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POLÍTICA
| Jueves 12 de Junio de 2014
el caso ciccone | una reunión muy sugestiva Los indicios que sumó el vicepresidente el vicepresidente en una entrevista reconoció haberse visto con reinwick, a pesar de que antes había negado conocerlo
amado boudou vicepresidente
b Luego de su indagatoria, el vice brindó una entrevista al canal TN, en la que buscó tomar distancia del caso
b Allí Boudou, que había negado conocer a Guillermo Reinwick, admitió haberse cruzado con él en el hotel Duhau en una oportunidad, junto con Núñez Carmona y Claudio Belocopitt
b La cena ocurrió en el segundo semestre de 2010 y no se trató de un encuentro casual, como sugirió el vicepresidente, sino que agendaron para reunirse los cuatro
Núñez carmoNa
Guillermo reiNwick
claudio belocopitt
socio de Boudou
yerno de ciccone
titular de swiss Medical
b El amigo y socio del vicepresidente deberá declarar las semana próxima, entre la renuncia de su abogado, Diego Pirota, y el distanciamiento de Boudou, quien intenta despegarse de su amigo
b Es uno de los testigos que en su declaración detallaron cómo el vicepresidente se reunió al menos dos veces con su suegro para negociar financiar la empresa. Volverá a declarar hoy como imputado
b El presidente de Swiss Medical Group es íntimo amigo de Guillermo Reinwick y padrino de uno de sus hijos. Se conocen desde hace más de 30 años. Fue quien pagó la cena en el hotel Duhau
Boudou cenó con un testigo clave, aunque sólo admitió haberlo visto
En una entrevista televisiva reconoció un encuentro casual con Guillermo Reinwick, yerno de Ciccone; pero en realidad se trató de una reunión acordada
Hugo Alconada Mon LA NACION
Incómodo ante las preguntas de los periodistas de Todo Noticias (TN), el vicepresidente Amado Boudou terminó por admitir que tuvo un encuentro casual en el Palacio Duhau con Guillermo Reinwick, el yerno de Nicolás Ciccone, aunque en realidad se trató de una cena acordada. Sin buscarlo, contradijo su propia versión ante la Justicia. La admisión de Boudou llegó luego de meses de desmentidas ante las declaraciones de distintos miembros de la familia Ciccone, quienes detallaron sucesivos encuentros en los estudios de Telefé, en el bar I Fresh Market de Puerto Madero y, según Reinwick, en el Palacio Duhau. Ante la Justicia, Boudou llegó incluso a presentar un escrito defensivo en febrero último, con el que buscó desmentir esos supuestos encuentros. “Jamás me reuní con el señor Guillermo Reinwick, tampoco con el señor Nicolás Tadeo Ciccone, o con alguno de los miembros de la familia o de su empresa”, afirmó. “No tomé ningún café con ellos, ni compartí un almuerzo, ni jamás me relacioné con ellos de manera personal, y mucho
menos intervine en sus negocios o en sus necesidades de índole comercial y/o financiera”, añadió. Pero en la entrevista que concedió a TN terminó por reconocer que sí se encontró en el Palacio Duhau con el dueño del Swiss Medical Group, Claudio Belocopitt, y con Reinwick, al que buscó reducir al rol de silencioso testigo del encuentro casual, a tal punto que según el vicepresidente sólo se presentó entonces como “Willy”. Pero en realidad no se trató de un encuentro casual sino de una cena acordada. Reinwick fue quien la gestionó, a pedido de su amigo Belocopitt, quien deseaba conocer a Boudou para hablarle de los sistemas de salud en la Argentina. Para eso, Reinwick apeló a la línea de contacto que ya había establecido con Boudou para ayudar a los Ciccone a través del entonces directivo de Telefé Gabriel Bianco, y de José María Núñez Carmona, el socio del entonces ministro de Economía. La cena se concretó en el segundo semestre de 2010. Es decir, después de que Boudou y Núñez Carmona, según sospecha la Justicia, habían tomado el control de la imprenta a través del fondo The Old Fund y colocado como su nuevo presi-
