El ingenioso musical de Pimpinela

8 ene. 2010 - de diez músicos que puebla el foso de la enorme sala del Auditórium. ... mujer) que vuelve a demostrar duc- tilidad, gracia y talento.
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Espectáculos

Viernes 8 de enero de 2010

LA NACION/Página 5

TEATRO Estreno: solidaridad y camaradería

Suben a escena Las chicas del calendario Continuación de la Pág. 1, Col. 3 de Nigel Col, pero también se realizó una versión teatral firmada por Tim Firth que ya lleva dos temporadas de éxito en Londres y que, esta noche, se estrena en Buenos Aires con dirección de Manuel González Gil y un elenco de, en apariencia, muy diferentes actrices, aunque todas ellas muy notables: Dora Baret, María Rosa Fugazot, Virginia Lago, Linda Peretz, Norma Pons, María Valenzuela y Rita Terranova. Hay también un hombre entre ellas: Norberto Díaz, un personaje clave en la pieza, su

Norma Pons

salud es la que desencadena parte de la lucha de estas mujeres. Las puertas del Metropolitan exponen una gran foto en la que este septeto femenino aparece ligero de ropas, con mucho photoshop. Claro, es el gran anuncio de la obra. Algo que puede tener un impacto muy fuerte pero, en verdad, esos desnudos no son un eje tan determinante en la pieza de Firth. Ese mundo que el autor busca develar posee dos elementos fundamentales: la amistad y la solidaridad. Dos cuestiones que, mancomunadas, posibilitan una acción común y determinante. Manuel González Gil lo sintetiza diciendo: “Esta obra tiene un canal emotivo muy importante, tiene un corazoncito muy lindo”. Es la primera vez que este grupo de actrices comparte el escenario, aunque algunas de ellas hayan participado de otros proyectos exitosos como Virginia Lago y María Valenzuela en Porteñas, o Dora Baret y Norma Pons en Flores

María Valenzuela

de Acero. Casi todas ya han tenido a González Gil como director. Hay unos espacios de trabajo conocidos y bajo una fórmula que, en otras temporadas, ha dado muy buenos resultados (Brujas, Porteñas, Monólogos de la vagina, Confesiones de mujeres de 30, entre tantas otras): el del teatro de mujeres. “Sí, es cierto, parece ser una buena fórmula –dice María Valenzuela– pero lo más interesante es que ese grupo de mujeres tenga algo que decir, que contar. Este proyecto parte de un caso real y entonces, como personas, pensar en lo

que hicieron estas mujeres produce una gran emoción. Estamos hablando de un acto casi revolucionario, en un pueblo pequeño; ellas se jugaron por amor, por solidaridad. Me impacta contar esta historia. Ellas tienen un gran desafío y, como mujeres bien ováricas, salen adelante”. Virginia Lago amplía el concepto: “Son mujeres inocentes, juguetonas, grandes, que deciden hacer algo por otros. Hablar de eso, desde el lugar de la inocencia y la ternura, es divertido y, a la vez, hondo. Se habla de la amistad, se habla de cosas que para todo ser humano son cuestiones muy movilizadoras, fundamentales y, a la vez, son cosas pequeñas. Y, a medida que pasan los años, me doy cuenta que las cosas pequeñas son las más fuertes. Cada vez le doy más valor a eso. En este mundo terrible, poco solidario, muy autista, rescatar estas cosas me parece muy importante”. Dora Baret hace ya un tiempo que ha decidido apostar a las clases en su espacio Actor’s Studio. Pero el productor Javier Faroni, con quien ha compartido múltiples proyectos, la convenció para que se integrara a este grupo de trabajo. “Es que leí el libro y me puse a pensar en lo que había pasado con estas mujeres reales y luego con las actrices que las recrean en Londres y sentí que era muy necia si no aceptaba.

