Malena Galmarini,la influyente inspiración peronista en las decisiones ...

30 jun. 2013 - Scioli quedó en un limbo político: ya no sólo es poco ... grandes del mundo, como político no ... Política Sanitaria y Desarrollo Hu- mano de ...
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enfoques

| Domingo 30 De junio De 2013

MI Mundo dIgItaL

Roberto Guareschi

Con larga trayectoria en el periodismo, y entusiasta del periodismo digital, Roberto Guareschi (@rguareschi) recuerda cuando, hace casi veinte años, tuvo su bautismo en Internet: “No sé cómo ingresé al sitio de la Universidad de Bolonia. Sentí que volaba y seguí volando”. En diálogo con la nacion, cuenta que su página de inicio es Gmail y que tiene un sistema para ordenar sus emails que funciona como recordatorio de tareas y encuentros. Aquí, sus favoritos y recomendaciones.

BLogs

revIstas dIgItaLes

http://www.juliangallo. com.ar// “Gallo, especialista en medios digitales, enseña a ver lo que no vemos. Diseño y mucho más.”

www.wired.com “Con un lenguaje accesible, Wired entrega conocimiento en ciencia, filosofía, economía, política, medios.”

http://www.filosofitis.com. ar/about/ “Alejandro Piscitelli fue siempre un adelantado de las nuevas culturas.“ http://martinbecerra.wordpress.com/ “Becerra estudia la legislación sobre medios y escribe con profundidad y lucidez.”

rankIng de twItteros 1 @rosental “Gran periodista, gran académico, generoso con sus conocimientos.”

www.guardian.co.uk/ “The Guardian es mi diario preferido en inglés. Sobre todo me interesa su apuesta sin reservas a lo digital, a los usuarios, a la transparencia y a la gratuidad.”

2 @lndata “La Nación es el unico medio argentino que está en el más alto nivel de periodismo de datos.” 3 @jayrosen_nyu “Analiza a los medios periodìsticos de Estados Unidos.”

http://lavaca.org/mu/ “La Vaca es periodismo alternativo de mucha calidad.”

el perfil

Malena Galmarini, la influyente inspiración peronista en las decisiones de Sergio Massa la wedding planner fue Bárbara Diez, la mujer del macrista Horacio Rodríguez Larreta. Hoy ya llevan 16 años de casados, dos hijos –Tomás y Milagros–, y un largo camino recorrido con la política como bien ganancial. Si bien milita formalmente en el peronismo desde los 18 años, y con apenas 22 ya era subdirectora de la Juventud, la verdadera exposición pública de Malena llegó de la mano de Massa, cuando él asumió, primero, en la Anses (2002-2007), luego como intendente de Tigre (10/12/2007), y finalmente fue elegido jefe de Gabinete de Cristina (23/7/2008). Recuerdan en su familia que, coincidiendo con esos inicios políticos, ellos acababan de ser padres, que el bebé era sietemesino y dormía poco, y que encima Néstor Kirchner solía despertarlos a las 6 de la mañana, ansioso por conocer algún detalle del estado de las cuentas públicas. Tanto la molestaba a Malena esta situación que, agotada, llegó a obligar a su marido a decirle “algo” a su jefe, quien de todos modos, y a pesar del pedido, no se dio por aludido y siguió llamando antes de que saliera el sol. A pesar de eso, al mirar en perspectiva la década kirchnerista, ella prefiere rescatar la gestión de Néstor y toma distancia de la de Cristina, aunque se cuida de hacer públicos sus desacuerdos. Hubo, sin embargo, algunos cruces más duros con Néstor Kirchner. Uno habría existido a partir de los cables publicados por el sitio WikiLeaks, según los cuales, durante una cena en 2009, Massa, aún jefe de Gabinete, habría desestimado ante la ex embajadora de EE.UU., Vilma Martinez, la posibilidad de que el oficialismo ganara las elecciones de 2011. Según trascendió, también habría dicho que Néstor era un “psicópata” y un “monstruo”, cuya “aproximación matona” a la política reflejaba su “sentido de inferioridad”. La diplomática habría informado a su gobierno que Malena se había deshecho en muecas para callarlo. El otro entredicho habría tenido lugar en relación con el resultado conseguido en las elecciones legislativas de 2009 por la lista que llevaba a Malena como candidata a concejal de Tigre, que sacó 14 puntos más que lo que obtuvo en la provincia por la lista que llevaba a Néstor como candidato a diputado nacional. Según trascendió, el ex mandatario y Sergio casi se fueron a las manos tras la insinuación de “traidores” que le ha-

De cuna justicialista y bajo perfil, hábil para la estrategia política, la esposa del intendente de Tigre fue clave en su elección de ser candidato Adriana Balaguer PARA LA NACION

