y los vuelos de cabotaje. Así lo confirmaron a LA NACION desde la moyanista Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) y desde otros sindicatos opositores vinculados a la actividad. A pesar de algunas presiones, Moyano no conseguirá paralizar todo el país. De todos modos, la fortaleza de su gremio ya será una muestra de su poder de fuego: frenará por 24 horas a todas las ramas de los camioneros. No habrá transportes de combustibles y de mercaderías para los supermecados. Se afectará el normal funcionamiento de la recolección de basura en Buenos Aires y la Capital Federal, así como la distribución del correo postal y de los diarios y revistas. La movilización se hará para reclamar una baja o eliminación del impuesto a las ganancias a los trabajadores y por los excluidos del beneficio de las asignaciones familiares. Estos motivos sirvieron de imán para que distintos sectores sindicales, sociales, políticos y agro-

pecuarios se sumen a la protesta de la CGT. “La medida instrumentará las modalidades para que se garantice el traslado de la gente a la movilización. Pero la marcha tendrá el impulso de toda la CGT”, dijo Juan Carlos Schmid, titular de la CATT. Moyano se garantizó la presencia del sector disidente de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) a pesar de que su líder, Pablo Micheli, lo condicionó al desconocer el listado de oradores y los detalles del acto. Junto con Micheli irían las organizaciones sociales de Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa. La manifestación coincidirá, además, con una marcha de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), prevista con anterioridad porque el miércoles se celebra el día del estatal. Además de su tropa de aliados cegetistas, Moyano ya tendió un puente con la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo. El gastronómico y los 56 gremios que lo acompañan anunciarán pasado mañana que jugarán con el líder camionero. Como la gran mayoría, marcharán a la Plaza de Mayo, pero no cesarán sus respectivas actividades. Tampoco estaba decidio Barrionuevo a tomarse una foto con Moyano. Sucede algo curioso en el bastión antimoyanista. En las bases de algunos gremios, comenzaron a brotar rebeldías ante sus cúpulas por no subirse a la protesta. Los casos más emblemáticos son los de Luz y Fuerza, Peones de Taxis, UPCN y Obras Sanitarias.

Entre los ferroviarios también hubo cortocircuitos: la Lista Bordó de Rubén Sobrero hará paro e irá a la Plaza de Mayo, pero no será así con los referentes de la Unión Ferroviaria (UF). El secretario de Relaciones Institucionales de la UF, Mario Rodríguez, dijo que coinciden con los pedidos de la CGT, pero que no adherirán a la marcha. Pasa lo mismo con el maquinista Omar Maturano, enrolado ahora en el sector que impulsa la salida de Moyano de la central obrera.

Con la Mesa de Enlace Los últimos acercamientos entre Moyano y Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, dieron resultados. Le Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias expresó ayer su respaldo a través de un comunicado. “Acompaña el reclamo de los trabajadores por una más justa presión tributaria”, decía el mensaje, que en ningún párrafo mencionó a Moyano ni a la CGT. Un apoyo testimonial también brindaron diferentes partidos políticos del arco opositor, como la UCR, el socialismo y el Pro. Los vinculados a la izquierda fueron más contundentes con su respaldo: asistirán con sus banderas a la plaza. Sólo los camioneros de Moyano garantizan una buena convocatoria a la Plaza de Mayo. Pero el anhelo del referente sindical es desafiar a la Casa Rosada con un color más variado que el verde de su gremio. Se entusiasma con cientos de sindicatos y la presencia de figuras políticas. Su apuesta es a todo o nada.

Un camión y el dilema del escenario Hugo Moyano activó un comité organizador para la movilización a la Plaza de Mayo. Lo integran su hijo Pablo y un puñado de dirigentes de extrema confianza de la CGT. Ayer, tras la primera reunión, los asistentes se retiraron con una duda: ¿dónde ubicar el escenario? Moyano pidió hablar de espaldas a la Casa Rosada.