dente a Alejandro Vandenbroele. Reinwick ya había aportado detalles sobre esa cena en el Palacio Duhau y anticipado que “un empresario muy importante” podía corroborarlo. “No puedo entender cómo él [por Boudou] lo desmiente en vez de decir: ‘Sí, yo lo conocí a Reinwick, lo saludé, no sé, casualmente en un lugar porque saludo a tanta gente’. No lo puedo creer, que los abogados lo asesoren porque no puede desmentir esa comida.” Ahora, cuatro meses después de negarlo ante la Justicia, fue el propio Boudou quien, incomodado por las preguntas y las sucesivas revelaciones, incluso identificó a Belocopitt como ese “empresario muy importante”. Ante la consulta de la nacion, Belocopitt se negó a aportar más detalles sobre el encuentro. A su lado, se limitaron a indicar que se pondrá “a disposición de la Justicia en cuanto lo convoquen” para aportar una declaración “valiosa y reveladora”. Al tanto de las negociaciones entre la familia política de su amigo Reinwick y Boudou, según reconstruyó la nacion, Belocopitt le pidió a “Willy” que le habilitara un encuentro con el entonces ministro. Así, sin buscarlo, aportó una opor-
tunidad para que la Justicia corrobore si Reinwick se encontraba en condiciones de gestionar reuniones con Boudou, tanto para el empresario como, sólo unos meses antes, para los Ciccone. Y verificar, así, otra declaración potencial mente falsa del vicepresidente, que ante TN dijo que sólo se trató de un encuentro “casual” . No fue así, según reconstruyó la nacion. Se trató de una cena concertada y agendada de antemano para un jueves. Y se ubicaron en una mesa para cuatro en el restaurante al que se entra por la avenida Alvear. Belocopitt se acomodó primero. A su derecha, Reinwick. A la derecha de este, Boudou. Y entre éste y el dueño de Swiss Medical, “Nariga” Núñez Carmona. Todas las fuentes consultadas por la nacion afirmaron que los cuatro comensales no hablaron sobre el ingreso de Vandenbroele y The Old Fund en la imprenta de la familia Ciccone. El objetivo central era, al decir de uno de los informantes, que “Boudou y Belocopitt se conocieran”. Así fue. A tal punto que tras una cena y sobremesa distendida, llegó el turno de pagar. Lo hizo Belocopitt, con su tarjeta American Express. Hay constancia de eso.ß
Un testimonio que definirá el papel que jugó el jefe de la AFIP El segundo de Echegaray debe explicar al juez por qué se le dio una quita a la ex Ciccone La suerte en el caso Ciccone del titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, registrará hoy un momento decisivo. Será a partir de las 11, cuando su ex jefe de Asesores Rafael Resnick Brenner será indagado por el juez federal Ariel Lijo. Resnick Brenner figura en el expediente administrativo vinculado a la nueva Ciccone –ya bajo el control de The Old Fund– como el responsable de motorizar el pedido que presentó Alejandro Vandenbroele para obtener una moratoria con una quita multimillonaria que se encuentra prohibida por ley, según concluyó Lijo. Ante el juez, Resnick Brenner puede negarse hoy a declarar o dar su versión de los hechos, asumiendo eventuales responsabilidades o indicando la supuesta participación de otros actores, incluido Echegaray y el socio del vicepresidente Amado Boudou, José María Núñez Carmona. Según expuso Lijo al citarlo a indagatoria, la nueva Ciccone “tramitó un plan de pagos ante la AFIP, ilegal por vía administrativa”, en el que Resnick Brenner emitió un dictamen en el que recomendó consultarle al Ministerio de Economía, “de forma inédita en esa clase de trámites”. Ante esa consulta, el entonces ministro Amado Boudou firmó una nota que carece de antecedentes similares en los registros del Palacio de Hacienda y se devolvió el expediente a la AFIP. Allí, “Resnick Brenner dictaminó a favor de la concesión del plan de pagos ilegal, que Ricardo Echegaray rechazó de puño y letra”, detalló Lijo. Según reveló la nacion en junio de 2012, sin embargo, el pedido de la nueva Ciccone obtuvo el visto bueno de Echegaray en 2010, quien luego habría vuelto sobre sus pasos, modificó el expediente y ordenó que la solicitud de Vandenbroele se ajustara a las pautas del plan de pagos normal que establece la resolución 970. Echegaray dispuso ese giro luego de que la nacion revelara que, en efecto, la firma Ciccone había obtenido una quita explosiva en su deuda tributaria, lo que el titular de la AFIP negó ante la prensa. Ese primer pedido que hizo la ex Ciccone para afrontar su deuda consistió en un plan de 20 cuotas anuales –una por año–, sin intereses, y sólo por el capital adeudado. Es decir, que sobre una deuda total de más de $ 247 millones, sólo devolvería $ 62,7 millones. Es decir, el 25,3% del total. Así se inició el expediente adminis-
