propósito del programa Al director Recomendaciones - Recursos

vestida de negro ; se les hará una nariz de cartulina color rosado y orejas caídas de hilo de lana o algodón. La pastora tendrá una larga bata o túnica, sandalias ...
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propósito del programa Dramatizar la metáfora del redil como el lugar donde nos congregamos para cumplir la misión que nos fue encomendada por Cristo.

Al director Decoración del redil: Se coloca una reja o barandilla (hecha con palitos, cartones u otro material) para

hacer un corral grande, en forma de cuadrado, pero solo con tres lados sin el lado del frente al público.

Se colocan pequeños montoncitos de hierba en forma estratégica. Se coloca un macetero cuadrado, pre­

feriblemente de piedra, barro o cerámica, lleno de agua en una de las esquinas del redil y algunas piedras

(pueden ser artificiales).

Ropa de los participantes: Las ovejas tendrán ropas normales color blanco , y la ovejita negra estará

vestida de negro ; se les hará una nariz de cartulina color rosado y orejas caídas de hilo de lana o algodón.

La pastora tendrá una larga bata o túnica , sandalias y una vara grande.

Los diálogos se pueden realizar con los niños mayores y los demás niños complementan el redil. Los ni­

ños de cuna que puedan caminar hacen de las ovejitas que se acercan al redil en la segunda narración de

la parte especial.

El himno, la lectura y la oración de rodillas es realizada por la pastora del programa, esta

puede ser una de las maestras de escuela sabática.

Recomendaciones: ./ En la parte del Rumbo, uno de los niños explica cómo ha traído otros niños a las clases de Escuela Sabática, o bien, explica si ha llevado fondo de inver­ sión y cuáles han sido los resultados . ./ Se puede seleccionar la canción de las ovejitas de los Peregrinitos, para que todos los niños canten en la parte especial. Pueden aprender las letras y hacer la música con guitarra o piano .

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is o'fiias del redil (programa",e special para el día del niño adventista) 179 J.

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Himno, lectura bíblica y oración de rodillas: (Las ovejas están sentadas en el suelo del redil y la pastora está de pie) Narrador (de forma pausada): Era una vez un redil, en un hermoso monte, donde vivían 100 ovejas que eran cui­

dadas por una joven pastora.

Pastora: Buenos días ovejitas, alabemos a Dios nuestro creador, por un nuevo y hermoso día, vamos a cantar el

himno 126 Abrigadas y salvas en el rediL Todos puestos en pie. Tenemos mucho que agradecer a Dios en este día y lo haremos exclamando la lectura del Salmo 23: 1 (Todos) ¡«Jehová es mi pastor, nada me faltará»! Ahora vamos a ponernos de rodillas para hablar con nuestro Dios. (Luego de la oración las ovejitas vuelven a sentarse en el suelo del redil) Narrador: La pastora revisa que las ovejitas tengan agua y suficiente alimento, luego sale a buscar provisiones, pero ha dejado las ovejas en el redil para que no salgan y sean atacadas por un animal salvaje. Les ha dado instrucciones para no salir del redil hasta su regreso, ella sabe que es el único lugar seguro. Les promete que hará todo lo posible para llegar pronto. (La pastora hace una señal de adiós y sale).

¡Oh, no! Las ovejitas ya están solas en el redil, ¿Qué pasará ahora?

parte especial Ovejita negra: (se levanta con la frente el alto y el pecho erguido) No sé ustedes , pero yo deseo conocer el mundo, no quiero estar solo aquí , ser oveja de redil es muy aburrido, he escuchado que los animales silvestres disfrutan mucho de la naturaleza y tienen muchas aventuras. Yo quiero salir de este redil , estoy cansado de estar apretujado. Ovejita misionera: (suplicante) ¡Por favor, no lo hagas Allá afuera no solo están los animales silvestres, también ' están los carnívoros y ellos se disfrazan de mansos , pero su fin es alimentarse de nosotros. Ovejita indiferente: Déjalo ir, no tomes decisiones ajenas. Todos tenemos libre albedrío. Ovejita misionera: ¡Pero no tenemos defensa alguna fuera de nuestro redil, dependemos de que nos defiendan l Nuestra arma es el cuidado amoroso que tienen por nosotros. Ovejita negra: No me gusta tu consejo, me voy y luego regresaré antes que llegue la pastora, ella nunca sabrá que me he ido y podré andar toda la pradera. (Sale muy emocionado) Ovejita misionera: ¡Esto no está bien, las cosas no deben ser así, ahora somos 99 ovejas l Ovejita indiferente: No te preocupes, mejor escucha esta canción.

Rumbo Narrador: Las cosas no andan bien dentro del redil , las ovejas tienen la obligación de llevarse bien en un espacio tan pequeño, pero, ¿cómo lo van a lograr si son tan diferentes?

