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BUENOS AIRES
Las vidas que se apagaron bajo eL agua El recuento judicial de muertos por la inundación en La Plata del año pasado reveló que fueron al menos 89 los que perdieron la vida. Aquí sus nombres
| Domingo 30 De marzo De 2014
89
1 Bernardo Abel Aguirre, 2 Raimundo Eliseo Aguirre, 3 Lucila Ahumada, 4 Irene del Carmen Arias Burgos, 5 Juana María Ávila, 6 José Luis Barnetche, 7 Nélida Carmen Bartolomé, 8 Floria Benvenuto, 9 Cora Elida Carmona, 10 Rita Esther Cebey, 11 Dora Esperanza Chas, 12 José Cid, 13 Elba Ana Cisneros, 14 Jorge Pío Colautti, 15 Delia Susana Colonna, 16 Oscar Alberto Crippa, 17 Jorge Javier Díaz, 18 Anastasia Ferreyra, 19 Celia Esther Galli, 20 José Mario Galzerano, 21 Feliciana Garay Ruiz, 22 Hilda Esther Ghidini, 23 Nilda Luján Godoy, 24 Carlos Alberto Golatilech, 25 Haydee Esmeralda González, 26 Nicolás Serapio Guerrero, 27 Hugo Horacio Jurado, 28 Rodolfo Juan Jurado, 29 Alberto Néstor Lancon, 30 Leonor Alicia Lancon, 31 Orlando Ricardo Logiurato, 32 Haydee Alejandra Manise, 33 Filomena Mannarino, 34 Lía Angélica Marconato, 35 Cristhian David Mendoza Benítez, 36 Fernando Mendoza, 37 Esteban Ezequiel Monjes, 38 Enrique Monzón, 39 Felicita Morel, 40 Elsa Isabel Páez, 41 Eutimia Clara Palomino, 42 Guillermo Raúl Piotti, 43 Anahí Posse, 44 Nélida Reyes, 45 Luis Mario Rivero, 46 René Gloria Rojo, 47 Dora Romero, 48 Enrique Abel Salinas, 49 José Gerardo Sanzana Figueroa, 50 Amílcar Vicente Scarlan, 51 Juan Alberto Varela, 52 María Beatriz Velinzas, 53 Juan Carlos García, 54 Hebe de Las Mercedes Oleastro Ballve, 55 Carlos Mancuso, 56 Alberto José Colombo, 57 Alejandro Nuccitelli, 58 Edgardo Norberto Reguera, 59 Cristina Valcarce, 60 Francisca Berta Ibarra, 61 Josué Gonzalo Suárez Salazar, 62 Lidia Angélica Bártoli, 63 Carlos Alberto Salagre, 64 María Angélica Pacheco de Rojas, 65 Ricardo Rojas, 66 Dominga Araujo, 67 Rosa Piñeiro, 68 Carlos Méndez Roda, 69 Dora Mabel Scaccheri, 70 Juan José Martínez, 71 María Elena Cazzola, 72 Elida Noemí Bisceglia, 73 Jesús Adelino Azcua, 74 Gerónimo Kossman, 75 Osvaldo Alfredo Scafati, 76 Ana Catalina Moreyra, 77 Clara Venecia García, 78 Elba María Luján Maquirriain, 79 María Alcira Díaz, 80 María Élida Sánchez, 81 Aurora Quesada, 82 Juan Carlos Etcheberry, 83 Octavia Justina Cabrera, 84 Eloísa Candia, 85 Nelly Carmen Pelhan, 86 Dolores Felicidad Fernández, 87 Fernando Peña, 88 Horacio Rubén Albertella, 89 Ricardo Luis González
buenos aires Edición de hoy a cargo de Luis Moreiro | www.lanacion.com/buenosaires
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a un año de la inundación | heridas que no cierran
La Plata. Volver a empezar después de la tragedia
Todavía lucha para reconstruir su vivienda La casa de Alicia Miño quedó partida en dos y aún está inhabitable Sebastián Lalaurette CORRESPONSALÍA LA PLATA
Ana Cabello perdió a su marido aquel fatídico día; ella estaba embarazada, pero todavía no lo sabía Eduardo D’Argenio
CORRESPONSALÍA LA PLATA
LA PLATA.– Ana Gisel Cabello jamás hubiese imaginado que el destino le iba a jugar una carta de las más difíciles. Sus días transcurrían sin mayores sobresaltos. Hasta aquel martes 2 de abril, cuando el agua se llevó la vida de su marido. Y la respuesta a esa muerte llegaría una semana después, cuando se enteró de que estaba esperando su tercer hijo. Un año más tarde, esta mujer de 36 años sonríe y juega con su bebe, que cumplió seis meses. Se llama Javier, como su papá. Y también comparte esos momentos con Benjamín, de dos años, mientras Mateo, el perro, no quiere ser dejado de lado. En su casa del barrio Cementerio, ella tiene necesidad de hablar. De relatar una y otra vez lo que ya tantas veces habrá contado en los últimos doce meses. Seguramente, como un acto de catarsis. Y más allá de tanta locuacidad a la hora de rememorar esos momentos cargados de dolor, impotencia, bronca y preguntas sin respuestas, sus ojos no pueden disimular que el dolor la acompaña desde aquel trágico día en el que La Plata vivió la peor inundación de su historia. Es la media tarde de una soleada jornada otoñal, y en un rato más debe ir a buscar a la escuela a Santino, de ocho años, su hijo mayor. El mismo que, por una lógica cuestión de edad, fue quien más conoció a su
