El santiagueñazo del clan musical

vim da Bahia”, “Chega de saudade”,. “Meu bem, meu mal”, “Camisa amare- la”, “Vatapá”, “A felicide”, “Eu preciso de você”, “Festa do interior” y “Acua-.
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Espectáculos

Página 2/LA NACION

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Miércoles 27 de enero de 2010

MUSICA POPULAR Los Carabajales: el nuevo grupo debuta esta noche en Cosquín y presenta su primer disco

Postales de un festival que sigue sin dormir Una maratón de artistas y de encuentros musicales

Saga 2010 Roberto y Cuti (arriba); Mario, Peteco y Kali (abajo) antes de la presentación en vivo del nuevo grupo de la tradicional familia que renovó el cancionero folklórico FOTOS DE IRMA MONTIEL

El santiagueñazo del clan musical Continuación de la Pág. 1, Col. 5 la nostalgia cuando se le pregunta por esta reunión. “Siempre estuvo. Lo que pasa es que nosotros, de jóvenes, siempre nos hemos juntado en La Banda, en fechas importantes co mo el cumpleaños  de la abuela o para fin de año. Y si andamos de viaje y un domingo nos queda libre, a veces nos vamos para allá y coincidimos en el patio de la casa de la abuela”, dice Roberto. “La nostalgia está también en las ganas. Después de treinta años nos damos este gusto: una satisfacción para el alma más allá de lo económico. Creo que los muchachos sintieron la misma necesidad.” La idea de la reunión fue de Roberto. Luego Peteco se animó a darle forma a la producción. “Me acuerdo de esa reunión por el programa especial dedicado al grupo Los Carabajal (por sus cuarenta años de historia). Roberto propuso hacer algo aunque todavía no teníamos en claro qué y, bueno, así como somos nosotros nos sacamos fotos todos juntos. Después



les pedí que me dejaran buscar el repertorio y ser el productor artístico. Conseguimos estudio, ensayamos y grabamos.” La sangre tira y la mejor definición al respecto es la que da Cuti en la lámina interna del flamante CD: “Que esto sirva de ejemplo a nuestros hijos para que piensen que la familia es lo mejor que uno tiene”.Y perfectamente se complementa con la de Kali: “Creo que mi padre, Enrique, en el cielo, se debe estar frotando las manos por esta unión de los cinco”. En el CD incluyeron 16 canciones, entre las que figuran, por supuesto unas cuantas chacareras (“De fiesta en fiesta”, “Borrando fronteras”, “Corazón verdugo”, “Cielo o infierno”, “Cuando me abandone el alma” y “Aleluya chacarera”). Pero también hay alguna huella o piezas que salen del entorno natural del clan santiagueño, como “Si me voy antes que vos”, de Jaime Roos, y “Oración del remanso”, de Jorge Fandermole. –¿Cómo suena este disco? Mario: –Es indudable que estas voces son familiares para la gente. Todo tiene que ver con un sello. Cada uno tiene el suyo, pero todos sonamos a Carabajal.

Peteco: –Como productor, mi idea fue retornar al sonido que teníamos en ese momento: guitarras, bombo, violín y voces. Pero sin retorno nostálgico en cuanto a repertorio, porque Los Carabajal siempre fuimos para adelante, marcando tendencia, imponiendo temas. Esa fue la ca-

“Los Carabajal siempre fuimos para adelante, marcando tendencia, imponiendo temas” racterística notable del conjunto en todas las épocas. Por eso ahora no podíamos volver atrás. La idea era también proponer algo nuevo con el sonido, aunque la instrumentación fuera la de antes. –¿Siguen después de Cosquín? Mario: –Mirá, estamos dejando el

