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BUENOS AIRES
| Sábado 9 de agoSto de 2014
ATRIL, MARTILLO Y ¿quIén dA Más...?
OBRAS DE ARTE
JOYAS Rolex De acero y oro 14 kilates. Precio base de $9000 y de venta, $15.600
En la última subasta del Banco Ciudad se pagaron precios elevados para el mercado. Relojes, aros, obras de Castagnino y otras de autores emergentes: piezas para todos los gustos
Par de aros De oro blanco con brillantes. El precio de base era $3000 y se vendió en $12.000
Niño con sandía Obra de Juan Carlos Castagnino. Llegó a un valor de venta de $22.000
Riachuelo Alcanzó un valor de venta de $40.000. La obra pertenece a Oscar Vaz
Joven con flores De Juana Elena Diz, con una base de $12.000 y valor final de $25.000
Anillo Hecho en platino con un brillante central. Salió con una base de $70.000 y se vendió en $90.000
buenos aires Edición de hoy a cargo de Luis Moreiro | www.lanacion.com/buenosaires
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El arte, de remate. Una manera de capitalizar ahorros
Después de un año en baja, las subastas de joyas y obras de arte en el Banco Ciudad volvieron a crecer
Mauricio Giambartolomei LA NACiON
En la mesa hay copas y jarras con gaseosa, pero ellos dos están parados a un costado con dos copas de champagne vacías. Mientras esperan al mozo –y a las burbujas– hojean el catálogo de la subasta de joyas y obras de arte que comenzará en minutos. Cuando entran al salón en forma de anfiteatro, la mujer y el hombre brindan con otra señora que se sienta detrás. Sonríen. Presienten que pueden encontrar lo que buscan. Más tarde invertirán cerca de $ 120.000 en dos anillos y un Rolex. Joyeros, coleccionistas de arte y también oportunistas esperan encontrar en la subasta la pieza perfecta y por ella pueden pagar hasta el doble del valor con el que sale a la venta. Un óleo del Riachuelo, de Oscar Vaz, que se cotizó en $ 40.000; la pintura de un paisano, de Juan Peláez, que se vendió por un valor que superó seis veces el monto de la base, y el Niño con sandía, de Juan Carlos Castagnino, son algunas de las piezas que formaron parte de otras de las tradicionales subastas del Banco Ciudad. Los entendidos dicen que después de un flojo 2013 la actividad se revitalizó por dos razones: los compradores la adoptaron como otra forma de inversión y los artistas son convocados en forma directa, sin interme-
diarios, lo que favorece a los autores contemporáneos y emergentes. Durante el año pasado, en cinco subastas, se recaudaron $ 2.490.000 por la venta del 72% de los lotes que fueron ofertados. En ocho meses de 2014, esa cifra está cerca de superarse con apenas tres remates en los que se movieron $ 1.830.000 por el 70% de las ventas. Sin embargo, lejos está de lo ocurrido en 2012, cuando en nueve subastas la entidad recaudó $ 7.850.000, con el 76% de los objetos rematados. Baja el martillo “Base de $ 18.000, ¿quién se decide?”, comienza la arenga del martillero. “20... 22... 24, arriba a mi derecha. Hay varios interesados... 26, 26.500... Lo que pasa es que con 500 se tienta más el competidor, señora...”, aconseja. El reloj de oro con brillantes y un peso de 75 gramos se vendió en $ 29.000. Coordinación, presencia, buena vista, agilidad y destreza. Ésas son las características que debería tener un subastador, según el criterio de Ricardo Vitaliti, el martillero del Banco Ciudad considerado uno de los mejores de América del Sur. Habría que sumarle una pizca de showman para que el vendedor sea completo. “De vez en cuando trato de meter algún chiste para descontracturar a los participantes”, dice a la nacion minutos antes de comenzar
Ricardo Vitaliti, el martillero, parado en el atril, escucha las propuestas de los oferentes que hojean el catálogo la subasta extraordinaria de joyas y obras de arte que se realizó el 31 de julio pasado. Varios años fue empleado administrativo del banco y luego realizó el curso de martillero para no bajarse más del atril. “Hay colegas que son independientes y los contratan las galerías. Yo no podría, porque es como competir con el banco”, aclara. Cuando comienza una venta, Vitaliti da unos golpecitos en el atril. El martillero señala a los oferentes a medida que van levantando la paleta azul con números blancos que les entregaron cuando se registraron. Tiene un asistente que también le marca las direcciones. “Derecha arriba 100; 7, 8, ¿alguien más? Acá los 8000 y con paletita en alto. Vendo 8000. No hay más....”, dice, observa la sala para no perderse una oferta de último momento, espera unos segundos y cierra con un golpe seco en el atril. “¡Vendido!”, exclama. Los dueños entregan los objetos al banco para que sean rematados. La entidad, a su vez, cobra un porcentaje por la operación: 15% al com-
