LA FE DE LOS HUMANISTAS Por Mauricio Toxqui ¿La iglesia evangélica contemporánea es verdaderamente la iglesia que leemos en las Escrituras? ... los verdaderos evangélicos debemos permanecer sobre la base de las dos columnas no humanistas sin vacilar, aunque ello signifique permanecer solos. Francis A.Schaeffer
INTRODUCCIÓN La iglesia es el cuerpo de Cristo. Él está cuidando a su iglesia para presentársela a sí mismo, sin mancha, perfecta según Efesios 5: 27. Sin embargo, desde el primer siglo hasta el día de hoy, el hombre ha intentado por todos los medios manosear a la iglesia para retocarla, hacerla mejor, más eficiente y productiva, digna del hombre en pro de su salvación y en este proceso, la iglesia que debería proclamar la palabra de Dios, se convierte en portadora de ideologías humanistas. Estas ideologías son acordes a los tiempos en los cuales vive. Este muy breve escrito tiene la finalidad de analizar el folletito La fe de los humanistas por Francis A. Schaeffer, en el cual se analizan las dos columnas no humanistas sobre las cuales se fundamentaba la iglesia primitiva. El movimiento de Reforma también se sustentó sobre esta base. Se pretende invitar a la reflexión acerca de lo que se llama el día de hoy iglesia evangélica, la cual abre los brazos afectuosamente al carismatismo, al ecumenismo y a la teología de la liberación sobre la base de elementos humanistas. Se invita también a reflexionar acerca de lo que llamamos ministerio en la iglesia evangélica contemporánea, la cual, pretende introducir elementos humanistas en el servicio a los santos (hedonismo, pragmatismo, utilitarismo, socialismo, etc.) Se concluye con algunas reflexiones para la iglesia del siglo XXI atendiendo a lo que el Espíritu dice claramente en la carta a Timoteo: “en los postreros días algunos apostatarán de la fe” ( 1 Ti. 4:1). El término “ elemento humanista” El término “elemento humanista” significa lo relativo, lo mutable, lo limitado que es el pensamiento y humano y las capacidades humanas. El elemento humanista es visto como un esfuerzo o una capacidad para realizar los propósitos de Dios en lo que concierne a la salvación así como al ministerio. Dos columnas La iglesia evangélica protestante se distingue por dos columnas sobre las cuales descansa lo que es y lo que hace. La primera de ellas concierne al problema de la autoridad. ¿Quién es la autoridad final en la iglesia? La iglesia primitiva respondió: La Biblia, La Sagrada Escritura (2 Ti. 3: 16). Dice Francis Schaeffer “La Escritura les daba [a los primeros cristianos evangélicos] una autoridad externa al ámbito del relativo, mutable, limitado pensamiento humano”. En este sentido, cuando la iglesia evangélica permite que la autoridad en la iglesia sea la
voz de los eruditos (entiéndase líderes. pastores, teólogos, filósofos), entonces estamos hablando de elementos humanistas en la iglesia, es decir, cuando se añade a las Escrituras las interpretaciones de los ministros se está contaminando la sola Escritura con el pensamiento humano. La segunda columna es la respuesta a la pregunta: ¿Cómo podemos llegar a Dios? F. Schaeffer nos conduce por medio de una serie de consideraciones para entender el elemento humanista en esta columna: “ [1] Dios es perfecto, entonces, como es obvio, [2] que ningún hombre es moralmente perfecto, todos ellos estarán condenados [Ro. 3: 23] ... [3] Dios nunca hace descender el nivel de sus normas [su carácter santo], que exige perfección y que por tanto [4] es completamente moral. [5] Pero que en el amor de Dios vino Jesucristo como Salvador, y llevó a cabo una obra infinita y definitiva en la cruz”. Así es que la segunda columna es la obra consumada en la cruz por Cristo. El elemento humanista en la iglesia evangélica contemporánea contamina las dos columnas. El elemento humanista en la iglesia lo queremos explicar aquí como eso que se ha dado en llamar libre albedrío, otros le llaman sinergismo [colaboración del hombre con Dios para lograr los propósitos del consejo divino]. Por lo tanto, cuando hablamos de libre albedrío, es decir cuando hablamos de la capacidad del hombre para pensar en Dios, para tener fe en Dios, para decidir y dirigir la iglesia de Cristo, estamos introduciendo el elemento humanista en la iglesia. En lo concerniente a la autoridad, el elemento humanista anhela levantar una pirámide majestuosa (aunque ni una barda mal construida será lo