testimonio de un disco grabado. Estas uniones son necesarias y están por encima del individualismo. Pero hemos terminado un año intenso y ahora nos juntamos todos en Cosquín y trataremos de ordenar todo lo que se viene. Carabajales es algo con lo que la vida nos premia y es hacer más fuerte el lazo sanguíneo y dejar este testimonio de la importancia que tiene, por lo que se fue haciendo todo este tiempo. El apellido dio a la cultura un movimiento que significó mucho para los músicos que trabajan hoy profesionalmente y para el público en general, que aprendió y disfrutó de esta música que fuimos desarrollando. Peteco: –Con los Carabajal nunca fuimos exitosos en la venta de discos. Pero a la larga se fueron imponiendo los temas. Ojalá que se vuelva a dar eso y que los jóvenes nos tomen de referencia. Por supuesto, presentamos en Cosquín el disco y luego lo haremos en algún teatro de Buenos Aires. A partir de ahí, quedaremos a la espera de convocatoria para poder cantarlo en ciudades como Córdoba o Rosario. Pero la idea principal no es generar un éxito, sino dejar testimonio de esto que estamos haciendo.

COSQUIN.– Cuando alguien dice que en días de festival Cosquín no duerme, hay que creerle. Ayer, entre la mañana y el mediodía, integrantes de Los Nocheros, Los Tekis y Canto 4 improvisaron una guitarreada regada con buena bebida en la pileta de un hotel de esta ciudad. Unas horas antes, en una madrugada avanzada, la peña de Pica Juárez estallaba con una actuación de Luis Salinas, y cerca de la plaza Próspero Molina quedaban los ecos de la sexta luna, que tuvo un poco de todo: de Gal Costa a Raly Barrionuevo (que en conferencia de prensa dijo cosas que darán que hablar). También se escuchó el proyecto latinoamericano que comparten el charanguista Rolando Goldman y músicos venezolanos; el espectáculo Quebradeños (colectivo musical que reúne a Tomás Lipán y Balbina Ramos, entre otros); “Tal para Juan”, un encuentro de los guitarristas Juan Falú y Juan Quintero, y el show de autohomenaje que dio la delegación de Córdoba, con músicos de la provincia y casi un centenar de bailarines. La lista sigue. Gal Costa fue el número musical fuerte de la noche y el que más inquietud generaba entre los organizadores por la respuesta que le brindaría el público. Con enorme oficio, la cantante brasileña enfrentó por primera vez a la audiencia festivalera y hasta intentó varias veces hacerla cantar; con una especie de show de grandes éxitos: algunos muy pegadizos y fáciles de seguir con palmas, otros con la complejidad que caracteriza a la música del

Video. Mirá a Raly Barrionuevo en la conferencia de prensa. www.lanacion.com.ar

Brasil. Fue de las músicas de Barroso y Caymmi a las de Jobim y Veloso. “Eu vim da Bahia”, “Chega de saudade”, “Meu bem, meu mal”, “Camisa amarela”, “Vatapá”, “A felicide”, “Eu preciso de você”, “Festa do interior” y “Acuarela do Brasil”, entre otras. Por su parte, Raly Barrionuevo dio un show impecable, acompañado por un grupo acústico en el que se lució la pianista Elvira Ceballos, con las canciones de su último disco. Allí grabó temas añejos de diferentes autores; esta propuesta no está en la misma línea de los CD anteriores, en los que predominan las composiciones propias. Minutos después, en conferencia de prensa, lamentó que este año no se hiciera el Festival de la Chacarera, en Santiago del Estero, y se refirió a los festivales más chicos. Raly explicó que con lo que se paga de cachet a los artistas famosos es difícil recuperar el dinero y poder producir la edición del siguiente año. “Hay que adaptarse a esta realidad”, concluyó el artista santiagueño de Frías (ver video).