M

alena Galmarini se ha definido alguna vez como políticamente incorrecta. Por eso, hay quienes la escuchan tratando de descifrar lo que piensa y planea su marido, Sergio Massa, ex titular de la Anses, ex jefe de Gabinete, actual intendente de Tigre, cuya reciente candidatura a diputado nacional por el Frente Renovador sacudió el tablero político. Sin embargo, ella, que sabe de política más allá de lo que aprendió en la universidad, prefiere esconderse de los flashes que le apuntan ya en plena campaña electoral y hablar en público lo estrictamente necesario. Su refugio actual es la Secretaría de Política Sanitaria y Desarrollo Humano de Tigre, donde trabaja desde que se tomó licencia como concejal, cargo que decidió no renovar en los próximos comicios porque, como les dijo a quienes la alentaban a hacerlo, alguien “tiene que ocuparse de la familia” y, además, “el que tiene sueños políticos es él”. Hija de Fernando “Pato” Galmarini, peronista de ley, ex secretario de Deportes de Carlos Menem, y Marcela Durrié, madre de la ley de cupo femenino en la política (ambos hoy candidatos: a diputado provincial, él, y a concejal por San Isidro del frente de su yerno, la otra), Malena conoce a la perfección cuál es el rol que le cabe en este momento de la Argentina: “Soy peronista y, como tal, verticalista. Si mi marido, que es mi líder político, toma una decisión, la respeto confiada en que es lo mejor”, ha dicho más de una vez entre risas, sobreactuando cierta sumisión política y conyugal que nadie le cree. Puertas adentro de su hogar del barrio privado Isla del Sol, en Tigre, donde viven los Massa desde 2001, la realidad es bien distinta. Su voz es clave y suele escucharse sin filtro. “Soy la única que no tengo otro objetivo que que le vaya bien”, dice. Es más, su veredicto fue decisivo para

que su marido (y no ella) aceptara postularse por fuera del Frente para la Victoria. Para muestra, vale una escena. Sábado 15 de junio, 9 AM. El matrimonio Massa, que había trasnochado más de la cuenta, recibe en su dormitorio la visita de su hijo Tomás. Para asegurarse un rato más de descanso, le sugieren que vaya a enchufar la pava, y a buscar los diarios y revistas aún tirados en la puerta de calle. Cinco minutos más tarde, el pequeño de 8 años irrumpe nuevamente en la habitación señalando el título de tapa de una revista, al grito de: “¿Quién quiere hundir a papá?”. Aseguran los que escucharon el relato de lo que sucedió, que lo que siguió a esa reacción fue la certeza de Malena de que había que “ir al frente” con la candidatura de Massa, porque no podía leerse su negativa como una señal de amedrentamiento. Después, lo que tuvo lugar fue un largo fin de semana en el que le explicaron a Toto –como le dicen al niño–, que más allá de su deseo, su padre iba a ser candidato. Y que él sabía cómo habían comprado los bienes que tenían, en la casa de quién vivían cuando iba de vacaciones a Miami, y que la cancha del club de sus amores, Tigre, ya estaba hecha antes de que su padre fuera intendente. “Yo puedo explicar todo, pero ellos no pueden explicar nada de lo que dice Lanata”, suele decir. Bien ganancial Malena conoció a Sergio cuando apenas tenía 21 años. Ella, una linda chica de San Isidro y él, un inquieto joven de San Martín que apenas había hecho sus primeros pasos como dirigente secundario por la UCeDé. Quien los cruzó fue Marcela, su madre, con quien Sergio compartía escenarios electorales en pos de la candidatura a presidente de Ramón Palito Ortega. Parece ser que la Celestina le iba a uno y a otro con cuentos que ensalzaban las virtudes de cada cual, y que finalmente, tras un año de fino trabajo, se salió con la suya. Hubo boda, Menem fue invitado de honor y

quién es b Nombre y apellido Malena Galmarini b Edad 38 años b Herencia De padres peronistas –Fernando “Pato” Galmarini y Marcela Durrieu–, estudió Ciencias Políticas y fue subdirectora de Juventud durante el gobierno de Menem. b Trayectoria Casada con Sergio Massa hace 16 años, tiene dos hijos, fue concejal de Tigre y hoy es secretaria de Política Sanitaria y Desarrollo Humano del municipio.

