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fútbol
Un apasionado del sentido común Martino, a los 51 años, llega a la selección, un hombre simple en un lugar extraordinario; didáctico y noble, una vida dedicada al fútbol
Todas sus señas personales responden a sus orígenes, ese Rosario intenso y pasional
| Miércoles 13 de agosto de 2014
Cristian Grosso LA NACION
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os primeros meses vivió en el hotel Princesa Sofía porque está a sólo 400 metros del Camp Nou. Después, Gerardo Martino se instaló en un departamento en el Paseo de la Bonanova, en el elegante distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Los vecinos descubrieron a alguien amable y cercano, lejos de la percepción de inalcanzables que tienen los personajes de los grandes clubes. Cuando ese extranjero se marchó, a mediados de mayo de este año, se sorprendió con cartelitos pegados en la puerta y en las paredes de su piso. Sucesivas muestras de afecto y de buenos deseos que se desentendían de la campaña de Barcelona. Despedían al hombre. Ése es Martino, una persona común que volverá a estar en un lugar extraordinario. Tendrá a cargo la cartera más pasional del país y por eso convivirá con la exposición de un ministro. Pero seguramente cuidará que no cambien las costumbres que lo definen como un tipo noble, discreto y sensible. Los desayunos en el bar Pan y Manteca, en la céntrica esquina rosarina de Córdoba e Italia. Los asados con los amigos de toda la vida en la peña de los miércoles por la noche en las canchitas de El Caño, en Entre Ríos y Wheelwright, o en el restaurante Pampa, de Mendoza y Moreno. La casa de siempre sobre la avenida Jorge Cura, en la zona sur rosarina. La incondicional compañía de su esposa María Angélica, y el fervor futbolero que está en el adn de sus hijos, María Noel (25), María Celeste (23) y Gerardo Andrés, de 18. Nunca trabajó de pibe, cumplió con la escuela con buenas notas y tuvo por compañero a Fito Páez en el primer año del secundario, en la escuela Dante Alighieri del tradicional boulevard Oroño. Se vendaba los tobillos por arriba de las medias, y no por cábala, sino porque de otro modo le molestaba. No sabe por qué le dicen “Tata” ni recuerda dónde nació ni quién lo bautizó. Cuando desde las inferiores leprosas espiaba hacia arriba, admiraba a Américo Gallego, aunque estéticamente nada los emparentaba en una cancha. Por eso, Ricardo Bochini y Diego Maradona también eran sus debilidades. Nadie jugó más que él en la historia de Newell’s (509 partidos, entre 1980/94 y 1995; 35 goles). Debutó en el invierno de 1980 en la primera rojinegra, un 15 de junio en un 0-2 con Platense, cuando sólo era un pibe de 17 años y lo bajaron del viaje de egresados para que se concentrara con el plantel. El debut como titular llegaría el 27 de julio, contra River, en el Parque. Había ingresado a los 13 años al club y desde ahí creció hasta convertirse en leyenda. “Boca no te vayas/ Boca venía/ Quedate a ver a la Tata/ Parece Platiní!”, atronaba la hinchada leprosa en un cuadrangular de verano, en 1985. Encadenó tres títulos locales (87/88, 90/91 y Clausura 92) y dos
frustraciones en la Copa Libertadores de América, dos finales perdidas. Aunque prefiera escaparse de los homenajes, es el máximo héroe leproso de todos los tiempos, sí, por delante de Juan Carlos Montes, Zanabria, Gallego, el Piojo Yudica, Bielsa, Maradona y Lionel Messi. Rechazó ser transferido a Mónaco y a Suiza, y ensayó una breve experiencia (primer semestre de 1991) en Tenerife. Es que su lugar siempre estuvo en Rosario, pero terminó despidiéndose del fútbol en 1996, en Barcelona de Ecuador, porque no podía volver al Parque Independencia por incompatibilidades éticas con el entonces presidente rojinegro Eduardo López. Toda una declaración de principios de un hombre honesto. Regresó con la nueva administración, la de Guillermo Lorente, que en diciembre de 2009 había bautizado con su nombre la vieja visera del estadio. A finales de 2011, Colombia le ofreció una carretilla de dinero para rescatar a su selección, pero el Tata no resistió el llamado del corazón: Newell’s había terminado penúltimo en el Apertura 2011 y empezaba la temporada 2012 muy comprometido con el descenso, tanto que apenas un equipo lo separaba de la Promoción. Desde entonces, todo se enderezó: 6to en el Clausura 2012, 2do en el torneo Inicial 2012 y campeón del Final 2013. Recién en el Clausura 2005, siete años después de dedicarse a la dirección técnica, debutó en la máxima categoría de la Argentina cuando asumió en Colón. Apenas registraba antecedentes en el ascenso con Brown (Arrecifes), Platense e Instituto, además de su exitoso paso por los clubes Libertad y Cerro Porteño, de Paraguay. La apuesta no funcionó en Santa Fe y volvió a Paraguay, para reeditar los triunfos
