sábado 19 de octubre de 2013
sábado Edición de hoy a cargo de Javier Navia y Violeta Gorodischer | www.lanacion.com/sociedad
estilo
la barba tupida regresa para reforzar la masculinidad
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signos vitales Las cIFras qUE nOs tOMan EL pULsO
Las claves de una relación de pareja exitosa
Encuesta realizada a 1000 personas, en porcentajes Confianza 35%
Comprensión 25%
Comunicación 21%
Respeto mutuo 19%
Fuente: UP y TNS Gallup / LA NACION
Hogar
El álbum de fotos, esa costumbre que ya es pasado Integrantes de Zona Norte Roller celebraron los tres años del grupo, entre Martínez y Vicente López
santiago filipuzzi
sebastián A. Ríos
Hábitos
LA NACioN
La revancha de los rollers Fueron populares en los 90, pero habían quedado olvidados en el fondo del placard; ahora copan otra vez las calles y desafían el liderazgo de la bici y el running laura Reina LA NACioN
La llamaban, ella sentía que la llamaban desde el rincón más recóndito del placard, ahí donde van a parar las cosas que ya no se usan, pero que por el beneficio de la duda –tal vez algún día, quizá, quién sabe– no han sido aún desechados ni regalados. Estaban ahí, hasta que Josefina Priesca, de 34 años, asesora de productos generales para Mapfre y madre de tres niños, los vio. Y se los probó. Y volvió a sentir esa sensación que experimentaba cuando salía a rollear, hace más de una década. Los roller, ese símbolo de los noventa que a comienzos del nuevo milenio desapareció como casi todo lo que había nacido al calor de aquella década, hoy tienen su revancha, y han ganado las calles de la ciudad, de los barrios privados y de los paseos costeros que se llenan de patinadores
de todos los niveles dispuestos a disputar mano a mano, pierna a pierna, el lugar de liderazgo al running y a la bici. “Nunca los quise regalar ni vender. Los tenía en el placard, pero sabía que algún día iba a volver a usarlos”, cuenta Josefina, creadora junto con Guadalupe Salas de a Rollear en Rincón, un proyecto que nació de la necesidad de ellas de volver a las pistas, pero sobre todo de la convicción de que los rollers volvieron para quedarse. Con el lema Anotate, buscá tus patines y animate apunta a las nostálgicas de los noventa, que como ella tenían los rollers en el fondo del placard. “Me mudé a Rincón de Milberg, en Tigre, y a los cuatro meses de mi primer hijo sentí la necesidad de salir a rollear. Empecé sola y más tarde se sumó Guadalupe –cuenta Josefina–. Salíamos de noche, después de acostar a nuestros hijos. La gente nos veía y nos paraba. Empezamos a notar que había un interés creciente y
En pleno boom de la fotografía, nunca se tomaron tantas imágenes, pero pocas se conservan o vuelven a mirarse
mandamos un mail (arollearenrincon@ outlook.com.ar) a los vecinos del barrio para invitarlos a sumarse a una master class con un profesor, Martín Pollón. El primer sábado se anotaron diez personas. A la otra clase ya eran el doble y ahora somos 34, entre principiantes y avanzadas”, cuenta Josefina, que logró la autorización municipal para cerrar el bulevar y realizar la clase, que tiene un costo de 60 pesos y se hace sábado por medio. Pablo García, ingeniero informático de 29 años, era un patinador solitario y esporádico, de esos que también tenían guardado su par de rollers en el fondo de un armario. Hasta que un día, en plena calle, se cruzó con un grupo grande de patinadores, averiguó quiénes eran y se enganchó. Hoy integra Patín en Línea (patinenlinea.org), una comunidad de amantes de los rollers que organiza salidas grupales y gratuitas por distintos puntos de la ciudad. Continúa en la página 2
Nunca se tomaron tantas fotos como ahora. Se ha estimado que se sacan unos 380.000 millones de fotos al año, pero es ínfimo el porcentaje que se convierte en papel. Con suerte, hoy una foto puede aspirar a ser compartida en las redes sociales y recibir unos cuantos “likes”. En ese camino, jalonado por la aparición de la fotografía digital y la multiplicación de dispositivos (tablets, smartphones) y de miradas –hasta los chicos sacan fotos de los momen-
experiencias
tos memorables de la vida familiar–, la foto ha comenzado a dejar de ser un recuerdo para convertirse en una instantánea que se comparte en vivo, un recuerdo efímero. Un signo de ese cambio es la desaparición de aquel objeto llamado álbum familiar. Ese cambio se resume en: A. Se toman miles de fotos. B. Se imprimen unas pocas. C. Muchas se pierden. D. Las que quedan perviven dispersas y olvidadas en tarjetas de memoria, computadoras personales, celulares y redes sociales. Continúa en la página 6
mesa para dos
Una noche en el Impenetrable, entre yacarés
Página 3
Salidas
Opciones gourmet para el Día de la Madre
Página 6
Iván de Pineda. “De chico empecé a viajar leyendo” Página 10