ESPECTACULOS
I
Sábado 16 de abril de 2011
OPINION TEATRO ((((( MUY BUENA
TEATRO
TEATRO
((((( MUY BUENA
ERNESTO
SCHOO
Treinta y cinco horas de loco amor
B
uenos Aires ha conocido por lo menos tres versiones de Querido mentiroso, la pieza de Jerome Kilty sobre la correspondencia entre George Bernard Shaw y su gran amiga, la actriz Mrs. Patrick Campbell. Inda Ledesma y Ernesto Bianco la interpretaron en los años 60, justo cuando llegaban en gira María Casares y Pierre Brasseur, que la hicieron en francés (resultado: los argentinos superaron a sus colegas franceses). No hace mucho, Norma Aleandro y Sergio Renán la protagonizaron en el Maipo, con resonante éxito, y la llevaron en triunfo a España. En el delicioso libro de Patricio Gannon Esqueletos divinos (ver columna de dos semanas atrás, sobre Gordon Craig), se dedica un capítulo a la señora Campbell y su relación con el sarcástico escritor irlandés. Ella se llamaba Beatrice Stella Tanner, nació en Londres en 1865 y su primer marido, Patrick Campbell, murió en la guerra de los boers, en 1900. Stella se volvió a casar pero conservó el apellido Campbell. El talento y la exótica belleza de Stella pronto la destacaron: su primer triunfo resonante fue en The Second Mrs. Tanqueray, de Arthur Pinero. Shaw era por entonces un temido crítico musical, bajo el seudónimo de Corno di Bassetto, y quedó encandilado por Mrs. Campbell, “sobre todo por su manera de tocar el piano” en la pieza de Pinero. Quince años antes de escribirla, Bernard ya había concebido Pygmalion para Stella; pero resultaba difícil proponerle el papel de una vulgar florista callejera; y, además, la actriz tenía ya 49 años. Invitada a tomar el té por una amiga común, la señora Campbell se encontró allí con Shaw, quien casualmente les leería su última comedia. Al vuelo, Stella comprendió que ese papel era para ella y lo aceptó sin más. De pronto, el empecinado misógino cayó en las redes de la sirena: “Me sentí enamoradísimo, comencé a soñar y a soñar y a caminar por el aire toda una tarde y el día siguiente, tal como si mi próximo cumpleaños fuese tan sólo mi vigésimo aniversario. Nunca ha habido nada tan sublime y tan ridículo en toda la historia del mundo. Estuve enamoradísimo durante casi treinta y cinco horas”. Dice Gannon: “De esta época data la increíble correspondencia de Shaw y Mrs. Campbell, que acaba de publicarse (1971) en Londres. Las cartas son conmovedoras, siempre ingeniosas, a veces ligeramente ridículas. La primera, del 6 de febrero de 1913, comienza por repetir el nombre de Stella 29 veces…”. En los años 30, la señora Campbell, tras un módico intento de hacer pie en Hollywood, se retiró a vivir en París. Huyendo de la ocupación nazi, murió en Pau, pobre y olvidada, en 1940.
