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espectáculos
| Lunes 30 de septiembre de 2013
teAtro
Unipersonal con estética propia
En el estudio de Los 40 principales, Paoloski hace su rutina
soledad aznarez
Así en el micrófono como en la pantalla protagonistas de la radio. En su mejor momento,
Germán Paoloski ahora conduce en Los 40 principales Alicia Petti
PARA LA NACIoN
Con 39 años, Germán Paoloski lleva una carrera prolífica tanto en radio como en TV, donde realizó el mejor aprendizaje: todas las tareas de producción. Desde hace seis meses conduce Guatsap, en Los 40 principales (FM 101.5); anima con Mex Urtizberea en la señal ESPN Pura química, un ciclo de gran audiencia, y conduce Diario de medianoche, por Telefé. Todo es felicidad. Además, espera su primer hijo con Sabrina Garciarena. Comenzó en los medios haciendo periodismo deportivo, primero como productor y luego como conductor. Sus comienzos fueron en La Red (AM 910), como productor de las tiras deportivas de los domingos, con Fernando Niembro y Héctor Caldiero. Pero en 1997 pudo salir a cubrir equipos con el resto de
sus compañeros. Así trabajó hasta 2000, y en 2011 condujo el programa de la tarde de la FM de ESPN, junto con Mechi Margalot y Sebastián Almada. En la televisión emprendió el mismo camino: arrancó como productor. “Eso te va enriqueciendo, te da el conocimiento para que todo funcione bien”, explica. Guatsap tiene seis meses al aire, en una de las FM que tienen una mayor audiencia juvenil. “Muchos jóvenes la eligen porque tiene la música que quieren escuchar. Para Guatsap (lunes a viernes, de 9 a 12), llevar una transición de la música a la palabra fue todo un desafío. El programa trata de acompañar a la gente con buena música y con una buena cantidad de temas, y también, con la palabra. Generamos entretenimiento, ida y vuelta con el público y buen humor. Desde el principio buscamos empatía con el oyente. En materia musi-
cal, estamos alineados con lo que significa 40 Principales en todo el mundo. La radio está en México, España, Chile, Colombia, con una línea bien definida, y nosotros no podemos apartarnos de ella, con temas que pegan mucho: música en castellano, reggaetón, pop, algo de rock”, explica. Paoloski cuenta con destacados columnistas, como Dalia Gutman, creativa y con gran humor; José Chatruc (su divertido amigo de la infancia); Cristian Domínguez, que pone su impronta juvenil; Evelyn Botto en la locución; David Esquenazi, operador técnico; Gabriel Marsili y Matías Arreseigor en la edición, y Alejandro Brandi, y Maximiliamo González Iramaín en la producción. “Tenía muchas ganas de volver a la radio y generar un espacio como éste, que no fuera de deportes. Estoy muy contento, aprendiendo y con humildad. No
Dominici, de revelación actoral a director joven talento. Además de los premios
recibidos, montó su primera obra eatral
Nicolás Dominici, destacado intérprete Es uno de los actores jóvenes –con 27 años recién cumplidos– más destacados de su generación. Nicolás Dominici obtuvo el premio María Guerrero al estímulo, fue nominado al ACE y es uno de los elegidos de Agustín Alezzo, su maestro, con quien lleva realizadas ya cinco obras consecutivas como intérprete, una de ellas como codirector. Además, debutó en la dirección con Hablemos a calzón quitado, se desempeña como docente teatral y es licenciado en Letras. En sus inicios fue Belgrano, en los actos del colegio, y hasta Juan Pablo II, cuando debutó en un escenario profesional. Nicolás tiene voz de barítono y habla pausado. Hoy se ríe y ahuyenta la tristeza que le causó no haber podido ingresar al IUNA: “Atravesé la crisis de la adolescencia, cuando no sabía qué hacer. Me gustaba mucho el teatro y también la literatura. Di el examen en el IUNA y quedé primero en lista de espera. «¿Qué significa quedar primero en lista de espera?» Me enojé y fui a parar al estudio de Carlos Gandolfo”. Se produjo el primer clic, como él define esos momentos de hallazgo, momentos
laura cano
