¿Dónde estamos hoy? Artículo escrito por: Elsa Amezcua de Balderas Usado con permiso
Hace poco tiempo, alguien me compartió 3 preguntas para una sencilla pero profunda reflexión de dónde estoy ahora en mi caminar con el Señor. La mujer que dirige a otras mujeres en el desarrollo y crecimiento de sus vidas y ministerios debe reflexionar constantemente sobre su posición espiritual. Necesitamos un GPS, ¡no para nuestros coches, sino para nuestra vida! Estas preguntas son: ¿Cómo experimentas la presencia de Dios en tu vida? ¿Cómo te habla Dios por medio de su palabra? ¿Cómo está obrando el Señor en tu vida? Como te darás cuenta, se enfocan sobre la Presencia, Palabra y Obra de Dios. El responder a estas sencillas preguntas nos ayuda a considerar detenidamente todo lo que recibimos de Dios; nos hace concientes de la presencia real del Señor en nuestras vidas y, al ver cómo obra en nosotros, podemos entender hacia dónde Él nos está guiando y lo que desea que llevemos a cabo. Cuando respondas a estas preguntas, considera todos los detalles que Dios traiga a tu mente y corazón, los pequeños, los cotidianos, los que parecen no tener gran importancia, esos detalles también vienen de Dios. No des por sentado las “coincidencias” de la vida, o lo que invariablemente iba a suceder, hay muchos milagros a nuestro alrededor dignos de ser observados y aprendidos. Aún las lecturas más metódicas de la Escritura, las más numéricas o geográficas, todo ello es Palabra de Dios y habla a tu vida. Tu respuesta puede ser breve pero profunda, bien reflexionada. La quietud y un tiempo sin prisa son muy buenos aliados cuando tengas que responder a estas interrogantes. No permitas que el trajín de la vida diaria te robe el gozo y la bendición de detenerte para escuchar a Dios preguntarte eso y más. Será un tiempo bien invertido que no sólo dará buenos dividendos a tu vida, sino a todos los que te rodean; y de igual manera, tu ministerio será fortalecido aún más. Si deseamos servir a otras mujeres como Dios quiere que lo hagamos, necesitamos detenernos constantemente a preguntarnos cómo vamos. Quizás haya otras preguntas u otras formas para hacerlo, pero lo importante es hacer un alto, meditar en la Persona, Palabra y Obra de Dios, y evaluar nuestra vida a la luz de su verdad. De esta manera podremos caminar con paso más seguro sabiendo a dónde vamos y tomando las mejores decisiones que nos permitan llegar juntas a la estatura de la plenitud de Cristo. ObreroFiel.com- Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.