que termine haciendo) a esa capacidad humana que se traduce en liderazgo exitoso, iglesias saludables (iglecrecimiento). Pues como dice Romanos 3: 10-18 el hombre no tiene ninguna capacidad en sí mismo para decidir tener fe o no tener fe en Dios, buscar o no buscar a Dios. El ministerio tampoco se sustenta en elementos humanistas, pues: Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación [ministerio] con temor y temblor; porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito (Fil. 2:12-13). ¿¡Cómo dirigir a los escogidos de Dios sobre elementos humanistas!? ¿Quién puede mover la voluntad del hombre para creer en Cristo o para obedecer a Cristo en la iglesia? Pues consideremos las palabras tan contundentes del apóstol: “no hay justo, ni aun uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios, todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno Ro. 3:1018. En lo concerniente a la salvación, la condición del hombre contemporáneo (Romanos 1-3) lleva a la iglesia a enfocar el ministerio de evangelización, y misiones en la salvación del hombre pero tenemos que ser muy cuidadosos aquí, porque al contestar a la pregunta ¿cómo puede llegar el hombre a Dios? podemos sutilmente introducir el elemento humanista en la iglesia y por consiguiente en el ministerio. Si contestamos a la pregunta ¿cómo llegar a Dios? diciendo que teniendo fe en Cristo, pero entendiendo la fe en Cristo como una capacidad humana para elegir a Dios, entonces estamos hablando de elemento humanista (libre albedrío o sinergismo). Quiero llevar al lector a considerar que la fe en Cristo no es fruto de la capacidad de elección del hombre, pero es un regalo de Dios que se da
por gracia, es decir, que Dios regala la fe a quien él quiere y no a quien la trabaja porque la justificación es por pura gracia. Romanos 1 hace mención tres veces de lo siguiente: 1. Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; Ro. 1: 24 y luego 2. Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; Ro 1: 26 y sigue: 3. Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen; Ro. 1: 28 Siendo que es Dios quien entrega al hombre al pecado ¿quién puede elegir a Dios si Dios le ha entregado a la impureza, a las pasiones degradantes, a una mente depravada? Porque como dice Romanos 11:32 Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos. ¿Quién puede resistirse a la voluntad de Dios cuando Dios le ha encerrado en la desobediencia? ¿Podrá el hombre elegir y tener la capacidad para salirse de la voluntad de Dios? Pienso que no puede. Pero entonces ¿cómo es que unos cambian su mente respecto a Cristo? Dice Pablo: ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? (Ro. 2:4), y siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, (Ro. 3:24). Notemos que no hay ninguna elección humana, pues, somos justificados aquellos a quienes él quiere dar su gracia esto es, su regalo, y su regalo no es para todos, y él guía la voluntad del hombre hacia el arrepentimiento para que voluntariamente crean en Cristo. Pero si invitamos a la gente a que se esfuerze por creer y por obedecer, para empezar, la gente no entiende de qué se está hablando y para seguir: Ahora bien, al que trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda Ro 4:4. Sin embargo, así como unos han sido entregados a la impureza, a las pasiones degradantes y a la mente depravada, también el regalo de Dios es decir, la fe es un don de Dios: Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fuisteis entregados [por Dios], Ro 6:17. Y si fuimos entregados a aquella forma de doctrina, entonces ¿quién puede resistir a la voluntad de Dios? Es él quien guía, ordena las sendas del hombre, marca los objetivos, diseña los pasos, determina, predestina y finalmente cumple su voluntad, su propósito. Él doblega la voluntad del humano, lo convence y al convencerle, le otorga su paz, y al convencerle, le habla y ese vacío existencial que sin él enferma al hombre, por no haber respuesta en el hombre mismo, en él sí hay comunión, hay diálogo, hay respuesta, la cual calma la desesperación y cura el alma y cura el vacío y la nostalgia. F. Schaeffer comenta: “...de manera que el hombre ya puede acercarse al Dios totalmente santo y perfecto, apoyado en esta obra perfecta y consumada, por la fe y sin obras humanas [elemento humanista] relativas [...] así, cualquier elemento humanista y egoísta [libre albedrío] es destruido”.