donde la nube de dudas se evapora y emerge la luz. Después comenzó a estudiar en la escuela de Agustín Alezzo y mientras promediaba su formación empezó a participar de las obras que dirigía Alezzo. Primero Otros tiempos de vivir, de Thornton Wilde, y luego El rufián en la escalera, de Joe orton, el protagónico que llamó la atención de la crítica como un matoncito de los bajos fondos londinenses. Después llegó Voces de familia, donde interpretaba un largo monólogo, y El círculo, de Donald Margulies. Para esta última pieza, Alezzo lo convocó no sólo para actuar, sino para codirigir juntos: “Cuando me llama y me lo propone le dije: «Estás loco». Entonces me explicó que cuando uno comienza a dirigir conviene tener actores que conocen bien el oficio, que tienen más escenario que uno. Como siempre, tenía razón”. Hoy Nicolás es docente en la escuela de Alezzo y muchos alumnos son mayores que él: “Me apasiona tanto enseñar como actuar o dirigir. Siempre mentí un poco mi edad porque empecé a dar clases cuando tenía 24 años”. Incluso llegó a dirigir
me parece mal reconocer que uno aprende todo el tiempo y que ni el más avezado conductor la tiene clara en todo. Escucho radio desde chico y siempre soñé que de grande iba a estar en un estudio, trabajando. Es un sueño cumplido, sobre todo por estar en esta radio tan importante. Y escucho bastante radio, porque estoy mucho en el auto, yendo de un trabajo a otro. En el caso de Pura química, es la vida de un músico, un actor, un deportista. Me ayudó mucho haber hecho Operación Triunfo, que aunque duró poquito me ayudó a mostrarme de otra manera. Todo lo que voy haciendo me sirve para aprender y no estancarme”. –Estás en un año muy especial en lo laboral y en lo personal… –Sí, viene mi primer hijo. Estoy en pareja con Sabrina Garciarena, una gran actriz y mi amor. La admiro mucho, siempre me gustó lo que hacía. Éramos muy amigos, teníamos grupos en común, y nos terminamos enamorando. Después, ella trabajó mucho afuera. Los viajes hicieron que la relación se resquebrajara un poco, estuvimos separados, cada uno hizo su vida, pero por suerte lo pudimos sobrellevar. Ahora, por suerte, estamos bien, conviviendo y esperando la llegada de nuestro primer hijo. Un año completo. ¡Que más podría pedir! ß
a una de las personas más influyentes en su carrera, su maestro Lizardo Laphitz. Su formación como actor siempre marchó de la mano de su formación literaria. Cuando comenzó sus pasos en el estudio de las Letras sintió otro ruido en su cabeza, como una dinamita. “El primer día de clases salí conmocionado. La profesora habló dos horas sin parar. Rimbaud, Baudelaire, Platón. La cabeza me estalló. Todo el tiempo luché entre ambos mundos porque un actor analiza una obra de una manera diferente que un académico o estudioso de las letras. Son análisis distintos, con un objeto de estudio distinto, pero para el trabajo de dirección me sirve muchísimo poder conocer esas estructuras.” Poco después de terminar con Los justos, Nicolás estrenó como actor otra obra con dirección de Alezzo, Sombras en el jardín (Auditorio Losada, sábados y domingos, a las 20): “Me conmueve mucho este texto porque habla sobre la diferencia entre amar a alguien o necesitar a alguien. No es lo mismo. ¿Por qué hay gente que permanece junto a otra durante tanto tiempo? ¿Es un amor genuino o sólo se necesita del otro?”. En Hablemos a calzón quitado, Nicolás dirige a oscar Giménez, Pablo Plandolit y Ulises Pafundi. Este último se preparó para su personaje de un joven espástico yendo a centros especiales. “Me llamaron ellos y al principio me dio un poco de miedo porque esta vez sí que estoy solo, con todas las decisiones que tomar. El trabajo del director es como el de un guía que va iluminando a un grupo”. Esta producción es una nueva versión de la pieza que estrenó Guillermo Gentile en los años 70. Nicolás no es una joven promesa. Es un actor que demuestra con hechos su calidad en cada interpretación que realiza, cada vez que se sumerge en un texto o dentro de una criatura: “Alezzo me enseñó que el actor tiene que ver a sus personajes con humanidad. Tratar de contar algo con una visión humana y de no juzgar. Uno está socialmente armado con prejuicios y todo artista tiene que hacerlos estallar, sacarlos de su cabeza”, explica.ß Laura Ventura
Hablemos a calzón quitado Dirección de Nicolás Dominici. Sábados, a las 22; domingos, a las 17 El Duende, Aráoz 1469.
Sombras en el jardín
Dirección de Agustín Alezzo. Sábados y domingos, a las 20. Auditorio Losada, Corrientes 1551.
Favio Posca sabe cómo dejar contento a su público painkiller ★★★ . buena. actuación: Favio Posca. creación y dirección:
Favio Posca y Luisas Cayetana. música: Favio Posca. dirección musical: Martín Tucán Bosa. escenografía, iluminación y visuales: LCX & Parteners. teatro: La
Plaza. funciones: jueves, a las 23.30; viernes, a la medianoche, y sábados, en la trasnoche de la 0.30. duración: 110 minutos.
