Buenos Aires, cuarta en el ranking de ruidos

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INFORMACION GENERAL

I

Domingo 20 de septiembre de 2009

Los porteños y la contaminación | Nota I de III

Cuando el ruido del tránsito invade la propia casa

Mañana: La vida se extingue en el Río de la Plata

Inspectores miden el nivel de contaminación de los colectivos; muchas líneas evaden los controles

Vuelos sobre la ciudad, otra fuente contaminante FOTOS DE ARCHIVO Y DE RICARDO PRISTUPLUK

Buenos Aires, cuarta en el ranking de ruidos La preceden Tokio, Nagasaki y Nueva York; entre los barrios más afectados están Monserrat y Retiro; el descanso, cada vez más difícil

El ruido en la ciudad de Buenos Aires es tan omnipresente que pareciera estar incorporado al inconsciente colectivo. Ya es una costumbre hablar en tonos elevados o evitar usar el teléfono celular al caminar por la vereda de una avenida céntrica. Los altos niveles de estridencia de bocinas, motores y obras en construcción, entre otros, hacen que la Capital sea considerada una de las ciudades más ruidosas del mundo. Más precisamente, y según el Plan Estratégico 2008-2012, elaborado por la Agencia de Protección Ambiental del gobierno porteño, Buenos Aires es la cuarta en el ranking de metrópolis ruidosas, detrás de Tokio, Nagasaki y Nueva York. “Aunque no hay un sistema de medición uniforme, se puede decir que Buenos Aires es una de las ciudades que más padecen los efectos nocivos del ruido”, indicó Horacio Walter, director general de Evaluación Técnica de la Agencia. El funcionario aclaró que el principal generador de ese contaminante ambiental es el parque automotor. “En Buenos Aires el tránsito es uno de los factores que más inciden. Le juega en contra la antigüedad del parque automotor. En otras grandes ciudades ese factor repercute menos. En cambio, como rasgo positivo, tiene avenidas un poco más amplias y menos encajonadas que las de muchas ciudades de Europa”, agregó. Según la última medición tomada de manera sistemática, el transporte público, especialmente los colectivos, es el principal responsable de la contaminación acústica en la ciudad. Los datos son parte de un mapa de ruido que se confeccionó hace tres años y que mostró altos índices de contaminación sonora en el microcentro, en zonas de Barracas y de Monserrat, Constitución y especialmente de Retiro, y en el cruce de Santa Fe y Pueyrredón, con mediciones que van de 65 a 80 decibeles (dB). Según los parámetros de la OMS, por encima de los 70 dB los sonidos ya resultan molestos; si superan los 90 dB se vuelven dañinos. El trabajo abarcó parte de Almagro, Balvanera, La Boca, Barracas, Belgrano, Colegiales, Constitución, Monserrat, Palermo, Puerto Madero, Recoleta, Retiro, San Nicolás y San Telmo. Tanto las mediciones como las encuestas que se realizaron en el área testeada, en la que residen unos 507.000 habitantes, la mayor fuente de ruidos son los colectivos (ver aparte). Según Silvia Cabeza, de la Asociación Civil Oír Mejor, uno de los mayores daños que produce el ruido en la Capital es que sus efectos nocivos persisten en horario nocturno. “En los últimos años los horarios de sueño se han reducido muchísimo. Por la noche sólo quedan entre dos y tres horas para el descanso con el silencio necesario”, indicó. “La agresión del ruido hace además que estemos excitados, estresados, tengamos conductas agresivas y suframos dolores de cabeza y hasta problemas cardíacos”, agregó Cabeza. El oído interno posee células pilosas denominadas ciliares, que convierten los estímulos físicos en impulsos cerebrales. Tras años de exposición a sonidos fuertes, estas células quedan comprometidas y se va perdiendo, poco a poco, la audición.

Según pasan los años El Departamento de Electroacústica de la UBA señaló en un estudio que el nivel de ruidos aumentó exponencialmente en un período de 30 años. En los años 70 el nivel acústico en las calles en Buenos Aires estaba entre los 50 y los 60 dB, mientras que ahora está cerca de los 70 dB. Según los expertos, el aumento en 3 dB de un sonido representa para el oído humano el doble de volumen. Rodolfo Gareis, presidente de la Cámara Argentina de Acústica, Electroacústica y Areas Vinculadas, fue contundente: “Sabemos que la ciudad es ruidosa, pero es como ir a lo del médico y decir que un paciente tiene fiebre, pero no se sabe con qué parámetro se midió. No se puede saber cuán ruidosa es si no se tiene una herramienta confiable de medición”.

