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Un presente con brillo y un futuro difuso

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| Lunes 6 de enero de 2014

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el personaje

galardones recibió Comba en su provincia en 2013: Cóndor de Oro (Agencia Córdoba Deportes), Deportista Cordobesa del Año (La Voz del Interior) y Escudo de Oro (Confederación de Deportes de la Provincia).

“Imaginé que la final del Mundial me traería beneficios al momento de los apoyos oficiales, pero no fue así”, se lamentó Rocío

Un presente con brillo y un futuro difuso La cordobesa Rocío Comba logró el año pasado una histórica final en disco en el Mundial de Moscú; ahora cree que el Enard está interrumpiendo su crecimiento Gastón Saiz

R LA nACIOn

ocío Comba se debate entre dos sentimientos: la satisfacción por la mejor temporada de su vida y los interrogantes acerca de su futuro deportivo. Atravesó toda su adolescencia lanzando el disco en Río Tercero, a la vera de las vías del tren y con caballos pastando alrededor. Un paisaje típico de nuestro deporte amateur profundo. Por entonces ya construía sueños de una atleta mundialista, se imaginaba girando sobre su eje hasta estirar el brazo con toda su fuerza ante la multitud

de un estadio. Fantasías de alto rendimiento que en 2013 concretó como nunca antes: batió tres veces el récord sudamericano y alcanzó los 62,77 metros en el Grand Prix de Belem, el 12 de mayo pasado. “Cerré un año maravilloso porque logré consolidar marcas en torneos importantes”, comenta la cordobesa, que ratificó su proyección al avanzar hasta la final del Mundial de Moscú, en donde concluyó 12a, con un registro de 61,54 metros en la clasificación y 59,83 en la definición. “En Moscú terminé en la posición que tenía que terminar, seamos realistas. Por supuesto que hubiese estado bueno ubicarme más adelante, siempre se puede mejorar y crecer. Pero para mí ya fue importante romper esa barrera psicológica que significó haber

llegado a una final de un Mundial”, explica Rocío, que pasó a integrar ese club exclusivo de finalistas argentinos en mundiales de atletismo junto con Antonio Silio (10.000 metros en Stuttgart 1993), Jennifer Dahlgren (martillo en Daegu 2011) y Germán Lauro (bala en Moscú 2013). Más allá de su actuación, la discóbola se permite ver más allá: “En Moscú, la Argentina ganó un renombre al haber metido a dos finalistas en la etapa decisiva. Esos logros generan mucho respeto alrededor y es beneficioso para nuestros atletas mayores, pero la conquista quedará también para los que vienen luchando desde abajo”. El sendero hacia los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 le impone, ante todo, mejorar los niveles de fuerza. Las pesas

y los kilos que agregue en un gimnasio tendrán relación directa con los metros alcanzados con el disco. Si suma 200 kilos de sentadilla, el cambio redundará en un movimiento más rápido en el círculo para un lanzamiento todavía más poderoso, como si se tratara de una fórmula matemática. El otro reto es consolidar el trabajo psicológico que acompaña siempre a la técnica: “El punto principal es superarse a sí mismo. Y a veces no pasa sólo por conseguir marcas, sino por cómo juega la cabeza en torneos en donde hay mucha presión, en un escenario distinto al que uno está acostumbrado. La clave es convertir esas situaciones de presión en algo cotidiano y que puedan ser resueltas tranquilamente”. Con 26 años, Comba tenía el camino allanado para focalizarse en sus terceros Juegos Olímpicos, después de Pekín 2008 (36a) y Londres 2012 (26a). Sin embargo, su panorama se oscureció de repente por cortocircuitos con los dirigentes del Enard: “Imaginé que la final del Mundial me traería beneficios al momento de los apoyos oficiales, pero no fue así. El Enard me quiso obligar a hacer cosas que no quiero, como sumarme a un plan de entrenamientos en Polonia. En realidad, lo más urgente y lo que necesito es que se mejore el gimnasio y la pista en Río Tercero para seguir entrenándome en nuestro país, pero ellos no lo ven de esa manera y creen que uno no tiene intenciones de crecer”, argumenta la cordobesa, que abunda: “Vos decís: ¿muchachos, quieren que sea medallista en los próximos Juegos Odesur? ¿Pero yo? ¿Quién me da algo a mí? Yo te doy la medalla, ¿vos qué me das a cambio? Meteme presión, pero cumplime. Aunque más allá del vos me das y yo te doy, lo prioritario es sentirse bien. El Enard se creó para que el deportista se sienta a gusto y esté tranquilo”. La atleta pone énfasis en la oportunidad de desarrollarse en el nivel local: “La Argentina tiene su propia riqueza en atletismo y sus recursos, no hace falta ir a buscarla en el exterior en este caso. Si fuese Alemania, todavía, pero quisieron imponerme sí o sí Polonia, que no me sirve como lugar de entrenamiento para el disco, incluso por las fechas. Sobre este tema mandé mails, llamé por teléfono, pero no obtuve respuestas. En Córdoba tengo el apoyo para cubrir las necesidades y seguir creciendo”. Más allá de esta coyuntura personal, que debería resolverse cuanto antes para apuntar directamente a los Juegos Odesur de Santiago de Chile (marzo) y los Panamericanos de Toronto 2015, Rocío se refiere al lugar que ya ocupa en los libros del atletismo nacional: “Elijo hacer lo que me gusta todos los días; después, entrar en la historia y ser una finalista del Mundial de atletismo viene como consecuencia. Ojalá en el futuro hablemos no sólo de dos finalistas argentinos, sino de siete u ocho, y que en todos los mundiales haya compatriotas arriba, porque eso traería muchísimos beneficios a nuestro atletismo”.ß