S
i hay algo para decir sobre Favio Posca es que su estética es profundamente personal, aplicable a él y sólo a él. Desde sus inicios pudo verse en sus espectáculos un intento de encontrar y producir un nuevo espacio teatral en el que pudiera albergar sus objetivos estéticos y comerciales. Y lo ha logrado. Tanto que a lo largo del tiempo él, como todos los que venimos de entonces, fue creciendo, y su público se fue renovando. Jóvenes muy jóvenes, en pareja o entre amigos, disfrutan y estimulan cada una de las irreverencias que llegan desde el escenario. Un público profundamente participativo para un artista que disfruta de ello aunque se encuentre en la vereda de enfrente de la improvisación. Hay una marca Posca y eso es indudable. A quien le gusta encontrará en este nuevo espectáculo un Posca auténtico: los personajes característicos en situaciones dife-
rentes, mucha música, mucho video y mucho despliegue físico. Posca da cuenta segundo a segundo de una profunda formación artística que le permite cantar, bailar y actuar con igual intensidad. Juega con lo escatológico y lo vulgar de manera recurrente, cosa que entusiasma frenéticamente al público desde una primera escena en la que se desnuda y lleva a cabo una performance de alto nivel de eficacia para un público que opina sobre cada idea que hay en el escenario. No hay engaño: Posca ofrece lo que da y su público lo agradece. A este nivel técnicamente impecable de un artista seriamente formado podría pensárselo también desde el humor, desde ciertas ideologías que se activan irremediablemente para producir el chiste. El humor siempre es un arma compleja, que admite múltiples enfoques y que por ello mismo se vuelve tan ríspido cuando uno se corre del chiste y lo piensa en toda su magnitud discursiva e ideológica, incluyendo para ello que todo discurso se produce desde determinado contexto y que es desde allí, y no en abstracto, desde donde produce su sentido y su impacto. Pero hacer este movimiento convierte a este cronista, probablemente, en ese público al que Painkiller no busca y, por lo tanto, tampoco encuentra. ß Federico Irazábal
La directora Mariana Rondón celebra con la productora Marite Ugas
a. barrientos/ap
El cine venezolano festejó en San Sebastián Festival. El film Pelo malo, de Mariana Rondón, ganó el premio
más importante de la muestra española que terminó ayer Julia Montesoro PARA LA NACIoN
SAN SEBASTIÁN.– Pelo malo, la historia de un niño caraqueño cuya sexualidad es cuestionada porque quiere alisar sus cabellos ensortijados, una comedia agridulce dirigida por la artista plástica y cineasta venezolana Mariana Rondón, ganó la Concha de oro al mejor film del 61º Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que concluyó ayer en esta ciudad del norte de España. La herida, un drama sobre una joven de impulsos autodestructivos, afectada por trastornos psicológicos, del director vasco Fernando Franco, se alzó con el Premio Especial del Jurado, en tanto que la protagonista del film, Marian Álvarez, recibió la Concha de Plata a la mejor actriz, uno de los premios más aplaudidos de la noche. A su vez, las Conchas de Plata a la dirección y la actuación masculina, fueron respectivamente para el realizador mexicano Fernando Eimbc-
ke, por Club Sándwich, y para el actor inglés Jim Broadbent por su protagónico en Le Week-End, una lograda comedia sentimental de Roger Michell, sobre un matrimonio mayor que varios años después de su luna de miel en París, vuelve a esa ciudad intentando revitalizar la pareja. En el palmares oficial de esta edición, el jurado presidido por el realizador Todd Haynes además otorgó premios al guión de Quai D’ Orsay, la sátira política de Bertrand Tavernier, coescrita por el director en colaboración con Antonin Baudry y Christophe Blain, y a la fotografía de Caníbal, historia de un antropófago serial, del director español Manuel Martín Cuenca. Estos galardones se anunciaron sobre el final de la ceremonia de cierre de San Sebastián, que se realizó en el imponente Palacio Kursaal, y fue televisada en directo para todo el país. La gala se había iniciado con la entrega de premios en otros destacados segmentos de Donostia, como Nuevos Directores, donde se impuso la islandesa
Of Horses and Men, de Benedikt Erlingsson, mientras que la cinta brasilera O lobo atrás de porta, de Fernando Coimbra, ganó el premio de Horizontes Latinos, dotado de treinta y cinco mil euros, y el largo japonés Like Father, Like Son, de Hirokazu Koreeda fue el elegido por la votación del público. La Argentina tuvo fuerte presencia de películas, repartidas en la programación de San Sebastián, cuya 61a. edición, como se informó oportunamente, abrió con Metegol, el largo animado 3D de Juan José Campanella, exhibido fuera de concurso. Pero en materia de premios, únicamente hubo reconocimientos en los encuentros de la industria, donde La Salada, ópera prima de Juan Martín Hsu, ganó el premio de Cine en Construcción 24, y Pozo de aire, de Milagros Mumenthaler, fue uno de los proyectos seleccionados para la próxima edición de Ventana Sur, que tendrá lugar en Buenos Aires, impulsado por el Incaa y el festival de Cannes. ß