bría hecho el santacruceño, confiado en que ellos habían estado detrás del corte de boleta. Ya hacía rato que ella le decía: “Si no estás de acuerdo, andate, dejá el gobierno”. Hoy, Malena tiene en Tigre una imagen positiva que, según las últimas encuestas, ronda el 72%. Entre los principales logros reconocidos a su gestión figura el DAMA, un botón del pánico para que las mujeres víctimas de violencia puedan pedir ayuda inmediata. Y pasa más de doce horas en la oficina de la calle Juncal al 1600, a escasa media cuadra de la de su marido, a no más de 15 de su hogar. Sus únicos lamentos: la política sólo le permite ver a sus hijos a la mañana, y algunas tardes retirarlos del colegio, para después volver a trabajar. Cada vez que puede, sus hijos la visitan en el despacho o la acompañan a algún acto, como para que sepan por qué mamá no está con ellos. Lo aprendió en su infancia, cuando pasaba el Día del Niño junto a sus padres en la villa repartiendo juguetes y chocolate caliente. Por todo esto, porque para ella la política es algo conocido, en su entorno confían en que Malena está lista para acompañar a su líder político aún hasta Olivos. “¿Qué tiene de malo ser ambicioso?”, la han escuchado más de una vez preguntarse en voz alta quienes tratan de adivinar cuáles son los pasos a seguir por el matrimonio político del momento. ß

reaLIsMo trágIco (en dos MInutos)

Las calles salvajes de Tigre Diego Sehinkman PARA LA NACION

O

tro caso de inseguridad sacude a la opinión pública. En los últimos días ha estado circulando un video en blanco y negro tomado por las cámaras de seguridad de Tigre donde se ve a un muchachón de aspecto deportivo que aborda violentamente a una señora de unos 60 años. Discuten, él tironea, pero finalmente se va corriendo. Según testigos, más tarde la mujer entró llorando a la comisaría y le dijo al oficial de turno, desencajada: –Me quisieron sacar 20 puntos del electorado bonaerense y me amenazaron de muerte política. Hábito difícil de desarraigar en la policía el de culpabilizar a la víctima: el oficial de la 1° de Tigre pensó, aun-

que no se atrevió a decir: “No se los roba Massa. Los pierde usted sola, Presidenta”. De todos, el flagelo de la inseguridad personal es el peor. Las personas se encierran, se enrejan dentro de sí mismas y su núcleo íntimo y se aíslan del mundo. Paradójicamente, ahí les roban todo: intendentes, punteros y lo más valioso, votos. –Pero, ¿por dónde me entraron? –Por tu cabeza cerrada. Mientras que los políticos seguros aceptan una corrección en sus ideas porque entienden que si rectifican no está en juego su ser, los inseguros no ceden, porque creen que ceder es transigir y transigir es dejar de ser quienes son. La parte les resulta el todo. Las víctimas de la inseguridad personal exhiben una patología agregada: el orgullo de la inflexibilidad.

Si uno les dice que la próxima temporada primavera-verano se van a usar los grises, te levantan el hombrito como diciendo “¿Y a mí qué me importa?”. Y te invitan al desfile del blanco-negro. Sólo basta mirar las listas: por la pasarela, sólo incondicionales. Ahí vemos entrar al primer candidato de la lista para la provincia, Martín Insaurralde. ¿Sus medidas? Mide poco, ése es el problema. Entre el 55 y el 60 por ciento de los bonaerenses no conoce al intendente de Lomas de Zamora. Pero eso tiene solución. Si a la misma velocidad con que van a instalar a Insaurralde con el aparato oficial, instalaran la luz y las cloacas en toda la provincia, en seis meses se acaba la indigencia. Lo que tiene de inflexible Cristina, lo tiene de flexible el peronismo. Por eso se está doblando a la derecha

con Sergio Massa. Podría haber sido con Scioli, pero el gobernador volvió a elegir el ni. Scioli quedó en un limbo político: ya no sólo es poco confiable para el Gobierno, sino que acaba de lograr ser definitivamente poco confiable para los que no quieren al Gobierno. Ni garantiza el modelo ni garantiza no continuarlo. En un mar de dudas, se le acaba de dar vuelta la lancha. Esta vez no se lo puede llamar accidente. Mientras, Francisco de Narváez comprueba, como ex supermercadista, que hay faltantes de candidatos de calidad en sus góndolas. La culpa no es de Guillermo Moreno. Es que ese gran proveedor llamado peronismo a él no le confía del todo. Algún peronista histórico se ríe de costado: “La campaña publicitaria es buena, pero lo que Salamanca no

da, Agulla no presta”. Macri merece un capítulo aparte porque batió un récord: fue el hombre que presidió en los 90 el club de fútbol más popular de la Argentina, que más hinchas tiene en todo el país, y a pesar de haberlo llevado en esos años a ser uno de los cinco más grandes del mundo, como político no pudo capitalizar la transversalidad que le aportó el deporte. Ni subido al micro de Boca, Pro pudo cruzar la General Paz. Cae la tarde sobre el municipio de

Sergio Massa. ¿Quién es verdaderamente este hombre? Por ahora, el que ganó la mano con una seña: vengan al pie. Y fueron a él intendentes, gremialistas y parte del empresariado industrial, los “indignados” de la política. A Cristina se le aleja cada vez más la posibilidad de la reelección. Y no hay continuadores del modelo a la vista. Por las aceitosas aguas del río Tigre nada, ahora sí, un pato rengo.ß Twitter @diegosehinkman