Stomp promete llenar de ruido a Buenos Aires

18 nov. 2010 - Cintia Llanes, Graciela Castiñeiras,. María Cecilia Gutiérrez y María. Cristina Gutiérrez), que toma el fútbol infantil como una excusa para.
2MB Größe 12 Downloads 37 vistas
2

Espectáculos

Página 2/LA NACION

3

Jueves 18 de noviembre de 2010

TEATRO Por tercera vez: los muchachos de los tachos y las escobas

Con cualquier cosa Ya sea con páginas de diarios, escobas o tapas de basureros, los miembros de Stomp crean música al compás de sus propios movimientos.

Stomp promete llenar de ruido a Buenos Aires Continuación de la Pág. 1, Col. 4 la metamorfosis del ruido que se convierte en música. Utilizan latas, palos, tachos de basura, ruedas de auto, encendedores, cajas y cualquier otro elemento que sea capaz de emitir una escala de sonidos, notas. El proceso creativo de McNicholas y Cresswell no se interrumpe nunca, pues al recorrer distintas ciudades se inspiran con algún objeto y, a partir de allí trabajan para convertirlo en “un instrumento Stomp”, como ellos los llaman. Donisha Brown, miembro de la compañía desde hace once años y reciente directora de ensayo, conversó con LA NACION y adelantó cuáles serán las novedades: “La obra evoluciona constantemente; cada dos años se modifican cosas, cambian las músicas y las coreografías. Es básicamente un show distinto. Ultimamente incorporamos un acto

donde realizamos malabares con latas de metal, otro con ruedas de tractor y uno con caños enormes que atamos a nuestras cinturas”. Por show, ocho artistas en escena coordinan ruidos que realizan individualmente para transformarlos en un ritmo que muta en forma secuencial y se convierte en música. Además, estos sonidos son coordinados con movimientos del cuerpo que también están coreografiados. Para mantener ambos sincronizados, los artistas practican las rutinas durante una hora antes de cada función. En la actualidad coexisten cuatro compañías de Stomp y todos los miembros son seleccionados por los creadores. “Se busca que los artistas tengan ritmo y, a su vez, la habilidad de acoplarse rítmicamente, capacidad de movimiento y fuerza. Pero lo que es imprescindible es la personalidad, poseer una forma de

ser auténtica y, por ende, única”, resume Brown. Según explica Donisha, a pesar de haber recorrido el mundo con Stomp, cada función es una nueva experiencia para los artistas porque la dinámica que se genera con el público cambia en cada ciudad: “Todas las culturas reaccionan de forma diferente, incluso dentro de los Estados Unidos. En las ciudades grandes, primero se mantienen a la expectativa, como inspeccionándonos, y luego se emocionan. El público de América latina es muy ruidoso y PARA AGENDAR

Stomp, En el Opera Citi, Corrientes 860. Hoy, a las 21; mañana, a las 18.30 y a las 22.30; el sábado, a las 17 y a las 22, y el domingo, a las 16 y a las 20. Entre 70 y 240 pesos. Para más información sobre los artistas: www.stomponline.com.

expresivo, aplauden acompañando nuestro ritmo. En los países asiáticos, por el contrario, permanecen en silencio escuchando el espectáculo y, cuando terminamos, nos ovacionan durante diez minutos. Pero, a pesar de tener reacciones muy distintas, todas las culturas disfrutan mucho de Stomp, porque el ritmo es parte de todas ellas. Además, como es family friendly el público es siempre muy variado y asisten personas de las más diversas edades”.

No todo es perfección Si bien han incorporado con gran éxito elementos de los más variados, hay otros tantos que no han logrado atravesar el umbral que divide al escenario de los talleres y otros que fueron incluidos brevemente. “Hace poco trabajamos con lo que llamamos una tabla woble (porque emite un sonido similar a esa palabra), que es básicamente una lámina de plástico

con manijas que emite sonidos cuando la doblamos, pero es una música que no se acoplaba al ritmo del resto del espectáculo. Debimos sacarlo y ahora se utiliza en Pandemonium [la nueva propuesta de McNicholas y Cresswell]”, detalla Brown. Tampoco son una respuesta garantizada los elementos Stomp ya tradicionales y en cada show pueden ocasionarse problemas diferentes. “Las cosas salen mal todo el tiempo, muchas veces ocurre algo que nos descoordina, pero hay que mantenerse en movimiento y con suerte el público no se da cuenta. Es muy difícil mantener el ritmo de la música porque no trabajamos sobre una pista grabada sino que nos escuchamos mutuamente e intentamos mantenernos coordinados”, explica Brown. “Además, como trabajamos con instrumentos que no son convencionales, muchas veces se rompen en

escena. Por ejemplo, puede quebrarse una escoba en medio de alguna escena y tenemos que correr tras bambalinas a buscar una nueva. Al volver, tenés que entender rápidamente el momento del acto en que están los demás para acoplarte al ritmo. Esas cosas pasan todo el tiempo”, admite Donisha. “El otro día, de hecho, se rompieron tres escobas en una misma escena. Se fueron a buscar los reemplazos y los demás tuvimos que mantener un ritmo que está planificado para hacerse entre ocho. A nivel musical, una cosa es que se rompa una y otra muy distinta es que se rompan tres”, prosigue Brown. “Muchas veces el público no se da cuenta de que perdimos el ritmo, otras se escucha un «uuhhh» cuando nos descoordinamos y el «aahh» cuando recuperamos el ritmo”, ríe Donisha al recordar una típica reacción del público.

