¿ES LA FE CRISTIANA, UNA FE FUNDAMENTADA?
¿EXISTE ALGUNA OTRA? A veces los cristianos tienen una definición equivocada de lo que es la “fe.” Como algunas veces la fe es descrita como creer en cosas que no pueden verse, los cristianos a menudo piensan de la fe como un acto de creer en cosas que no tienen ninguna base fundamentada. En esencia, algunos cristianos creen que la “verdadera fe” es creer en algo a pesar de la evidencia, o creer en algo cuando no hay evidencia que respalde esa creencia. Pero esta no es la definición bíblica de la fe. Mientras que es verdad que Dios es un Espíritu y no puede ser visto, no es verdad que no haya evidencia que respalde la existencia del Dios invisible. Aunque no podamos ver a alguien tirar una piedra en un estanque, de hecho sí podemos ver las ondas creadas por la piedra en la superficie del agua y llegamos a la creencia de que alguien tiró una piedra en el estanque en base a esta evidencia. De manera similar, hay muchas buenas razones para creer que Dios existe, y el modelo bíblico de la verdadera fe, implica examinar la evidencia de la existencia de Dios. La vida cristiana es más que una vida de confianza ciega. Es una vida de examen racional que desafía a cada uno de nosotros a evaluar la evidencia, formarnos una conclusión y luego compartir esa conclusión con el mundo que nos rodea. Examinemos el modelo bíblico de la fe fundamentada: Los cristianos son llamados a usar su mente Dios nos dice que debemos amarlo con más que nuestro corazón. Debemos tener una relación que sea emocional e intelectual: Mateo 22:37-38 (LBLA) “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento.”
Cuando examinamos nuestro mundo y la evidencia de la existencia de Dios, estamos adorando a Dios con nuestra mente y esta clase de adoración complace a Dios. Los cristianos son llamados a entender el valor de la evidencia Dios nos ha dado un buen número de razones evidentes para creer que él existe y que Jesús es quien él dice ser. No somos llamados a tener una fe ciega, sino una fe racional y bien basada en la evidencia. Hechos 1:2-3 (LBLA) “….hasta el día en que fue recibido arriba, después de que por el Espíritu Santo había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido. A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo conceniente al reino de Dios.” Hechos 17:2-3 (LBLA) “Y Pablo, según su costumbre, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, basándose en las Escrituras, explicando y presentando evidencia de que era necesario que le Cristo padeciera, y resucitara de los muertos; y diciendo: Este Jesús, a quien os anuncio, es el Cristo.” Hechos 17:30-31 (LBLA) “Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora todos los hombre, en todas partes, que se arrepientan, porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por medio de un Hombre a quien ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres al resucitarle de entre los muertos.”
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La palabra griega usada para “prueba” en Hechos 17:31, es “pistis”. La palabra se deriva de “peitho” que es un verbo griego que significa “convencer por argumento” que algo es o verdadero o falso. La palabra también se utiliza como verbo para describir la “aprobación” de uno sobre un punto a la luz de las pruebas, o para describir la “certeza” interior que puede tener uno como consecuencia de confiar en la evidencia. Pero es interesante, que esta palabra que Pablo usa para “prueba,” aunque es usada en otros 244 lugares del Nuevo Testamento, nunca es traducida en otras partes como “prueba” o “evidencia.” En cualquier otra parte de la Escritura, esta palabra es traducida como “fe.” Esta noción bíblica de la “fe” es poner la confianza en algo que puede ser demostrado con “pruebas,” “evidencia” o “argumento convincente”. La fe bíblica no es ciega; está cimentada en la evidencia.
Los cristianos son llamados a examinar sus creencias. Dios quiere que sepamos en qué creemos y por qué creemos en ello. No somos llamados a confiar en todo lo que pueda ser enseñado en nuestro mundo de hoy, aún si esta enseñanza procede de algún maestro cristiano. Se espera que seamos críticos, escépticos y cuidadosos:
Hechos 17:10-11 (LBLA) “En seguida los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas a Berea, los cuales, al llegar, fueron a la sinagoga de los judíos. Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así.” 1 Tesalonicenses 5:19-21 (LBLA) “No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente; retened lo bueno…” 1 Juan 4:1 (LBLA) “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido al mundo.” El escepticismo es importante para la fe cristiana; el escepticismo hace que examinemos lo que creemos y busquemos la evidencia que confirme nuestras creencias. Dios honra esta clase de escepticismo, porque él sabe que nos lleva a una fe en él más profunda. Hay un lugar para el escepticismo en la vida del cristianos, porque ocasiona que “examinemos las Escrituras diariamente.”
Los cristianos son llamados a estar convencidos de lo que ellos creen Dios quiere que estemos seguros, y basemos nuestra seguridad en evidencia que pueda ser demostrada a otros que puedan tener dudas. Romanos 14:5 (LBLA) “…Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir.” 2 Timoteo 1:8-12 (LBLA) “Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios, quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien abolió la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio, para el cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro. Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.” 2 Timoteo 3:14 (LBLA)
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“Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido.” La convicción es el resultado de la certeza, y la certeza es el resultado de la evidencia confiable. Somos llamados a estar convencidos; por dominar la evidencia que respalda lo que creemos. La vida de los cristianos no es una vida de “ilusiones” o “la esperanza en lo irracional.” Es una vida de certeza, basada en la evidencia. Los cristianos son llamados a “presentar evidencia” Una vez que hemos examinado la evidencia y llegado a la conclusión de que el cristianismo es verdad, estamos llamados a estar listos para presentar una firme defensa respecto de lo que creemos:
1 Pedro 3:15 (LBLA) “… sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia.” La vida cristiana es una vida racional y razonable, que está cimentada en el terreno de la evidencia de la resurrección y la verdad de la Biblia. Los cristianos son salvos al poner su confianza en Jesús, pero ellos se vuelven una poderosa fuerza en su mundo, cuando se comprometen con ellos mismos a “presentar defensa” de lo que ellos creen. TODO SE BASA EN LA EVIDENCIA Los cristianos pueden “presentar evidencia” precisamente porque la fe cristiana es una fe de evidencias. Cuando nosotros, como cristianos, defendemos la verdad de la cosmovisión cristiana, no estamos compartiendo una opinión. Hay un Dios o no lo hay. Jesús es Dios, o no lo es. La salvación se obtiene únicamente a través de Cristo (como Jesús mismo lo declaró), o no. Esto no es una cuestión de opinión, preferencia personal, o deseo ilusorio. La fe cristiana está basada en evidencia que puede ser tasadas y evaluada. La fe cristiana es una fe fundamentada en la evidencia. Material traducido de www.pleaseconvinceme.com Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.
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