Viviendo por fe Por Gladys Sastré Me parece que la primera vez que escuché este término, fue cuando estábamos recién llegados al Seminario Bíblico de Puebla. Había duda de la forma en que pagaríamos la estancia de dos años de la llamada primera fase, la cual incluía: renta de los dos pequeños cuartos, colegiatura, material académico, alimentación para cuatro personas, médico, escuela para los niños y los viáticos de cada fin de semana a la Cd. de México. El director académico del Seminario y con quien tuvimos la entrevista para aclarar nuestras dudas y conocer las condiciones que ofrecía el lugar, fue nuestro hermano Jimmy Eberline. Él nos comentó de una pareja que ya tenía un año viviendo allí, se trataba de la familia Sanabria, el hermano de origen nicaragüense y su esposa poblana. Y nos dijo: “ellos están aquí, viviendo por fe, es bueno que se reúnan y platiquen”. Realmente no entendí muy bien el término, e incluso no me acuerdo exactamente qué nos dijeron los Sanabria con respecto a eso, solo sé que estaban entusiasmados por terminar su preparación teológica e irse a Marruecos para compartir las buenas nuevas con los musulmanes. Lo importante de todo esto que les comparto es que a veces no entendemos las palabras pronunciadas o ciertos hechos platicados hasta que los vivimos. Y los hemos vivido. En nuestro caminar en el ministerio hemos aprendido el significado de “viviendo por fe”. Creo que para muchas parejas cristianas involucradas en el ministerio de tiempo completo es algo muy real en sus vidas, como lo es para nosotros. Son etapas en que el Señor muestra su amor de maneras muy significativas y desconcertantes. Hemos pasado por esos momentos en que comenzamos a hacer un check up completo de lo que estamos haciendo con nuestra vida y la forma en que ministramos a otros. Porque no entendemos el plan de Dios para continuar con el trabajo de manera que para nosotros sea exitoso. Vemos que los resultados obtenidos no son los que esperábamos; entonces surge la duda de si vamos por el camino correcto. Y muchas veces esos son los tiempos de estar “viviendo por fe” que incluye tanto en el aspecto económico, como el espiritual. El seguir firme confiando en que a pesar de las circunstancias no estamos errando el camino, lo que a veces para nosotros no son los mejores resultados podrán ser a largo plazo éxitos que nos sorprenderán.

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