Interesante trabajo de luces de Fretes y James COMEDIA DRAMATICA
FABIAN MARELLI
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Nacha Guevara y Ariel Leyra, en la escena en que ella aprende a leer y a escribir MUSICAL
Tita, una vida en tiempo de tango Nacha Guevara, en una encarnación con respeto y talento L LIBRO: NACHA GUEVARA Y ALBERTO NEGRIN L ORQUESTACION Y DIRECCION MUSICAL: ALBERTO FAVERO L INTERPRETES: NACHA GUEVARA, MARCOS WOINSKI, CHRISTIAN GIMENEZ, ANDRES ZURITA, ALEJANDRO VAZQUEZ, JULIO BALMACEDA, CORINA DE LA ROSA, STELLA MARIS FAGGIANO, ALEJANDRO GALLO COSENDE, DIEGO GAUNA, ARIEL LEYRA, MONICA MATERA, MELISA NOE, MONICA PARRA, OSCAR MARTINEZ PEY, PABLO ROJAS, OLGA SELVAGGI Y NORBERTO TRUJILLO L ESCENOGRAFIA: ALBERTO NEGRIN L VESTUARIO: FABIAN LUCA L ILUMINACION: NACHA GUEVARA L SONIDO: GASTON BRISKI L COREOGRAFIA: C. DE LA ROSA Y J. BALMACEDA L PUESTA EN ESCENA Y DIRECCION: NACHA GUEVARA L TEATRO: METROPOLITAN 1 L DURACION: 90 MINUTOS
Es un fuerte homenaje. Es un homenaje sensible, entrañable, que tiene un valor extra. Una artista irreverente, provocadora, muy reconocida en su tiempo (los años 60) y aún hoy, parecería confrontarse con otra que, algunas décadas atrás, tuvo el mismo ímpetu a la hora de la creación. Tita Merello/Nacha Guevara: dos mujeres intensas, con estilos muy particulares que construyeron y construyen sus mundos creativos entre el teatro y la canción. Hay una misma pasión: el arte. Hay unas personalidades fuertes que pelean por unos ideales que, hoy por hoy, van más allá de esas cuestiones que la “chismografía” periodística puede o ha podido captar. Y eso está muy bien. Son mujeres que definen épocas. Una de ellas –Nacha Guevara– se planta en escena para recordar a la otra –Tita Merello– y, seguramente, para confirmar que hay una tradición de artistas en la Argentina de la que no se puede escapar. Porque, por suerte, Buenos Aires, en este caso, es así: habrá listas negras, habrá gobiernos que intenten deshacerse de sus artistas, rechazarlos, embaucarlos,
ningunearlos, pero no pudieron ni podrán negarlos en el imaginario del público. Tita. Una vida en tiempo de tango es un espectáculo con ciertos defectos: el elenco es heterogéneo; quizá las coreografías deberían mostrar una propuesta de danza no tan contemporánea; quizá los cantantes masculinos deberían tener un estilo más próximo al de Hugo del Carril; quizás esa dramaturgia que construye la dupla Guevara/Negrín debería no ser tan fragmentada, tan pequeña a la hora de armar situaciones; pero claro, ¿cómo contar la vida de quien protagonizó Filomena Marturano o Los isleros? Todos esos “quizá” se van perdiendo a medida que el espectáculo avanza. La voz en off de Tita Merello que relata fragmentos de su vida o da cuenta de su pensamiento, las imágenes cinematográficas que acercan su estilo de actuación tan intenso y tan primitivo (y lo dice alguien que analiza la actuación en el siglo XXI y que se sorprende, porque la misma Tita Merello explica que el hambre, la mala vida y el desamor la obligaron a aprender
a actuar). Y Nacha Guevara canta aquellos temas que popularizaron a Tita Merello. Y no desde la imitación, sino desde la pura recreación, poniendo con fuerza su mundo interior, con esa sabiduría que da el respeto y señalando que mucho aprendió de aquellos que marcaron el camino en la historia del espectáculo porteño. Hay mucho virtuosismo en los arreglos y la dirección musical de Alberto Favero, como también en la escenografía de Alberto Negrín y en la iluminación de Nacha Guevara. Entre los tres construyen unos mundos simbólicos que atrapan por su intensidad. Y, en verdad, uno deja la platea, su butaca, llevándose a Tita Merello en el recuerdo. Pero, también, a Nacha Guevara. Hay algo de las dos que resulta, extrañamente, indisociable. Hay unos mundos creativos personales que se confrontan, se proyectan. No compiten. Simplemente, aquí queda claro que una actriz, una cantante, una artista sólo podrá encontrar en su propia vida, el germen de su creatividad y potenciar su talento.
