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La recesión se extiende al mercado laboral

21 nov. 2014 - La recesión se extiende al mercado laboral. Por: Juan Luis Bour. Economista jefe de FIEL. Con la industria en recesión desde mayo de 2013 ...
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Viernes 21.11.2014

La recesión se extiende al mercado laboral Por: Juan Luis Bour Economista jefe de FIEL

Con la industria en recesión desde mayo de 2013 (el IPI de FIEL acumula en octubre 17 meses de caída convirtiendo a ésta en la tercera recesión más larga desde mediados de los 70 en la Argentina) y con el PIB cayendo desde el cuarto trimestre del año pasado, no podía esperarse sino una contracción del empleo privado. La elasticidad al PIB del empleo (formal e informal) privado fue siempre positiva desde el 2000, promediando 0.33 en los últimos 4 años -aunque tuvo picos de 0.70 o más durante las recesiones en los últimos 15 años-. Con el empleo público creciendo un 4.5% en 2014 y el empleo agregado cayendo alrededor del 0.3%, el empleo privado caerá en línea con el PIB, entre un 1.4 y el 1.5%. Esta caída de empleo se asocia con la debilidad de la demanda dirigida a la industria, el comercio y los servicios. Es probable que la caída de salario real -estimada en un 5.6% promedio anual, con salarios nominales en el 31.7% e inflación del 39.5%- haya moderado la caída del empleo privado. La "masa salarial" que captura los cambios tanto en empleo como en salarios reales se habrá desplomado casi el 6%, lo que no es ajeno a la fuerte caída del consumo privado, similar a la registrada durante la recesión de 2009.

La expectativa para 2015 es algo más sombría: el empleo privado se está ajustando más aceleradamente en estos meses, particularmente en GBA, Gran La Plata y en algunos centros urbanos del interior. El problema no se traduce en mayor desempleo ya que Indec encuentra que cuando cae el empleo también cae la población que busca trabajo. Esta relación es muy fuerte, tal como revela el gráfico adjunto con variaciones (promedio de últimos tres trimestres) de tasas de empleo y de participación laboral (PEA/Población). Cuando la tasa de empleo cae 1 punto la tasa de actividad cae casi en la misma proporción. Este curioso resultado estadístico invita a tratar de encontrar las razones de un comportamiento que -de ser el habitual- daría lugar a tasas de desempleo virtualmente estables en el mundo: en una recesión, cuando cae el empleo, no aumentaría el desempleo ya que la población se retiraría del mercado laboral. Y hasta podría suponerse alguna simetría -para evitar resultados indeseados- por la cual cuando aumenta el empleo la tasa de desempleo no cae porque también aumenta la oferta de trabajadores. En suma, que con una relación entre tasas de empleo y actividad casi perfecta la tasa de desempleo sería un indicador inútil para evaluar lo que ocurre en el mercado de trabajo. Lo que la literatura nos enseña es que el comportamiento de las familias es en general diferente a lo que aquí observamos. En una recesión la caída del empleo lleva a algunos miembros del hogar a ingresar al mercado laboral. Es el viejo "efecto del trabajador adicional", un típico efecto ingreso. En parte ese efecto puede ser compensado si hay caídas de salarios reales (menor costo de oportunidad por no ingresar al mercado) pero este efecto suele ser de segundo orden de importancia cuando cae el empleo registrado y se desploman las expectativas de conseguir un trabajo. Por lo tanto habría que haber esperado en 2014 un aumento, no una caída de la tasa de actividad, y consiguientemente un aumento en la tasa de desempleo. Si la tasa de actividad se hubiera mantenido constante entre el tercer trimestre de 2013 y el mismo período de 2014 la tasa de desempleo -lo demás constante- se habría acercado al 11% (frente al 7.9% registrado) o hasta un 12.5% si no se corrigieran los datos "crudos" emitidos por Indec. Tal como explicamos en otro lado, parte de la explicación por la caída de la tasa de actividad -si vamos a admitir que las mediciones son correctas- habrá que buscarla en la proliferación de programas de empleo que "sacan del mercado" a trabajadores durante algún tiempo. Este efecto es particularmente fuerte entre mujeres jóvenes (en GBA la tasa de actividad de mujeres jóvenes cayó del 51% en 2004 a menos del 40% en la actualidad). Perpetuar subsidios no sólo reduce la PEA sino la "empleabilidad" de quienes por tener el subsidio se quedan fuera del mercado. Y garantiza que la demanda de subsidios seguirá creciendo en el futuro. En resumen, los datos más recientes del mercado laboral muestran que entró en un ciclo negativo que se encubre vía planes masivos que sacan gente del mercado, más otros planes que definen como ocupados a quienes -en realidad- reciben un plan por estar desocupados. Y a ello se suma el aumento de empleo público para "acolchonar" la caída de la demanda. Al cabo de varios episodios cíclicos y mucha volatilidad, la Argentina tiene hoy mayor proporción de informales y empleados públicos (el 64% de los ocupados) y menor proporción de trabajadores en el sector privado formal (apenas un 36%) que hace 20 años. La decadencia en el mercado laboral es un reflejo de las pérdidas de productividad de la economía. (*) Economista jefe, FIEL