i n s t y l e e n t r e v i s t a pa l l a r o l s
Juan Carlos Pallarols
Labrador de
deseos
El orfebre revela su nuevo anhelo: “trabajar vinculado a la moda y al diseño de joyas, con elementos que sirvan al estilo y sean sumamente exclusivos”.
Texto: Daniela Rossi
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a plata sabe reconocer el contacto de su cincel. Desde que la orfebrería fue un juego de niño hasta que se convirtió en su profesión, su pasión, la actividad a la que dedica su vida, Juan Carlos Pallarols estuvo rodeado de objetos únicos, irrepetibles, preciosos, que nacieron en sus ideas y se plasmaron a través de sus manos. Sexta generación de plateros, aprendió el oficio por necesidad junto a su padre en un austero taller de Lomas de Zamora. “Trabajábamos debajo de lo que había sido un gallinero, pero de allí salían cosas bellísimas”, recuerda de sus doce, trece años, cuando junto a sus hermanos comenzó a trabajar para que la familia saliera adelante. Después vino un mayor compromiso con el oficio, las primeras ventas de piezas, el colegio Sagrado Corazón de Lomas de Zamora y las clases en Bellas Artes. “Allí aprendí tantas cosas de mis maestros que hoy me sirven para afrontar la vida, para disfrutarla y que los esfuerzos sean más fáciles -rememora. Después de más de 50 años de hacer esto, no sé si sigo jugando o es un trabajo. Es de lo más placentero, hermoso, que se puede hacer en esta vida. Porque, además, es un generador constante de amigos. Cada cliente que viene a encargar algo, vuelve, compartimos un vino, conversamos”. Las ideas del juego y la amistad son una constante en el repaso que él hace de su camino. Por el taller de la esquina de San Telmo que mira a la Plaza Dorrego, con algunas paredes reservadas a fotos históricas, un piso superior en el que hay pinturas propias y otras salas dedicadas a ser museo histórico, pasaron pedidos de hombres y mujeres con historia. El cáliz con el que el Papa Juan Pablo II ofició la misa por la Paz en Buenos Aires en 1982, el bastón de mando de los presidentes argentinos desde 1983, varios objetos para Nelson Mandela, el rey Juan Carlos de España, Frank Sinatra, las rosas de plata para Lady Di, Liza Minelli, Máxima Zorreguieta. Todos esos trabajos salieron de la mesa larga, repleta de objetos y manos que trabajan, en donde un grupo -joven- de cerca de diez personas dedican su tiempo a la perfección.
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-¿Es conciente que su nombre se convirtió en una marca registrada? -Eso me hace sentir poco humano, lo de marca suena a duro, ¿no? Yo soy una persona reconocida, qué se yo. -Pero su trabajo le permitió conocer a personalidades destacadas de distintos ámbitos... -Nunca pensé que soy más que otro porque comí con el rey de España o con el Papa. Conocer tanta gente es un regalo que me hace mi trabajo. Y es un premio al esfuerzo, por eso todos debemos superar-
Garland le pidió este envase de perfume para una princesa qatarí
nos en lo que hacemos. Tratar de hacerlo bien, hacerlo mejor. Coherente con esa línea de superación, hoy afronta la remodelación de su espacio de trabajo: “hay que restaurar, proponer, no descansar para seguir avanzando”, cuenta. Pallarols se plantea nuevos desafíos. “Mi mayor anhelo para este año es comenzar a trabajar vinculado a la moda, el diseño de joyas, elementos que sirvan al estilo, y que sean sumamente exclusivos”, destaca. Con ese término el orfebre no se refiere únicamente a la calidad o precio de la pieza, sino que hace hincapié en otro sitio: “Si usted compra algo carísimo y bien hecho, pero de los que hay miles, ¿en dónde está la exclusividad? Yo busco que lo que hago sea único, irrepetible”. -¿Cuál es el objetivo máximo al que apunta con su trabajo? -Tengo claro que quiero trabajar para quedar en la historia, pero no yo como persona, sino la plata, los objetos que hago. Quiero ser un referente de belleza y exclusividad, que haya un progreso en el trabajo artesanal. En el último tiempo se priorizó la cantidad o el precio, y se descuidó la estética. A esta altura el interés por mejorar el bolsillo queda de lado, esa ambición debe trasladarse a otros ámbitos. -Además del trabajo artesanal, ¿qué busca que se destaque en un objeto Pallarols? -Siempre trato que se destaquen los materiales autóctonos, por ejemplo. La platería argentina es reconocida en el mundo entero. Además trato de usar maderas nuestras, cueros, piedras preciosas. Alguna vez escuché una definición que decía algo como “artista es aquel que puede hacer algo que sirva después de muchos años para identificar al autor y el lugar donde fue hecho”. Me gusta que se vea que mis piezas están hechas en Buenos Aires, en San Telmo, por una persona simple, y lo consigo. Ya mis piezas se conocen a simple vista. Eso para mí es un logro.