Mañana lo presentan en ezeiza b^b^b La AFA confirmó a Gerardo Martino como nuevo entrenador del seleccionado y será presentado mañana, en el predio de Ezeiza, a las 13. Primero, el anuncio lo hizo el presidente de Defensa y Justicia, José Lemme, pero, luego, la página oficial de la entidad de la calle Viamonte ratificó lo expresado anteriormente por el dirigente del Halcón. El cuerpo técnico que lo acompañará será el mismo que tuvo en Barcelona (el último equipo que dirigió), es decir, Jorge Pautasso, como ayudante de campo; Elvio Paolorosso, preparador físico, además de Adrián Coria y Raúl Marcovich, como asistentes. Se especula con la vuelta de Gustavo Piñero como entrenador de arqueros.
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con Libertad y asumir el desafío de la selección guaraní. Esa aventura resultó tan venturosa que condujo a Paraguay en su viaje mundialista más trascendente, cuando en Sudáfrica 2010 trepó hasta los cuartos de final e, incluso, puso en apremios a España, días después el campeón. Calentón, peleador, él mismo recuerda que hasta los 27 años tenía 13 expulsiones y 12 eran por protestar. Después cambió. Como cambió su prestación en la cancha. Era algo vago. Y cuando Bielsa tomó la primera de Newell’s, hasta él debió correr. Se reinventó de grande el Tata y lamentó no habérselo cruzado al Loco antes en su carrera. Todavía hoy lo traicionan algunos exabruptos en las canchas que debiera espantar. Lo asume, lo avergüenza. Ya es tiempo de que lo corrija definitivamente. Bielsa es su referencia. Futbolística, sí, pero especialmente moral. inolvidable fue aquella definición con Boca, por penales, en la Bombonera, en la temporada 90/91, porque el Tata dejó la cancha en el primer tiempo después de una criminal patada de Carlos Moya y siguió el partido desde el vestuario... acompañado por un nerviosísimo Bielsa, al que expulsaron en el segundo tiempo. “Yo aprendí con Martino lo que es un ídolo, la condición de lider”, relató Bielsa en 2011 en una charla ante alumnos de una escuela. “Yo veía en el vestuario de Newell’s que entraba Martino y todo el mundo bajaba la voz. Pero no porque fuera a hablarles a los otros jugadores, sino porque entraba él. No necesitaba subir la voz porque todo el mundo quería escucharlo. Eso indica el grado de influencia que tenía con la gente que se vinculaba”, describió Bielsa. Martino no esconde la sonrisa, pero sabe administrarla. Didáctico, obsesivo, con un discurso prolijo y siempre asegurándose de satisfacer la demanda periodística. ¿Alguna similitud con alguien? Parecido en la vestimenta, las palabras y los gestos a Bielsa –y hasta en la pelada, bromea el mismo Tata–, lo más valioso es que también se asemeja en la pureza de sus conductas. Pudo jugar en River, en 1992. Si hasta llegó a conversar con el presidente Alfredo Davicce y con Daniel Passarella, que ya se había lanzado a la dirección técnica. Estuvo cerca de dirigir a Boca, lo llamaron en 2007 antes de contratar a Ricardo La Volpe, pero estaba con contrato en Paraguay y respetó ese vínculo. Un hombre diferente, que no pierde oportunidad de reiterar su gratitud con Brown de Arrecifes, donde comenzó como entrenador en 1998. Alguien que no tiene representante, que prefiere manejar personalmente sus contratos, con la ayuda de un contador para ajustar los números. Martino llega a la selección, donde volverá a correrse de los elogios y repasará cada crítica. Un hombre de 51 años, franco, que invita a creer en una época fértil para la confianza.ß
Concentrados en un mismo objetivo, en Barça antes y en la selección ahora
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REUTERS
