Sirviendo y apuntando al blanco Por Gladys Sastré En ... - ObreroFiel

No quiero que se pierdan en el laberinto de “todo lo que hay en el ministerio y se practica en la iglesia es necesario”. Me refiero a tener un panorama más ...
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Sirviendo y apuntando al blanco Por Gladys Sastré

En muchísimas ocasiones cuando trabajamos en el ministerio, día a día andamos sin parar resolviendo diferentes asuntos que atrapan nuestra atención, además de cumplir con ciertos días y horarios establecidos para actividades en la iglesia. Pero detengámonos a meditar en algo, la razón por la cual hacemos tal o cual cosa. Cuando estamos acostumbrados a enfrentar ciertas situaciones, imprevistos o eventos, los resolvemos hasta a “ojos cerrados” en realidad pocas veces nos preguntamos el fin y propósito de involucrarnos, invirtiendo tiempo y esfuerzo. No quiero que se pierdan en el laberinto de “todo lo que hay en el ministerio y se practica en la iglesia es necesario”. Me refiero a tener un panorama más amplio para ver más allá de lo aparentemente importante. Un ejercicio primordial para dar en el blanco es platicar como pareja e intercambiar ideas de cómo se están haciendo las cosas, si están rindiendo frutos y si se están logrando las metas propuestas. Nos sorprenderemos al conocer la visión de cada uno en las diferentes actividades que se han desarrollado. Muchas habrán de perfeccionarse pero algunas otras, definitivamente hasta quitarse para mejorar nuestro trabajo y eficiencia. El matrimonio unido por Dios para servir en el ministerio debe tener una sensibilidad especial para coordinar esfuerzos y enfocarse a obtener buenos resultados. Esto es una tarea más para el trabajo en conjunto de la pareja. Ec 4:9-11 Pues aparte de cuidar amorosamente su núcleo familiar, deben extender un brazo extra para proteger, nutrir, educar y animar a todos los hermanos que conforman la iglesia. Para cumplir esto, requerirán de más tiempo a solas con el Señor, en la oración y lectura de su Palabra, así como mejorar la comunicación entre ambos, compartiendo sus anhelos personales y unificando intereses. El Señor nos ha puesto juntos como una unidad en este camino de servicio, tenemos un compromiso, una responsabilidad mayor para con los demás. Debemos encontrar la manera de trabajar armoniosamente y sólo así podremos dar en el blanco de los proyectos propuestos, para alcanzar los resultados deseados. Un ejemplo a seguir para andar en la misma sintonía y obedeciendo al Señor es el de Elizabeth y Zacarías. En Lc 1:5-25 se dice de ellos que Ambos eran justos delante de Dios y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

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