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a última visita que recibió en su taller se vincula a ese deseo. En su paso por Buenos Aires para la inauguración de un local de relojes Omega, la modelo Cindy Crawford lo visitó y le dejó un pedido para su tocador: una botella de un litro para el perfume que
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firmas con estilo. Para Dupont, Pallarols realizó una colección de plumas estilográficas, con plata, oro y piedras preciosas.
se pone cada mañana, hecho de cristal y plata. “Llegó sin aviso previo al taller, fue muy simpática, amable”, cuenta entre risas. Una solicitud similar había cumplido para una princesa qatarí, a quien la firma francesa Garland le creó un perfume según sus gustos y la sensibilidad de su piel, y Pallarols talló la botella que lo contenía. “Hicimos altares de iglesias, objetos para hoteles, arañas para un palacio asiático. Pero esta propuesta actual tiene que ver volver a ‘la pintura de caballete’, como le digo. El trabajo tranquilo, minucioso, exclusivo, de crear una obra”, se explaya. La colección de plumas estilográficas que grabó para Dupont, que además de plata son trabajadas con oro, piedras preciosas y semi preciosas, son la muestra más reciente de la dirección de su trabajo. “Hay que encontrar firmas que busquen lo mismo que uno”, sostiene, y confiesa que mantuvo reuniones con representantes de Jean Paul Gaultier y Karl Lagarfeld, además de haber realizado proyectos junto a Yves Saint Laurent. “Tanto ellos como yo nos identificamos con la concepción del trabajo”, asegura. 90
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Encargos especiales Cindy Crawford lo visitó en su taller de San Telmo y le encargó el diseño de una botella de un litro para el perfume que se pone cada mañana, hecho de cristal y plata. Una solicitud similar había cumplido para una princesa qatarí, a quien la firma francesa Garland le creó un perfume único. También realizó una colección de plumas estilográficas para Dupont, que además de plata son trabajadas con oro, piedras preciosas y semi preciosas. Ya mantuvo reuniones con representantes de Jean Paul Gaultier y Karl Lagarfeld, además de haber realizado proyectos junto a Yves Saint Laurent. “Tanto ellos como yo nos identificamos con la concepción del trabajo”, asegura.
“Soy un absoluto consumidor de productos únicos: desde el sastre que me confecciona los trajes a medida, sin importar las modas, hasta las frutas que elijo cuando voy al mercado. No siempre el modo de consumo refinado tiene que ver con el precio o las marcas, sino con el modo, la elección personal, el gusto”, explica sobre sus opciones cada día, en los que además de pintar y trabajar la plata, disfruta de otros hobbies. Cuida sus plantas en la casa, los árboles que tiene en el campo, alimenta a las palomas de la plaza, disfruta de cocinar su propia comida. “Llevo una vida simple, pero bastante pintoresca”, dice. -Después de tantos años de trabajo, ¿cómo se definiría a usted mismo? -Como un afortunado. Por el lugar en el que nací, por los padres y los hermanos que tuve, por el pueblo que me educó. En el tiempo que viene seguiré disfrutando de este mundo maravilloso, del frío en invierno y el calor en verano, porque todo es el mundo. Seguiré acompañando a mi nieta Meritxell y a los que vengan, disfrutando de la vida mientras dure.