Dos columnas que no han cambiado hoy, La autoridad quedaba fuera de la mutable jurisdicción humana porque la autoridad es la Biblia y el acceso a Dios (la salvación) quedaba fuera de los relativos actos morales o religiosos del hombre y descansa en la obra absoluta y definitiva de Jesucristo. El protestantismo humanista Dice Schaeffer respecto al protestantismo humanista: “Existe un notable paralelo entre lo que sucede en el campo liberal católico-romano y lo que pasa en el protestantismo. Así como el antiguo catolicismo humanista se está transformando en el humanismo aun más abierto del catolicismo romano liberal, también el antiguo protestantismo liberal está desarrollando un nuevo liberalismo. Desde la aparición de la teología kierkegaardiana, es decir, la llamada neo-ortodoxia utiliza más la palabra “Dios”, así como otros términos religiosos, pero significa menos” El elemento humanista en la iglesia evangélica contemporánea, está deconstruyendo (Derrida, Gadamer) el discurso divino, para volverlo a construir utilizando los mismos términos, pero con un contenido o con un significado totalmente diferente, ambiguo, humanista. Y hablando de “la fe” en el discurso protestante humanista, continúa Schaeffer: “En el nuevo liberalismo se encuentra la fe, desde Kierkegaard, como un paso en las tinieblas, como justificación de la vida. [...] el paso en las tinieblas incumbe a la acción y por tanto a la voluntad de sufrir por la propia acción [libre albedrío]. El paso en las tinieblas deviene la justificación de la vida [el que lee entienda] y la terminología religiosa viene siendo usada cada vez más para que parezca dar un propósito a la vida”. El propósito en la vida en la iglesia evangélica contemporánea, corresponde a un hedonismo más que al discurso divino. El hedonismo es aquella corriente ética que dice que el fin último de la vida, es decir el acto moral se traduce en felicidad, por medio del placer, y por medio de evitar a toda costa el dolor o el sufrimiento. Una alumna en la clase de ética filosófica cuestionó al profesor diciendo: “profesor, en mi iglesia los pastores predican que el cristiano debe buscar la felicidad en su vida, que Dios quiere que seamos felices, y que quien no está viviendo así, está mal con Dios, es más, -dijo- estamos estudiando un libro que dice que nuestro propósito en la vida es hacer sonreir a Dios. Yo le pregunto, -continuó la alumna- ¿el cristianismo entonces es hedonista? ¿se puede hablar de una especie de cristianismo hedonista? Y más, ¿Dios es un Dios hedonista?” La respuesta del profesor fue, “el cristianismo evangélico protestante contemporáneo, debe permanecer firme en las dos columnas no humanistas que hemos estudiado en clase, y cuando la iglesia mezcla elementos humanistas como el hedonismo a las dos columnas, entonces ya no es cristianismo bíblico, es otra cosa, algo así como lo que hizo Tomas de Aquino cuando mezcló a Aristóteles con las Escrituras, lo que resultó ya no fue más doctrina bíblica pura, sino doctrina humanista”. La alumna concluyó diciendo: “Entonces, ¿por qué no se explica en la iglesia este tipo de peligros, los de mezclar la doctrina bíblica pura con corrientes humanistas?” El profesor sonrió, y dijo: “Parece que no es así como lo quiere hacer Dios, parece que él trabaja de manera individual con cada uno de nosotros”. Las consecuencias lógicas de introducir elementos humanistas en la iglesia evangélica protestante. Respecto a las consecuencias de mezclar las dos columnas con elementos humanistas que la iglesia puede ver y verá, comenta Schaeffer:“En este punto, el catolicismo romano y el protestantismo liberal humanistas, ambos en su nueva forma, están cerca de unirse [ver postulados del
ecumenismo, carismatismo y teología de la liberación] y en términos de humanismo, ambos están relacionados con el concepto clásico griego de ideas e ideales [base humanista que deviene en ideología], así como con los conceptos orientales [la condición posmoderna y poscristiana]. UNA NOTA FINAL DE REFLEXIÓN Dice Pablo en 2 Ti. 4:3-4: “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina [dos columnas], sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos [elemento humanista]. También dice en 1 Ti. 4:1-3a: “Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, mediante la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia; prohibiendo casarse y mandando abstenerse de alimentos...” [elemento humanista]. La iglesia evangélica protestante, la cual encuentra sus raíces en el movimiento de Reforma, está mezclando el elemento humanista con las Escrituras (lo digo en conciencia) y lo que tenemos como resultado, ya no es más cristianismo bíblico, sino un baluarte de la ideología humanista. No sería extraño notar que la iglesia evangélica protestante contemporánea, a la que de ahora en adelante me referiré como iglesia poscristiana, sea portadora de la ideología de la Nueva Era (carismatismo, ecumenismo, teología de la liberación, filosofías orientales). Los tiempos son peligrosos, no, más bien son peligrosísimos. La marea está arrastrando a la barca muy despacio, casi ni se siente el movimiento, y cuando menos se den cuenta, ya estarán muy lejos de la orilla.
Nota: este breve escrito es el producto del curso ética filosófica (la moral cristiana) que el autor imparte en la Universidad Madero Puebla, México y del curso Hermenéutica bíblica y Método inductivo que impartió en el Seminario Bíblico de Puebla, México.
Bibliografía La Biblia de las Américas Schaeffer, Francis, La fe de los humanistas, Fundación editorial de literatura reformada, Paises Bajos. Usado con permiso
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