prador y 15% al vendedor; en joyas el porcentaje es del 10%. En cada remate, los precios de los objetos llegan a elevarse entre el 30 y 40% por encima del valor de base. En algunos casos superan el 100 por ciento. “La mayoría de las obras en subasta son traídas al banco por el propio artista. Despierta el interés del público que tiene la absoluta certeza de su origen y la calidad”, explica Carlos Leiza, gerente de Banca Social y Pignoraticio del Banco Ciudad. Aquí se encuentra otra de las razones del renacer de las subastas en 2014. “Hay diversidad de obras, artistas clásicos, contemporáneos, consagrados y emergentes. Esto ofrece un panorama de posibilidades para todos los niveles económicos”, razona Leiza. Desde el salón, a “sobre cerrado” –cuando los clientes pueden estar representados por un empleado que sabe cuánto dinero dispone el interesado– o por teléfono, las ofertas se mueven con rapidez. Agilidad y destreza, que también deben tener los oferentes antes de oír el toc final del martillo para no dejar pasar la oportunidad.ß
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De Beatles, Catalinas y emergentes ^b^b^ La subasta Beatle, en la que se vendió un lote de un fanático de la banda de Liverpool, y el remate de los terrenos donde se construyeron las torres Catalinas son las subastas más recordadas del Banco Ciudad. En la de Catalinas un terreno llegó a venderse en US$ 47.000.000. ^b^b^ Los objetos que no se venden en la primera ronda del remate son dejados para cuando finaliza el lote. En ese momento, el subastador pregunta a los asistentes si tienen interés en alguna de las piezas y, en ese caso, se vuelve a presentar a subasta o se puede comprar con el valor de la base. ^b^b^ El martes 12 de este mes, a las 13, se realizará una
nueva subasta de joyas en la sede del Banco Ciudad de Esmeralda 660, sexto piso. Dos días después, desde las 18, tendrá lugar la Subasta Tango, en la que se ofrecerán pinturas, esculturas y otras obras de arte que tengan que ver con el tango. ^b^b^ Para las galerías de arte es bastante común realizar subastas de diferentes obras. Están destinadas a un público específico que corresponde a coleccionistas. En los remates del Banco Ciudad también suelen participar ya que en ellas pueden encontrar autores emergentes, desconocidos, pero con una proyección interesante. Así se aseguran una inversión a futuro.
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Triple frontera porteña recorriDas Franco Varise LA NACiON
L
a “triple frontera”, entre La Boca, San Telmo y Barracas parece una zona de guerra. Esas “embajadas móviles”, o sea los colectivos, ya se cobraron varias víctimas. Pero son intocables por su condición de servicio público, o por la impericia de los controles que sí se aplican con meticulosidad a los privados. Los vecinos pintan cruces amarillas en el suelo y nadie del gobierno porteño toma nota del conflicto, ni del calamitoso estado de esas carcasas de acero que en el argot irónico de los choferes se denominan “unidades”. Al consultarle por esta situación al agente de la Policía Federal que
todos los días está parado en la esquina de Martín García y avenida de los Patricios, la respuesta es curiosa: “Hace tres semanas nos sacaron el talonario de boletas y acá no hay nadie de la Metropolitana para frenarlos”. Y mientras lo decía, otra bestia de metal cruzaba el semáforo en rojo echando una nube de humo negro. Por esa esquina transitan más de diez líneas. Hay giros atípicos por la disposición de los recorridos y nadie sabe bien cuándo vadear la calle o mantenerse a salvo en la orilla. “Esto es una locura”, dice resignado un vecino después de trotar adelante de un colectivo 70 que lo toreaba para que apurara el paso al cruzar. A todo esto, mientras esta reflexión cae en el papel, el ruido estruendoso, abominable de estos dinosaurios de hierro pintados de hollín hace vibrar las ventanas y los huesos.ß
@NerinaAndrea
“plaza castelli (echevarría y conde) tiene la mitad de las luces apagadas”
Me voy en cinco, “fierita”... Esto ocurre en avenida Pueyrredón, entre Santa Fe y Charcas. El obrador para la extensión de la línea D de subtes ocupa la parte central de la calzada y, como por allí no se puede transitar, el ingenio del automovilista inventó un nuevo lugar para estacionar: en el justo centro de la avenida, sobre la doble línea amarilla. Eso sí, la promesa de partir a los cinco minutos lejos estuvo de ser cumplida.ß
“Faltan pasamanos en los vagones de la línea c del suBte”
n estacionamiento sobre una plaza
Las veredas de la plazoleta Dorrego, en Suipacha y Viamonte, están ocupadas por vehículos del gobierno de la ciudad y funcionarios de la AGIP. Incluso se reservó un espacio sobre la calzada de Viamonte, con pintura y caballetes, para la comodidad de los agentes y funcionarios, denuncia Eduardo, desde su mail depeci@gmail.
n Doble Fila De
camiones Y molestias
Los vecinos de Vidt, entre Santa Fe y Güemes, sufrimos a diario que decenas de camiones estacionen durante horas en doble fila esperando descargar mercadería frente a un supermercado, obstruyendo parcialmente el transito vehicular y hasta peatonal, dice el lector Pedro Bollo.