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POLÍTICA

| Domingo 1º De Diciembre De 2013

Puja entre el Gobierno y la Corte por el control de la Cámara de Casación

tribunal. En la Casa Rosada respaldan a Slokar, de Justicia

Legítima; los cortesanos prefieren a alguien más dialoguista

Hernán Cappiello LA nACion

En medio de una puja política donde el kirchnerismo busca encumbrar a magistrados afines en lugares de privilegio en los principales tribunales del país, pasado mañana se elegirá al presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, el tribunal penal más importante por debajo de la Corte Suprema de Justicia. En la elección está en juego algo más que la designación de un juez en un alto cargo administrativo por un año. El escrutinio es vivido como una pelea de alto tono político, donde el Gobierno y la Corte buscan influir para apoyar a uno u otro candidato, más o cerca o más lejos de la Casa Rosada. Hubo llamadas telefónicas de altas autoridades de ambos poderes a algunos de los jueces, admitieron dos magistrados a la nacion. Todos quieren operar por su candidato al frente del tribunal, que revisa todas las sentencias penales del país. En el caso de la Corte, porque busca un juez con perfil dialoguista. El actual presidente, Gustavo Hornos, apoyó la iniciativa de la Corte contra la ley que pretendía quitarle el manejo de sus fondos. Se siente con derecho propio para ser el próximo presidente el camarista Alejandro Slokar, uno de los nuevos jueces del tribunal, ex funcionario del Gobierno, allegado al juez Eugenio Zaffaroni y uno de los principales representantes de la agrupación de magistrados filokirchneristas Justicia Legítima. Se le enfrentarían otros dos nuevos magistrados: el vicepresidente segundo Mariano Borinsky o Ana María Figueroa. Hornos, sin apoyos suficientes, no vería con malos ojos una reelección, algo que nunca ocurrió en los 20 años del cuerpo. Slokar es actualmente vicepresidente primero del tribunal y la tradición señala que quien ocupa

ese cargo asume luego la presidencia. El reglamento sostiene que “la Cámara nacional de Casación Penal elegirá a su presidente antes del 20 de diciembre de cada año observando el orden de ingreso al tribunal”. Siempre se hizo así y la presidencia fue rotando, Cuando se incorporaron los nuevos jueces de la Casación, en 2012, Slokar quedó como el más antiguo porque tiene el número de decreto de designación más chico, seguido por Borinsky, Figueroa, y Juan Gemignani. Pero el nuevo presidente necesitará, además, el voto mayoritario de sus pares y Slokar parece no llegar a reunir la mayoría, según una consulta informal realizada entre algunos magistrados. Lo apoyarían Ángela Ledesma y Pedro David, pero nadie más. Con Figueroa, magistrada santafecina especialista en derechos humanos que integraba su sala, mantiene diferencias desde que discutieron con vehemencia por un fallo. Este año, siete jueces de la Casación fueron denunciados por el diputado hiperkirchnerista Carlos Kunkel por haber confirmado la subrogancia del juez Luis María Cabral en el cuerpo. Cabral cubre unas de las cuatro vacantes de la casación y preside la Asociación de Magistrados, el gremio de los jueces, enfrentado con el Gobierno y blanco de las críticas de Justicia Legítima. Los fiscales Jorge Eduardo Auat y Javier de Luca, referentes de Justicia Legítima, sumaron cuestionamientos administrativos a la designación de Cabral. El tribunal finalmente lo ratificó y la jueza María Servini de Cubría, con el aval del fiscal Eduardo Taiano, sobreseyó a los siete jueces, incluido Cabral. Los jueces de la Casación que no apoyan a Slokar creen que el juez alentó esas objeciones a Cabral y están por ello resentidos. Esta semana se dieron negocia-

ciones y reuniones permanentes e informales entre los jueces. De a dos o de a tres se fueron tanteando para ver qué apoyos tenían. Figueroa transmitió que no se candidatea, pero si le toca y tiene consenso asumiría. Borinsky espera a que lo convoquen y, con gusto, ocuparía el sillón presidencial. Cabral se declaró prescindente, aunque votará y su apoyo podría ser decisivo. Pero su condición de subrogante lo saca de la pelea por la presidencia. Gemignani es el cuarto de los nuevos en la lista. A Liliana Catucci, de las magistradas históricas del tribunal, no le faltan ganas de postularse. Una interpretación del reglamento lo permitiría, pues está primera en el orden de designación según la vieja lista de jueces, antes de que ingresaran los nuevos, pero no cuenta con avales suficientes. Hornos, si no lo apoyan en su reelección, tiene, en caso de empate, doble voto por ser presidente: otro sufragio clave. La elección del presidente de la Casación se da en momentos en que el Gobierno envió al Senado los nombres de una decena de conjueces para ocupar como suplentes las cuatro vacantes que hoy tiene el tribunal. De los diez, casi todos tienen un vínculo con el Gobierno y algunos defendieron a sus funcionarios en problemas con la ley. En Casación aseguran que el envío de esta lista de conjueces al Senado fue inconsulto. Actualmente hay cuatro vacantes, tres de ellas las subrogan los propios camaristas y la cuarta la ocupa Cabral, hasta que se haga el concurso para cubrirla. Pero con esta lista, si alguno de los magistrados decide no subrogar más, se abre la puerta para que ingrese alguno de estos conjueces, lo que alteraría las mayorías y minorías de distinto signo político que hoy conviven en el primero piso de los tribunales de Comodoro Py.ß