trativo 1-257899-2010, que incluyó dos dictámenes de Resnick Brenner. En el segundo y más polémico, indicó: “Resulta razonable en función de las competencias de esta instancia el otorgamiento del plan en las condiciones solicitadas por la contribuyente”. Es decir, con una quita del 75%, aunque estaba taxativamente prohibido por la ley 11.683. Echegaray intervino a continuación. El 18 de noviembre de 2010 dio su visto bueno al plan para beneficiar a la nueva Ciccone con la polémica moratoria. Así consta en una copia de la disposición que obtuvo la nacion. Pero luego agregó, a mano, en la foja 66: “Ajústese a la Resolución 970”, según consta en otra copia, de la misma disposición, que también obtuvo este diario. Es decir, un plan menos conveniente y que nadie, ni Echegaray, ni sus colaboradores, ni Boudou, habían evaluado antes. Desplazado de su cargo de jefe de Asesores desde que la nacion expuso su actuación en el caso Ciccone, Resnick Brenner continuó sin embargo dentro de la AFIP. Primero con un extremo bajo perfil, para luego ser designado por Echegaray como jefe de la Regional Salta del organismo, donde continúa. Ya se preció ante varios interlocutores que le “salvó la vida” a Echegaray. Ahora, ante Lijo, podrá dar hoy su versión de los hechos.ß
Cómo sigue la agenda del caso Hoy A partir de las 9 Brenner y reinwick
Debe presentarse a prestar declaración Rafael Resnick Brenner, el ex jefe de gabinete de asesores de la AFIP. En tanto, a las 11, será el turno de Guillermo Reinwick, yerno de Nicolás Ciccone y uno de los testimonios clave
La semana próxima El 16 y el 19 pendientes
Nicolás Ciccone, que tenía que declarar mañana, pero pidió una prórroga, deberá asistir a Comodoro Py el 16 de junio, a las 11. Además, Núñez Carmona, el socio de Boudou, tiene fecha para el 19 de junio, a las 11
el escenario
¿Un ajedrez en el que Boudou no conducía las piezas? Carlos Pagni —LA NACIoN—
S
e podría imaginar que el Times de Londres publicara: “La Justicia investiga al viceprimer ministro por haber adquirido en forma fraudulenta una empresa para la impresión de libras. Su abogado es un ex agente del MI5. El abogado de los antiguos dueños de la empresa es otro ex agente del MI5. Y el juez del caso intervino en la causa por la investigación que realizó el MI5 a raíz del mayor atentado terrorista de la historia del país”. Sería imposible que, ante un escándalo semejante, el primer ministro del Reino Unido no se sintiera obligado a decir una palabra. Amado Boudou y la causa Ciccone reproducen ese formato. Basta reemplazar MI5 por SI: Secretaría de Inteligencia. Pero Cristina Kirchner, hasta ahora, no ha dicho una palabra. Sólo habló a través de gestos que ratifican su protección sobre Boudou. Quizá siga alimentando “la profunda envidia de esas naciones que actúan de acuerdo con sus propios intereses, como país, no como partido o sector”, que confesó hace dos días con relación al Reino Unido. El primer problema de Boudou es que se agote esa confianza. Por eso su principal estrategia defensiva no es desbaratar las pruebas del expediente judicial. Prefiere demostrar a Cristina Kirchner que la crisis desatada alrededor de la compra de Ciccone es una patraña urdida por los numerosos adversarios que quieren debilitar su liderazgo. Sobre todo uno: Daniel Scioli. En la página 27 de su declaración ante Ariel Lijo, el vicepresidente intentó descalificar la declaración de Guillermo Gabella. Gabella es el eje-