Deporte y teatro

Fútbol sobre el escenario Obras que rescatan la mística de ese deporte y los sentimientos que genera Fútbol y teatro, a simple vista, no tienen demasiados puntos en común, aunque desde otra perspectiva, es innegable la espectacularidad que despilfarra el deporte más popular sobre el planeta así como la pasión y el corazón que a menudo abriga el mundo de las tablas. ¿Existe acaso un público futbolero amante del teatro? O al revés: ¿les apasiona el fútbol a los asiduos espectadores de este antiguo arte escénico? Al menos parece que en un punto se encontraron, según lo insinúan algunas propuestas teatrales que por estos días se presentan en la cartelera porteña. Los jueves, a las 21, sube a escena Mil palabras a la redonda. Su autor y protagonista, Daniel Roncoli, dice: “Un picado de emociones y sensaciones. La mujer nos tiene en un arco y el fútbol es un destino”. Puede verse en Encuentro Sudeste, Corrientes 1773 (4371-6944). “Te diría que este espectáculo es un espacio de resistencia para no dejar nunca de jugar, no colgar nunca los botines. En definitiva, lo futbolístico es una excusa para hablar de esas otras cosas que yo vinculo también a mi oficio de actor y escritor. Tiene que ver con la infancia, con recuperar algunos tesoros perdidos”, dice Roncoli, autor de los textos y protagonista de esta obra, que en esta ocasión se presenta en una dupla con el pianista Marcelo Baldonedo. Y añade: “Hablo de un fútbol desde un lugar poético y metafórico que ya no existe. Es una despedida, también, de una manera de entenderlo, ya que hoy no quedan atractivos para escribir con lo que está pasando en la corpo mediática del fútbol y su profesionalismo. La obra apunta más a esa cosa pueblerina, de potrero”. Autor de varios libros que giran alrededor de la temática futbolera –Instrucciones para embellecer el domingo, Resaca de potrero y Canilleras en el alma–, Roncoli reconoce como referente y horizonte de su trabajo a Y el fútbol contó un cuento, la obra de Alejandro Apo, basada en una idea de Darío Grandinetti y Pablo Pérez Iglesias, en el cual el periodista y comentarista deportivo narra cuentos y recita poemas de Fontanarrosa, Dolina, Galeano, Soriano, Sacheri, acompañado por el músico Marcelo Sanjurjo. –¿Cómo se conjuga el público del fútbol con el del teatro? –Si bien considero que la obra

contiene a la mujer –en tanto y en cuanto pueda tener cierta curiosidad sobre este tema–, está bastante dirigido a un público masculino de 30 en adelante. En ese punto, creo que no es un público específicamente de teatro el que sigue este tipo de espectáculos, sino más bien un público al que le gusta el fútbol, su liturgia, y apoya estos lugares

de resistencia por recuperar los espacios perdidos. No es casual que el programa advierta: “…Un espectáculo sólo apto para mujeres sensibles que puedan mantenerse un rato sin pedir explicaciones ni precisiones sobre la ley del offside”.

Alejandro Rapetti

Madres, hijos y pelotas Daniel Roncoli, escritor y actor

Fuera de juego, con Saltal

Biblioteca Fútbol Club

Los sábados, a las 22.30, sube a escena Biblioteca Fútbol Club, en La Fábula (Agüero 444, 4862-6439), con dramaturgia de Juan Ignacio Fernández y dirección general de Néstor Romero. En este caso, se trata de una propuesta de humor interpretada por el Grupo Cunill (Alejandra González, Beatriz Pasut, Cintia Llanes, Graciela Castiñeiras, María Cecilia Gutiérrez y María Cristina Gutiérrez), que toma el fútbol infantil como una excusa para explorar hasta dónde son capaces de llegar un grupo de madres para que sus hijos ganen por primera vez un campeonato de papi fútbol. “Decidí poner en escena esta obra en busca de mostrar y reflexionar respecto de la degradación en la que muchas veces cae el amor maternal cuando se empecina en obtener los logros que ella no pudo en su vida, utilizando la de su hijo para ello”, sintetiza Romero la propuesta de esta obra donde un simple partido de fútbol se irá convirtiendo poco a poco en una feroz competencia.

Hinchada hay una sola Fuera de juego es un unipersonal de Marcelo Saltal (dirigido por Gustavo Reverdito) que se presenta en gira por la provincia de Buenos Aires luego de dos temporadas en la capital. Muestra a un hincha de un pequeño equipo de fútbol, durante el transcurso de un partido, en el corazón mismo de la tribuna. “El hincha mezcla la pasión por su equipo y su triste y desgarradora vida. Esa vida de aquellos que ya no pueden perder nada porque nada les ha quedado”, apunta Saltal. Saltal asegura que la obra apunta

tanto al público interesado en el teatro como en el fútbol, aunque “la realidad es que es muy difícil que el público futbolero sea atraído por una propuesta teatral y mayoritariamente se acercó aquel interesado en la propuesta artística”. Reverdito agrega: “Sólo aquellos que han experimentado las sensaciones de estar en una tribuna pueden ver reflejado lo que allí ocurre y sentirse nuevamente parte de la hinchada, así como hacer esa segunda lectura que la propuesta requiere”.