Es decir, en la pirámide de Mayo. Pero ese sitio es algo pequeño para el montaje que anhela el jefe cegetista. Por eso se analiza levantar el escenario en la puerta del Cabildo. Así lo hizo en 2000, cuando Moyano encabezó un acto contra la Alianza. Desde hoy ya habrá calles empapeladas con la invitación al acto. “No a

la criminalización de la protesta, no al impuesto al trabajo y asignaciones familiares para todos” son las consignas. Se resolvió llevar un camión gigante al costado del escenario. ¿Los oradores? Tal vez hablará sólo Moyano. Pero no se echó por tierra la idea que hablen Gerónimo Venegas o alguien ajeno al mundo sindical.

Un peculiar contrapunto protagonizaron ayer Alfonso Prat-Gay y Roberto Feletti, ambos diputados nacionales, pero, ante todo, economistas. La escena tuvo lugar en la Cámara de Diputados, cuando PratGay (Coalición Cívica) acababa de brindar una conferencia de prensa en la que propuso que se grave la renta financiera en lugar de que el Gobierno recargue la presión tributaria en el impuesto a las ganancias. De repente, apareció Feletti (Frente para la Victoria) en escena. “Es un proyecto oportunista”, cuestionó el diputado ultrakirchnerista. La controversia entre ambos legisladores se desató en medio de la tensión creciente entre el Gobierno y el jefe de la CGT, Hugo Moyano, quien convocó a un paro y movilización para el próximo miércoles. El motivo: presionar a la presidenta Cristina Kirchner para que eleve el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, ya que, por la inflación, cada vez más trabajadores se ven obligados a tributar de sus salarios. La oposición, en tácito apoyo al reclamo moyanista, convocó a una sesión especial para el miércoles en la Cámara de Diputados para discutir los proyectos sobre la cuestión. El oficialismo, en la voz de su jefe de bloque, Agustín Rossi, anticipó que no dará quórum. “No vamos a concurrir. El mismo sector que antes bailaba al ritmo de la Mesa de Enlace [durante la crisis del campo] ahora baila al ritmo de Moyano”, azuzó Rossi.

Desafío opositor En este contexto, los diputados Prat-Gay y los denarvaístas Gustavo Ferrari y Alfredo Atanasof subieron ayer la apuesta: propusieron gravar la renta financiera para compensar el impacto fiscal que produciría una suba del piso salarial a partir del cual se tributaría Ganancias. Para los diputados opositores, ese piso debería equivaler a cuatro salarios mínimo, vital y móvil, unos 9200 pesos. “Esto implicaría un costo fiscal de 4000 millones de pesos, pero sería compensado por unos 5000 millones provenientes del gravamen a la renta financiera”, precisó Prat-Gay. “El Gobierno ya no tiene excusas para no discutir este tema”, abonó Ferrari. “Es una alternativa para resolver la injusticia de que paguen Ganancias los trabajadores de menores ingresos y jubilados”, finalizó Atanasof. La propuesta, acompañada también por el jefe del bloque de la UCR, el diputado Ricardo Gil Lavedra, y su par Gumersindo Alonso (Frente Cívico de Córdoba), trae implícita la estrategia de correr al oficialismo “por izquierda”. “Gravar la renta financiera es una de las grandes asignaturas pendientes de este Gobierno”, acicateó Prat-Gay. La conferencia de prensa ya había finalizado cuando apareció Feletti. Se saludó cordialmente con PratGay, pero acto seguido denostó su proyecto. “Hay oportunismo en su presentación –criticó el presidente de la Comisión de Presupuesto–. Además, este proyecto no va en línea con el impulso que pretende brindar este Gobierno al ahorro en pesos, ya sea en títulos públicos argentinos o plazos fijos. Mal podemos nosotros [oficialistas] acompañarlo.” Feletti precisó que en la comisión que preside se presentaron 127 proyectos, de los cuales 118 buscan rebajar impuestos. “Si la oposición cree que la mejor forma de que el Estado asigne recursos es rebajar impuestos, que lo diga”, dijo. Rossi, por su parte, criticó a la oposición por respaldar el reclamo de Moyano. “El paro será más político, en contra del Gobierno, que de índole gremial”, sostuvo.