MAURO V. RIZZI

El dúo Pimpinela y el elenco que protagoniza la obra La Familia llenan el teatro Auditorium, de Mar del Plata de carisma y de emoción

El ingenioso musical de Pimpinela La talentosa Valeria Ambrosio logró combinar humor, arte y creatividad con la estética kitsch del dúo Por Verónica Pagés Enviada especial

Muy buena ((((

Dora Baret FOTOS DE E. LASALVIA

El elenco, además, me encantó. Somos muy distintas. Es maravilloso vernos juntas. Pero hay algo más, estas mujeres hacen causa común frente a una enfermedad y eso posibilita crear conciencia. Muchas veces, estando atentos, podemos lograr que una enfermedad no llegue a ser terminal. Y ese es un punto muy fuerte, también en la pieza”. Las tres actrices toman el tema del desnudo en escena de manera muy distinta. Dora Baret prefiere no hablar del tema y se disculpa con una sonrisa cómplice. “Prefiero que la gente venga a vernos y nos descubra”, aclara. Virginia Lago, con cierta timidez reconoce: “son desnudos inocentes… es cierto que me da un poquitito de cosita….”. María Valenzuela está convencida que en el marco de esta obra “el desnudo dignifica, muestra la belleza de esas mujeres a su edad, en la madurez. Eso habla de una profunda libertad porque se hace por un fin solidario”. PARA AGENDAR

Las chicas del calendario, dirigida por Manuel González Gil. Metropolitan 2, Corrientes 1434. De miércoles a domingos, a las 20.30, y sábados, a las 20 y a las 22.

Pimpinela, la familia. El musical del Bicentenario Libro: Lucía y Joaquín Galán, y Valeria Ambrosio. Dirección general: Valeria Ambrosio. Intérpretes: Lucía y Joaquín Galán, Ethel Rojo, Giannina Giunta, Mariela Passeri, Ivanna Rossi, Mónica Lerner, Alejandro Dambrosio, Jorge Priano, Ruben Roberts, Mariano Taccagni y coro (Analía Riamonde, Agustina Faillace, Victoria Barnfather, Pilar Rodríguez Rey, Melisa Noé, Marina Pereyra, Evelina Bubillo, Marcos Gorosito, Ezequiel Carrone, Leo Tito, Oscar Lajad, Sebastián Codega y Sebastián Vitale). Dirección musical y arreglos: Gaby Goldman. Dirección coreográfica: Mecha Fernández. Dirección de coros: Ana Carfi. Diseño de arte: Ana Repetto. Escenografía: Luis Castellanelli. Vestuario: Kris Martínez. Multimedia: Maxi Vecco. Iluminación: Horacio Efrén y Pablo Hernando. Productor general: Maxi Ambrosio. Teatro Auditórium (Mar del Plata). Duración: 120 minutos.

MAR DEL PLATA.– No hace falta ser un fanático incurable de los Pimpinela para pasarla soberbio en este musical inteligentemente dirigido por Valeria Ambrosio. La directora tomó como eje –a partir de una idea conjunta de Joaquín, Lucía Galán y ella misma– la vida de la madre de estos dos cantantes para hacer un repaso de la carrera del dúo en el momento en que Lucía piensa abandonarlo. La mirada de la madre (Engracia Galán) es el hilo con-