Los caminos de Messi y el Tata vuelven a encontrarse en la selección Después de la experiencia compartida en Barcelona, la Argentina los reúne nuevamente; Newell’s y Rosario son los principales puntos de contacto de una relación que comparte una idea de juego Martín Castilla LA NACioN
“Qué linda sorpresa que haya sido elegido Martino como técnico de este equipo.” //
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Hace un año, a través de las redes sociales, Lionel Messi le daba la bienvenida a Gerardo Martino en Barcelona. Poco tenía de sorpresa el nombramiento de un DT tan rosarino como él en el conjunto catalán. Los caminos de la Pulga y el Tata muchas veces se cruzaron y volverán a encontrarse… En la selección, donde unos días antes al amistoso con Alemania del 3 de septiembre, en Düsseldorf, emprenderán y compartirán –una vez más – un sueño futbolístico. Uno de los integrantes del cuerpo técnico del Tata, Adrián Coria, también tiene un pasado con puntos de contacto con el apellido Messi. Es que en sus comienzos como entrenador había dirigido a la categoría 1980 de Newell’s en la que se destacaba un tal Rodrigo Messi (hermano mayor de la Pulga), delantero y compañero de Sebastián Domínguez en esa división. Tiempo después también dirigiría a la Pulga en las categorías más chicas de la cantera leprosa, incluso acompañándolo como entrenador en varios viajes para disputar algunos torneos juveniles,
como por ejemplo un mundialito que se disputó en Lima, Perú. En esos tiempos de 1993, la Pulga tuvo su primer contacto con el ídolo de su padre Jorge Messi… ¿De quién se trataba? Del emblema de la Lepra: el Tata Martino. Aunque su mente de niño no era capaz de calibrar las figuras de ese plantel, entre los que también tuvo una presencia recordada e inolvidable Diego Maradona, los entretiempos de esos partidos se transformaron en recuerdos imborrables. Es que uno de los niños que hacían ma-
Un diálogo fluido
labares en el descanso de los partidos era nada menos que Lionel. Ese chico se colaba en la historia sin imaginarse lo que vendría después… En la selección sería parte de un mismo sueño con Maradona –entonces, entrenador– en Sudáfrica 2014. Y, ahora, con el Tata, también con la camiseta albiceleste, compartirá el mismo objetivo rumbo a Rusia 2108. El pasado reciente en el Barça Tras la salida obligada de Tito Vilanova por su enfermedad, Martino fue elegido para conducir a Barcelona. “Seguramente Messi influyó en mi llegada”, llegó a decir el Tata cuando arribó a España. El fútbol siempre sorprende con paradojas: al fin, los resultados no acompañaron las ilusiones compartidas. Juntos consiguieron un título, la Supercopa de España, pero luego el club azulgrana perdió la Copa del Rey, la Liga de Campeones y la Liga española. En total, con la conducción de Martino, Messi jugó 51 partidos y marcó 41 goles en una campaña personal destacada, pero lejos de la vara de exigencia que le imponían las temporadas anteriores. La temporada que pasó no fue sencilla para ambos. Las críticas no dejaron tranquilo a Martino, que además soportó una fuerte crisis institucional que provocó la renuncia del presidente Sandro Rosell.
Finalmente tuvo que alejarse del cargo cuando aún tenía un año más de contrato. En los momentos más duros del Tata, Messi salió en su defensa y sin querer, en mayo pasado, esbozó un deseo latente: “No sé cuál es su idea, pero seguramente algún día lo veremos en la selección argentina, porque es un grandísimo técnico y yo creo que también querrá dirigir a la selección”, dijo el crack argentino de Barcelona. Y el Tata correspondió ese gesto con una frase muy recordada: “Es tan difícil ser en esta vida, y en este fútbol, Leo Messi. Se es tan injusto con él... Pero recibe tantos elogios que a veces recibe críticas desmesuradas cuando alguna vez no está bien. No sólo jugar, sino vivir siendo Messi debe de ser difícil”. “Y un día atajará y atajará bien”, llegó a decir un entrenador que también tuvo en el equipo catalán a otro referente del seleccionado como Javier Mascherano. Sus figuras casi siempre aparecieron juntas en las imágenes que retrataron los momentos de Barcelona durante la temporada 2013/2014. Compartieron entrenamientos, concentraciones, partidos y recuerdos. Está claro que, más allá de las evaluaciones futbolísticas que rodearon el ciclo inconcluso del Tata en Cataluña, la cuestión de fondo es que ambos se estiman y comparten una idea de juego.ß