cutivo de Boldt que atestiguó que José María Núñez Carmona le exigió, en nombre del vicepresidente, que devuelva los talleres alquilados a Ciccone. Esa información fue decisiva para acusar a Boudou por estar detrás del desembarco sobre Ciccone. Boudou pidió al juez que averigüe si Gabella fue alguna vez empleado del Congreso y con qué legislador colaboraba. Si lo hace, Lijo descubrirá que Gabella trabajó al servicio de Scioli, por entonces diputado. Boudou anima una vieja creencia de los Kirchner: que Scioli, como antes Duhalde, es el dueño de Boldt. Los gerentes judiciales de La Cámpora señalaron a Boudou otro detalle: en el Boletín Oficial de la provincia de Buenos Aires del 2 de julio de 2008 aparece Alfredo Lijo, hermano del juez, como síndico de la empresa Aguas Bonaerenses SA. Boudou sabe, además, que Scioli conocía las gestiones realizadas para la captura de Ciccone. Núñez Carmona llegó a Gabella de la mano de Lautaro Mauro, un alegrante de La Ñata, que distrae al gobernador acercándole a Leandro Rud, Marcelo Tinelli o Guillermo Reinwick, el yerno de Nicolás Ciccone. Con esos rudimentos, Boudou garabatea esta novela: el enredo penal en el que se lo involucra fue promovido por Scioli, quien de ese modo abortó su carrera hacia la Casa Rosada como delfín de la Presidenta. Si hacía falta agregar un nuevo indicio a lo que él llamó, delante del juez Lijo, “la causa de la causa”, la foto de Scioli con Héctor Magnetto prestó, anteayer, un servicio invalorable. Esta supuesta conjura bonaeren-
se es otro síntoma de que los razonamientos de Boudou tienen cierta propensión al disparate. No sólo porque los antiguos empleos de Gabella podrían conducir también a Redrado y, a través de él, a Sergio Massa. O porque el hermano de Lijo conduce antes a Julio De Vido que a Scioli. Lo más llamativo es que Boudou ve una orquestación perfecta entre un empleo de Gabella de 1999, un contrato de “Freddy” Lijo de 2008, las gestiones de Mauro a favor de su –hasta ayer– mejor amigo, Núñez Carmona, en 2010, y una foto con Magnetto de 2014. En cambio, cree que los contactos entre él, su socio, su hermano, su secretario privado y su inquilino, con Vandenbroele, fueron por casualidad. Boudou no debe preocuparse por la consistencia de su argumento. Cristina Kirchner lo acepta de antemano. El Gobierno está transformando a Scioli de disidente en adversario. Bastó que Ricardo Forster dijera que el gobernador no lo contiene para que le dieran una secretaría. Y ayer Jorge Capitanich lo acusó de ser como Magnetto porque anda con Magnetto. Le contestó Gustavo Marangoni: “Hace 11 años que la gente sabe con quién anda Daniel Scioli”. En rigor, hacen más: antes de andar con los Kirchner, Scioli anduvo –Heráclito inconstante– con Duhalde, Rodríguez Saá, De la Rúa y Menem. Es imposible saber si Boudou denuncia a Scioli para asegurarse el amparo de la señora de Kirchner o si es ella la que lo lanza como un arma arrojadiza contra un blanco prefijado, como cuando quiso deshacerse del procurador Esteban Righi. Tampoco está claro por qué
ninguna ONG reclama por los derechos de Boudou: que tenga 70% de imagen negativa no habilita a que se lo trate como chatarra electoral. Y menos se entiende por qué favorecen tanto a Scioli: ¿qué no daría Florencio Randazzo porque, desde el fondo de su mala fama, el vicepresidente lo denuncie, aunque más no sea, como “macho del off”? La declaración ante Lijo también demuestra que, alertado por un último instinto de supervivencia, Boudou sospecha que Cristina Kirchner podría soltarle la mano. Es lo que se insinúa en la segunda estrategia de su declaración judicial: dejar entrever que, antes de que él apare-
La evocación de Néstor Kirchner se filtra en la declaración de Boudou ante Lijo ciera en escena, hubo otros movimientos destinados a quedarse con Ciccone. Mencionó dos significativos: uno de Aeropuertos Argentina 2000 y otro de Fintech. Boudou se basó en dichos de los Ciccone, como si esa familia mintiera sólo cuando se refiere a él. Pero lo importante de sus afirmaciones es que cualquier persona informada sabe que quien impulsó al entonces presidente de Aeropuertos, Ernesto Gutiérrez, a quedarse con Ciccone fue Néstor Kirchner. Y lo hizo al mismo tiempo que, con el propio Gutiérrez, intentaba apropiarse de las acciones de Telecom Italia en Telecom.
