AMÁNDOSE DE CORAZÓN UNOS A OTROS Por Jaime Bouchillon INTRODUCCIÓN Cuando la iglesia de Jesucristo nació en la ciudad de Jerusalén, Hechos 2 dice que los miembros de la iglesia de Jerusalén perseveraban en la comunión unos con otros y comían juntos en sus casas con alegría y sencillez de corazón. Convivir unos con otros es algo que los miembros de aquella iglesia hacían y es algo que los miembros de cualquier iglesia de la actualidad han de hacer. Lo hacemos nosotros todos juntos como el domingo pasado y como este próximo domingo debajo de los árboles. Muchas familias de ustedes invitan a otras familias a sus casas para convivir allí en grupos más chicos. Convivir unos con otros les da oportunidad a todos para conocerse mejor, para aclarar las enseñanzas, para hacer preguntas, para afirmar las creencias, para darse cuenta de necesidades que otros tienen, para aprender de las experiencias de otros y para hacer amistad. La iglesia local es como una familia, pero una familia distinta. En vez de tener padres e hijos, abuelos y nietos, tíos, tías, sobrinos, sobrinas, primos y primas, todos los miembros de la iglesia son hermanos. Dios Padre es el padre celestial de todos; Dios Hijo encarnado, el Señor Jesucristo, es el Salvador de todos; y Dios Espíritu Santo es el Ayudador de todos. Aunque hay posiciones de autoridad en la iglesia que distinguen unos hermanos de otros, todos son necesarios e importantes. Dios se relaciona a cada uno en la misma manera. Dios no tiene favoritos, sino ama igualmente a todos sus hijos y él quiere que todos sus hijos se amen unos a otros.

TRANSICIÓN En 1 Pedro 2:17 Dios nos manda que amemos a los hermanos. En 1 Pedro 3:8 Dios vuelve a hacer énfasis en esta enseñanza: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, . . .” La frase amándoos fraternalmente en el idioma griego es una palabra. Podríamos traducirla por amando a sus hermanos. La idea es que todos los miembros de la iglesia sean personas que amen a los demás miembros; es decir, que amen a sus hermanos; digamos, que se amen fraternalmente. Pablo el apóstol también escribe lo mismo en Romanos 12:10: “Amaos los unos a los otros con amor fraternal.” Por considerar esta enseñanza una enseñanza muy importante para los miembros de la iglesia, Dios les inspiró a ambos Pedro y Pablo para que nos dijeran la misma instrucción. Según Romanos 12:1, Pablo les escribe este pasaje a los hermanos en Cristo.

LECCIÓN I. DIOS QUIERE QUE SUS HIJOS SE AMEN UNOS A OTROS FRATERNALMENTE; QUE TODOS AMEN A SUS HERMANOS. ¿Por qué han de amarse los hermanos en Cristo? Porque son hermanos en la familia de Dios. ¿Por qué nos dice Dios que nos amemos los unos a los otros con amor fraternal? Porque Dios sabe que somos pecadores y que fácilmente podemos ofendernos. Cuando los miembros de una iglesia conviven unos con otros, llegan a conocerse bien. Pero, cuando no conviven mucho, no llegan a conocerse bien. Los demás no saben medir tus maneras, tus palabras, tu tono de voz y tus gestos porque no te conocen bien. Si uno asiste a los servicios dominicales de adoración de vez en cuando, no se queda después del servicio para platicar, sino sale pronto, no asiste a la escuela dominical, no asiste a los estudios bíblicos entre semana y no asiste a los estudios mensuales varoniles o femeniles, uno no llega a conocer bien a los otros hermanos y ellos tampoco te conocen bien a ti.

Cuanto más asiste uno, cuanto más llega a conocer a los otros miembros y cuanto más se llega a conocer. Si uno asiste a la escuela dominical y verbalmente da su opinión o hace comentario, si uno asiste al servicio de adoración y se queda después para platicar un rato o sale con otros hermanos para comer juntos, si uno asiste al estudio bíblico los miércoles y participa en la oración y hace preguntas o da su interpretación, si uno asiste al estudio bíblico mensual varonil o femenil, si uno asiste a los convivios y juega volibol en el gimnasio, uno llega a conocer bien a los demás hermanos y ellos a uno. Pero, fíjense en algo. Cuando uno convive mucho con otros, uno llega a conocerlos tanto que empieza a sentir cómodo alrededor de ellos, empieza a tener confianza para ser como es, empieza a relajarse, a bajar su máscara y actuar y hablar como si estuviera en su propia casa. Por esto, es posible que uno no tome la precaución para medir lo que hace y pesar sus palabras. Así en esta manera llega a ofender a otros hermanos. Por descuidos, desacuerdos y disgustos, uno ofende a otros o es ofendido por otros.

CASOS ESPECÍFICOS DE OFENSAS I. Cuando tú no quieres hacer algo que es tu responsabilidad y egoístamente le haces hacerlo a otro, le haces servirte a tu hermano contra su voluntad, él se enoja contigo porque le has ofendido. A.

¿Qué ha de hacer el hermano ofendido? El hermano ofendido ha de confrontar con amor al hermano que le haya ofendido. Mateo 18:15 Con amor significa (1) en privado, a solas con él, (2) suavemente, (3) sabiamente, (4) con hechos históricos. Lucas 17:3-4 Si se arrepintiere significa cambio de parecer y confesión y aceptación de culpa.

Cuando uno ofende a otros, es posible que uno tenga la actitud, “Así soy! Tienen que aguantar mi manera egoísta. Así hablo yo! También es posible que uno piense: “A veces hablo sarcásticamente; pero, no quería ofenderle. Mi tono de voz a veces es fuerte porque las cosas me hacen enojar. Tienen que tener más paciencia conmigo para aguantarme. Así soy!”

B.

¿Qué ha de hacer el hermano ofendido por un hermano soberbio? 1. Uno tiene que amarlo sin fingimiento. Romanos 12:9 a. Si decides no confrontarlo porque no vale la pena, tienes que asegurar que no haya resentimiento en tu corazón. b. Tienes que asegurar que no te separes de tu hermano. c. Tienes que asegurar que no dejes de hablar con tu hermano. 2.

Uno tiene que amarlo de corazón. Romanos 12:10 a. De corazón no está en la traducción a español, pero, está en griego. b. Tenemos que amar de corazón a nuestro hermano en Cristo porque somos hermanos y pertenecemos a la misma familia.

3.

Uno ha de orar muchísimo por su hermano y pedirle a Dios que le enseñe la verdad.

4.

Uno ha de buscar testigos y llevarlos consigo para confrontarlo en privado con amor.

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