padre. El mismo que lo extraña. Y lo llora. “Él tiene todos los recuerdos muy frescos –comenta Ana–. Y a pesar de estar siempre acompañada por gente amiga y familiares, cuando llega la noche empieza el momento más difícil del día. Ahí te enfrentás realmente a la soledad.” Es cuando durante la cena empiezan las preguntas. Preguntas que se repiten noche tras noche. “Yo siempre intento hablarles con la mayor claridad posible. Ellos saben que estamos solos. Y que su papá ya no estará más con nosotros.” Por eso mismo, no duda en afirmar que “la vida se complicó mucho. Y sigo adelante por ellos”. Y sí, no es fácil para ella seguir en esta lucha. Después de todo, fueron 15 los años que compartió su vida con Javier Díaz, ex futbolista de Estudiantes de La Plata y de Gimnasia y Tiro de Salta. Aquella noche del 2 de abril, y mientras la lluvia era cada vez más intensa, él decidió ir a buscar a sus padres, que sí sufrían el ascenso del agua, en su casa de la calle 31 entre 58 y 59. Tardó dos horas en volver con su madre, a quien cargó en andas para sortear la peligrosa correntada a lo largo de treinta cuadras. Después, volvió a salir para buscar a su padre. “Gordita, preparate algo caliente que cuando vuelvo comemos”, le dijo a Ana. Pero nunca volvió. Además de las dificultades económicas que debe sobrellevar (Ana
Ayer y hoy
El bebe que llevaba en su vientre se llama Javier, como el padre muerto
fotos santiago hafford
cumple tareas administrativas en el Club Universitario, de Gonnet, y es el único ingreso fijo en el hogar), en las últimas semanas ha debido consumir energías y derramar lágrimas por una burocrática cuestión que se prolonga en el tiempo: que Javier lleve el apellido de su padre. Sin embargo, una cuestión a todas luces tan sencilla de resolver
es objeto de no pocos vericuetos y enredos. La Justicia la obliga a llevar adelante una filiación post mórtem, lo que implica un análisis de ADN para determinar que su pareja muerta era el padre del bebe. Ahora se autorizó a que el estudio en cuestión les sea practicado al abuelo y a su nieto, para evitar de esa manera la exhumación del
cadáver para cumplir con ese requisito legal. La sonrisa de Ana Gisel contrasta con una mirada que refleja tristeza. Dice que le preocupa el futuro. Por ella. Pero sobre todo por sus hijos. Y que toda vez que se acerca una tormenta, se asusta. Algo inevitable. Porque una tormenta fue la que la obligó a jugar una de esas cartas bien difíciles.ß
Demoraron once meses en iniciar las obras hidráulicas A mediados de marzo se comenzó a trabajar sobre la cuenca del arroyo Del Gato Pablo Morosi
CORRESPONSAL EN LA PLATA
LA PLATA.– A casi un año de la inundación, el gobierno bonaerense puso en marcha, a mediados de este mes, el denominado Proyecto Estructural de Obras Hidráulicas para la Región Capital, afectada por la trágica inundación del 2 de abril de 2013, con el que se busca ampliar la capacidad de drenado de los excedentes pluviales de las principales cuencas que atraviesan zonas urbanas. Los trabajos, que fueron planificados en etapas, se iniciaron en forma parcial en seis frentes en ejecución simultánea en la principal
cuenca por intervenir, la del arroyo Del Gato y que corresponden a cinco fases de un total de treinta que contempla la iniciativa que ya fue licitada en su conjunto. Además de la construcción –con financiamiento internacional– de 120 viviendas para llevar adelante la relocalización de vecinos que viven en los márgenes del arroyo. El plan surgió de un pedido de endeudamiento hecho por el Poder Ejecutivo provincial por 1973 millones de pesos que fue habilitado por la Legislatura bonaerense a mediados de julio pasado e incluye la conformación de una comisión bicameral de seguimiento de los trabajos. Los recursos son aportados por el gobierno nacional y el Fondo Financiero para el Desarrollo de los Países de la Cuenca del Plata (FonPlata). La autorización para que el gobierno bonaerense pueda contraer
deuda no contempla fondos para la creación de planes de contingencia en casos de inundación, uno de los asuntos más destacados en el informe que, hace un mes, difundió la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata. La iniciativa oficial es cuestionada por insuficiente por las asambleas barriales gestadas tras la catástrofe. Trabajos en los arroyos Las tareas contemplan el saneamiento y ensanchamiento de la cuenca del arroyo Del Gato cuyo curso duplicará la capacidad de transporte ($ 836 millones); la derivación de los arroyos Regimiento y Pérez –subsidiarios de Del Gato– antes de que alcancen el casco urbano, sobre las avenidas 31 y 143 ($ 537 millones); realización de desagües y acondicionamiento de los arroyos Maldonado, Rodríguez, Don Carlos, Carnaval y Martín ($
