QUIÉN DIJO Quién dijo que no hay amor en esta tierra mutilada. En este mundo lleno de desechos, cual esférico vertedero Y vacío de amor. Quién dijo que no hay motivos para vivir Rodeados de esta multitud egoísta y descarnada Que se nombra a sí misma humanidad, A pesar de lo inhumana. Quién dijo: “Ya no queda gratitud” En los endurecidos corazones de esos seres Que se llaman a sí mismos hombres Y actúan cual si fueran bestias. Que dispense mi atrevimiento el que habló Vomitando veneno e improperios Y juzgó, sin estar capacitado para hacerlo. Pienso con humildad, mas con orgullo, Que amor sí queda, porque Jesús me ama Tengo también una familia maravillosa que me ama Y porque siento el amor como una necesidad diaria. Que motivos para vivir hay más que sobrados Si nos falta aún mucho por hacer en esta vida: Ver a esos que nos son caros desandar sus pasos, Enderezar sus caminos, hallar la senda perdida. Mostrar más gratitud hacia Aquel del cual Todo lo hemos recibido y hacer algo Por quien no necesita que hagan nada por Él Habiéndolo hecho todo por nosotros. Al menos, pretendamos dar por acabadas Todas esas cosas que nos faltan Y marcan la diferencia entre ver la muerte Como grato premio y no como justo castigo. Gratitud es lo que sobra y lo que falta Porque nunca por mucha va a ser suficiente. Millones hay que se dan gracias unos a otros Con hipócritas palabras y el corazón lleno de hiel. Pero menos millones hay también Que con el corazón rebosando gratitud Elevan sus ojos al cielo y dicen: “Gracias.” No importa que un beodo trasnochado Les tilde de locos y diga en su resaca “A las estrellas hablan.” Ciego lo hizo el mucho vino que no le deja ver A quien colocó las estrellas en su sitio para que él las viera. Por Rogelio E. Pérez Díaz Usado con permiso

El autor es miembro de la agrupación para eclesiástica cubana: Ministerio CRISTIANOS UNIDOS. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.