Carlos Pacheco
Se alquila, con una condición AUTOR Y DIRECTOR: DIEGO CASADO RUBIO L INTERPRETES: CHELA CARDALDA, ESTELA GARELLI, EMILIANO DIONISI L PARTICIPACION EN OFF: RODOLFO VALSS L ESCENOGRAFIA: ARIEL VACCARO L VESTUARIO: VESSNA BEBEK L ILUMINACION: LEANDRO FRETES Y JIMMY JAMES L MUSICA ORIGINAL: DIEGO MENGE L COREOGRAFIA: FABIANA POUSO L ASISTENTE DE DIRECCION: JUAN BORRASPARDO L ASISTENTE GENERAL: MARINA ROSETTI L SALA: LA CARBONERA, BALCARCE 998 L FUNCIONES: SABADOS, A LAS 21 L DURACION: 60 MINUTOS L
Una historia familiar que no es tal. Un entramado de relaciones personales que todo el tiempo parece quebrarse. Conflictos que se disparan, pero que apenas tienen solución o, sencillamente, nadie se hace cargo de ellos. La nueva experiencia del director Diego Casado Rubio juega con el teatro, el relato, la música, la danza, las imágenes. La soledad es el germen del proyecto. Tres seres indefensos se juntan a compartir sus vidas a partir de un aviso en un diario que ofrece habitaciones en alquiler. Hay una condición, compartir la vida no sólo con la dueña de casa, servirle de compañía, sino también transformarse en su familia. Ella no pide dinero a cambio del alquiler. Sólo entregarse al juego que programa y, de allí en más, intentar algo mayor: quizá ser feliz. ¿Es que se puede de esa manera? España (Casado Rubio es español) y la Argentina se cruzan en la trama. Los datos y valores que aparecen, de uno y otro país, potencian la historia. Algo del mundo de los inmigrantes se hace carne y así esa tríada de personajes adquiere mayor relieve. Por momentos, la soledad y la tristeza se hacen una; ellos parecen no reconocer el placer aunque lo deseen. Están muy devastados. Tres destacados intérpre-
tes (Chela Cardalda, Estela Garelli y Emiliano Dionisi) componen a esas criaturas indefensas con mucha entrega. Poseen personalidades muy opuestas y, sin embargo, cada uno da a su mundo personal una carnadura especial. No es sencillo hacerlo. La historia se desarrolla por carriles muy fragmentados en el relato, las situaciones de las que participan son pequeñas, aunque siempre contundentes. Aun así, Ramona, Lucía y Amador, dejan ver una profunda sensibilidad y, si en algún momento pueden parecer seres muy patéticos, finalmente una luz interior que proyectan los torna muy entrañables. El montaje de Diego Casado Rubio es complejo y a la vez muy atractivo. Se completa con una muy buena escenografía de Ariel Vaccaro y una destacada iluminación de Leandro Fretes y Jimmy James. Diseña pequeños ambientes para cada situación, en ellos sólo unos pocos objetos refuerzan las acciones de los intérpretes. Y cuando quiere develar algo más de la interioridad de los personajes recurre a imágenes audiovisuales. El equilibro que consigue es muy creativo y sobre todo intenso, conmovedor.
Carlos Pacheco
REGRESO
Ernesto Acher
Humor que se mantiene Ernesto Acher y su espectáculo clásico Luego de más de una década de no trabajar en Buenos Aires, Ernesto Acher está presentando una nueva versión actualizada de su espectáculo Humor con Acher, en cuatro únicas funciones, de las cuales restan dos, hoy y mañana, a las 21.30, en Notorius, Callao 966. Acher es músico y humorista y forjó su nombre en las filas de Les Luthiers, durante los años 70, para convertirse luego en el creador de La Banda Elástica, a fines de los 80. En 1993, casi por casualidad, surgió el espectáculo que presenta ahora, cuando le propusieron que hiciera un unipersonal en un pub de Belgrano. Para esta propuesta, creó un personaje –él mismo en rigor– que da una conferencia sobre el humor en la que intenta mantener la seriedad, pero no lo logra. Aquella propuesta iba a durar dos semanas, pero continúa vigente.