Espectáculos
Página 2/Sección 4/LA NACION
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Domingo 27 de mayo de 2007
Un gran final de temporada Muy bueno
✩✩✩✩ Recital de Pedro Aznar y David Lebón. Cierre del ciclo de presentaciones en el Teatro ND/Ateneo. Lebón (guitarras, armónica y voces), Aznar (guitarras, bajos, teclados y voces), Andrés Beeuwsaert (teclados y coros).
SONIA SUAREZ
Aristimuño presentó su nuevo disco
Lisandro Aristimuño: sensación y canción Muy bueno
✩✩✩✩ 39°, presentación del nuevo disco de Lisandro Aristimuño (voz, guitarra y programaciones). Con Carli Aristide (guitarra eléctrica y ronroco), Rocío Aristimuño (percusión y coros) , Leila Chero (chelo y coros), Martín Casado (percusión y coros). Anteayer, en La Trastienda.
Canciones con sensaciones de climas, texturas, temperaturas, como pinturas o ventanas que llevan a otros cielos posibles. Lisandro Aristimuño mueve esas sensaciones a través de letras pequeñas, canciones mínimas, detallistas, fulgurantes como una estrella en una noche cerrada. A veces puede ser de cara al cielo, o mirando el mundo alienado a través del visillo de una ventana, celebrando la lluvia y el viento, o acunándose al oído de una melodía tenue y cálida. En vivo el cantautor invita a participar de sus cambiantes estados emocionales, como un viaje por el interior de su canción, que explora lo femenino –los encuentros y las despedidas– a través de ambientes sonoros que fluyen con colores pop, aires folk y programaciones electrónicas. En la presentación de su nuevo disco, bautizado 39°, Aristimuño se muestra como un intérprete original y un compositor más original aún, que juega en sus arreglos con cadencias folklóricas –milongas, huaynos, vidalas– y un uso orgánico de la electrónica en los efectos del chelo, los pedales o la voz, que re-
frescan sus melodías mántricas y esas postales de su Patagonia de llanuras amarillas interminables; o de la soledad entre departamentos de la vida urbana. Con una formación electroácustica y una voz diurna y de fraseo introspectivo, el joven compositor transmite los pequeños detalles y gestos del mundo cotidiano. La lista generosa en temas repasa sus tres discos. Comienza con las canciones de su última producción, donde invita a Mariana Baraj en “Me hice cargo de tu luz”, de suave cadencia andina, o prepara el ambiente de fogón para que el público cante “Tu nombre y el mío”, una de sus mejores canciones de Azules Turquesas. Entre la suavidad acústica y la textura acuática de sus temas Aristimuño explora el elemento aire en la vidala de altura “Pluma”, donde linkea con un joven Santaolalla; delira en la oscura belleza de “El plástico de tu perfume”, donde sube como invitada Liliana Herrero, o se potencia con la milonga posindustrial de “Para vestirte hoy”. Y no se olvida de incluir temas que se transformaron en himnos de su repertorio, como la íntima “La última prosa”, “Cerrar los ojos”, “Tus canciones” y “Azules turquesas”. Bien rodeado por los músicos y sus invitados (al final también se sumará Cristóbal Repetto), Lisandro abre una ventana al mundo de una canción pop sensible, diferente, nueva, como el cielo de cada mañana.
Gabriel Plaza
David Lebón y Pedro Aznar se juntaron hace un par de meses para dar cuatro recitales juntos. Hubo más: ayer ofrecieron la décima función, a modo de cierre de un ciclo. Pero esto fue sólo la primera etapa del proyecto. El mes próximo saldría el disco en vivo con el repertorio de esos conciertos. Y seguramente más adelante volverán con otra serie de recitales en esta misma sala, el teatro ND/Ateneo, o en alguna otra más grande y quizá con conciertos en otras ciudades argentinas. Porque ya había demanda y propuestas incluso antes del primer recital de este dúo. Detrás de un buen músico tiene que haber un buen productor para que el negocio funcione. Dicho de otro modo: delante de un ingenioso productor debe haber un buen músico que sostenga el producto y permita que el negocio funcione. Ultimamente se ven y escuchan “juntadas” musicales de todo tipo y especie. De las que suenan forzadas hasta esas que parecen de lo más espontáneas. El encuentro de Aznar y Lebón (o reencuentro, ya que fueron compañeros en el grupo Serú Girán entre fines de los 70 y principios de los 80) es de esos que parecen espontáneos. Tienen un repertorio armado con dos docenas de títulos entre los que se incluyen temas solistas de cada uno, un par de estrenos y, por supuesto, algunas canciones de Serú. Lo llamativo y más interesante es que no siempre recurren a las que el público desearía escuchar. Varias veces van para el lado de lo menos conocido o recordado. Además, el espectáculo tiene momentos emotivos y brillantes que se van destacando a lo largo casi dos horas. ¿Objeciones al producto final? Sí, y son esas por las que el show es considerado en estas líneas como muy bueno en vez de excelente. Según el punto de vista (el oído, en realidad) de quien firma abajo hay algunos temas que por sus arreglos necesitarían un soporte percusivo. Claramente se extraña la batería o, al menos, alguna base de programación como esa que sí aparece en un par de
MIGUEL ACEVEDO RIU
Pedro Aznar y David Lebón, terminada la serie de shows publicarán el CD en vivo
piezas de manera muy oportuna. Se podría prescindir de algunos colchones de teclados a cargo del pianista invitado, Andrés Beeuwsaert, un músico de enorme talento al que le podrían dar más responsabilidades. También habrá que decir que los cambios constantes de guitarras y bajos no permiten definir una tímbrica que le dé un carácter o una sonoridad más o menos distintiva a este dúo de tres. Y, por último, se puede agregar que las nuevas canciones probablemente no tengan la preciosa factura ni el destino de hits o de clásicos que tuvieron temas como “Seminare”, “Noche de perros”, “Mientes”, “Fotos de Tokio” o “El tiempo es veloz”. A pesar de todo esto el recital seguirá siendo muy bueno. Porque Aznar, aunque a veces peque en sus excesos, nunca dejará de ser una usina de ideas que le dan vitalidad al repertorio. Y Lebón será quien ofrezca austeridad, acordes plenos y silencios, bien a tono con esa postal de los dos tipos sentados en sillas altas, rodeados por guitarras, atriles
y micrófonos que sugieren un show intimista. Lebón podría ser más creativo y Aznar más reflexivo que extravertido. Sin embargo, se complementa muy bien. Si se deja el gusto de lado (es decir: la preferencia musical de cada oyente) habrá que reconocer que Serú Girán fue el grupo con más cualidades que dio el rock nacional en toda su historia. Y no será difícil reconocer varias de ellas en este dúo. “Dos edificios dorados” fue la elegida para un comienzo difícil de superar. Y “Seminare” fue el último bis. Aún con lo previsible que podía ser este final no le restó calidad a la versión ofrecida. En el medio hubo varios nombres de los cancioneros de Serú, y de los de Lebón y Aznar como solistas, más algunas yapas como “God Only Knows”, de Brian Wilson, que Pedro grabó con Charly García en el disco Tango 4, y una versión en español de “Dying to live”, de Edgar Winter (albino como su hermano Johnny) especialmente arreglada para estos recitales.