Raly, un set criollo convincente

Gal Costa, con un repertorio de hits para lograr el aplauso del público

Mañana se inaugurará el Pabellón Argentino Bicentenario

Para escuchar entre el ruido de la ciudad Buenos Aires Sonora y la compañía Espacio Contemporáneo inaugurarán el lugar con la obra Oí(r) el ruido Oí(r) el ruido. A siete años de su fundación, el colectivo musical Buenos Aires Sonora parece haber encontrado en el título de su nueva performance una buena síntesis de su propuesta artística, atravesada ciertamente por pretensiones científicas, políticas, docentes y experimentales. Desde aquella puesta en escena instalada en medio de la Plaza de Mayo en 2003, con la que sacaron a la calle su proyecto, esta agrupación ha intentado, una y otra vez, amplificar ruidos escondidos en la ciudad, estuvieran éstos en los tensores del Puente de la Mujer o en las esculturas de León Ferrari. “La ciudad como máquina de ruido”; “transformar el espacio de uso cotidiano en un instrumento o estación musical”; “apropiarse del espacio público como una suerte de reparación después de años de prohibición de ese mismo espacio por la dictadura”. Las definiciones de Martín Liut, director de este grupo de docentes, egresados y estudiantes de la Carrera de Composición con Medios Electroacústicos de la Universidad Nacional de Quilmes, disparan pautas en distintas direcciones y revelan la ambición sonora, experimental e intelectual que cruza toda su obra.

Zona de riesgo Mañana, a partir de las 21, en la inauguración del Pabellón Argentino Bicentenario, ubicado en Libertador al 3600, Buenos Aires Sonora presentará por única vez Oí(r) el ruido, una intervención sonora y visual pensada junto con Diana Theocharidis, directora de la compañía de danza Espacio Contemporáneo. “Hace cinco años le decíamos a la gente que podíamos hacer música con lugares y nos miraban raro –dice

La agrupación Buenos Aires Sonora intervendrá sonora y visualmente el pabellón ubicado en Libertador al 3600 MARIANA MILANESI

Liut–, pero ahora los arquitectos nos llaman para que intervengamos sus edificios. Con el grupo hacemos dos tipos de trabajos: con algunos espacios trabajamos con la historia del lugar, como fue lo de la Plaza, y con otros vamos a un lugar y transformamos el espacio de uso cotidiano, como lo haremos ahora, y armamos una estructura musical, que es una improvisación pautada y no tiene nada que ver con componer una obra, una sinfonía, en tu casa.” Liut asegura: “La idea es muy lúdica: trabajamos sobre los papeles, en el aire, con una idea primaria de guión, muy global, que a medida que la probamos termina de cerrar con los detalles. Se compone de lo general a lo particular. De hecho, casi siempre terminamos teniendo partituras de todo, como si la partitura llegara

al final y no al principio. En este tipo de obras, trabajar previamente con una partitura no tiene sentido, porque hasta que uno no va al lugar y prueba, no sabe cómo puede llegar a sonar, ya sea por el material o por el entorno compuesto por los edificios de alrededor, los automóviles y la gente que pasa a determinado horario o lo que sea”. –¿El riesgo es parte de la esencia del grupo o de las circunstancias? –Eso de tirarse sin red tiene mucho que ver con la propuesta. Si uno quiere escribir algo de manera obsesiva, escribe para piano –muchos de nosotros lo hacemos–. Pero acá el juego un poco es salir al riesgo. En una sala para conciertos, estás legitimado por la institución, por más que hagas un delirio. En cambio, cuando

salís a la calle, te ponés en igualdad de condiciones con la gente que pasa y se queda, o la que pasa de largo. De hecho, hay que pensar la música de otra manera, pensar escenas que funcionen globalmente, pero que si uno pasó cinco minutos entienda también de qué se trata. En ese sentido, es muy apasionante porque cambia todas las reglas de juego de cómo se hace música tradicionalmente. Entre los proyectos para este año de Buenos Aires Sonora se encuentran su primera instalación interactiva, con las radios comunitarias porteñas como eje, y una intervención al teatro de La Plata. “Son desafíos nuevos que nos generan nuevos problemas para resolver y, en parte, así es como funcionamos.”

Sebastián Ramos