En ambos casos, Gutiérrez recurrió a David Martínez, de Fintech, quien prefirió no entrar en componendas. Martínez terminó comprando Telecom, por su cuenta, el año pasado. La misma evocación del esposo de la Presidenta se filtra en el largo párrafo que Boudou dedicó a demostrar que, antes que él, la AFIP y la Casa de Moneda habían tomado varias decisiones relativas a Ciccone. De esa reconstrucción es fácil deducir algo que él no dice, por ahora: que carecía de poder suficiente para conducir ese ajedrez. ¿Quién lo tenía? Boudou es minucioso con las fechas: todas esas jugadas fueron anteriores a la muerte de Kirchner, el 27 de octubre de 2010. Incluso la reunión de Núñez Carmona con Gabella, del 22 de octubre, y su dictamen en respuesta a la AFIP, del 25 de octubre. Igual que cuando aludió a Scioli, Boudou no le está hablando al juez, sino a su jefa. El tercer eje defensivo de Boudou es buscar un dueño para Ciccone, distinto de sí mismo. El elegido es Raúl Moneta, que no puede declarar. Es cierto que Moneta se atribuyó la compra. Lo raro es que sus hijos, que son sus apoderados, no exijan la devolución de los $ 50 millones invertidos. Boudou podría despejar ese misterio: su abogado, Darío Richarte, tiene también como cliente a Matías Garfunkel, titular del Grupo 23, que fue socio de Moneta. A pesar de lo que sugirió el fiscal Jorge Di Lello y reclamó el camarista Eduardo Farah, Boudou jamás habla del dueño del Banco Macro, Jorge Brito, cuando se refiere a “la ruta del dinero”. Sin embargo, el diputado Claudio Lozano se entrevistó ayer con Lijo
para hacerle notar que algunas sociedades a través de las cuales se financió el desembarco en Ciccone habían sido utilizadas por la Anses, cuando estaba bajo el mando de Boudou, para intermediar en la compra de préstamos garantizados. Entre esas sociedades está PT Bex, Dusbel –que, otra casualidad, pertenece a Vandenbroele– y Facimex, que estaría vinculada con Brito. La investigación de estas transacciones está en las perezosas manos de Norberto Oyarbide. En estas denuncias de Lozano Scioli sí está interesado. No porque quiera conocer novedades de Boudou, sino porque cree que el sistema previsional conserva los secretos de Massa. Por eso se hizo amigo de Diego Bossio. Pero Bossio también está en la mira de Lozano. ¿Cuánto mide la lealtad de Boudou para con Brito? Anteanoche hubo un adelanto: el vicepresidente se deshizo de su mejor amigo, Núñez Carmona, con quien ya no comparte ni siquiera el abogado. Fue otro homenaje a la Presidenta: cuando Boudou debió explicarle la peripecia de Ciccone, se excusó en que “mis amigos me traicionaron”. Según él, Vandenbroele era un empleado subalterno de Núñez, incapaz de comandar la adquisición. Ella repitió varias veces el argumento. Eso sí: si alguien espera que Núñez se haga cargo del desaguisado, se equivoca. Según afirma un viejo amigo de ambos, “«Nariga» tiene la sangra más fría que Amado”. Hace algunos meses el vicepresidente declaró: “Cuando asumí el cargo sabía que me quedaría sin familia y sin amigos”. Tal vez también sabía que decía la verdad.ß