Las imágenes imperdibles que deja Buenos Aires Photo 2010

de Marcela Astorga, que por primera vez incursionó en la fotografía (es artista plástica) y realizó agujeros en el techo de un edificio para lograr la iluminación de ...
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CULTURA

I

Domingo 31 de octubre de 2010

TERMINA HOY LA SEXTA EDICION s EN EL PALAIS DE GLACE

Los elegidos de Zabaleta Lab Arte Contemporáneo

La obra de Annemarie Heinrich, en el stand de Galería Vasari

Las imágenes imperdibles que deja Buenos Aires Photo 2010 Sólo queda un día para visitarla y LA NACION recomienda lo que no hay que perderse JULIETA MOLINA LA NACION Termina hoy la sexta edición de Buenos Aires Photo 2010, la feria de fotografía contemporánea que se exhibe en el Palais de Glace desde el jueves pasado. Hasta las 21, podrán recorrerse los treinta y ocho stands que reúnen el trabajo de unos 150 artistas de la Argentina, Canadá, Chile, España, Estados Unidos, Perú y Uruguay. LA NACION recorrió la muestra para recomendar algunos “imperdibles”. Las fotografías aéreas que expone Agustín Belussi en el stand de Aldo de Sousa poseen gran atractivo visual. Son el resultado de un viaje a Ecuador que duró tres meses y donde intentó “volver a la fotografía in situ, en vez del trabajo de composición”, según detalló Pablo de Sousa, a cargo del stand. De gran impacto es el trabajo de Alejandro Tosso, que expone en la galería 713 y “compone a partir de la luz”, según explicó Julieta Reinoso. La fotografía Yo soy mi templo no fue realizada en un escenario en particular, sino que se logró con la yuxtaposición de imágenes, donde los animales que parecen inmersos en una jungla son, de hecho, los que viven en el zoo. En el stand Dabbah Torrejón no puede dejar de admirarse el trabajo de Marcela Astorga, que por primera vez incursionó en la fotografía (es artista plástica) y realizó agujeros en el techo de un edificio para lograr la iluminación de ciertos lugares. Diego Ortiz Mugica hace sus propias copias en laboratorio tradicional con químicos en papeles de gelatina de plata, que luego escanea para el

FOTOS DE HERNAN ZENTENO

El público colmó la feria en la penúltima jornada y recorrió las 38 galerías presentes en esta edición trabajo digital, y logra un resultado conmovedor. Jean Paolo Minelli fotografió la periferia de París, donde habitan ciudadanos argelinos. “Busca mostrar que estamos globalizados no sólo con las miles de cosas buenas, sino también con los aspectos negativos de la civilización”, explicó Hernán Zabaleta, quien también recomendó las obras de Zacarello y Goldenstein. En Vasari, además, se exhibe La carpeta de los 10, una agrupación que en la década del 50 revolucionó la fotografía con su método de trabajo grupal. Algunos de los recomendados de esta edición.

Artistas emergentes El Espacio OSDE está dedicado a cuatro artistas emergentes: Lucas Chillemi, Diego Spivacow, Federico Telerman y José Pereyra Lucena. Las fotografías que exponen estos jóvenes sub 26 son la confirmación de su talento, que es dado a conocer por primera vez en un ámbito profesional en Buenos Aires Photo. Puede observarse, por ejemplo, el primer plano de una de las nenas de Sandro, que devuelve al observador

una mirada colmada de tristeza. Es la foto de un instante preciso, captado por Chillemi, de 20 años. También puede verse un silo abandonado, fotografiado por José Pereyra Lucena. En su texto curatorial Julio Sánchez escribió: “Ejemplo de una arquitectura industrial de un tiempo de «bonanza» y que hoy custodia barcos desguazados en el Riachuelo”. Hasta las 21, en el Palais de Glace, en Posadas 1725.

MIENTRAS TANTO

Las casas de escritores y sus detractores ADRID.– Una amiga inglesa con la que se comparten ciertos fanatismos literarios acaba de llegar de visita con un cajón de tesoros: todo tipo de memorabilia de la casa de Jane Austen en Chawton. Había mucho más en venta en la tienda de suvenires, aclaró, pero imaginó que esta redactora –que debe contenerse para no ponerle flores, velas e incienso su muñeca de plástico articulada que reproduce a la autora de Orgullo y prejuicio– ya habría ido varias veces. Quizá sea por haber entrevistado tantos escritores vivos en sus casas, y visto tanta ropa interior colgando a secar en los baños (Doris Lessing), cocinas desprolijas (innumerables) y un ocasional ratón (Paul Johnson). Quizá porque también hubo casas (Carlos Fuentes, Julian Barnes, Alain de Botton) tan exquisitamente ubicadas, decoradas, iluminadas que el interés por ellas terminaba compitiendo con el interés por el

M

JUANA

LIBEDINSKY Hubo casas tan exquisitamente ubicadas, decoradas, iluminadas que el interés por ellas terminaba compitiendo con el interés por el autor y su obra

autor y su obra. Pero la cuestión es que por estas razones las casas de los escritores muertos nunca fueron un imán considerable. Algo similar le ocurre a Anne Trubek en A Skeptic’s Guide to Writers’ Houses (Guía del escéptico a las casas de los escritores), aunque el problema de ella es más conceptual. Le molesta cuando se arman montajes con objetos de época, pero que no pertenecieron a los ilustres dueños o cuando se mezcla historia y ficción. La casa de Walt Whitman tiene un par de zapatos al costado de la cama que nunca pertenecieron al poeta y hojas desparramadas de otro autor para reproducir su célebre desprolijidad. Aún peor le parece la casa de Louisa May Alcott recreada para el gusto popular que exige ver algo adorable reminiscente del hogar de Mujercitas si bien la autora era un genio romántico torturado. Según Trubek, todo interés por

las casas es fetichismo y lo que importa del escritor está en sus escritos. Por eso se enoja cuando la gente trata de sobornar a los guías en la casa de Hemingway en Key West para usar su máquina de escribir, como si la magia del escritor la hubiera imbuido. (Lo que vio esta redactora es que otros turistas simplemente tratan de robarse un gato de los que hay decenas, todos, se supone, descendientes de los que acompañaban al escritor). Sin embargo, ver lo común y mundano de la casa de un escritor también conlleva el mensaje de que los autores son humanos y una obra maestra puede escribirse en cualquier parte. ¿Una cocina desprolija? Quizá sirvió de inspiración. Y aunque no fuera para una novela, quizá sí lo fuese para un plato delicioso con el que el escritor terminó feliz el día.

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Culto católico Santoral. San Quintín, mártir. Murió en el año 303, víctima de la persecución de Diocleciano. Liturgia. Se leen el libro de la Sabiduría (11, 22-12,2) y el Evangelio de San Lucas (19, 1-10).

Fe de erratas Ayer, en la nota “Ayuda con comida y con el corazón”, publicada en la página 43, se dijo erróneamente que Isabel de Simone era profesora universitaria cuando en realidad sólo dio clases en varias entidades sociales.