200 millones), y la mencionada relocalización de habitantes que viven en los márgenes de las cuencas ($ 90 millones). Para tener una dimensión de las obras basta con decir que sólo en el arroyo Del Gato –que recibe el 70% del agua que escurre en la región– las tareas contemplan movimientos de tierras por 900.000 metros cúbicos y un volumen de hormigón armado de 58.000 metros cúbicos, según lo informado oficialmente. “Probamos el diseño de escurrimiento que hizo la consultora en distintos escenarios; uno con una lluvia idéntica a la ocurrida el 2 de abril y la diferencia fue de unos 20 centímetros más o menos, con esto quiero decir que frente a una precipitación de esas características la ciudad se inundaría igualmente”, señaló el funcionario en diálogo con la nacion. Consultado sobre el motivo por
el cual se encararon obras sabiendo que no podrían impedir una inundación, el titular del área Hidráulica de la provincia señaló: “La inundación en La Plata se debió a una lluvia decamilenaria, es decir, que, según estudios científicos, puede repetirse una vez cada 10.000 años”. No obstante, admitió que no es posible afirmar que no se repetirá. Desde la municipalidad platense, se informó que se pusieron en marcha obras “complementarias”. Entre otras, se informó sobre un “sistema de reservorios” para alojar excedentes pluviales dentro del casco urbano, nueve puentes sobre el arroyo Pérez, conductos subterráneos, sumideros y cámaras de inspección. Si bien no se informó sobre la inversión en esos trabajos, se consignó, en cambio, que la comuna asignó 43 millones de pesos en tareas de mantenimiento y limpieza de arroyos de la región.ß
LA PLATA.– Alicia Miño sigue sufriendo las consecuencias de la inundación como el primer día. A un año del trágico temporal que anegó esta ciudad, todavía no puede volver a su casa. Primero fue el agua, que convirtió en un pozo sin fondo el piso de su vivienda situada en la zona de 8 y 32. ¿Cuánto tiempo más llevará? Quién sabe. “Falta hacer la prueba de gas todavía”, dice Alicia, parada en medio de la casa, mientras el ruido de una amoladora retumba en el pequeño ambiente. En el garaje se acumulan latas de pintura, puertas de muebles y bolsas de arpillera; un diario del lunes 17 de marzo asoma bajo una gruesa capa de polvo, y una mezcladora descansa junto a una silla solitaria. El living está casi listo, pero la cocina y el lavadero son irreconocibles. Falta mucho más que la prueba de gas. En medio de los miles de historias que produjo la inundación del 2 de abril de 2013, la de Miño se destaca por la magnitud del daño material. Otros perdieron sus muebles, su ropa, sus electrodomésticos; la casa de esta contadora, en cambio, se quebró por dentro y quedó convertida en un cráter peligroso, cuando los cimientos se vieron sacudidos por el torrente que anegó los tres subsuelos de una obra en construcción en el terreno vecino. La chica que estaba en la casa, una estudiante chilena, oyó, desde el piso de arriba, una especie de trueno; cuando fue a ver se encontró con que el living y la cocina de la casa ya no tenían piso: había un torbellino furioso. “Un pozo de doce metros”, precisa Miño, porque ésa es la profundidad de la excavación en la obra vecina, destinada a construir tres niveles de cocheras. La mujer no estaba en casa ese día: se había hecho una escapada de Semana Santa a Tandil. Fue la estudiante la que le dio la noticia. “Ahí puse TN y vi el desastre que era la ciudad”, recuerda. Al volver tuvo que mudarse a lo de un familiar, y su hermano, que vivía con ella, a la casa de unos amigos. Después se fueron los dos a la casa de una tía, a cinco cuadras de allí. Miño pasó meses lidiando con la compañía constructora, Arema SA. Finalmente firmó un convenio de reparación de daños y la empresa se comprometió a reconstruir la vivienda, sin reconocer responsabilidad en lo ocurrido. Tras largas demoras, en septiembre empezaron los trabajos. “Pero un día llovió y el piso se vino abajo otra vez”, recuerda. Para peor, ese mismo mes se detuvo no sólo la obra en su casa, sino también todo el resto de las construcciones en la ciudad: un obrero, Germán Villalba, murió electrocutado mientras trabajaba en el mismo edificio que se construye junto a la vivienda de Miño, y la filial platense de la Unión de Obreros de la Construcción decidió paralizar todas las obras de la ciudad. Cuando se reiniciaron los trabajos, la obra quedó a cargo de un fideicomiso. Ya ha pasado casi un año, pero las reparaciones todavía no terminaron. La casa sigue siendo inhabitable.ß