POLÍTICA | 11

| Miércoles 21 de novieMbre de 2012

huelga nacional | buenos aires vacía

Una ciudad fantasma, sin autos y muy poca gente

perlas

Curiosidades de una jornada de paro

D’Elía defiende los otros piquetes El ex piquetero y dirigente kirchnerista Luis D’Elía criticó la metodología de protesta que utilizaron Hugo Moyano y Pablo Micheli para garantizar una mayor adhesión al paro. “Los piquetes servían cuando había 8.000.000 de desocupados y 185.000 fábricas cerradas. Hoy hacer piquetes es ser forro del poder”, dijo D’Elía a través de su cuenta de Twitter.ß

Desde temprano, se notó un escaso movimiento; a pesar del paro en trenes y subtes, se viajó bien en los colectivos Ángeles Castro LA nACIOn

La postal del Obelisco, ayer a media tarde, confundía los sentidos. Las avenidas Corrientes, 9 de Julio y Diagonal norte casi sin autos particulares, calzadas y veredas repletas de papelitos, poca gente caminando. Como un 31 de diciembre, luego de que los oficinistas despiden el año arrojando papeles desde los edificios y emprenden el éxodo del microcentro, dejándolo vacío. Pero ayer no fue fin de año; ni siquiera, feriado. Los papelitos que regaban el piso eran volantes que celebraban el paro nacional convocado por la CGT y la CTA, y las calles eran un desierto porque directamente muchos empleados no fueron a trabajar por la falta de trenes y subtes. Más allá de sus implicancias políticas, la huelga impactó fuerte sobre la vida cotidiana en la Capital. Los porteños transcurrieron la jornada al ritmo de un domingo. Uno de los datos más llamativos es que, a diferencia de otros días con huelga anunciada en algún medio de transporte, muchos vecinos del área metropolitana optaron por no viajar en su auto particular. Quizá, porque las estaciones de servicio permanecieron cerradas. Según cifras proporcionadas por AUSA, por las autopistas 25 de Mayo e Illia circularon hacia el centro un 60% menos de vehículos que el martes pasado. En tanto, las autoridades de Tránsito y Transporte porteñas estimaron que, mientras que en un día hábil cualquiera ingresa en la Capital un promedio de 1.300.000 autos particulares, ayer sólo lo hicieron 200.000; apenas un 15% del tráfico habitual. La ausencia de autos y de camiones, que no circularon porque el sindicato adhirió al paro, repercutió en otro indicador que muchos vecinos notaron apenas despertaron: el silencio que reinaba en los barrios como núñez, Belgrano o Villa Urquiza, donde no se escuchaban bocinas ni se sentían las clásicas vibraciones del tránsito pesado. “Me desperté más tarde que otros días porque no me llegaron los ruidos de la calle”, constató María Laura, que vive en

un edificio sobre la avenida Olazábal al 5400. Las sorpresas continuaron a medida que avanzaba el día. Fernando González, que lleva a sus dos hijos a una escuela en Belgrano, notó que los padres de los compañeros de clase de sus niños no iban vestidos de traje y corbata como frecuentemente lo hacen, para ir a trabajar luego de dejar a los chicos en el colegio. Ayer, pocos eran los que acudieron a cumplir obligaciones laborales. Y muchos habían organizado pooles de traslado en lugar de ir cada uno con su auto. Otros padres, voluntariamente o por pedido de los establecimientos, no llevaron a sus niños a la escuela por temor a que ocurrieran incidentes durante el paro con movilización. Quedarse en casa La decisión de la población económicamente activa de quedarse en su casa se reflejó en los colectivos, el único medio que funcionó con normalidad. Voceros del sector confirmaron a la nacion lo que se veía a simple vista: una drástica reducción de la cantidad de pasajeros transportados, que pudieron disfrutar quienes, pese a todo, necesitaron viajar y lo hicieron más cómodos que nunca. “Vine sentado en el 130 desde núñez hasta el centro, impensado”, sintetizó Pablo Cañas. En la zona de Retiro reinaba un panorama casi fantasmal: sin corridas de pasajeros para alcanzar el tren, ni multitudes esperando colectivos ni los bocinazos constantes formaban parte de una mañana absolutamente atípica. Detrás de las desiertas terminales ferroviarias del Mitre y el San Martín, la salida de micros de larga distancia también estaba demorada: un grupo de alrededor de 80 personas pertenecientes a la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA) impedían el normal ingreso y egreso de ómnibus. El bloqueo se levantó a las 10. Bancos cerrados, pero con los cajeros automáticos habilitados; comercios con persianas bajas en muchos rincones de la ciudad, y las oficinas estatales sin atención al público terminaron de pintar una jornada dominical en plena semana hábil.ß

El cruce en Twitter que irritó a Aníbal Fernández

La estación Constitución estuvo paralizada por la protesta

Foto: Fernando massobrio

Durmió en la CGT por temor a un ataque Como en las épocas de José Ignacio Rucci, el secretario gremial de la central moyanista, Abel Frutos, durmió la noche del lunes en la CGT por temor a un ataque a la sede de Azopardo durante las primeras horas de la huelga. El panadero participó en la madrugada de un bloqueo en la planta de Fargo y luego durmió en el sexto piso de la CGT.ß

