Espectáculos

Página 6/LA NACION

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Jueves 15 de julio de 2010

CINE Viñateros del río, en Berisso

El muerto, en 2011

Vino en la costa rioplatense

José Sacristán filmará en la Argentina con Javier Rebollo

Mañana, a las 17, en el marco de la Fiesta del Vino de la Costa en la ciudad de Berisso (en el Gimnasio Municipal, calles 168 y 9) se estrenará Viñateros del río, de Paula Asprella, corto respaldado por Riocine, Panorama Cooperativa y la Universidad de Tres de Febrero. De veinte minutos de duración, Viñateros del Río cuenta la vida y el trabajo de los productores de la zona (Palo Blanco, Isla Paulino y Bagliardi), su lucha contra los cambios climáticos, las crecidas del río, los pájaros y las pestes que perjudi-

can la cosecha de la conocida como uva Isabella, a la vez que repasa las raíces de su historia y el crecimiento de una actividad recuperada en los últimos años por jóvenes productores. Declarado de Interés Municipal por la Casa de Cultura de la Municipalidad de Berisso, el corto, cuenta con música del acordeonista Germán Fratarcangelli, (quien tocará en vivo en la presentación) seguirá exhibiéndose en muestras y festivales nacionales e internacionales.

En el film será un asesino a sueldo que no mata

WALT DISNEY

Nicolas Cage interpreta a Balthazar, uno de los tres herederos de Merlín, y Jay Baruchel, a su veinteañero aprendiz

Una de magos con poca magia El aprendiz de brujo, una superproducción demasiado artificial y previsible Regular (( El aprendiz de brujo (The Sorcerer’s Apprentice, Estados Unidos/2010). Dirección: Jon Turteltaub. Guión: Matt Lopez, Doug Miro y Carlo Bernard. Con Nicolas Cage, Jay Baruchel, Alfred Molina, Teresa Palmer, Monica Bellucci, Toby Kebbell y Alice Krige. Fotografía: Bojan Bazelli. Música: Trevor Rabin. Edición: William Goldenberg. Diseño de producción: Naomi Shohan. Producción de Jerry Bruckheimer presentada por Walt Disney en versión doblada o subtitulada. Duración: 108 minutos. Apta para todo público.

Hace cuatro semanas, Disney estrenó una película construida íntegramente en computadora como Toy Story 3, capaz de emocionar hasta las lágrimas con sus personajes animados. Hoy, lanza una superproducción con actores de carne y hueso que luce siempre mecánica y artificial, más allá del vértigo, de la espectacularidad y de la adrenalina de sus múltiples escenas de acción elaboradas a fuerza de efectos visuales.

La acumulación de set-pieces (secuencias de alto impacto) constituye el sello de las producciones del poderoso Jerry Bruckheimer (Bad Boys, Piratas del Caribe, Transformers), que aquí se reúne con el director Jon Turteltaub y el astro Nicolas Cage con la idea de repetir el éxito de otra de sus sagas: La leyenda del tesoro perdido. El guión de Matt Lopez, Doug Miro y Carlo Bernard propone una mixtura de fórmulas ya vistas en decenas de películas: desde la historia del mago Merlín hasta situaciones propias de la franquicia de Harry Potter, pasando por el esquema de mentor-discípulo, los clisés de las comedias románticas juveniles y, claro, la combinación entre elementos antiguos y contemporáneos ya elaborada por este mismo equipo en la apuntada La leyenda del tesoro perdido. Cage interpreta ahora a Balthazar, uno de los tres herederos de Merlín, que debe enfrentar a los malvados (caricaturescos) hechi-

ceros Maxim Horvath (Alfred Molina) y Morgana (Alice Krige), salvar a su amada Veronica (Monica Bellucci) y encontrar al aprendiz del título –denominado El Supremo Merliniano–, que no es otro que un típico antihéroe veinteañero de la Nueva York actual (Jay Baruchel), que parece más interesado en conquistar a la rubia Becky Barnes (Teresa Palmer) que en convertirse en el salvador del mundo. El film nunca alcanza la intensidad buscada (toda una paradoja en una producción que bombardea con constantes escenas de acción editadas con un ritmo trepidante y un sonido invasivo) y, como el espectador queda imposibilitado de comprometerse y mucho menos de identificarse con las vivencias de los personajes, todo parece armado como si se tratara de una sucesión casi sin pausas de secuencias a puro vértigo, de un largo trailer de 108 minutos. Tómelo o déjelo.

Diego Batlle

José Sacristán volverá a filmar en la Argentina en 2011, pero esta vez en una coproducción entre España y Francia. El muerto, así se titula el proyecto, es una película de carreteras, perros y pistolas, tal como fue anunciado recientemente por su director, Javier Rebollo, en el Festival de Medina del Campo, en Valladolid. Sacristán, recordado por su trabajos en cine argentino (Convivencia y Un lugar en el mundo), interpreta a un asesino a sueldo que no asesina, “...que está a punto de morir, al que ponemos con dos pistolas en una carretera para cumplir con su último encargo, y después viajar hacia el norte de la Argentina para huir de su muerte”, ha declarado la guionista Lola Mayo, Así, huyendo de su propia muerte y acompañado por una mujer que también escapa, recorre carreteras secundarias camino al norte argentino al volante de un Chevrolet destartalado. Rebollo, documentalista de la TV hispana, autor de los largometrajes Lo que sé de Lola y La mujer sin piano, con las que compitió en San Sebastián (con la última ganó en esa muestra el premio a mejor director), ha declarado que estuvo recientemente en la Argentina y le entusiasma la idea de trabajar aquí con técnicos locales. La película se rodará a lo largo de tres mil kilómetros, desde Buenos Aires hasta La Quiaca, en la frontera norte entre Argentina y Bolivia. Junto a Sacristán estará la uruguaya Roxana Blanco (que fue protagonista en su país de Alma mater y Matar a todos). El guión fue escrito por Lola Mayo, que viene de trabajar con el director tanto en cine como en TV, y el argentino Salvador Roselli (uno de los directores del film en episodios Mala época y coguionista de El perro, de Carlos Sorín; Sofacama, de Ulises Rossell, y Liverpool, de Lisandro Alonso).