También hubo varias joyitas que no sólo tuvieron que ver con la buena hechura de algunos temas sino con los arreglos. Con piezas como “Casas de arañas” encontraron una interesante sonoridad instrumental que fue un excelente marco para comenzar a desarrollar ese trabajo vocal original, refinado y rápidamente reconocible en estas gargantas. El arreglo vocal se potenció con otros temas como “God Only Knows”, “Nos veremos otra vez”, “A cada hombre, a cada mujer” y “Noche de perros”. También hubo buenos e intensos guitarreos y entreveros con un blues con slide, o un clima de zapada que generaron al final, al enganchar “32 macetas” con “Voy a mil” y “Mientes”. Los que se lo perdieron y los que tienen ganas de volver a escuchar a este dúo, tendrán que esperar la salida del disco (no falta tanto para eso) o una nueva serie de shows que seguramente Aznar y Lebón darán en lo que resta de este año.
Mauro Apicella
Chucho, Gallo y el Santa Fe Jazz Ensamble, en El Dorrego
Noche de últimos acordes Hoy termina el festival Buenos Aires Jazz y Otras Músicas El violinista y compositor tanguero Ramiro Gallo sumará su propuesta a ese segmento denominado de “otras músicas” que tiene el festival de jazz que se realiza desde el 17 de este mes, en El Dorrego, y que culminará esta noche con la actuación del cuarteto de Chucho Valdés. A las 21.30, el pianista cubano Valdés, que ya es un habitué de las salas porteñas, se encargará del cierre del festival en compañía de su hermana, la cantante Mayra Caridad Valdés, el contrabajista Lázaro Rivero Alarcón, el percusionista Yaroldy Abreu Robles, y el baterista Juan Carlos Rojas Castro. Gallo, en cambio, subirá al escenario celeste de ese predio de la avenida Dorrego y Zapiola, un par de horas antes, a las 19.30, con un trabajo conceptual. Se trata de la Suite borgeana, obra que estrenó en Nueva York, durante una actuación en el Lincoln Center, con la orquesta de esa institución que dirige el famoso trompetista Wynton Marsalis. De hecho, la obra fue compuesta a pedido del trompetista. En ese momento había participado del concierto el grupo El Arranque, agrupación que tuvo a Gallo como uno de sus violinistas y principal arreglador hasta que el músico optó por darle protagonismo a su trabajo personal, expresado en discos como Florece, Espejada y Raras partituras. Desde aquel debut en Nueva York el violinista no encontró demasiadas oportunidades para interpretar las piezas de esa obra. Sólo se escucharon algunos de los siete movimientos interpretados por su propio quinteto en vivo o como parte de su primer disco solista. Nunca más que eso. Este festival fue una buena oportunidad para que se pudiera presentar la obra completa, por primera vez en Buenos Aires, con la participación del Santa Fe Jazz Ensamble. Según Gallo, la suite es una especie de homenaje a Jorge Luis Borges, a partir de una serie de imágenes musicales inspiradas en su literatura. La composición fue pensada para un grupo que actúa como solista más orquesta de jazz. De ahí que esta presentación se realice con el quinteto que lidera este violinista
Ramiro Gallo, de estreno
Agenda ❚ 14: Trío Indigo. ❚ 14.30: Sur-Urbano-BA. ❚ 15: Ludmila Fernández. ❚ 15.30: Seminario “Introducción a la historia del jazz” (cuarta clase). ❚ 16.30: Francisco Rivero y Swingteto. ❚ 17.30: Alejandro Franov Trío Acústico. ❚ 18: Livia Barbosa. ❚ 19.30: Ramiro Gallo Quinteto y Santa Fe Jazz Ensamble presentan la Suite Borgeana. ❚ 21: Cierre del festival con la actuación de Chucho Valdés Cuarteto.
y la agrupación santafecina, que dirige el trompetista Pedro Casís. Como el resto de las actividades de este VI Buenos Aires Jazz y Otras Músicas, será con entrada libre y gratuita.
Chucho Valdés