ductor que va uniendo un presente conflictivo (por esta decisión) con el pasado: su propia llegada al puerto de Buenos Aires en la década del 50. En los dos extremos se trata de mostrar la fortaleza que se necesita para poder seguir adelante, para tomar decisiones sentidas, sinceras y siempre riesgosas. Con este panorama no es difícil adivinar que el espectáculo que se acaba de estrenar en Mar del Plata tiene mucho de emoción y nostalgia bien lograda, pero allí está Ambrosio para jugar con los climas y los ritmos, y se divierte colando en los momentos menos pensados altísimas cuotas de buen humor. Y aquí juega un papel fundamental el valioso ensamble de actores, cantantes y bailarines que logró formar y que está muy lejos de ser sólo un grupo multitudinario que llena la escena. El repaso de la vida de los Pimpinela da excusas de sobra para volver a escuchar sus canciones (el público ama esos momentos), pero no están puestas al azar, cada una cuenta (en un logrado equilibrio entre humor y emoción) algo de la vida de los personajes. Es en esos vericuetos chiquitos en donde se nota –otra vez– la mirada de Ambrosio. Ella logra que el dúo de hermanos juegue con su propia historia, con los prejuicios y las críticas que, desde el comienzo mismo, tuvieron que soportar: “Hacen música rara”, “Son mersas”, “En este momento [los años 80] sólo se escucha música de protesta”… Y también están los sueños, el cuadro sobre los de Lucía es maravilloso: melodías emblemáticas de la comedia musical suenan con las letras de los Pimpi. Y ahí detrás se lo descubre a Gaby Goldman, director musical, responsable de los arreglos y conductor en vivo de una orquesta

de diez músicos que puebla el foso de la enorme sala del Auditórium. Sería interminable enumerar la enorme cantidad de hallazgos que ofrece este musical, pero no se puede dejar de lado el trabajo de Ethel Rojo que interpreta a Engracia, la madre Galán, una española corajuda y divertida a la que Rojo desborda de vitalidad; también se destaca Jorge Priano interpretando a Don Joaquín, el padre del dúo; y se descubre con felicidad a Ivanna Rossi, la eterna novia del joven Joaquín (luego su mujer) que vuelve a demostrar ductilidad, gracia y talento. Son muchos más los que deberían aparecer, pero sería casi mencionar al cast completo. Y sí, están ellos, Lucía y Joaquín que tiene un carisma y un enganche con su público que los vuelven queribles hasta para los más reacios. Actúan, cantan, bailan, se ríen de sí mismos con una soltura contagiosa.

El baile, protagonista Otra responsable de este engranaje exacto es la coreógrafa Mecha Fernández, que dota de teatralidad a cada una de sus ingeniosas coreografías. También es destacable el diseño de arte de la siempre eficiente Ana Repetto. Con tanto ingenio creativo es fácil hacer la vista gorda con algunos detalles, con algunas fallas técnicas que dejaron mostrar los hilvanes, que seguramente se irán emprolijando con el correr de las funciones. En definitiva, Pimpinela, la familia es una producción grande, ambiciosa y tremendamente disfrutable que encuentra en Mar del Plata el entorno ideal para acomodarse y crecer. Sin lugar a dudas, el musical de “los Pimpi” es, hasta ahora, la gran sorpresa de la temporada marplatense.

(Post-solar) N Cómico

exitoso y galanes en fuga. En una temporada en donde varios espectáculos se están disputando para ser líderes de la taquilla, el único que no tiene dudas de su éxito y de su primacía es Antonio Gasalla, con su espectáculo Más respeto que soy tu madre, que anteayer vendió la entrada número 20.000 aquí, en Mar del Plata. El éxito de la obra lo puso bajo presión a Gasalla, que por contrato debía realizar sólo una función por día. Sin embargo, los números y los productores lo convencieron para duplicar las funciones a partir de este fin de semana. Quizá será una forma, ésta, de facilitarle al público la compra de entradas, ya que cada mañana la manzana del Neptuno se ve desbordada por las colas de curiosos e interesados en ver el espectáculo. Uno de los hechos más graciosos lo vivieron los protagonistas de Valientes. Luego del programa de Mirtha Legrand que se emitió anteayer, los tres galanes de la tira más exitosa tuvieron que escaparse por la cocina del hotel Costa Galana, ya que sus fans habían copado la salida. Esto no es nuevo para el trío, compuesto por Luciano Castro, Mariano Martínez y Gonzalo Heredia: al terminar sus funciones en el América, cientos de adolescentes esperan a la salida para sacarse fotos con ellos, quienes deben salir del teatro escoltados por sus guardaespaldas.