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180 PROGRAMAS PARA LA ESCLÍ{LA"SABt\T.ICA -

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Oveja líder: Escuchen todas, mientras llega nuestra cuidadora, vamos a regimos por las reglas que conocemos, somos ovejas, y todas sabemos nuestras reglas. Si hacemos las cosas como deben ser, podremos estar juntas y lle­ varnos bien. Oveja rencillosa: ¿Quién te ha puesto de líder? ¿Cómo sabemos que esas reglas son correctas? ¿Eres tú mejor que las demás ovejas para estar dándonos órdenes 7 Narrador: Ya no hay felicidad dentro del redil , las ovejas se han olvidado de lo más importante, que deben amarse y cuidarse en el redil hasta el momento que llegue su cuidadora. (Algunas ovejita pequeñas se acercan a la puerta del redil)

Ovejita misionera: ¡Miren! Son ovejitas pequeñas, hay que dejarlas entrar antes sean devoradas allá afuera. Ovejita indiferente: No pueden entrar ahora, debemos resolver nuestros asuntos internos. Que se esperen en lo que llegamos a un acuerdo. Oveja líder: Esto no es tan difícil, todas tenemos talentos y habilidades, todas somos diferentes pero debemos tra­ bajar unidas para que los enemigos no nos puedan dañar. • No salir del redil, sino toleramos unas a otras con amor. • Procurar la paz y la armonía, y • Ayudar a todas las ovejitas que están fuera para que entren a este lugar seguro.

Ovejita rencillosa: ¡No tan rápido! necesitamos tiempo para analizar todo eso que has dicho. Mientras tanto vamos a oír el Rumbo de esta mañana.

Relato misionero de niños. Narrador: Las ovejitas pequeñas se han ido a otro redil, no ven la felicidad en este y las ovejas siguen discutiendo

entre sí por cosas muy triviales.

Ovejita rencillosa: Bien, entonces quedamos de acuerdo en que hay que comer la hierba mojada.

Ovejita indiferente: A mí me da igual comerla seca o mojada. Yo me como la que encuentro en el momento que

tengo hambre.

Ovejita líder: No le veo nada de importante a cómo se debe comer la hierba , a fin y al cabo hay que comerla.

Oveja misionera: ¡Es una tontería! Cuando llueve la comemos mojada y cuando hace solla comemos seca, todos

sabemos eso. Lo importante era recibir las ovejitas y ahora se han ido.

Ovejita indiferente: Claro que se fueron, ellas no eran firmes, si lo hubieran sido, se quedan ahí en la puerta espe­

rando que le abriéramos.

Narrador: i No se ponen de acuerdo las ovejitas! Pero mientras lo hacen, vamos a escuchar el relato misionero a

cargo de: _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

División en clases Narrador: Parece que las ovejitas ya se han puesto de acuerdo Oveja líder: ... bien en esta hojita hemos anotado los acuerdos. «No se comerá hierba mojada en los días soleados ni hierba seca en los días lluviosos».

re~i! ;(í;F~~~~ma especial para el día del niño adventista)

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Narrador: ¡Por fin ha llegado el día, regresa la pastora!

(Todos se ponen contentos) Pastora: Ovejas mías, qué bueno que he regresado. Vamos a ver:

¿Están todas aquí? (todas bajan la cabeza) Vaya, no veo a Ovejita Negra. ¿Dejaron entrar las ovejitas desprotegidas? (no contestan) Creo que no, porque no veo caritas nuevas. ¿Se llevaron bien entre ustedes y se trataron con amor? (no contestan) No lo creo, ¿qué estuvieron haciendo durante mi ausencia? Narrador: ¡Qué triste que haya pasado esto con las ovejitas l pero no tiene que ser así. Mientras llega nuestro Señor, somos parte de un gran redil, y el Señor es nuestro pastor Dediquemos nuestro tiempo en hacer todo aquello que hace feliz a Dios: Amarlo sobre todas las cosas ya nuestro prójimo como a nosotros mismo, esperando que el gran día llegue y reúna a su derecha a las ovejas y a su izquierda a los cabritos. Que el Señor siga bendiciendo este redil y ahora vamos a dividirnos en clases.

Conclusión Una de las ovejitas: Hemos aprendido una importante lección en esta mañana. Debemos dar de nosotros para que el redil sea un lugar de bendición y felicidad hasta que Cristo venga en gloria. Pondremos nuestros talentos al ser­ vicio de la obra para responder «sí» a Cristo cuando nos haga las tres preguntas:

¿Están todos en el redil? ¿Dejaron entrar ovejitas desprotegidas? ¿Se llevaron bien entre ustedes y se trataron con amor? Himno final: Cantemos todos el himno 584 amémonos hermanos (482 himnario antiguo)

Oración final

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