Gareis contó que en la Capital ya se trabaja en las obras de construcción con el parámetro del ruido. “Estamos trabajando en una normativa para regular la construcción: tratamos de atenuar el ruido externo [que provocan esos emprendimientos]”, indicó. Para combatir en parte este flagelo, en la Agencia hacen controles periódicos en el transporte. “El control se realiza en los ómnibus. Se perfeccionará todo el sistema con un nuevo mapa del ruido, que se confeccionará con sonómetros que abarcarán toda la ciudad. Es un software que permite tomar en tiempo real esos niveles”, indicó Walter e informó que las mediciones incluirán la detección de gases contaminantes en el aire. “Estamos armando una red dinámica con sonómetros incorporados. Y con el nuevo software vamos a poder tener un mapa en tiempo real de la ciudad. Eso nos permitirá adecuar tecnología y modelos de construcción adecuados”, agregó el funcionario. En este distrito, la ley 1540 castiga a quienes violen los niveles tolerables de ruido. Esa norma establece que sólo se podrán superar los 70 dB en los distritos industriales, en los que el tope máximo será de 75 dB durante las horas diurnas. En el sistema vial el máximo permitido sube a 80 dB. Las multas pueden llegar hasta los 50.000 pesos para los domicilios particulares y hasta 100.000 pesos para los establecimientos industriales, con el posible accesorio de clausura. Durante este año se labraron apenas 928 multas. La Unidad de Faltas Especiales, desde septiembre del año pasado hasta julio de este año, recaudó $ 236.500 por esas infracciones.

Contaminación aérea Nuevos medidores

Mapa del ruido

El nuevo sistema medirá el nivel de intensidad del sonido y la calidad del aire en toda la ciudad. Se estima que comenzará a funcionar a fines del año próximo.

Realizado en verano, durante el día. Las zonas más afectadas son Barracas, Monserrat y parte de Constitución y de Retiro

En decibeles. Cada 3 decibeles se duplica la potencia del sonido do Referencias

TOTAL DE MEDIDORES

AREA AMPLIADA

Entre 55 y 65

Entre 65 y 70

Entre 70 y 80

37

RIO

Más de 80 DE

LA

PL

Dónde estarán instalados

HOSPITAL RIVADAVIA

PALERMO

AT

A

AV. FIG UE RO AA LCO RTA

CEMENTERIO DE LA RECOLETA

RECOLETA

VILLA CRESPO

RETIRO EDON

LA NACION

ALMAGRO ESTACION 11 DE SEPTIEMPBRE

N m

0

450 4 45

PUEYRR

LAURA ROCHA

OBELISCO

SAN NICOLAS

90 900 00

MONSERRAT

BALVANERA

Percepción de los sonidos EL CANTO DE LOS PAJAROS

ZONA RESIDENCIAL POR LA NOCHE

CONVERSACION NORMAL A 1 METRO

En decibeles

0

10

20

30

40

50

60

TOLERABLE

SUAVE

TIENDA TRANSITO CAMION AMBIENTE MARTILLO MOTOCICLETA DESPEGUE DE UN AVION CONCURRIDA REGULAR TRANSITO INDUSTRIAL MECANICO ESCAPE LIBRE INTENSO (2 horas) (30 minutos) (2 minutos) (8 horas)

70

80

90

MOLESTO

MAXIMO TOLERABLE

100

110

HACE DAÑO

120

130

140

CAUSA DOLOR

PELIGROSO LA NACION

Fuente: Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad

La pesadilla de vivir junto a la autopista La Justicia le dio la razón, aunque no la solución. Para poder vivir una vida normal, era necesario que la empresa que construyó la autopista mitigara el ruido que se registra a toda hora, provocado por el tránsito que circula a pocos metros de sus ventanas. Eso aún no ocurrió. Los protagonistas de esta historia, que comenzó en 2001, son Autopistas Urbanas SA y el vecino José Pedro Barragán, que vive en un departamento lindero a la Autopista 25 de Mayo, en Constitución. Aunque hubo un fallo de primera instancia en 2003 que ordenaba a la empresa que opera la autovía tomar medidas para disminuir el nivel de ruidos, la solución no ha llegado. “Ya no sé qué hacer. Hasta presenté un recurso por retardo de justicia. Es insoportable vivir en un lugar donde no se puede hablar a niveles normales ni se oye el teléfono. He tenido que adaptar mi casa, a mi costo, para poder tener una mejor calidad de vida”, contó a LA NACION Barragán, quien, en el comienzo del litigio, fue auspiciado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales. En AUSA indicaron que se cambió la capa asfáltica en todas las vías rápidas que administra para que los vehículos tuvieran menor fricción al circular y provocaran así menor contaminación auditiva. Respecto de la otra medida, la de bajar las velocidades máximas en las autopistas, indicaron que se envió a la Legislatura una iniciativa en 2005, pero que no se aprobó.

