Un año más................... Por Gladys Sastré Estamos comenzando el año y no podemos dejar de lado lo que se avecina para nosotros en el ministerio. Quizá el plan que contemplamos con anterioridad ha cambiado por completo o se ha reforzado aún más. Planes, planes, planes, es un indicador de lo que deseamos lograr a futuro. A veces es mucho más fácil hacerlos para atender a otros con nuestro tiempo, esfuerzo, cuidado y amor que hacerlo para nuestra pareja. Detengámonos un rato para hacer una reflexión con respecto a las necesidades más importantes por conocer y tratar de satisfacer a nuestro cónyuge. Tengo veintisiete años de casada y más de veinte trabajando en el ministerio, con un esposo que ha estado tanto de tiempo completo pastoreando la iglesia como también laborando en la industria y el ministerio. En estas diferentes etapas he aprendido cómo cuidar al rebaño de Dios con dedicación y esmero al igual que en el trabajo industrial, en donde se ponen objetivos y metas claramente definidos para cumplirse. Pero ¿qué pasa en casa? Agendamos citas para nuestro matrimonio y terminan incumpliéndose, posponiéndose, o simplemente olvidándose. El ministerio, los asuntos laborales e imprevistos provocan hacer a un lado lo más importante en la pareja: la comunicación eficaz. Los deseos, las frustraciones, anhelos o dudas se van rezagando por atender “lo importante”. Mi esposo lo llama ser “apaga fuegos”. La mayoría lo somos, pues estamos acostumbrados a resolver problemas inmediatos que a prevenirlos, como debería de ser. Anteriormente dije que debemos CONOCER las necesidades del cónyuge, realmente ¿cuántos podemos jactarnos de eso? Muchas veces me he sorprendido con respuestas dadas por mi pareja acerca de mí, han sido totalmente contrarias a lo que pienso o soy. Bueno, al paso de todos estos años de casados eso cada día es menos frecuente, pero sigue ocurriendo. No es tan sólo por parte de él, sino también yo a veces dudo mucho en qué complacerá más a mi esposo con respecto a ciertas decisiones. Pero esto tiene solución, siendo más fácil cada día para integrarnos como uno, sin hacer a un lado nuestra individualidad. Para este año entrante, deseo que cada uno de nosotros sea realmente un verdadero reflejo para nuestro cónyuge de lo que deseamos, necesitamos, buscamos, anhelamos encontrar cuando pasemos por diversas circunstancias. Sólo hay que recordar lo que la Biblia dice, en 1 P 3: 7-9, Cnt 7:10, para empezar a construir o reconstruir lo que hemos dejado a un lado.
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