Participaciones sociales 4318 8888 ANIVERSARIOS

Fue casi total el paro en las estaciones de servicio

Foto: dyn

LA nACIOn

L

a unidad sindical no es siempre posible, aunque sin duda es lo que más conviene a los trabajadores que deciden realizarla en libertad. Hay que admitir, no obstante que la diversidad ideológica puede justificar expresiones de pluralidad sindical –varias centrales, por ejemplo– lo que, como lo muestra la experiencia comparada, no suele ser obstáculo para la unidad de acción cuando se trata de defender los intereses económicos y sociales de los trabajadores. ¿Por qué en la Argentina, pese a que una amplia mayoría de la dirigencia sindical converge en una identidad ideológica común y la unidad sindical viene impuesta desde la propia ley, el sindicalismo tiende a fracturarse en su máximo nivel y esa unidad de acción se muestra recurrentemente esquiva? El cuadro que ofrece hoy el sindicalismo argentino, desmembrado en por lo menos cinco sectores, hace evidente la respuesta: si hay por lo menos dos y hasta tres CGT, esa división obedece a su respectiva relación de proximidad o distancia respecto del Gobierno; si hay dos CTA, es sólo por la misma razón. Esa condición de pertenencia y adhesión al Gobierno –o bien de alejamiento y rechazo– es propia de una cultura construida en torno de una singular relación de los sindicatos con el Estado que se vive entre nosotros con naturalidad, pero sería un estigma difícil de sobrellevar en otras latitudes. Esa cultura no habría logrado instalarse si no hubiera

sido promovida desde el propio Estado, en una histórica connivencia que habría de generar crueles paradojas como las que hoy observamos: el sector sindical que ayer gozara de los favores del Gobierno hoy padece el rigor del rechazo oficial; el sector sindical al que en sus primeros tiempos el Gobierno no dispensara sino el más inocultable desprecio hoy ocupa –casi perplejo– el espacio perdido por aquél; el Gobierno que ayer disfrutó de un cierto acrítico acompañamiento sindical, hoy es sujeto pasivo de una fervorosa gesta opositora liderada precisamente por quien ayer se ocupaba de disciplinar en su favor el reclamo social. ¿Cómo evaluar el paro de ayer, a la vista de tan paradójico entramado? Los órganos de control de la OIT reconocen la legitimidad de las huelgas de protesta que tienen por objeto “ejercer una crítica con respecto a la política económica y social del gobierno”, pero no la de “las huelgas de naturaleza puramente política”. Si se creyera en la sinceridad del reclamo sindical –y se desdeñara la sospecha oficial de que la huelga es el producto de la animadversión política devenida en acción opositora–, la huelga de ayer habría tenido una inobjetable motivación. Si, por el contrario, tuviera razón el Gobierno en su descalificación de la medida, el vicio que la deslegitima no sería imputable sino a una desnaturalización de las relaciones entre los sindicatos y el Gobierno, en cuya construcción participaron ambos conjuntamente. Sería un supuesto de culpa compartida.ß El autor es presidente de la Sociedad Internacional de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social

En el aniversario del combate de Vuelta de Obligado ocurrido el 20-11-1845, Día de la Soberanía, evocamos a los Grales. Rosas, Mansilla y a los heroicos combatientes, q.e.p.d. Incluimos al Libertador Gral San Martín que legó su sable al Ilustre Restaurador de las leyes. Remigio Bustos Morón y Ana Piciochi Menéndez ANIVERSARIOS DE BODAS

ALBERTO E. BIEULE y MARÍA COLOMBATTI ARIGOS de BIEULE festejarán sus 50 años de vida matrimonial con una santa misa, el 23 de noviembre, a las 19, en la iglesia de las Esclavas, Montevideo 1372

Una connivencia con culpas compartidas opinión Adrián Goldin

El insólito cruce retórico se dio en Twitter. Fue entre el senador Aníbal Fernández y el equipo de prensa de Hugo Moyano. “Anibal chirolita Fernandez: que solo que esta MOYAnO?? seguro que estaras mirando canal EnCUEnTRO!!!”; “che Anibal Servil Fernandez, o ahora vas a decir q es una “sensación de paro”? hasta C5n dice q es masivo el paro (SIC)”, se escribió desde la cuenta infocamioneros. Enojado, Fernández los calificó de “burros” y bloqueó los mensajes. En tanto, infocamioneros aprovechó la repercusión y duplicó su cantidad de seguidores en un día.ß

CONFERENCIAS

Otro día de basura apilada y mal olor en la ciudad

Foto: Fernando massobrio

CONFIDENTIA ASOCIACIÓN CIVIL invita a la charla del Dr. Eduardo Sambrizzi: “Los cambios que se aproximan, la reforma del Código Civil” hoy, a las 21, en Riobamba 1050. Entrada libre y gratuita MISAS

La Insttitución de Magistrados Judiciales de la Nación en Retiro invita a sus asociados a participar en la celebración de la santa misa que por los socios fallecidos se llevará a cabo mañana, a las 19, en la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, cita en Paraguay y Libertad RECORDATORIOS

HERNAN MARIA FERRER REYES, falleció el 21-11-97. Querido Nano, tu familia te recuerda con mucho amor y tu alegría permanece con nosotros

Increíble postal de la 9 de Julio en la “hora pico” de la tarde

Foto: rodrigo néspolo

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