Se acata en la ciudad la veda al cigarrillo

En Santa Fe y Pueyrredón, varias líneas de colectivo crean un ambiente sonoro poco amigable con el oído humano SOLEDAD AZNAREZ

El tránsito es el mayor contaminante Los controles del transporte público son insuficientes; afirman que hay menos smog que en los 80 PABLO TOMINO LA NACION La fotografía es recurrente en la Capital: colectivos, camiones, autos y motos emanan gases tóxicos sobre las personas casi impunemente. Más del 90 por ciento de la contaminación ambiental de la ciudad es causada por el tránsito vehicular. Los controles son insuficientes. La antigüedad del parque automotor del transporte público, que en numerosos casos supera los 13 años (el límite máximo permitido por la ley para circular) y la falta de controles eficientes hacen que el aire de la ciudad esté viciado de smog, aunque las autoridades afirman que éste es inferior al que se registraba en los años 80. Según indicaron en el gobierno, la ciudad alcanzó a porcentajes que excedieron el límite permitido de contaminación entre 1985 y 1990, y que los registros actuales muestran un considerable descenso respecto de esos niveles, más allá de que aún no se realizó ningún mapeo integral

del humo en toda la ciudad. Por esa razón, Graciela Gerola, directora de la agencia de Protección Ambiental, admite que hoy es imposible decir si en la Capital hay más o menos polución que antes. “No creo que en un año podamos notar una mejoría a pesar de los esfuerzos que estamos haciendo, como mayores controles sobre los colectivos y la iniciativa de que salgan a la calle 30 ómnibus ecológicos el año próximo, para lo que se estudia la disponibilidad de créditos para las empresas que los fabriquen”, dijo. LA NACION realizó varios recorridos, en los que advirtió que un gran número de vehículos de gran porte emanan gases tóxicos. Además, pudo saber que existe una estrategia sistemática de muchos colectiveros, tendiente a evitar los controles de los inspectores. Según la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), desde junio de 2008 hasta el mismo mes de este año, se labraron 145 actas de infracción a colectivos por

Claves ➔ En la Capital. Circulan 1,7

millones de autos particulares por día, que emanan gases contaminantes junto con los 9600 colectivos y 38.000 taxis que desarrollan tareas en el distrito.

➔ Mayor contaminación. Los valo-

res alcanzan a su tope en horas pico. Según datos oficiales, no superan el máximo tolerable de monóxido de carbono para el ser humano, que es de 9 partículas por millón (ppm).

exceso de humo, mientras que se emitieron 448 actas por la misma causa en lo que va de 2009, como consecuencia de 15.049 inspecciones. Sin embargo, muchos colectivos siguen circulando fuera de la ley, por lo que evitan las inspecciones. Sucede que, como los controles del transporte público de pasajeros deben hacerse en las terminales cabeceras –tienen que estar sin

pasajeros–, muchos inspectores de líneas avisan a los choferes cuando se instala un control para que eviten las cabeceras y estacionen las unidades, por ejemplo, a un par de cuadras. Sólo pasan por ellas los que están en condiciones de sortear las mediciones de humo y ruido. Así lo advirtió LA NACION durante una inspección que las autoridades porteñas hicieron en una parada frente al parque Saavedra. No sólo los colectivos y camiones son causantes de la contaminación en la ciudad: más de 1,7 millones de vehículos particulares circulan cada día por Buenos Aires. Según el gobierno porteño, las áreas de la ciudad más comprometidas por el intenso tránsito son el microcentro, Liniers (Rivadavia y la avenida General Paz), plaza Flores, Caballito (Acoyte y Rivadavia), Plaza Constitución, Retiro, Belgrano (Cabildo y Juramento), Puente Saavedra, Parque Centenario, Recoleta (en el radio comprendido por Santa Fe, Pueyrredón, Las Heras y Callao), y la zona de Congreso.

La prohibición de fumar en espacios públicos, que rige desde noviembre de 2006 en la ciudad, tiene un alto grado de acatamiento en bares y en restaurantes, pese a que, en principio, había despertado un fuerte rechazo entre los fumadores. Es que, entre otras cosas, el control social que se ejerce sobre esta ley predomina por sobre el del Estado. Lo contrario ocurre, paradójicamente, en edificios estatales. La sede del gobierno porteño, en Bolívar 1, o la Legislatura de la ciudad, en Perú 130, son sitios donde la veda de fumar se respeta poco y nada. Pasillos y espacios compartidos son ocupados por fumadores sin que nada ocurra. Esta violación a la norma –básicamente al derecho de terceros que eligen no consumir el humo del tabaco– llevó al jefe de gobierno, Mauricio Macri, a intentar revertir la historia. Días atrás, lanzó el plan Edificios Públicos Libres de Humo, con la consigna: “A vos te queremos adentro pero, a tu humo, afuera”. Y un número de teléfono (147) en el que se pueden canalizar las denuncias. “Todos los fines de semana hacemos controles en bares y restaurantes y, desde principios de año, no hicimos más de 10 o 12 actas de infracción por no exhibir los carteles u otras cuestiones menores. El acatamiento en el sector privado supera el 95 por ciento, pero no sucede lo mismo en el sector público”, dijo la titular de la Agencia Ambiental, Graciela Gerola. La actual diputada nacional Paula Bertol (Pro), autora de la ley antitabaco junto con Helio Rebot (hoy subsecretario de Derechos Humanos de la ciudad), dijo que Macri decidió lanzar la campaña “cuando detectó el altísimo incumplimiento que se observaba en el Estado. Tampoco –disintió de las cifras oficiales– se cumple la ley en locales nocturnos. Debería haber controles más rigurosos”.